GinaLlamar a Chad fue un impulso de último minuto, estaba con Lexi hablando sobre cosas de bebé y vi a mi hija tener su primera sonrisa, le sonreía a la nada y me entró una melancolía, por lo que decidí que Chad merecía estar en cada momento de nuestra bebé. Tomé el móvil y le envié mi dirección en un mensaje de texto, lo que no pensé es que llegaría en exactamente catorce minutos, creo que llegó justo cuando di la orden de dejarle pasar en recepción.Tampoco conté con su reacción al verme, ese abrazo se sintió tan bien, pero nada era perfecto, él estaba casado y yo me iba a casar, por eso decidí separarme antes de llegar a más. Lo llevé a conocer a Aileen y debo admitir que casi lloro al escucharlo hablar con nuestra hija.—Hola princesa, ¿cómo estás? Yo soy tu papi, tu caballero de brillante armadura—. Son palabras que nunca voy a olvidar en la vida y haré que Aileen las conozca y que siempre las recuerde.Me quedo mirando como embobado por la niña se olvida de mi presencia, camina
ChadSalgo del apartamento de Gina con una sonrisa en mi rostro, tengo las energías renovadas, ¿La razón? Ella sigue siendo mía, ese beso, me lo ha devuelto como siempre lo hizo: con pasión, con entrega, con amor. Solo falta separarla del hombre con cara de chimpancé que quiere usurpar mi lugar de esposo de la pelirroja. Al salir del ascensor me encuentro con Thiago y Rebekah.—Encontrarte aquí solo significa una cosa —dice mi mejor amigo con una sonrisa—.—Sí, me ha enviado la dirección en un texto, estoy que alucino de la felicidad. —El rostro de mi bebé aparece en mi cabeza y sonrío más—.—Esa misma sonrisa de idiota enamorado pone Thiago cuando tiene a Gia Sofía en sus brazos —dice Rebekah cruzada de brazos y con una sonrisa divertida—.—Es que... ser padre de un niño es genial, lo mejor que me pudo pasar, pero convertirme en padre de una niña es algo a otro nivel, sé que va a ser una gran aventura... ¡Diablos!, ella será mi condena, me va a sacar canas verdes —paso mis manos por
GinaDos putas semanas después de la propuesta de matrimonio y puedo decir que han sido las peores de mi vida. Con Chad todos los días visitando a Aileen y trabajando en mi empresa, mamá y Dominic con el tema de la boda, me tienen estresada. Hace varios días atrás Dom vino a mi oficina a reprocharme porque le había dicho a mi mamá que no quería una boda grande, pero según ellos la hija de Adelaide Rinaldi y Bruce Lewis merece la mejor de las celebraciones y más si la boda es con el gran Dominic Lexington, sus palabras, no las mías. Por lo que ahora estoy en camino al centro comercial con mi hija para ir a la prueba de mi vestido, mi mamá quería diseñarlo ella pero nunca lo permitiría.Mis damas de honor son Rebekah y Lexi, ninguna de las dos están de acuerdo pero me apoyan en mis decisiones, está listo el salón y el abogado que auspiciaría la ceremonia, otro problema, porque Dom y mi madre querían una boda católica, es decir, por la iglesia, pero yo jamás me casaría bajo las leyes de
ChadLuego del momento de debilidad que tuvo Gina, se recompuso y me echó de su casa alegando que ya no me necesitaba, obviamente yo no le hice caso y esperé a que se durmiera para meterme con ella en la cama. Observé su rostro relajado hasta que me dormí abrazado a ella y disfrutando el olor a chocolate que desprendía su pelo.Despierto en la mañana con el llanto de Oliver, preparo su leche y lo dejo en la cuna ya que sabe sujetar su biberón sin ningún problema, paso a darme una ducha y al salir me dirijo hasta la habitación donde están mis hijos, mi niño juega con la tetera vacía y Aileen lo mira fijamente. En las horas de ayer y hoy pude notar que mi hija es una niña muy tranquila, casi no llora y no se despierta en las noches. Tomo un canguro que hay en una silla y lo acomodo en mi espalda para colocar a Oliver allí, a la niña la tomo en brazos y bajo a la cocina. Mientras preparo el desayuno, sostengo el biberón de mi bebé con la barbilla alimentándola, con mi otra mano preparo a
Gina—Gina, están aquí unos agentes —dice Steve parado en la puerta de mi oficina—.—Déjalos pasar —el chico asiente y se marcha.Sonrío porque es muy eficiente, cuando Rebekah me propuso que lo contratara no estaba muy segura porque era muy joven pero me ha demostrado que es responsable. Unos señores entre cuarenta y cincuenta años entran a mi oficina con una cara de póker increíble.—Buenos días señorita Lewis —dice uno de ellos. —Yo soy el detective Christian Castle y mi compañero Bryant James.—Buenos días, ¿a qué debo la visita? —Le ofrezco asiento. — ¿Algo de tomar?—No señora —dice Castle. —Nosotros estamos a cargo de su caso con las cámaras en su vivienda.Cierto. Hablé con mi padre y me dijo que no había puesto ninguna cámara en mi casa, incluso hablé con Chad y este negó también, entonces me preocupé, así que fui a una estación de policía a hacer una denuncia, pero no pensé que sería tan rápido, si apenas ayer fui.—Hemos dado el aparato a nuestro informático y este ha encon
GinaViernes. Hace un tiempo hubiera dicho: ¡Al fin es viernes, a festejar! Pero no, ahora tengo a una bebé que está cumpliendo un mes hoy y mañana es mi boda. Si le dijera a uno de mis antiguos amantes que contraería nupcias este sábado se hubieran reído de mí preguntando que si estaba bromeando, pero nada más lejos de la realidad.Estos días he estado medio deprimida, Chad ni me mira, ni siquiera viene a ver a la niña, a lo mejor se aburrió de mí, debe de estar harto de mis rechazos ante su petición de una oportunidad. Así que hoy me voy a ahogar en mi soledad con mi hija y voy a tirarme en mi sofá frente a mi gran pantalla plana a ver el fabuloso trasero de Thor y comiendo nachos con queso fundido hasta reventar, también gomitas de gusanito y Coca-Cola bien fría cortesía de mi congelador. Sí, el mejor plan de la vida.Primera película: Thor.Segunda película: Capitán América.Tercera película: El hombre de Acero.Oh sí, culos sexys metidos en trajes apretaditos. De hecho creo que l
GinaNo sé qué hora es pero debe de ser tarde. Ya estoy un poco ebria pero es que el tequila me llama aunque trate de evitarlo, ya que Chad me dijo: te quiero consciente al final de la noche. Sus palabras erizaron mis vellos y desde entonces estoy tratando de provocarlo.Rebekah desapareció con el que resultó ser Thiago, mamá trata de irse con unos de los strippers pero papá no la deja, la doctora Lauren... bueno ella está muy cariñosa con su esposo, que también bailaba de bombero, no sabía que tantos hombres maduros se ven tan bien como ese y mi padre, pero ni hablar del padre de Lexi, ese sí que está bueno. Está sonando una canción latina, un Reguetón, Puro Chantaje de Shakira y Maluma. Conozco a la rubia pero el otro ni idea, el ritmo es súper pegadizo y sé que significa el estribillo, Chad me lo ha explicado, no sabía que hablaba español y lo hace de lo más sexy. Así que estoy como loca bailando sensualmente en el regazo del ojiazul, moviendo mis caderas en círculos, provocándolo,
GinaMierda.Mierda. Mierda y más mierda. Miro a mí alrededor, Chad está casi babeando a mi lado y la habitación está totalmente a oscuras por la gran y gruesa cortina que cubre las ventanas. Me levanto de la cama con cuidado y busco mi bolso, dentro de él está mi móvil y lo enciendo. Diecinueve llamadas pérdidas de Dominic, seis de mamá, tres de Rebekah y una de Lexi. Miro la hora y maldigo entre dientes. Las dos de la tarde, me he quedado dormida. Con rapidez tomo mi ropa y me visto, voy al baño y lavo mi cara, hago un buche de agua para quitar lo pastoso de mi boca, al salir veo a Chad abrazando la almohada que antes usaba yo.Muerdo mi labio con fuerza y lo miro con arrepentimiento, me duele lo que haré, pero no tengo de otra. Me acerco con pasos delicados para no despertarlo, me pongo a su altura y acaricio su rostro, pongo mis labios en los suyos y dejo un casto beso en ellos.—Lo siento cariño. —Susurro, una lágrima resbala por mi mejilla.Tomo mis tacones y mi bolso, salgo de