Chad—Ya no lo soporto.Lexi rueda los ojos y se acomoda más en el asiento frente a mí. Estamos en mi oficina, yo estoy trabajando (o lo intento) pero mi mente está en otro lugar, específicamente en una pelirroja de bonito cuerpo y ojos verdes.— ¿Por qué no admites que ella es algo más? —Dice mi amiga y sube los pies en mi escritorio.—Porque no es así.— ¿Entonces?—Solo me gusta estar con ella y el sexo, nada más.—Pero la celas en cuanto la vez con otro, te gusta más de lo que quieres admitir.—No son celos, es una forma de cuidarme, de cuidarnos —le explico, sin embargo ni yo mismo me entiendo.—Lo que tú digas.—Es en serio Lexi, me disgusta bastante el hecho de meter mi pene en el mismo lugar en donde estuvo otro hacía horas.—O sea, que la estás llamando puta —frunce los labios en desacuerdo. Últimamente ellas se han vuelto buenas amigas.— ¡No!, es imposible hablar contigo —digo exasperado.— ¡Tú eres quien no te explicas! Si no quieres que se acueste con nadie más que tú, so
GinaEstoy acariciando mi panza muy abultada tratando de mitigar el dolor que me recorre cada diez minutos hace media hora, las contracciones son leves pero incómodas y cada vez más constantes, estoy en casa de Rebekah y es una linda reunión para fin de año, no quiero arruinarla por ponerme de parto. Veo a una sonriente Bekah salir de su casa con unas bebidas seguida de su esposo y su bebé Gia. Me encanta esa niña, es una traviesa, espero que sea amiga de mi Connor. Otro dolor me ataca y comienzo a inhalar por la nariz y soltar el aire por mi boca.Aún recuerdo cuando él se fue, justo el mismo día que pensaba contarle de nuestro retoño, pero simplemente no podía dejar a ese niño sin su padre; sí ya sé, me dirán que he dejado al mío sin papá, pero es diferente, si Chad no se hubiera casado con esa tipa, le iba a quitar el derecho de ver a su hijo y de visitarlo. Yo no puedo con eso, ese niño tenía que tener a su progenitor a su lado, aunque eso significara que yo dejara al mío sin el m
ChadEn Italia...Acuesto con cuidado a Oliver en su cuna, enciendo el monitor y camino de puntillas hasta salir de la habitación. Es tarde, cerca de las una de la mañana pero él ha estado todo el día incómodo y no ha querido dormir y por fin pude lograrlo, después de mil canciones al fin puedo descansar mis brazos. Justo en la puerta me golpeo el dedo pequeño de mi pie derecho y maldigo a todos los seres del mundo, olvidándome de mi hijo recién dormido.¡Puta madre!El llanto de mi bebé no se hace esperar y lloro por dentro, tengo trabajo que hacer para mañana y no he podido avanzar nada porque no quiere estar en otro lado que no sea en mis brazos. ¿Qué dónde está la madre? Ni idea. Me devuelvo a buscar a Oliver que se acurruca en mi cuello, con él camino con resignación hasta mi estudio, allí me siento en mi silla acomodando a mi niño de nueve meses de una forma en la que pueda arrullarlo y escribir en mi portátil.Abro mi Mac y lo primero que observo es la imagen que tengo en la pa
IsabellaObservo como Chad duerme mientras volamos a América, acomodo bien a mi hijo sobre mí y cierro los ojos pensando.No le quiero dar el divorcio, es la única forma que oculto lo mío con Robert, pero si no lo hago él mostrará las fotos de la infidelidad. Aunque no le va a ser fácil, firmaré la separación sí, pero me voy a quedar con Oliver, es la única forma de obtener el dinero que estoy manejando, voy a exigir la custodia de nuestro hijo y le pediré una manutención.Necesito dinero, mucho para irme con Robert, mis padres no me lo dan, pero Oliver si puede a través de su papi, beso la cabecita de mi niño y cierro los ojos para ver si logro conciliar algo de sueño.…GinaObservo como mi hija succiona mi pecho con una gran hambre, en mi habitación está mamá, Rebekah y Thiago, este último me mira extraño pero lo ignoro.Aún estoy sorprendida porque sea niña.— ¿Cómo le vas a llamar? —Pregunta mi madre y suspiro.—No sé, aún lo estoy asimilando —contesto acariciando el pelo anaranj
Chad—Gina... ¡Gina!, ¡Maldición! —Grito frustrado al escuchar el sonido que me avisa que ha colgado—. Llamo unas veces más y suena apagado. — ¡Me cago en todo!— ¿Qué pasa?, ¿quién es Gina? —Pregunta Isabella que le da una papilla a Oliver.—Disculpa si sueno grosero, pero no te importa.Ella hace una mueca y sigue alimentando a nuestro hijo en la gran cocina de mi casa. Tanto la extrañé y al fin estoy aquí, dentro de sus paredes cálidas y su reconfortante olor a hogar.Desde que pisé tierra americana decidí que tenía primero que llegar a mi lugar antes que todo, llamé a mi madre que debe estar en camino y llamé a Thiago para que me diera el número de Gina, sin embargo el muy cabrón no me lo quiso dar, mucho menos Rebekah, así que tuve que recurrir al juego sucio. Llamé a la empresa de su padre y me presenté como el padre de la hija de ella y automáticamente me dieron el número. Es una estupidez pero al parecer la secretaria es lo bastante ingenua para creer en un extraño que llame y
GinaHa pasado una semana y esos días los he pasado en casa de mis padres por un único motivo: escapar de Chad. Sé que estuvo en casa de Rebekah y en la de Lexi buscando mi dirección, me entró el pánico y me refugié en la casa donde crecí. Irónico porque salí de allí en cuanto pude y juré no volver. Sé que estoy siendo cobarde, pero Aileen es mi vida y temo que me la quite por ocultársela, ya Lexi me dijo que él no haría eso, se lo dijo a ella personalmente, pero eso no me convence. Todos me dicen que estoy portándome como una niña y bla, bla, bla, no me importa, es lo que siento y Lauren me dijo que tengo que hacer las cosas depende como me sienta, hacer lo que quieren los otros nunca es bueno, pero claro, que tengo que tomar una decisión rápida ya que Chad es el padre y tiene el derecho de estar junto a mi hija. Solo... tengo que aclarar mis ideas.Estos días también he estado saliendo con Dominic, a pesar de lo que quiere mamá él es un buen chico y me cae bien además es muy bueno
DominicMe recuesto en el sillón de la sala de estar con una estúpida sonrisa en mi cara. Y no es para más, me voy a casar con una mina de oro. Todo va después acuerdo como lo planteé, me caso con Gina, en el contrato de boda habrá un ligero cambio en letras pequeñas que diga que ella renuncia a su herencia para pasármela a mí y entonces yo seré el millonario. Pobre ilusa, cree que somos amigos pero lo único de lo que soy amigo es de su fortuna, al principio pensé en seducir a su madre pero la señora está muy enamorada de su esposo como para voltear a verme, entonces me quedó la hija, no es que me prestara atención, la muy libertina anda de flor en flor y solo me quedé con el puesto del chico al que tiene aprecio, sin embargo eso parece funcionar.Bebo de mi trago de ron barato ya que no puedo permitirme más de ahí y observo el retrato de mi padre. Pronto volveré a tener dinero viejo estúpido.Cuando papá murió dejó toda su fortuna a nombre de mis hermanos, de mi madre y al mío, pero
GinaLlamar a Chad fue un impulso de último minuto, estaba con Lexi hablando sobre cosas de bebé y vi a mi hija tener su primera sonrisa, le sonreía a la nada y me entró una melancolía, por lo que decidí que Chad merecía estar en cada momento de nuestra bebé. Tomé el móvil y le envié mi dirección en un mensaje de texto, lo que no pensé es que llegaría en exactamente catorce minutos, creo que llegó justo cuando di la orden de dejarle pasar en recepción.Tampoco conté con su reacción al verme, ese abrazo se sintió tan bien, pero nada era perfecto, él estaba casado y yo me iba a casar, por eso decidí separarme antes de llegar a más. Lo llevé a conocer a Aileen y debo admitir que casi lloro al escucharlo hablar con nuestra hija.—Hola princesa, ¿cómo estás? Yo soy tu papi, tu caballero de brillante armadura—. Son palabras que nunca voy a olvidar en la vida y haré que Aileen las conozca y que siempre las recuerde.Me quedo mirando como embobado por la niña se olvida de mi presencia, camina