Mario
—Crees que eres el problema y no es así, tú eres la solución— esas palabras siguen sonando en mis oídos, ella sigue sin dejar de torturarme por dentro, su confesión fue dura para mí, al igual que sé que fui duro con ella. La deseaba, era evidente, pero ¿amarla?, no señores, eso era imposible. Que me llamen inmaduro, que digan que la forma de comportarme y de negar lo que ya sabía es de un niño mimado o lo que sea. No podía ni quería ver la realidad de esas palabras, no era bueno lo que ella decía.
Puede provocar ternura en mí, que sus labios llamen mi atención y que la forma que me mira me erice la piel, pero solo eso. No hay más ni debe de haber más.
A veces la distancia es la mejor cura para seguir caminando, incluso cuando sientes que lo único que quieres es estar cerca.
—Necesito que pidas comida preparada y que la lleven a mi casa, sobre el mediodía. — Le pido a mi asistenta personal—. Que esté acompañado de una nota— ella escribe en su cuaderno—. "No voy a regresar a casa, puedes llamar a Amelia y que pase la noche contigo. Volker sabe que no estaré hoy. Nos vemos mañana". —Karen toma nota y después se marcha mientras pienso que tanto he hecho para que ella acabará enamorada de mí. Quizás el único culpable de esto fui yo y no me había dado cuenta.
La mañana fue larga e intensa, tenía muchos proyectos en manos y uno de ellos era la fundación que había creado para las mujeres que sufrían maltratos a manos de sus maridos.
—Señor Molina, la comida ya llegó a su casa y fue recibida.
—Gracias, Karen.
Tenía pensado pasar el resto de la tarde en mi oficina. Después cenaría en el restaurante del hotel que había cogido para esta noche. Le tuve que decir a Volker que tenía que ir a una reunión importante en Escocia. Sí, mentí.
Sé que estoy siendo un cobarde y no lo niego.
Era huir para no lastimarla. No quiero herirla y que ese amor que tanto dice que siente se convierta en odio. No quiero criar su desprecio porque eso sí que me mataría de cualquier forma.Reaccioné con el ceño fruncido a la notificación que me acababa de llegar.
—Gracias por la comida, pero no era necesario. Sé cocinar.
Con la mandíbula tensa preferí no contestar, sin embargo, minutos más tarde me llega otro mensaje.—No es necesario que Amelia pase la noche conmigo.
La tensión baja por mi cuerpo.
Llega otra notificación:
—Tengo planes y no dormiré en tu casa. Espero que lo pases tan bien como lo pasaré yo. Nos vemos mañana, Mario.
El corazón empezó a latirme muy rápido contra el esternón.
¿Cómo que se lo pasará bien? ¿Qué plan tenía y porque me lo estaba haciendo saber de esa manera? ¿Acaso quiere provocar en mí unos celos que no tenía?
No recibí más mensajes. ¿Qué pretende, que desafíe las leyes de la física? ¿Qué vaya en contra de lo que pueda llevar a la locura? ¿Qué intentemos algo que acabará con la amistad que tenía con su hermano?
Está jugando contigo— me repito para dejar de darle importancia.
La oscuridad de la noche nubló mi mente de una manera tan intensa y aterradora que estaba que no podía mantenerme quieto. Caminaba de un lado a otro mientras pienso qué significaba lo que me quiso decir.
—¿Saldrá con algún chico? — me pregunté a mí mismo—. ¿Y, que hay con eso? Está en la edad de... — me detengo.
Parecía que caminaba sobre el abismo. ¿Por qué me sentía de este modo?Flashback
—Deberías de aceptar ese acuerdo y dejar que otro aporte a la fundación. Es buena la oferta— Volker habla mientras miraba la pantalla de su portátil. Estaba revisando un contrato el cual no iba a firmar por muy tentador que resultara. Aquella tarde me había invitado a comer en su casa.
—Y ese mismo hombre fue denunciado por maltratos, pero su influencia lo llevó a salir impoluto porque sus millones hicieron callar muchas bocas y dejó a su mujer como una mentirosa que se autolesionaba. — Me sentí enfermo al recordar aquella noticia que en su día era la bomba en todos los medios—. Voy a por una cerveza, ¿te apetece una? — pregunté antes de salir del salón en busca de esta. Mi forma de calmar mis nervios es romper el ambiente en donde se había formado, siempre fui así y recuerdo cuando mi cuñada gritó frente a Lili y a la familia que ella le había cortado los frenos a su auto y que por eso Abel había sufrido el accidente. Me lastimé la mano contra la pared y me alejé de aquel pasillo.
Camino hasta la cocina, sin quererlo y con el rabillo del ojo detecté la figura de Leyna. La puerta de su habitación estaba media abierta y está se había quitado el vestido que llevaba y se quedó en ropa interior. En ese momento, en ese maldito instante, despertó el epicentro de mi deseo y la palpitación por el endurecimiento de mi miembro, me dejó encerrado por más de quince minutos en aquella cocina. Semanas después de aquel día me di cuenta de que su forma de mirarme no era como lo hacía antes y yo también la observaba de una manera distinta. No sé, cómo mujer sin dejar de ser niña.
Fin del flashback
Siento que no soy dueño de mí mismo, porque mis pies me habían traído hasta mi casa y en silencio había entrado dentro.
¿Estaba deseando encontrármela ahí y que Leyna haya jugado conmigo con esos mensajes? Pues sí, eso era lo que quería descubrir.
LeynaTenía la necesidad de hacer lo que no solía hacer, salir por ahí a divertirme con mis amigos y conocidos, acabar la noche en casa de Amelia y olvidarme de Mario. De lo gilipollas que se había portado conmigo cuando me gritaba a todo pulmón que mi amor por él era una tontería.Pero, ¿saben qué?, terminé de alistarme y cuando ya había apagado las luces escuché un ruido al otro lado de la puerta de la casa. Rápidamente, me escondí bajo mi cama y esperé a ver de quien se trataba. Por un momento pensé que habían entrado a robar, pero cuando percibí la figura del verdadero ladrón de mi corazón, me relajé y continué oculta bajo ese colchón.—Golpe y efecto— pensé sonriendo mientras el frío del suelo lo sentía filtrase bajo la tela de mi camisa.Este
MarioLo difícil no es aceptar un amor imposible, lo que realmente cuesta creer y normalizar es la situación y los detalles en la que ese amor se está dando. Uno quiere, desea y es evidente que también llega a doler. Así es, nos duele rechazar sabiendo que lo quieres de igual manera, estando prohibido o no. Pero rechazarlo para no romper una amistad de años es igual a cerrar la boca en contra de tus propios deseos.—El valor de esas acciones son del doble de lo que te están ofreciendo, Volker. Simplemente, recházalas ni hace falta que me lo consultes.Mientras ceno solo en la cocina, el trabajo de España me estaba estresando. Me tenía nervioso y no precisamente todo lo acumulado, sino lo que mis ojos veían.Esta mañana fue intensa, ella aceptó no presionar más y dejar las cosas como estaban. Y en parte pienso que es lo mejor. Intentar n
LeynaDescribir la forma en la que me sentí al tenerlo tan cerca de mí viendo aquella película fue como si por primera vez estuviese durmiendo en el cielo, que nada ni nadie tenía sentido, excepto nosotros dos. Por única vez me sentí diferente y aceptada de alguna manera como lo deseaba.—Madrugaste— dijo al verme sudada y con tan solo un top y leggins de licra.—Salí a correr por la zona.Mario baja su mirada y toma asiento a mi lado, el brillo de mi piel le llamaba a gritos y eso era evidente, él me dejaba ver lo que tanto ocultaba al bajar sus ojos.—Toma— le di su taza de café—. ¿Me llevarás a clase?Sus ojos buscan los míos y mi pecho vibró—. Si quieres, sí.—Quiero.—Vale, entonces date prisa en cambiarte, tengo una junta importante en una hora.Con
MarioNo sé... pienso y busco su mirada, en mis recuerdos, en mi mente y estoy temiendo a enamorarme, a dejar de ser yo, por querer estar solo con ella. Mi piel duele por no poder tocarla, mi intención es no lastimarla, es no querer romper ese vínculo que se formó con su hermano, y con ella. ¿Y saben qué?, el fantasma que me rodea y me grita que me lance, me sigue a todas partes, me tortura con tan solo imaginar que pueda llegar alguien más y que decida dejar ese amor que dice sentir por mí en el olvido. La imagino en mi habitación, sobre mi pecho y perdiendo la razón en su aroma, su esencia que desprende e inunda mi espacio a vainilla.Quiero protegerla, cuidarla de cualquier mal, verla cumplir cada uno de sus sueños, que su mirada siga trasmitiendo lo que ella solo puede decirme sin hablar. Pero cuando me doy cuenta de que despierta en mí lo que otra mujer no fue capa
LeynaSe enredó como serpiente a mi cuerpo aquella mañana que el sol salió más fuerte que nunca, que iluminó su rostro ante mis ojos mientras él descansaba abrazado a mí, me tenía contra su cuerpo como si temiese perderme.Aquella mañana, fue la primera de las noches que aún me quedaban a su lado. En la mañana parecía distante, otro Mario, pero en las noches llegaba a mi habitación y se quedaba hasta que saliera el sol.Y desde entonces el sol siempre brillo ante nosotros, todos los días sonreía como niña de diez años y esperaba a la llegada de la noche.Me conformé con su tacto sobre mi cabello, su piel cerca de la mía, y sus latidos sonando directamente en mi oído al recostarme sobre su pecho. Su olor me envolvía y sus brazos me daban calor. Era cuidadoso en dar siempre algún paso nuev
MarioParecía que caminaba sobre el abismo, pasó todo tan rápido y sin planearlo que ahora que la tenía contra mis labios y sin intención de soltar esa boca que tanto me llamaba, que me enloquecía y que me mantenía al borde de la desesperación.—Yo...— dice mientras le suelto la boca y une su frente con la mía mientras la deleite con la mirada, su respiración estaba agitada y las lágrimas mojaban sus mejillas enrojecidas—. Te amo, Mario. Te juro que lo que siento por ti es sincero y real.Esa onda expansiva que había sentido hace semanas, ahora con este beso pervivió que esa onda llegase otras más. Se me erizó el vello de la nuca. Ella entera es jodidamente arrebatadora.Al ver que no decía nada, Leyna deja de mirarme y se aleja de mí.—Leyna, olvídate de todo y mírame. No deje
MarioQuería escuchar a mí yo interior que no paraba de mandarme mensajes. Quería cerrar los ojos y dejarme llevar y puedo asegurar que la quería sobre mí más que nada, que su olor viva sobre mi piel y estoy a nada de dejar de ser quien soy y adueñarme de su ser. De olvidarme que es la hermana de Volker y simplemente es una chica que se coló en mi cabeza.Esa noche no visité su habitación, no la abracé hasta que saliera el sol, sin embargo, me quedé despierto toda la noche mirando el techo de mi cuarto analizando lo que había sucedido entre nosotros.Con un dolor insoportable de cabeza salí en busca de un café. El sol había salido e iluminaba el interior de la casa. Miré el reloj y eran las once, Leyna aún no estaba.—Qué raro— me dije a mi mismo mirando a la puerta de la habitación.<
LeynaEsconderme, fue lo más duro que hice en mi vida, ocultar mis sentimientos, mis días malos porque estos no eran correspondidos y eso fue duro para mí, y ahora que por fin Mario se había dado cuenta de que estábamos destinados a estar juntos, ahora tenía que seguir ocultándolo creo que será aún más difícil de lo que fue en la soledad.—¿Estás lista? — acuna mi rostro entre sus manos y une su frente a la mía.Hoy regresaba mi hermano.—Quisiera tener más tiempo a solas contigo. Vivir como los días anteriores sin nadie a nuestro alrededor.Él me sonríe y me da un beso casto en la boca. Tanto tiempo soñando con esto que ahora que lo estaba viviendo parecía un sueño.—Si quieres puedo mandar a tu hermano unos días más. No sé, comprar al