Mario
Quería escuchar a mí yo interior que no paraba de mandarme mensajes. Quería cerrar los ojos y dejarme llevar y puedo asegurar que la quería sobre mí más que nada, que su olor viva sobre mi piel y estoy a nada de dejar de ser quien soy y adueñarme de su ser. De olvidarme que es la hermana de Volker y simplemente es una chica que se coló en mi cabeza.
Esa noche no visité su habitación, no la abracé hasta que saliera el sol, sin embargo, me quedé despierto toda la noche mirando el techo de mi cuarto analizando lo que había sucedido entre nosotros.
Con un dolor insoportable de cabeza salí en busca de un café. El sol había salido e iluminaba el interior de la casa. Miré el reloj y eran las once, Leyna aún no estaba.
—Qué raro— me dije a mi mismo mirando a la puerta de la habitación.
<LeynaEsconderme, fue lo más duro que hice en mi vida, ocultar mis sentimientos, mis días malos porque estos no eran correspondidos y eso fue duro para mí, y ahora que por fin Mario se había dado cuenta de que estábamos destinados a estar juntos, ahora tenía que seguir ocultándolo creo que será aún más difícil de lo que fue en la soledad.—¿Estás lista? — acuna mi rostro entre sus manos y une su frente a la mía.Hoy regresaba mi hermano.—Quisiera tener más tiempo a solas contigo. Vivir como los días anteriores sin nadie a nuestro alrededor.Él me sonríe y me da un beso casto en la boca. Tanto tiempo soñando con esto que ahora que lo estaba viviendo parecía un sueño.—Si quieres puedo mandar a tu hermano unos días más. No sé, comprar al
MarioA veces siento como todos mis planes se ponen del revés porque la vida no es cuestión de querer y tenerlo sin más, no es todo lo que soñamos o como lo hayamos soñado, todo lo contrario, a veces nos sorprendemos de cómo se dan las cosas que nos acaban gustando las circunstancias y el significado de estas. Hoy por hoy puedo decir que lo mejor debe de estar por venir, aunque eso me lleve a perder muchas cosas antes de poder visualizarlo o por lo menos intentarlo.—¿En serio? —me hago el sorprendido cuando Volker empieza a contarme sobre mis nuevos socios, mientras tanto aprovecho y miro a Leyna por el espejo retrovisor que miraba con asco a la tal Lorena.—¡Te lo juro!— sonríe—, pensé que estaba de coña hasta que me lo propuso y bueno no me quedo de otra que aceptar y lo llevé a ese club, en fin, una noche de mucha perversió
LeynaUn pedazo de sol fue apagándose lentamente cuando vi que Mario se alejaba de mí, en ese momento nadie podía imaginarse lo que estaba pasando en mi interior, en cómo me sentí con tal solo unos segundos después de dejar de verlo. A veces pienso que el amor es una mierda en todos los sentidos, duele estando feliz o no, queda la ausencia de esa persona amada y nos deja un vacío como si estuviéramos borrachos y perdidos en medio de una densa nada.—Te extrañé tanto, Leyna—Volker me abraza nuevamente al verme entrar a nuestra casa.—Eres un exagerado, hermano. Si no fuera porque me estuviste llamando casi todos los días, ni me acordaría de ti—bromeé y este hizo una mueca que me causó aún más gracia. Volker era el único que me sacaba sonrisas mientras un huracán arrasaba mi pecho.—No t
MarioSerá como tiene que ser, sucederá lo que tenga que suceder. No estaba dispuesto a no ver la realidad en la que vivía y cierto es que mi realidad siempre tuvo un nombre y ese es el de la mujer que ahora mismo estaba tumbada junto a mí y en su cama.—¿Y cómo supiste que Volker no estaba en casa? —su pregunta llega a mis oídos haciendo que vuelva del trance en el que me encontraba.—Lo supe y ya, no tienes que preocuparte de eso, Leyna.Mis palabras no fueron suficientes para que comprendiera que ahora mismo deberíamos disfrutar del momento y no perder tiempo en otra cosa. Alza su rostro que estaba recostado sobre mi pecho y me mira bajo la luz de la luna.—¿Estabas en el hotel con él y las españolas?Me pierdo por un momento en sus hermosos ojos—. No—contesté muy seguro.—¿Y entonces
LeynaY tal como me quedé dormida, desperté sola en mi habitación mientras su aroma aún seguía sobre mi almohada, el sol había salido y mi sonrisa no tardó en aparecer al pensar en la increíble noche que pasamos juntos, bajo la luz de la luna y en sus brazos. Rodeada de sus hermosas palabras y viviendo en sus placenteros besos.—¡Buenos días! — saludé a Volker que estaba preparando el café. Vaya, vaya, tan sonriente que amaneció que, si no fuera porque supe donde estuvo anoche, pensaría que tuvo un sueño erótico entre sus sábanas—. ¿Qué tal dormiste?—Como un tronco. De hecho, descansé muy bien.Mentiroso— pienso asintiendo.—¿Y tú? Se te ve muy contenta esta mañana.—Es que estoy contenta y tengo una gran razón para es
MarioMe encantaba lo que era capaz de ser cuando se trataba de Leyna. En quien me convierto con tan solo pensar en ella y solo quiero tenerla conmigo. Que el tiempo vuelva hacia atrás y no desperdiciar ni un solo día de todos los días que pasó en mi casa. Lo único que me arrepiento ahora mismo es de no haberme dado cuenta antes de que mi mundo no es igual desde que entro en él con otro propósito.—Aquí está el que esperaba— la tal Lorena se acerca a mí y me da dos besos. Descaradamente, me mira sin cortarse ni un pelo. Después felicita a Volker y Leyna me observa con los brazos cruzados.Intento destensar el momento y tomar asiento cerca de Leyna. En medio de ella y Macarena, pero se me es imposible, ya que la otra le pide a su amiga que le deje ese sitio a ella.—Te juro que la mato— Leyna me susurra en el oído al ver que su herma
LeynaEl ser humano tiene la capacidad de meterse en problemas de una manera imaginable. A veces llegamos a entrar en una serie de líos que, si lo pensamos bien, jamás entraríamos así sin más.Tenía la necesidad de gritarle a esa mujer que no necesito que nadie me cuide, que me mirase y se diera cuenta de que soy igual o más mujer que ella, pero me callé, tragué esa bola que subía y bajaba por mi garganta y lo hice con un solo fin, seguir disfrutando lo que acababa de empezar con el hombre que tanto amo.—Fue increíble, muchas gracias a todos— Volker se despide de sus invitadas, ya que ellas dos quedaron en pasar la tarde en el centro comercial, mientras tanto, me metí en el auto junto a Amelia.Ella sostuvo mi mano y la miré como si fuera a echarme a llorar por la tensión y la rabia que pasé hace rato atrás.
LeynaParecía que caminaba sobre el abismo, aquella noche me perdí en un mar de pensamientos y recuerdos que no me llevaron a desconectar ni un solo segundo. Estuve pensando en mis padres, en qué dirían si ellos estuvieran aquí y yo les pudiera contar sobre mis sentimientos, mamá, seguro que lo entendería, y bueno papá era igual o más que Volker, muy protector pero seguro que lo aceptaría con el paso del tiempo. Él haría lo que fuese por mi felicidad y Mario era la parte fundamental de esta.La noche transcurrió, el día llegó y yo llegué a casa con el corazón en la mano. Decidida a decirle la verdad a Volker por muy que esto fuese una locura.Al entrar y ver que Macarena estaba sentada en el sofá de mi casa con un humeante café en la mano, la idea que tenía desde un principio desapareció.&mdas