Leyna
Tenía la necesidad de hacer lo que no solía hacer, salir por ahí a divertirme con mis amigos y conocidos, acabar la noche en casa de Amelia y olvidarme de Mario. De lo gilipollas que se había portado conmigo cuando me gritaba a todo pulmón que mi amor por él era una tontería.
Pero, ¿saben qué?, terminé de alistarme y cuando ya había apagado las luces escuché un ruido al otro lado de la puerta de la casa. Rápidamente, me escondí bajo mi cama y esperé a ver de quien se trataba. Por un momento pensé que habían entrado a robar, pero cuando percibí la figura del verdadero ladrón de mi corazón, me relajé y continué oculta bajo ese colchón.
—Golpe y efecto— pensé sonriendo mientras el frío del suelo lo sentía filtrase bajo la tela de mi camisa.
Este
MarioLo difícil no es aceptar un amor imposible, lo que realmente cuesta creer y normalizar es la situación y los detalles en la que ese amor se está dando. Uno quiere, desea y es evidente que también llega a doler. Así es, nos duele rechazar sabiendo que lo quieres de igual manera, estando prohibido o no. Pero rechazarlo para no romper una amistad de años es igual a cerrar la boca en contra de tus propios deseos.—El valor de esas acciones son del doble de lo que te están ofreciendo, Volker. Simplemente, recházalas ni hace falta que me lo consultes.Mientras ceno solo en la cocina, el trabajo de España me estaba estresando. Me tenía nervioso y no precisamente todo lo acumulado, sino lo que mis ojos veían.Esta mañana fue intensa, ella aceptó no presionar más y dejar las cosas como estaban. Y en parte pienso que es lo mejor. Intentar n
LeynaDescribir la forma en la que me sentí al tenerlo tan cerca de mí viendo aquella película fue como si por primera vez estuviese durmiendo en el cielo, que nada ni nadie tenía sentido, excepto nosotros dos. Por única vez me sentí diferente y aceptada de alguna manera como lo deseaba.—Madrugaste— dijo al verme sudada y con tan solo un top y leggins de licra.—Salí a correr por la zona.Mario baja su mirada y toma asiento a mi lado, el brillo de mi piel le llamaba a gritos y eso era evidente, él me dejaba ver lo que tanto ocultaba al bajar sus ojos.—Toma— le di su taza de café—. ¿Me llevarás a clase?Sus ojos buscan los míos y mi pecho vibró—. Si quieres, sí.—Quiero.—Vale, entonces date prisa en cambiarte, tengo una junta importante en una hora.Con
MarioNo sé... pienso y busco su mirada, en mis recuerdos, en mi mente y estoy temiendo a enamorarme, a dejar de ser yo, por querer estar solo con ella. Mi piel duele por no poder tocarla, mi intención es no lastimarla, es no querer romper ese vínculo que se formó con su hermano, y con ella. ¿Y saben qué?, el fantasma que me rodea y me grita que me lance, me sigue a todas partes, me tortura con tan solo imaginar que pueda llegar alguien más y que decida dejar ese amor que dice sentir por mí en el olvido. La imagino en mi habitación, sobre mi pecho y perdiendo la razón en su aroma, su esencia que desprende e inunda mi espacio a vainilla.Quiero protegerla, cuidarla de cualquier mal, verla cumplir cada uno de sus sueños, que su mirada siga trasmitiendo lo que ella solo puede decirme sin hablar. Pero cuando me doy cuenta de que despierta en mí lo que otra mujer no fue capa
LeynaSe enredó como serpiente a mi cuerpo aquella mañana que el sol salió más fuerte que nunca, que iluminó su rostro ante mis ojos mientras él descansaba abrazado a mí, me tenía contra su cuerpo como si temiese perderme.Aquella mañana, fue la primera de las noches que aún me quedaban a su lado. En la mañana parecía distante, otro Mario, pero en las noches llegaba a mi habitación y se quedaba hasta que saliera el sol.Y desde entonces el sol siempre brillo ante nosotros, todos los días sonreía como niña de diez años y esperaba a la llegada de la noche.Me conformé con su tacto sobre mi cabello, su piel cerca de la mía, y sus latidos sonando directamente en mi oído al recostarme sobre su pecho. Su olor me envolvía y sus brazos me daban calor. Era cuidadoso en dar siempre algún paso nuev
MarioParecía que caminaba sobre el abismo, pasó todo tan rápido y sin planearlo que ahora que la tenía contra mis labios y sin intención de soltar esa boca que tanto me llamaba, que me enloquecía y que me mantenía al borde de la desesperación.—Yo...— dice mientras le suelto la boca y une su frente con la mía mientras la deleite con la mirada, su respiración estaba agitada y las lágrimas mojaban sus mejillas enrojecidas—. Te amo, Mario. Te juro que lo que siento por ti es sincero y real.Esa onda expansiva que había sentido hace semanas, ahora con este beso pervivió que esa onda llegase otras más. Se me erizó el vello de la nuca. Ella entera es jodidamente arrebatadora.Al ver que no decía nada, Leyna deja de mirarme y se aleja de mí.—Leyna, olvídate de todo y mírame. No deje
MarioQuería escuchar a mí yo interior que no paraba de mandarme mensajes. Quería cerrar los ojos y dejarme llevar y puedo asegurar que la quería sobre mí más que nada, que su olor viva sobre mi piel y estoy a nada de dejar de ser quien soy y adueñarme de su ser. De olvidarme que es la hermana de Volker y simplemente es una chica que se coló en mi cabeza.Esa noche no visité su habitación, no la abracé hasta que saliera el sol, sin embargo, me quedé despierto toda la noche mirando el techo de mi cuarto analizando lo que había sucedido entre nosotros.Con un dolor insoportable de cabeza salí en busca de un café. El sol había salido e iluminaba el interior de la casa. Miré el reloj y eran las once, Leyna aún no estaba.—Qué raro— me dije a mi mismo mirando a la puerta de la habitación.<
LeynaEsconderme, fue lo más duro que hice en mi vida, ocultar mis sentimientos, mis días malos porque estos no eran correspondidos y eso fue duro para mí, y ahora que por fin Mario se había dado cuenta de que estábamos destinados a estar juntos, ahora tenía que seguir ocultándolo creo que será aún más difícil de lo que fue en la soledad.—¿Estás lista? — acuna mi rostro entre sus manos y une su frente a la mía.Hoy regresaba mi hermano.—Quisiera tener más tiempo a solas contigo. Vivir como los días anteriores sin nadie a nuestro alrededor.Él me sonríe y me da un beso casto en la boca. Tanto tiempo soñando con esto que ahora que lo estaba viviendo parecía un sueño.—Si quieres puedo mandar a tu hermano unos días más. No sé, comprar al
MarioA veces siento como todos mis planes se ponen del revés porque la vida no es cuestión de querer y tenerlo sin más, no es todo lo que soñamos o como lo hayamos soñado, todo lo contrario, a veces nos sorprendemos de cómo se dan las cosas que nos acaban gustando las circunstancias y el significado de estas. Hoy por hoy puedo decir que lo mejor debe de estar por venir, aunque eso me lleve a perder muchas cosas antes de poder visualizarlo o por lo menos intentarlo.—¿En serio? —me hago el sorprendido cuando Volker empieza a contarme sobre mis nuevos socios, mientras tanto aprovecho y miro a Leyna por el espejo retrovisor que miraba con asco a la tal Lorena.—¡Te lo juro!— sonríe—, pensé que estaba de coña hasta que me lo propuso y bueno no me quedo de otra que aceptar y lo llevé a ese club, en fin, una noche de mucha perversió