Capítulo 30

Leyna

Nunca quise comenzar lo que sería una guerra entre mi hermano y yo, el ocultar mis sentimientos no fue una decisión que tomé a la ligera, era guardar silencio o decirlo todo y no tener esa posibilidad que quizás hoy en día no haya tenido con Mario.

Esa noche no volví a cerrar los ojos, no después de mentirle nuevamente a Volker. Sentía rabia conmigo misma.

La piel me hormigueaba al ver como su forma de mirarme cambió desde aquella noche. Me detallaba cada segundo, sus ojos parecían estudiar lo que mi mente ocultaba y me di cuenta de que la cuerda que estábamos estirando Mario y yo se iba a romper en cualquier momento y mi hermano se enteraría de todo.

—Quiero conocer a ese novio tuyo.

Separé los labios y lo miré.

—¿Por qué?

Se me paró el bocado de comida que me había llevado a

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