Capítulo 33

Leyna

¿Cómo le explico que después de ese encuentro fortuito apenas puedo caminar sin que me duela? Y, sobre todo, ¿cómo finjo que todo va bien cuando me arde mi interior? Roja salí de esa habitación donde no solo Mario me hizo el amor, sino que le expliqué todo lo que tenía que haberle explicado en su día y no hubiera corrido el riesgo de cagarla con mi hermano nuevamente.

—¿Estás bien, hija? — preguntó la madre de Mario al verme salir al jardín. Mario alzó su mirada hacia mí que hablaba con Volker y su padrastro y yo me puse aún más roja de lo que ya estaba.

Mojé los labios y contesté—. Sí— finjo una sonrisa, todos dejaron de mirarme a excepción de él. El culpable de mi timidez y dolor.

—¿Quiere que la ayude en algo? — pregunté a

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