¿Estoy Enamorándome de un sicópata? Es imposible, lo es. Ni tengo la remota idea de lo que tendría que sentir, quizás solo esté confundida. Tiene que ser eso. Vi la agenda de mis apuntes sobre Jos, la abrí hasta en dónde tenía la última nota y comencé a escribir: Celoso, Enfermo de sexo, buen deportista, dedicado, hasta podría decir amable. En mis notas la lista de cosas malas era más larga que las cosas buenas. Es una perdida de tiempo estar haciendo esto.
Jamás lo entenderé. Y Jos no es una rata de laboratorio para que esté experimentando con él. Recordé el beso de Freddy. Se sintió como el primer beso que me dio Jos, puro éxtasis y diversión. En pocas palabras horrible. Decidí salir a fotografiar la luna, esta noche está mucho más cerca de la tierra. Y en este punto se ve excelente para sacar buenas fotografías.
Siempre que tomaba fotos. Tomaba tres iguales. Una para dársela a mi padre, otra para Alonso y la última me la quedaba yo. Esta vez sacaré cuatro, para darl
July Esta mañana no me sentía bien. Amanecí con un dolor fuerte de cabeza, tome algo para calmar mi dolor, pero nada parecía funcionar, por primera vez note preocupado a mi padre tanto que no fue a trabajar, le hubiera dicho que se fuera. Pero no podía ni levantarme de la cama. Las punzadas iban aumentando. Mi padre me dio una pastilla y eso me dejó profundamente dormida. Al despertar estaba algo mareada, tal vez era por pasar todo el día acostada. Baje a ver si aún estaba mi padre, la verdad es que tenía mucha hambre y esperaba que mi querido padre me tuviera una deliciosa cena. Al llegar al comedor noté que mi padre estaba hablando con Alonso, cuando me vieron llegar se quedaron callados. —No tienen por qué dejar de hablar —Alonso se acercó a mí y me ayudo a llegar a la mesa —sabes que puedo llegar sola —me senté en una de las sillas. —Sabes que me gusta ser caballeroso —me dio un beso en la frente y se sentó en la silla que se encontraba a mi lado —me p
Una explosión de emociones se desató dentro de mí. ¿Esto estará bien? Mi cerebro se preguntaba eso una y otra vez. Pero a mi corazón le gustaba y se negaba a rechazar tal sentimiento.—Este debió ser el primer beso —sus ojos brillaban y no sé si era por el reflejo de la luna o yo ya estaba alucinando.—Hubiera...ha... sido bueno -dije tartamudeado.—¿Te dejé sin aliento? —sonrió descaradamente.—Es el frío —dije sin pensarlo.Caminamos hasta llegar a la lo orilla. Comencé a escurrime el agua. Jos tomó el ejemplo de los perritos y comenzó hacer lo mismo que ellos después de mojarse tirándome toda el agua a mí.—Jos —le reclamé —comenzó a reír, tomo su chaqueta y la puso sobre mis hombros. Estaba acogedora. Oliendo tanto a él. Metí mis brazos en la manga y subí el cierre.Nuevamente tomo mi mano y caminamos hasta la carretera en donde había dejado su motocicleta. Subió y luego me ayudo a subir. Esta vez llevaba el ritmo más lento, pero
Trataba de prestar atención a la explicación de álgebra, pero la mirada penetrante de Jos me lo impedía. Al mover el brazodeje caer mi plumón. Al tratar de levantarlo me
Las palabras de Ariel retumbaban en mi cabeza. ¿Y si tiene razón? ¿Y si me arrepiento? ¿Por qué enamorarse es tan complicado? Ya recordé porque siempre intente no involucrarme con alguien.Con Alonso nuevamente hicimos nuestros famosos El corazón no disminuía su ritmo, las manos me sudaban y si las mariposas en el estómago existen entonces estaban comenzando hacer una revolución. Jos acaba de decir que si sabe amar y me ama a mí, a mí. Tomo nuevamente mis manos y yo sentía que estaba a punto de desmayarme.—¿Qué sientes por mí? —sus ojos suplicaban una respuesta mutua.—Yo… Yo tengo miedo, miedo de entregarme por completo y salir lastimada, miedo de que este sentimiento me lleve—No termine la frase, ya que Jos me callo con uno de esos famosos besos que me hacen olvidar el tiempo y el lugar. Tuve que terminar ese momento mágico. Jos sostuve mi rostro entre sus manos.—Déjame amarte.—Jos.—Sé que es muy pronto, y que estas confundida yo también lo estaba, pero ya no, te amo July más de lo que he amado en toda mi vida.—¿Y si esto no funciona? —dije con miedo—Solo dime que amas y haré que esto funcione.—Debo estar muy demente porque igual estoy perdidamente eCapítulo 21
Las clases comenzaron, pero Jos no estuvo en ninguna, al entrar a la cafetería lo busqué pero tampoco estaba.—Se te perdió tu Romeo. -Bromeo mi amiga.—No bromees así.—Perdón. Yo también tengo algo para contarte. Mira —me dio un sobre, lo tomé y lo abrí. Era una carta, comencé a leer lo que decía: Eres una extraña estrella en el cielo que no logro dejar de mirar. Diferente a todas las que hay en el cielo, única como pocas que brillan en la oscuridad Att: un chico que está profundamente enamorado de ti.En el fondo tenía un dibujo de muchas estrellas, pero solo una era dorada. Sonreí al imaginarme a Alonso escribiendo cada palabra. Siguió el camino de mi amigo alíen.—Tienes un gran admirador —metí la carta en el sobre.—¿Crees que sea verdad? Nunca antes había recibido una carta anónima. ¿Y si es un acosador? ¿Y si es feo? ¿Y si solo quiere tener sexo?—No es nada de eso.—¿Cómo sabes?—Solo déjate amar.—
Me fui directo a mi casa, la bicicleta se me tambaleaba y caí casi llegando a mi casa. Me quede sentada y tratando de controlarme. La cabeza nuevamente comenzaba a retumbarme.—¿Te encuentras bien? —levante la vista y la hermosa cara de la madre de Jos estaba frente a mí.—Sí —me levanté de golpe y eso hizo que me mareara. La madre de Jos me tomo del brazo.—Te llevaré a mi casa.—No, no quiero molestar.—No es ninguna molestia —levantó mi bicicleta y me ayudo a llevarla hasta su casa. La dejo afuera y entramos. La pequeña cabaña lucia increíble, muy hogareña, luces tenues colores claros y opacos, los muebles combinaban con el color ladrillo de las paredes, una chimenea muy linda y una hermosa lámpara colgante en medio de la sala, todo muy lindo.—Decoró muy bien su casa —me senté en un pequeño sillón.—Gracias, me gusta decorar —me dio un vaso de agua. Un gatito negro comenzó a pasarse entre mis piernas, quise tocarlo pero me gruño.<
Nuestro amor es como los vampiros. Que se deshace con el sol.Me senté en una esquina de mi balcón a observar la luna. Recordando la noche anterior en dónde todo pintaba color rosa y en donde imaginé conocer al hombre que tenía frente a mí, pero en realidad no sabía nada de él, solo lo que quería saber. Tenía la vista borrosa gracias a las mil lágrimas que querían desbordarse por mi rostro, reprimí mi llanto en un gemido. Esto me lo tengo merecido por tirarme al abismo sin un paracaídas, por lanzarme al agua sin saber nadar. El pecho me quema, nunca había sentido tanta decepción. Nunca había tenido tantas ganas de salir corriendo y abrazar a alguien, como tener que retenerme y atarme al palo de mi cama, que esa idea no estaría nada mal. Me puse los audífonos y puse la radió, parece que todas las emisoras conspiraron contra mí. Me arrebaté los audífonos y cerré los ojos.Escuché el cantar de los pájaros, al