Las palabras de Ariel retumbaban en mi cabeza. ¿Y si tiene razón? ¿Y si me arrepiento? ¿Por qué enamorarse es tan complicado? Ya recordé porque siempre intente no involucrarme con alguien.
Con Alonso nuevamente hicimos nuestros famosos
El corazón no disminuía su ritmo, las manos me sudaban y si las mariposas en el estómago existen entonces estaban comenzando hacer una revolución. Jos acaba de decir que si sabe amar y me ama a mí, a mí. Tomo nuevamente mis manos y yo sentía que estaba a punto de desmayarme.—¿Qué sientes por mí? —sus ojos suplicaban una respuesta mutua.—Yo… Yo tengo miedo, miedo de entregarme por completo y salir lastimada, miedo de que este sentimiento me lleve—No termine la frase, ya que Jos me callo con uno de esos famosos besos que me hacen olvidar el tiempo y el lugar. Tuve que terminar ese momento mágico. Jos sostuve mi rostro entre sus manos.—Déjame amarte.—Jos.—Sé que es muy pronto, y que estas confundida yo también lo estaba, pero ya no, te amo July más de lo que he amado en toda mi vida.—¿Y si esto no funciona? —dije con miedo—Solo dime que amas y haré que esto funcione.—Debo estar muy demente porque igual estoy perdidamente e
Las clases comenzaron, pero Jos no estuvo en ninguna, al entrar a la cafetería lo busqué pero tampoco estaba.—Se te perdió tu Romeo. -Bromeo mi amiga.—No bromees así.—Perdón. Yo también tengo algo para contarte. Mira —me dio un sobre, lo tomé y lo abrí. Era una carta, comencé a leer lo que decía: Eres una extraña estrella en el cielo que no logro dejar de mirar. Diferente a todas las que hay en el cielo, única como pocas que brillan en la oscuridad Att: un chico que está profundamente enamorado de ti.En el fondo tenía un dibujo de muchas estrellas, pero solo una era dorada. Sonreí al imaginarme a Alonso escribiendo cada palabra. Siguió el camino de mi amigo alíen.—Tienes un gran admirador —metí la carta en el sobre.—¿Crees que sea verdad? Nunca antes había recibido una carta anónima. ¿Y si es un acosador? ¿Y si es feo? ¿Y si solo quiere tener sexo?—No es nada de eso.—¿Cómo sabes?—Solo déjate amar.—
Me fui directo a mi casa, la bicicleta se me tambaleaba y caí casi llegando a mi casa. Me quede sentada y tratando de controlarme. La cabeza nuevamente comenzaba a retumbarme.—¿Te encuentras bien? —levante la vista y la hermosa cara de la madre de Jos estaba frente a mí.—Sí —me levanté de golpe y eso hizo que me mareara. La madre de Jos me tomo del brazo.—Te llevaré a mi casa.—No, no quiero molestar.—No es ninguna molestia —levantó mi bicicleta y me ayudo a llevarla hasta su casa. La dejo afuera y entramos. La pequeña cabaña lucia increíble, muy hogareña, luces tenues colores claros y opacos, los muebles combinaban con el color ladrillo de las paredes, una chimenea muy linda y una hermosa lámpara colgante en medio de la sala, todo muy lindo.—Decoró muy bien su casa —me senté en un pequeño sillón.—Gracias, me gusta decorar —me dio un vaso de agua. Un gatito negro comenzó a pasarse entre mis piernas, quise tocarlo pero me gruño.<
Nuestro amor es como los vampiros. Que se deshace con el sol.Me senté en una esquina de mi balcón a observar la luna. Recordando la noche anterior en dónde todo pintaba color rosa y en donde imaginé conocer al hombre que tenía frente a mí, pero en realidad no sabía nada de él, solo lo que quería saber. Tenía la vista borrosa gracias a las mil lágrimas que querían desbordarse por mi rostro, reprimí mi llanto en un gemido. Esto me lo tengo merecido por tirarme al abismo sin un paracaídas, por lanzarme al agua sin saber nadar. El pecho me quema, nunca había sentido tanta decepción. Nunca había tenido tantas ganas de salir corriendo y abrazar a alguien, como tener que retenerme y atarme al palo de mi cama, que esa idea no estaría nada mal. Me puse los audífonos y puse la radió, parece que todas las emisoras conspiraron contra mí. Me arrebaté los audífonos y cerré los ojos.Escuché el cantar de los pájaros, al
Estaba buscando las fotografías que llevaría, Alan me dijo que llevaría las diez mejores que tuviera, pero no sé cuáles son las mejores. Alguien toco mi puerta con dos golpes, sabía quien era.—Pasa Alonso. La felicidad no cabía en mi pecho, mis fotografías iban a ser exhibidas y muchas personas lograrán ver las cosas desde un punto muy distinto a lo que han estado acostumbrados a ver.—Gracias Alan, siempre estaré agradecida contigo, no sé cómo pagártelo.—Tal vez autografiándome esto —me dio un pequeño papel —sé que dentro de poco valdrá oro. —Sonreí y le di un gran abrazo —esto vale aún más.Don Julián de las Casas dueño de la galería, haría un evento para dar primicia a mis fotografías, me pidió nuevas fotografías el día iba a hacer exclusivamente para mostrar mis obras. Estaba tan entusiasmada, cosas como estas valen la pena recordar siempre. Este sábado está perfecto para salir y capturar buenos momentos, Alonso me acompañó él también es un buen fotógrafo así que me ayuda a elegir algunos lugares. Le tome fotos a la ciudad, le tome foto a los bosques, Alonso también le hice una sesión de fotos.—Sabes esta es tu oportunidad, puedes exhibir tu fotografíCapítulo 26
Estaba formulando las palabras en mi cabeza, pensando bien cuál sería mi decisión una que no me lastimara ni de la cualarrepentirme, al salir del planetario iba a subir al bus, pero alguien me tomo de la cintura llevándome lejos del bus.—Oye ¿Qué t
La noche calló. Íbamos en la carretera a una velocidad muy baja. El viento revoloteaba enmi cabello, me sentía feliz de estar con él, pero no podía demostrarlo del todo tenía que ayudarlo a encontrar su camino.—¿Crees que lo del astronauta fue algo exagerado? —grito—Sí, algo —le respondí con el mismo volumen de voz. Vi como sus labios se curvaban en una sonrisa. No pude evitar sonreír también. Llegamos hasta mi casa, me ayudó a bajar de la motocicleta.—No te vuelvas apartar de mi lado, eres como mi ancla, que me ayuda a mantener la cordura.—No vuelvas a lastimarme.—Te juro que me dolió mucho haberte tratado así, trató de controlarme—sus manos comenzaron a temblar, así que las entrelace con las mías.—Yo te ayudaré. —me pego a su