La temperatura cada vez descendía considerablemente, aún así, teniendo el calefactor encendido, podía percibir entre la piel y la ropa la frialdad de afuera. Transitar las vías no está mejor que el clima, ahora no sé si pueda volver a casa sin quedar atascado en la nieve. Más cuando ha empezado a nevar con mayor fuerza.
Me detuve por el impacto de la nieve que no me permitió seguir andando. Sin saber qué hacer, me quedé sumido en mis pensamientos por largos minutos en los que no aparté la vista de la nieve. Estando así, es como la soledad me golpea mucho más fuerte. Es ahora dónde necesito de las palabras sarcásticas y llenas de burla de mi hermano, los sutiles regaños de mamá y las miradas inquisitivas de papá.
—¿Por qué no fui directamente a casa? — me pregunté, tratando de establecer comunicación con Colin—. Genial...
Bajé del auto y entré a un hotel que estaba a pocos pasos de dónde había quedado, seguro ellos me pueden prestar un teléfono, ya que el mío no cuenta con señal en el momento.
—Buenas noches — saludé a la recepcionista.
—Buenas noches. Bienvenido al Hotel 55. ¿Cuenta con reservación?
—No, no cuento con una. ¿Será que me puede prestar un teléfono? Necesito hacer una llamada, ya que me he quedado sin señal.
—Siento no poder ayudarlo, señor. Las líneas también han estado fallando mucho debido al tiempo.
Diablos.
—Si gusta puede esperar en el salón mientras las líneas se reestablecen o el tiempo mejora.
—¿Hay restaurante?
—Sí, claro que sí. También hay bar por si le apetece tomar una copa.
—Gracias, de momento solo voy a cenar.
No teniendo opción, cené en compañía de familias, parejas y muchas personas solitarias como yo mientras esperaba paciente que el clima mejorara para marcharme. Mis padres y Colin deben estar preocupados por mí, pero tampoco ha habido mejora en las redes. Es muy difícil mantener un buen servicio en estos tiempos, sobre todo, debido a la cantidad de llamadas que se realizan el día de hoy a nivel nacional y mundial. Todos, de alguna manera, desean saludar a sus familiares y desearles un año próspero y mejor que el anterior.
La comida estuvo decente y de muy buen sabor, puedo decir que ha sido uno de los platillos que más me ha gustado comer fuera de casa. Me encontraba dándole la probada a una tarta de fresas cuando una voz femenina me sacó de mis pensamientos.
—Disculpe, ¿está ocupado? — señaló la silla frente a mí—. Es que no hay más lugares disponibles...
—Puedes sentarte sin problema — indiqué condescendiente.
—Gracias — la chica tomó lugar frente a mí, esbozando una sonrisa triste—. Espero no molestar.
—No molestas.
El silencio se adueñó de la atmósfera en cuestión de segundos. Por más que quería actuar normal, no podía. Había algo en el rostro de la chica que me invitaba a seguir mirándola, no sé si sea su mirada devastada, lejana y triste, o el hermoso color de sus ojos avellanas. No podía distinguir si el color de ellos era verde o gris, simplemente son de una combinación perfecta entre los dos. Se ve muy joven, de hecho, no parece tener la mayoría de edad, pero para estar sola en un hotel y el día de hoy es porque debe pasar de los veinte años. Lo añiñado de su rostro la hace ver muy linda, es realmente preciosa.
—Que triste, ¿no crees? — me miró fijamente, y por uno momentos quedé desconcertado—. Estar solos en un hotel cuando deberíamos estar con nuestras respectivas familias.
—Ah... sí, es algo nostálgico.
—¿Por que estás solo? Claro, si se puede saber.
Viéndola bien, en sus ojos había rastro de un largo y ansioso llanto. Ellos se perciban rojos e hinchados, además de que parte de su maquillaje se encontraba corrido. ¿Por qué una chica tan joven y bonita había llorado? De pronto me vi preguntándome a mí mismo.
—Pensaba comprar un vino y una tarta para llevar a casa, pero me he quedado a pocos pasos de acá — me encogí de hombros—. ¿Y tú?
Ella parecía dudar en si decirme o no, pero supe de inmediato que era algo triste y muy difícil para ella en contar, más porque las lágrimas se habían apoderado rápidamente de sus ojos. Luchó por no llorar, pero ya había sido muy tarde; sus lágrimas mojaron sus mejillas a gran velocidad, haciéndome sentir mal y confundido.
—Lo siento, pensarás que soy una llorona.
—No te preocupes, es natural llorar cuando algo te afecta, pero ¿sabes? Muchas veces decir en voy alta lo que te hace sentir triste, es de gran ayuda — me sorprendí a mí mismo con lo que acababa de decir.
—Mi prometido me engañaba con su mejor amiga — lo soltó en tono ácido—. Todos estos años me han visto la cara de tonta. Mientras estaba en casa esperando una llamada, una invitación o una visita, ellos se revolcaban a mis espaldas. Lo amaba, y creí ciegamente en que él también lo hacía, pero... — seguía limpiando sus lágrimas sin éxito alguno.
—Está claro que él nunca te amó. Si lo hubiera hecho, no hubiera engañado a una chica tan bonita como tú. No vale la pena que llores por alguien que no lo merece.
—Tienes razón, mientras sigo llorando por su traición y su falta de querer, él debe estar pasándolo de lo lindo en los brazos de ella...
—Te estás haciendo daño a ti misma hablando cada segundo de él. Puede que no sea fácil, pero te recomiendo que dejes ir esos sentimientos. Las personas son falsas y traicioneras por naturaleza.
—¿También has sufrido de un engaño?
—No.
—Ojalá nunca vivas uno. Es muy doloroso — tocó su pecho—. Sientes incluso que estás propenso a sufrir del corazón con tanto dolor que sientes en el.
—Espero que no me suceda algo como eso... — aunque al paso que voy, creo que nunca podré sentir las flamantes vibraciones que recorren todo el cuerpo que Colin tanto menciona.
—¿Te gustaría tomar una copa de vino conmigo? No quiero que te hagas una idea errónea de mí, más porque somos dos desconocidos, pero ¡en realidad necesito una! O en su defecto varias.
Me lo pensé por largos segundos, no soy de beber, mucho menos si es con una desconocida. Pero la chica se ve amable, algo alegre con la idea a pesar de estar sumida en la tristeza, además de que es muy linda y me llamó mucho la atención con solo mirarla a los ojos. ¿Qué malo podría pasar si bebo una copa con ella?
Además de que me propuse ser un poco más sociable, divertirme e incluso empezar a buscar una compañía mucho más grata y emocionante de la que me brinda Colin.
—Se ve que eres un hombre reservado, solitario y de pocas palabras, pero ¿por qué no hacer por primera vez en tu vida algo de lo que en tus cinco sentidos no eres capaz de hacer? Es decir, no es que estemos ebrios o tengamos que estarlo, pero sí estoy segura que si recibimos el nuevo año en esta amargura y tristeza, vamos a estar condenados lo que resta de año a vivir así. Te propongo que disfrutemos hasta que el sol vuelva a estar en la cúspide del cielo — esbozó una sonrisa que alertó a mi corazón y a todas mis defensas—. ¿Qué dices?
—Bueno, ¿por qué no? — le devolví la sonrisa, pero más tímido y menos emocionado que ella —. Nada malo va a pasar, ¿verdad?
Y ahí me encontraba siendo un hombre completamente distinto a lo que he sólido ser; alegre, espontáneo, suelto, risueño e incluso tan hablador como el mismo Colin lo ha sido toda su vida, que hasta la garganta me dolía de tanto que hablaba de una cosa y otra con Amelia; la desconocida bonita que está haciendo de mi nuevo año uno muy diferente.Quiero creer que es a causa de las varias botellas de cerveza que he bebido sin control, una detrás de la otra sin detenerme, que me siento más relajado y con la necesidad de soltar esos muros de indiferencia y soledad para siempre. Además de que, ¡la cerveza está tan dulce y rica! Baja por mi paladar como si de agua se tratase. También tiene notas amargas que me hacen estremecer entre trago y trago.—Cuéntame algo más de ti, Amelia — le pregunté, soltando el nudo de mi corbata sin dejar de mirarla a los ojos.Rayos, cada segundo que pasa la veo más bonita que el anterior. Estas bebidas alcohólicas son peligrosas, nos hacen ver en 3D la realidad
—Ven aquí, hombre, eso nos pasa a todos — un hombre me ayudó a levantar y me brindó una copa—. Toma, y bebe suave, porque entre más fuerza hagas, más te va a doler.No comprendí sus palabras, pero sí recibí el trago para bajar el dolor y la ansiedad que se había implantado en mi garganta. Por poco vómito lo que ese hombre me dio, pues ese trago estuvo más fuerte y amargo, nada comparado al sabor dulce de la cerveza que estábamos bebiendo antes.—¿Estás bien? — me preguntó Amelia aun con el leve rastro del sonrojo en sus mejillas.—Sí, estoy bien.—Que bueno...—¿Quieren venir con nosotros al bar, chicos? — nos preguntó el mismo hombre, tomando la mano de una mujer—. Vamos a celebrar otro poco.—No lo sé, ¿tú qué dices? — pedí su opinión.—Vamos, aún no podemos irnos de igual forma. Supongo que tendremos que pasar la noche aquí.—¡Muy bien!Nos fuimos con el grupo de amigos de aquel hombre a seguir festejando el inicio del año nuevo. Bailamos y bebimos hasta que la conciencia dijo bast
Deslizó el vestido por sus piernas, dejándome embobado por el diminuto traje que hacía lo más posible para cubrir las partes más íntimas de su perfecta y bien proporcionada anatomía. Luego se liberó de la parte de arriba, quedando su espalda libre para recibir todo tipo de atenciones.—No te la quites. Ven aquí — palmee la cama, experimentando dolor e incomodidad en mi pantalón—. Quiero quitar esa última prenda yo mismo.Se acercó tímida y coqueta hasta quedar frente a mí. Me incorporé en la cama y me di el gusto de palpar con mis manos y mis labios sus caderas, sus muslos, su vientre, la hermosa redondez y sensibilidad de sus senos. Entre más acariciaba esos puntos tan sensibles, más jadeaba sonoramente para mí. Y, es que, estaba tan fascinado con esos sonidos tan majestuosos que liberaba cada que retorcía entre mis dedos sus pezones, que no quería dejar de sentir esas corrientes que se extendían por todo mi cuerpo y se agudizaban en la punta de mi pene con fuerza. No sé cómo pude no
—Dios mío, ¿dónde estabas? ¿Y por qué vienes en ese estado tan deplorable? ¿Te sucedió algo malo? ¿Intentaron robarte? ¿Secuestrarte? ¿Matarte? ¡Dime algo, Harper! ¡No te quedes callado! — Colin me atacó tan pronto crucé la puerta de la casa.—Hoy estás más lora que de costumbre — masajee mis sienes, rogando para que Colin no siguiera gritando de esa manera tan exasperante—. Estoy bien, por si no te das cuenta.—Pero ¡tienes arañazos por aquí! — abrió mi camisa sin permiso, señalando con su dedo índice desde mi cuello hasta mi hombro—. ¿Qué te pasó? ¿Tuviste un accidente?—¡Que no, carajo! Como es de molesta tu voz. Deja de gritar en mis oidos que la cabeza me va a reventar.—Espera un momento...—¿Qué se supone que estás haciendo, Colin?Olfateó mi ropa y parte de mi cuello, para luego mirarme a los ojos y estrechar los suyos. Es gracioso verlo confundido y sorprendido por el estado en el que he llegado a casa, pero, a decir verdad, cuando me encontré solo en esa habitación de hotel,
AmeliaHe cometido error tras error desde que me mudé a Londres, pero no creí que una noche que pintaba horrible, triste y llena de traiciones fuera a convertirse en el mejor desliz que cualquier mujer puede tener en su vida. Si bien el sexo es algo natural entre dos personas que hacen conexión de momento, más cuando se está fuera de control y la razón ya no hace parte de los deseos de la carne. Pero que un hombre sea tan caballeroso, cariñoso y atento es algo muy difícil de encontrar en el ahora en el mundo. Por lo menos mi primera experiencia no fue nada desagradable; todo lo contrario, aún siento en el medio de mi corazón unas cosquillas bien ricas que se extienden por toda mi piel. Y contrario a lo que creí, no me arrepiento ni un segundo de haberme entregado a otro hombre que no fuese mi esposo.Mis padres no estuvieron de acuerdo que me marchara de casa una vez me enteré de la traición de Oliver con la que decía llamar su mejor amiga. Ahora que lo pienso, fueron cuatro años de u
Con el pasar de los días, el entusiasmo se ha ido por un barranco. No me han vuelto a llamar para asistir a alguna entrevista, y a las únicas dos que me llamaron para presentarme en las respectivas empresas, no me aceptaron por mi falta de experiencia. Aún cuento con algo de dinero y Emma no me ha puesto mayor problema por no poder ayudarla a pagar la renta, pero eso no le quita que me siento terrible y como una carga al tener que aprovecharme de mi mejor amiga. Una vez tenga empleo voy a recompensar toda su ayuda.Por otro lado, encontrar a «Mi Harper» así como lo ha determinado Emma, ha sido una odisea total. Han sido muchos perfiles los que hemos descartado, porque ninguno tiene ni un poco de parecido con él. Estoy empezando a dudar de que él sea amante de las redes sociales, pues a simple vista y por lo bien que recuerdo, es un hombre muy reservado y de pocas palabras. He empezado a perder las esperanzas, pero Emma no se da por vencida y cada tarde luego que llega de su trabajo, m
Llegué a la empresa exactamente a la hora que la señorita de la agencia me indicó por el teléfono el día anterior. Tengo muchos nervios, no voy negar, pues he pasado por infinidades de entrevistas y en todas he sido rechazada por mi nula experiencia. Lo que menos quiero es un rechazo más. Creo que todos merecemos la oportunidad, así gano experiencia y mayor conocimiento con el que contamos, pero muchas de estas personas prefieren ahorrar tiempo con alguien que en su parecer ya está preparado para asumir un rol.Mientras espero a ser llamada para que me tomen las muestras de sangre, un hombre aparentemente como de mi edad o un poco más mayor, se detuvo frente a mí.—Buenos días. Eres la chica que enviaron de la agencia de empleo, ¿verdad?—Sí señor — me puse rápidamente de pie.—¡Menos mal te encuentro! — sonrió grandemente—. ¿Ya te tomaron las muestras de sangre?—No, aún no.—Ven conmigo, por favor.—Sí señor.Lo seguí hasta donde una de las recepcionistas me habían atendido hace un
HarperLas últimos semanas han sido muy difíciles, sobre todo por el inicio de año y la nueva red que implementaremos a mediados del año. Queremos expandirnos, llegar a aquellos lugares donde no cuentan con internet o señal de calidad para entablar una comunicación. Pero antes de arriesgarnos con una red tan amplia y de óptima calidad, tenemos que hacer las pruebas de verificación. Hoy mismo tengo que una reunión con los técnicos y los especialistas para empezar lo más pronto posible con las pruebas iniciales de la nueva red y también tengo la llegada de la nueva secretaria. Necesito una lo más pronto posible, ya que he sido yo el que se va encargado de todo, y he estado a punto de volverme loco con tanto trabajo.Desde que comenzó el año todo me está cayendo en remesa, todo me molesta, por todo estoy irritado, cansado y malhumorado. No hay día que no viva en las nubes por culpa de una chiquilla de ojos bonitos y boquita dulce.—Tengo que salir ahora mismo, necesitan mi aval para empe