—¿Hasta qué horas piensas trabajar hoy, Harper? — inquirió mi hermano, entrando a mi oficina como si de la suya se tratase.
—No lo sé.
—¿Cómo que no sabes? Si llego a casa sin ti, mamá va a matarme. Además, es año nuevo, no hay mayor trabajo que hacer hasta la semana que viene.
—Tengo trabajo retrasado, así que voy a aprovechar estos días libres para ponerme al día — mentí.
—Eres un asqueroso mentiroso, ¿lo sabías? Te recuerdo que te conozco mejor que nadie.
—Bueno, entonces, ¿para qué preguntas lo que de antemano ya sabes?
—No puedo con tus altos grados de amargura — sacudió su traje, como si pudiese deshacerse de algo que solo está visible ante sus ojos—. No voy a insistir, porque es perder mi tiempo y mi aliento; y soy demasiado valioso para perder mis mejores segundos de vida en ti. Solo te pido que no llegues tan tarde a casa, trata de llegar por lo menos para que cenemos en familia. Estoy cansado de esta situación, siempre es a mí a quien regañan por tu culpa. Iré con mamá y papá.
—Llegaré temprano — fue todo lo que dije para no extender una conversación que no tiene sentido ni mucho menos un final.
—Bien, espero sea cierto. Pero por si al caso, ¡felíz año nuevo, hermanito! — salió de la oficina dando un largo y dramático suspiro.
Colin es mi hermano, menor por solo un año y vicepresidente de la compañía de telecomunicaciones que decidimos fundar en conjunto desde hace cinco años atrás. A pesar de que empezamos muy jóvenes a ganar dinero por nuestra cuenta, hemos sabido invertir cada libra que ha caído en nuestros bolsillos de la forma más correcta. Nuestro sueño de tener un imperio; grande y productivo, empezó en la cuerda floja, pero con el pasar de los años y todo el esmero que pusimos en nuestro negocio, desde hace dos años nos convertimos en la empresa de telecomunicaciones más renombrada y con gran futuro por la calidad y las buenas redes que manejamos en todo Londres. Los ciudadanos han confiado de nuestros servicios y, en nuestra de gratitud y calidad, brindamos un servicio completo, favorable para toda clase social y de excelencia.
Colin ha sido el único amigo que he tenido en todos los años que llevo de vida, pues socializar con las demás personas nunca ha sido de mi agrado. El chico divertido, casual y demasiado hablador para mi gusto es él, por eso es que nos entendemos tan bien. Además, que seamos hermanos lo hace todo más sencillo.
Dos toques suaves en mi puerta me hacen apartar la vista del ventanal.
—Adelante.
—Sr. King, ya es momento de que me vaya — anunció Grace, por lo que me giré para prestarle total atención a la mujer que me ha acompañado desde hace cinco años y hoy es su último día de trabajo—. Gracias por la oportunidad que me ha dado de trabajar con ustedes en esta empresa, ha sido maravilloso aprender tanto de usted cómo de su hermano. Estos cinco años han sido de grandes retos, pero me da emoción saber que estuve trabajando de la mano con dos hombres tan inteligentes y seguros, y juntos logramos sacar adelante su gran sueño.
—Gracias a ti por todo el esfuerzo y la dedicación que nos brindaste desde cero, sin tu ayuda y arduo trabajo hubiera sido imposible — estreché su mano con caballerosidad—. Le deseo lo mejor en su nuevo camino, Grace. Feliz año nuevo.
—Muchas gracias, también deseo de corazón que sigan creciendo como hasta ahora — sonrió—. Feliz año nuevo, Sr. King. Su hermano me pidió que no olvide llegar a tiempo a casa.
—Lo tengo presente.
Asintió con la cabeza, dio media vuelta y se marchó de mi oficina, dejándome en esa soledad que me ha abrazado por tantos años.
Antes pensaba que el dinero era todo lo que necesitábamos para ser felices y salir de la miseria, pero ahora que lo tenemos y, hasta muchas veces nos sobra, no dejo de sentirme solo, triste y vacío. Siento que me hace falta algo en la vida, pero todavía no he podido dar con esa pieza faltante en mi rompecabezas.
¿Quizás sea diversión, salir de la rutina, vivir por un par de horas la adrenalina de un buen momento, dejando de lado el estrés y la carga del trabajo como muchas veces me lo ha recalcado Colin? Sacudí la cabeza, ignorando el tipo de consejos que mi hermano suele darme.
No suelo ir a bares, de hecho, he ido a esos lugares tan solo tres veces en mi vida y ha sido bajo los engaños de mi hermano. El ruido, la cantidad de personas y el descontrol que se vive en este tipo de lugares, no me llama la atención ni un poco. Lo restaurantes no me satisfacen por completo, en muchos lugares la comida no es tan agradable al paladar.
«La comida es fantástica, el problema es que te sabe tan amarga por la misma soledad en la que vives», recordé las palabras de Colin, por primera vez, con el deseo de sentir la compañía grata de alguien.
Suspiré para mis adentros, tomé mi abrigo y salí de la compañía. Pasar tiempo con mis padres es de las pocas cosas que me hacen sonreír, pero últimamente me han atacado de más con mi soltería y mi falta de "amor" hacía una mujer, por lo que cada conversación termina en una discusión innecesaria. Ellos no comprenden que nunca he sentido tal química o amor a primera vista como Colin dijo experimentar con su novia Lili. Simplemente, nunca me he detenido para crear una conexión con una mujer.
—Quizás deba llevar un presente — murmuré, desviando mi camino y tratando de encontrar un mercado abierto para comprar, aunque sea, una botella de vino y una tarta de chocolate como las que le gustan a mamá.
La temperatura cada vez descendía considerablemente, aún así, teniendo el calefactor encendido, podía percibir entre la piel y la ropa la frialdad de afuera. Transitar las vías no está mejor que el clima, ahora no sé si pueda volver a casa sin quedar atascado en la nieve. Más cuando ha empezado a nevar con mayor fuerza.Me detuve por el impacto de la nieve que no me permitió seguir andando. Sin saber qué hacer, me quedé sumido en mis pensamientos por largos minutos en los que no aparté la vista de la nieve. Estando así, es como la soledad me golpea mucho más fuerte. Es ahora dónde necesito de las palabras sarcásticas y llenas de burla de mi hermano, los sutiles regaños de mamá y las miradas inquisitivas de papá.—¿Por qué no fui directamente a casa? — me pregunté, tratando de establecer comunicación con Colin—. Genial...Bajé del auto y entré a un hotel que estaba a pocos pasos de dónde había quedado, seguro ellos me pueden prestar un teléfono, ya que el mío no cuenta con señal en el
Y ahí me encontraba siendo un hombre completamente distinto a lo que he sólido ser; alegre, espontáneo, suelto, risueño e incluso tan hablador como el mismo Colin lo ha sido toda su vida, que hasta la garganta me dolía de tanto que hablaba de una cosa y otra con Amelia; la desconocida bonita que está haciendo de mi nuevo año uno muy diferente.Quiero creer que es a causa de las varias botellas de cerveza que he bebido sin control, una detrás de la otra sin detenerme, que me siento más relajado y con la necesidad de soltar esos muros de indiferencia y soledad para siempre. Además de que, ¡la cerveza está tan dulce y rica! Baja por mi paladar como si de agua se tratase. También tiene notas amargas que me hacen estremecer entre trago y trago.—Cuéntame algo más de ti, Amelia — le pregunté, soltando el nudo de mi corbata sin dejar de mirarla a los ojos.Rayos, cada segundo que pasa la veo más bonita que el anterior. Estas bebidas alcohólicas son peligrosas, nos hacen ver en 3D la realidad
—Ven aquí, hombre, eso nos pasa a todos — un hombre me ayudó a levantar y me brindó una copa—. Toma, y bebe suave, porque entre más fuerza hagas, más te va a doler.No comprendí sus palabras, pero sí recibí el trago para bajar el dolor y la ansiedad que se había implantado en mi garganta. Por poco vómito lo que ese hombre me dio, pues ese trago estuvo más fuerte y amargo, nada comparado al sabor dulce de la cerveza que estábamos bebiendo antes.—¿Estás bien? — me preguntó Amelia aun con el leve rastro del sonrojo en sus mejillas.—Sí, estoy bien.—Que bueno...—¿Quieren venir con nosotros al bar, chicos? — nos preguntó el mismo hombre, tomando la mano de una mujer—. Vamos a celebrar otro poco.—No lo sé, ¿tú qué dices? — pedí su opinión.—Vamos, aún no podemos irnos de igual forma. Supongo que tendremos que pasar la noche aquí.—¡Muy bien!Nos fuimos con el grupo de amigos de aquel hombre a seguir festejando el inicio del año nuevo. Bailamos y bebimos hasta que la conciencia dijo bast
Deslizó el vestido por sus piernas, dejándome embobado por el diminuto traje que hacía lo más posible para cubrir las partes más íntimas de su perfecta y bien proporcionada anatomía. Luego se liberó de la parte de arriba, quedando su espalda libre para recibir todo tipo de atenciones.—No te la quites. Ven aquí — palmee la cama, experimentando dolor e incomodidad en mi pantalón—. Quiero quitar esa última prenda yo mismo.Se acercó tímida y coqueta hasta quedar frente a mí. Me incorporé en la cama y me di el gusto de palpar con mis manos y mis labios sus caderas, sus muslos, su vientre, la hermosa redondez y sensibilidad de sus senos. Entre más acariciaba esos puntos tan sensibles, más jadeaba sonoramente para mí. Y, es que, estaba tan fascinado con esos sonidos tan majestuosos que liberaba cada que retorcía entre mis dedos sus pezones, que no quería dejar de sentir esas corrientes que se extendían por todo mi cuerpo y se agudizaban en la punta de mi pene con fuerza. No sé cómo pude no
—Dios mío, ¿dónde estabas? ¿Y por qué vienes en ese estado tan deplorable? ¿Te sucedió algo malo? ¿Intentaron robarte? ¿Secuestrarte? ¿Matarte? ¡Dime algo, Harper! ¡No te quedes callado! — Colin me atacó tan pronto crucé la puerta de la casa.—Hoy estás más lora que de costumbre — masajee mis sienes, rogando para que Colin no siguiera gritando de esa manera tan exasperante—. Estoy bien, por si no te das cuenta.—Pero ¡tienes arañazos por aquí! — abrió mi camisa sin permiso, señalando con su dedo índice desde mi cuello hasta mi hombro—. ¿Qué te pasó? ¿Tuviste un accidente?—¡Que no, carajo! Como es de molesta tu voz. Deja de gritar en mis oidos que la cabeza me va a reventar.—Espera un momento...—¿Qué se supone que estás haciendo, Colin?Olfateó mi ropa y parte de mi cuello, para luego mirarme a los ojos y estrechar los suyos. Es gracioso verlo confundido y sorprendido por el estado en el que he llegado a casa, pero, a decir verdad, cuando me encontré solo en esa habitación de hotel,
AmeliaHe cometido error tras error desde que me mudé a Londres, pero no creí que una noche que pintaba horrible, triste y llena de traiciones fuera a convertirse en el mejor desliz que cualquier mujer puede tener en su vida. Si bien el sexo es algo natural entre dos personas que hacen conexión de momento, más cuando se está fuera de control y la razón ya no hace parte de los deseos de la carne. Pero que un hombre sea tan caballeroso, cariñoso y atento es algo muy difícil de encontrar en el ahora en el mundo. Por lo menos mi primera experiencia no fue nada desagradable; todo lo contrario, aún siento en el medio de mi corazón unas cosquillas bien ricas que se extienden por toda mi piel. Y contrario a lo que creí, no me arrepiento ni un segundo de haberme entregado a otro hombre que no fuese mi esposo.Mis padres no estuvieron de acuerdo que me marchara de casa una vez me enteré de la traición de Oliver con la que decía llamar su mejor amiga. Ahora que lo pienso, fueron cuatro años de u
Con el pasar de los días, el entusiasmo se ha ido por un barranco. No me han vuelto a llamar para asistir a alguna entrevista, y a las únicas dos que me llamaron para presentarme en las respectivas empresas, no me aceptaron por mi falta de experiencia. Aún cuento con algo de dinero y Emma no me ha puesto mayor problema por no poder ayudarla a pagar la renta, pero eso no le quita que me siento terrible y como una carga al tener que aprovecharme de mi mejor amiga. Una vez tenga empleo voy a recompensar toda su ayuda.Por otro lado, encontrar a «Mi Harper» así como lo ha determinado Emma, ha sido una odisea total. Han sido muchos perfiles los que hemos descartado, porque ninguno tiene ni un poco de parecido con él. Estoy empezando a dudar de que él sea amante de las redes sociales, pues a simple vista y por lo bien que recuerdo, es un hombre muy reservado y de pocas palabras. He empezado a perder las esperanzas, pero Emma no se da por vencida y cada tarde luego que llega de su trabajo, m
Llegué a la empresa exactamente a la hora que la señorita de la agencia me indicó por el teléfono el día anterior. Tengo muchos nervios, no voy negar, pues he pasado por infinidades de entrevistas y en todas he sido rechazada por mi nula experiencia. Lo que menos quiero es un rechazo más. Creo que todos merecemos la oportunidad, así gano experiencia y mayor conocimiento con el que contamos, pero muchas de estas personas prefieren ahorrar tiempo con alguien que en su parecer ya está preparado para asumir un rol.Mientras espero a ser llamada para que me tomen las muestras de sangre, un hombre aparentemente como de mi edad o un poco más mayor, se detuvo frente a mí.—Buenos días. Eres la chica que enviaron de la agencia de empleo, ¿verdad?—Sí señor — me puse rápidamente de pie.—¡Menos mal te encuentro! — sonrió grandemente—. ¿Ya te tomaron las muestras de sangre?—No, aún no.—Ven conmigo, por favor.—Sí señor.Lo seguí hasta donde una de las recepcionistas me habían atendido hace un