Después de su inolvidable boda en Dubái, Isabella y Zaid se sumergen en los primeros compases de su vida matrimonial. El amor que los une es fuerte y poderoso, pero pronto se enfrentarán a desafíos inesperados que pondrán a prueba su relación y los llevarán a explorar los misterios del destino.
En sus primeros meses como pareja casada, los celos se apoderan de Zaid y sus inseguridades comienzan a emerger. Desea proteger a Isabella y ansía tenerla siempre a su lado, lo que provoca tensiones en su relación. Mientras tanto, Isabella se debate entre su amor por Zaid y su deseo de seguir trabajando como su asistente. La lucha por mantener su independencia se intensifica y se preguntan si podrán encontrar un equilibrio que satisfaga a ambos.
En medio de estos conflictos internos, la vida de Isabella y Zaid da un giro inesperado cuando se ven envueltos en una serie de atentados. Estos eventos amenazan su seguridad y despiertan en Zaid la sospecha de que alguien está conspirando para hacerles daño, poniendo a Isabella en peligro. Su instinto protector se agudiza, y su amor por ella se intensifica aún más cuando comienza a notar los cambios en su cuerpo, temiendo que pueda estar embarazada.
Sin embargo, la noticia de un posible embarazo despierta en Isabella un temor abrumador. Aunque ama a Zaid con todo su corazón, la idea de asumir la responsabilidad de ser madre tan pronto en su matrimonio la llena de incertidumbre. Se debate entre la alegría y el miedo, mientras busca encontrar la fortaleza interior para enfrentar esta nueva realidad que se avecina.
Mientras tanto, los hermanos de Isabella llegan para pasar una temporada con ellos al enterarse de los atentados que pasaron recién. Durante su visita, el hermano mayor de Isabella confiesa en secreto a su hermana que ha estado manteniendo contacto a escondidas con su cuñada, la hermana de Zaid, llegando a pensar de convertirse al Islam para ser aceptado en matrimonio con Nabila en un futuro, pero vivir en la ciudad de México y seguir trabajando en la panadería, algo que Nabila también desea, pero Isabella siente que hay algo más que no comprende del todo y se debate entre el deseo de apoyar a su hermano callando el secreto y mantener la estabilidad de su propio matrimonio.
Pero las complicaciones no terminan ahí. Azahara, la ex prometida de Zaid, hace su entrada triunfal en Toronto junto a Ibrahim. Su objetivo es poner en marcha una empresa que se convertirá en la rival directa de Ashgar Export, la empresa de Zaid. Esto despierta sospechas en Zaid, quien cree que el primo de Azahara podría estar detrás de los atentados que han sufrido.
Enfrentados a los desafíos del control, los secretos y la incertidumbre, Isabella y Zaid se encontrarán en una encrucijada crucial. Mientras luchan por mantener la confianza y la comunicación, deberán aprender a superar sus propias inseguridades y temores. El amor que los une será puesto a prueba, y solo a través de la fuerza del destino y el entendimiento mutuo podrán encontrar la forma de hacer que su matrimonio funcione.
La segunda temporada de «Habibati: Un Destino Entrelazado» promete sumergirnos en un torbellino de emociones. Con intrigas, pasiones desbordantes y revelaciones impactantes, Isabella y Zaid se embarcarán en un viaje que cambiará el rumbo de sus vidas. ¿Podrán superar los obstáculos que se les presentan y descubrir el verdadero significado del amor y la confianza en medio de la adversidad?
No te pierdas próximamente ni un solo episodio de esta apasionante historia, donde el destino jugará su papel y las vidas de Isabella y Zaid estarán entrelazadas de una manera que nunca imaginaron.
Isabella Export Ashgar, Toronto, -Canadá. Mi mirada estaba fija en la pantalla de mi monitor mientras finalizaba los detalles para el evento del fin de semana. Sentía una mezcla de emoción e inquietud. Zaid se había obsesionado con la idea de revelar nuestro nuevo estatus en la empresa: que yo, Isabella Sánchez, la asistente de presidencia, era su esposa. Aunque prefería mantener mi anonimato por unos meses más, esta mañana discutimos sobre el momento preciso, y él insistió en hacer el anuncio durante el evento. —Aquí tiene, señora —apareció la señora Bruce y me entregó una pequeña caja con un lazo rojo. Nuestros ojos se encontraron brevemente, fruncí el ceño y tomé la caja con una mano. —Gracias, señora Bruce —respondí cortésmente mientras ella se dirigía a su escritorio. Desde que supo que su jefe era mi esposo, había mantenido la relación laboral en total armonía. Aunque Zaid le había asegurado en repetidas ocasiones que no haría distinciones, a veces parecía incitarla a acerca
IsabellaDejé caer mi bolso sobre la superficie de mi escritorio y esperé a Zaid, me había avisado que lo esperase un par de minutos después de mi hora de salida, tenía una videoconferencia desde hace más de una hora, la señora Bruce se había despedido de mí de manera amable y me dejó sola en el piso de presidencia.Miré la pantalla de mi celular y contesté un par de mensajes instantáneos de parte de mis hermanos, todos preguntaban cómo me estaba yendo en mi vida de casada ahora que estaba de vuelta en Toronto, que pronto nos veríamos y a qué lugares los llevaría, estaban emocionados que en unas semanas nos reuniríamos en Dubái para la boda.Las palabras de Zaid hicieron ruido, el tema financiero claro que era un tema del que teníamos que hablar, no quería ser la mantenida, quería tener mi puesto como hasta ahora, quería tener mi propio dinero y con ello, ayudar a mis hermanos, aunque nunca me lo pedían yo enviaba dinero a sus cuentas.—¿Lista, señora Ashgar? —escuché la voz de Zaid s
IsabellaLa familia de Zaid habían llegado esta mañana a Toronto, habíamos ido junto con Nabila para darles la bienvenida en la pista privada. Había una gran montaña de maletas que habían traído de Dubái, no quería imaginarme todo lo que venía en ellas. La madre de Zaid, se había portado amable, siempre y cuando su hijo estuviese cerca, pero a solas, era un témpano de hielo, no sabía como interactuar con ella sin que me escudriñara con sus ojos oscuros. —¿Estás bien, habibati?—preguntó Zaid, levanté la mirada a él y afirmé lentamente, realmente tenía hambre, mucha hambre, pero estábamos en una tienda de artículos de hogar y los padres de él, querían que eligiéramos algo para nuestra nueva casa. —Sí, solo…—me llevé de manera sutil la mano a mi estómago. —Tengo hambre. Tenemos que regresar a la oficina, hay mucho por hacer y…—él puso su dedo contra mi labio para que detuviera mis palabras. —Tengo personal para ello, tranquila. —intentó hacerme sentir que todo estaba bien, acarició mi
IsabellaHospital St. Michael, Toronto, Canadá.Caminé de un lado a otro esperando que salieran a darnos noticias de Zaid, su padre estaba al celular avisando a alguien que intentaron matar a su hijo, sus hermanos hablando entre sí de forma preocupados, las esposas de ellos hacían lo mismo, la madre, orando en una la última línea de asientos, y Nabila, con los ojos llorosos y tratando de controlarse. —Él estará bien—le dije al sentarme a su lado—Saldrá pronto el doctor a dar la noticia de que está bien.—Que Alá te escuche, Isa—luego se limpió los ojos con un pañuelo. —Cuando sucedió él atentando en la boda de nuestro hermano, se sintió distinto, no tenía el terror que tengo en estos momentos de que le pase algo. —me miró—No te conocía aun cuando escuché que tú ibas en ese auto en lugar de él, agradecí que él estuviese sano y con vida, pero ahora, ¿Si le pasa algo?—y más lágrimas llegaron, negué rápidamente intentando no llorar junto con ella. —Estará bien. —aseguré con fe, el grupo
ZaidHospital St. Michael, Toronto, Canadá.La voz de un hombre me hizo abrir los ojos poco a poco, me sentía algo mareado y el sabor extraño en mi boca, empecé a odiarlo de inmediato. —Está estable, señor Ashgar—escuché otra voz, —Así qué no tiene por qué preocuparse, perdió sangre, pero por no ser lo que hizo la esposa, pudo haber perdido más, así qué, pudo haber sido peor. —luego un silencio breve y agradecimientos de mi padre en nuestro idioma natal y después un breve silencio. —Gracias. —era la voz de mi padre, luego se escuchó la puerta cerrarse, —Zaid—susurró mi padre, lo busqué con la mirada y entonces apareció su rostro, sonrió aliviado. —Estás bien, hijo. Gracias a Alá, estás bien. —mi garganta estaba totalmente seca que no me atreví a hablar, intenté suavizarla pasando saliva, pero no tenía la suficiente fuerza para hacerlo. —¿Quieres agua?—preguntó mi padre cuando terminó de analizarme y yo solo asentí. Desapareció de mi vista y luego, un momento después estaba ayudándo
IsabellaHospital St. Michael, Toronto, Canadá.Solo habían pasado un par de minutos cuando la puerta se abrió bruscamente, tomándonos por sorpresa, al mirar, nos dimos cuenta de que era la madre de Zaid, tenía los ojos llorosos y podría deducir que había alivio plasmado en su mirada, pero al mirarme, su rostro se transformó, definitivamente nunca nos vamos a llevar bien.—Yo tengo derecho antes que ella para entrar a verte, —dijo caminando hacia mí, me levanté y luego le cedí espacio para que se acercara a su hijo.—Por Alá, madre, es mi esposa, ¿Cuándo es que…?—detuvo su oración cuando el dolor llegó a él cuando intentó sentarse, la señora decía algo murmurando que no alcancé a escuchar, ahora entiendo cuando dicen que hay suegras que te adoran y eres como otra hija más, pero hay otras que de plano no te ven como una, y solo eres una extraña. —No te muevas, te ayudaré a acomodarlo. —le dije de inmediato para que ya no se moviese, pero la madre, se adelantó y me lanzó una mirada de
IsabellaRegresé con John a la sala de espera para volver a entrar a ver a Zaid, pero entonces, escuché decir a su familia que yo podría hacerme cargo del evento de empleados. Se dieron cuenta de mi presencia y de inmediatamente todos se giraron hacia mí. —Isabella, ¿Podrías encargarte de todo?—preguntó el padre de Zaid, tenía esperanza de que yo dijera que sí, pero realmente nunca había estado a cargo de un evento así. —¿Yo?—solo pregunté como no creyendo su petición. —Nunca he manejado un evento de tal magnitud por todo los detalles que me he encargado junto con la señora Bruce…—¿Pero podrías? Yo podría hacerla de segunda a tu lado y así ayudar también a Zaid. —dijo Nabila poniéndose de pie y acercándose a mí. —Bien, entonces, yo me haré cargo junto con Nabila. —También nosotros podremos ayudarlas—dijeron los hermanos y esposas de ellos, entonces todos se vieron aliviados por qué había alguien a cargo, aunque mi corazón latió apresurado, sé qué podría hacerlo, bueno, eso querí
ZaidResidencia Ashgar-SánchezLa enfermera chasqueó los dientes al ver que no le estaba ayudando a moverme para limpiarme la herida, estaba realmente molesto, irritado y ansiaba con desesperación poder estar sano, dejar ir a Isabella con un grupo de seguridad al evento sin mí, empeoraba como me sentía. —Tiene que tener mucho cuidado de no ser brusco o se lastimará—dijo la mujer mayor con un gesto de «Haz caso o te las verás conmigo» así que sostuve su mirada por un momento más sin decir nada, luego asentí lentamente. —Gracias. —lo acompañé con la mirada, pero no pude evitar no sonar irritado. Tocaron a la puerta y anuncié que podían entrar, entonces apareció John, mi jefe de seguridad y mi mejor hombre de confianza. Noté en su mirada inquietud, lo sé, sabe que deberíamos de permanecer en casa hasta llegar al culpable del atentado, ver desde donde ha llegado todo esto. —Está lista la señora Ashgar. —informó. La mujer nos dio privacidad y luego al quedarnos solos en la habitación, s