Capítulo 80. Ecos de incertidumbre.

Alexandre, al ver la reacción de la niña y de Esmeralda, se echó hacia atrás, asustado por haber provocado tal escena. Sus ojos se llenaron de lágrimas de frustración y confusión.

—¡Yo no le hice daño! ¡Solo le estaba hablando! Ella es muy grosera porque no respondió mis palabras —se defendió Alexandre, mirando a Esmeralda con desesperación.

Esmeralda, tratando de calmar la situación, negó con la cabeza y acarició el cabello de su nieta mientras le hablaba a Alexandre con suavidad.

—Alexandre, cariño, Anaís no te respondió porque no puede escucharte. Ella no es maleducada, solo que es sordomuda. No puede escuchar lo que dices ni hablar como nosotros —explicó Esmeralda con ternura.

El rostro de Alexandre cambió de inmediato, su enojo se transformó en tristeza. Bajó la cabeza, apenado por no haber entendido la situación.

—Lo siento... no sabía... ¿Por qué es así? —preguntó Alexandre, susurrando con culpa en su voz.

Esmeralda lo miró con comprensión y cariño.

—Son cosas que pasan, pequeñ
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