Capítulo 19
Mirando a Diego, César se rio: —¿Qué te pasa, Diego? Parece que tienes algún problema con eso.

Azucena despreció: —Pues claro, le disgusta de ver al señor Doblado mejor que él, está tan celoso.

Diego negó con la cabeza, la desvergüenza del tal César estaba realmente por encima de sus expectativas.

Santiago le llamó personalmente para pedirle permiso, y solo gracias a que dio su palabra el Grupo Jerano tuvo la oportunidad de obtener la parcela del orfanato.

César, con una copa en mano, dijo con aire de veterano: —Diego, no te pongas celoso, venga.

—Te invité amablemente a una copa y, en vez de agradecerlo, me cuestionaste. Mira tu actitud, como si no fuera yo quien ayudó a Leila, sino tú...

Jorge soltó una risita: —Jaja, ¿él? Si solo es un mantenido de mierda. Si él pudiera hacerlo, yo me atrevería a comer mierda.

Diego miró a Leila y le dijo con cara seria: —Un consejo, estás rodeada de un montón de idiotas malintencionados y mentirosos, así que será mejor que tengas cuidado. El negoci
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