Capítulo 12
El rubio de rostro hostil era el improductivo hermano pequeño de Leila, Jorge Jerano.

—¿No fueron competentes y ahora quieren conseguirlo a lo bruto?

Diego parecía indiferente, ajeno al cuchillo que Jorge tenía en la mano.

Azucena dijo con maldad: —Diego, no te olvides, ¿qué eres sin Leila? En los tres años de relación, ella te dio todo, ¿quién eres tú para ser tan desagradecido?

¡Vaya absurdez!

Diego se rio, con burla en los ojos: —Deberías haber dicho que, en los tres años de relación, fui yo quien le dio todo, no ella a mí.

—¡Bah, no digas tonterías!

Azucena estaba furiosa: —Te has estado dejando mantener por Leila todo el tiempo, ¿qué le has dado? ¿Eh? ¿Qué tienes para darle, sinvergüenza?

Diego se burló y preguntó retóricamente: —¿Ah, sí? Recuerdo que yo conseguí los contratos importantes del Grupo Jerano, ¿olvidaron eso? Y fui yo quien sacó a tu hijo cuando estaba en la comisaría. ¿Ustedes los Jeranos están tan obsesionados con el dinero que ya no les importa nada más o qué?

Azuc
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