Victoria estacionó fuera de la Mágica Cascada. —Bruja, no quiero que te vayas así, por favor. —No te preocupes, estoy bien —dijo Victoria y obviamente no estaba bien, lloraba desconsolada—debo ir a Milán, los preparativos de la semana de la moda comienzan, solo vine a Venezuela porque mi madre celebraría su cumpleaños aquí, se tomó las fotos para la prensa fingiendo tener una familia feliz y se marchó a Alemania. Rebeka la abrazó. —Lo siento mucho Victoria, no sé qué decirte. —Por primera vez alguien demostraba que yo le importaba, me decía que él también era muy solitario y conmigo se sentía en casa —se lamentó Victoria por Michael. –Quédate Victoria… —suplicó Rebeka. —No, tú familia no me quiere cerca de ti y tengo trabajo en Milán. —Entonces esperame, me voy contigo. Aunque Victoria no quiso entrar, esperó, Rebeka caminó a la casa y allí sus padres ya estaban desesperados, en cuanto la vieron entrar, Mercedes suspiró de alivio y la abrazó, su padre ya
Rebeka fue por petición de sus sobrinos al río, a la cascada que los lugareños decían que concede deseos de amor, de allí a que la hacienda se llamará La Mágica Cascada, su cuñada Elena se quedó en casa con el bebé y su hermano Pablo y Robert que era como un primo, dueño de la hacienda, se estaba encargando de todos los niños, montandolos sobre sus hombros y lanzándolos al agua, en otra ocasión Rebeka estaría jugando con ellos, o en Milán con su amiga, preocupada por sus compras de la nueva colección de diseñadores, pero le parecía que ahora no se conocía, todo en ella era tristeza, su madre Mercedes se acercó a ella. —Elena no vino porque está en la cuarentena, y Johana por su embarazo, Belinda tenía trabajo pendiente y mandó a los gemelos, veo a todos ocupados, con metas y responsabilidades y luego estás tú, hija yo no te he dicho nada acerca de los sentimientos que desarrollaste por ese muchacho, pero ¿acaso no había algo más en tu vida? —Mamá,¿puedo ser sincera contigo?,
Rebeka día con día mostraba tener mejor ánimo, ya poco a poco parecía más la joven vivaracha, aunque solo fuera en apariencia, cada noche cuando iba a dormir lloraba hasta dormirse, con nadie podía hablar del tema, ni siquiera con su amiga Victoria que estaba peor que ella, así que Rebeka disimulaba su tristeza para que no pusieran objeción en que ella fuera a Milán y acompañar a su amiga, aunque fuera con un equipo de guardaespaldas. Una semana después llegaron de New York Sebasthian y su esposa Brenda. En cuanto Rebeka vio a Brenda no pudo evitar el llanto al abrazarla, verla a ella es como si fuera un nexo a Diego, por tonto que pareciera, ambas lo querían y eso la hacía sentirse comprendida, aunque no dijeran ni una palabra. —Ya Rebe, ya no llores que me harás llorar a mí —le susurró Brenda en su oído. —¿Para mí no hay un abrazo?, me siento el ogro de la historia —le reprochó Sebasthian y Rebeka estiró sus brazos para abrazar a su primo enorme—. ¿Estás bien mi monstruita?
La clínica veterinaria con servicio de emergencia tenía esta área secreta, aquí un médico atendía casos como este en particular y cobraba honorarios elevados por cerrar la boca, aquí contaban con todo lo necesario para atender a heridos que no pueden ir a un hospital y explicar el porqué de sus heridas. —Debimos llevar a Ivan a un hospital, decir que fue un atraco. —¿Quieres explicar qué haces en Estados Unidos cuando eres buscado por secuestro?, que me vean contigo sería espléndido. —Menos mal que quiere a Ivan como a un hijo —indicó Diego con sarcasmo. —Aún debes aprender mucho de este trabajo, muchacho, todo en la vida tiene un precio, debemos estar dispuestos a pagarlo. Diego se levantó del sofá donde estaba, sintiéndose asqueado. —¿Dispuesto a pagar por qué? —exclamó Diego furioso—, ese hombre de allá, que está entre la vida y la muerte le entregó su vida a usted, ¿de que gozaba?, ah, ¿de atender al maniático de su hijo?, ¿de aguantarlo a usted? —No tengo
Algunas semanas transcurrieron desde el momento en que Halcón le demostró al mundo de la mafia que él era de cuidado, que era astuto y no solo un hombre que se limitará a matar unos cuantos hombres, si bien ese día él perdió a Iván que era alguien sumamente importante para su organización y algunos efectivos, él acabó con una suma millonaria de sus competidores más férreos, el antiguo Halcón y Franco Slashdot, una jugada tan magistral que lo hizo el principal surtidor de mercancía en Estados Unidos sin lugar a dudas, la calma era tensa, no habían sabido más de Luciano o de Franco y don Massimo se reunía a diario con Diego y Michael, ellos no lo sabían, pero esto no era normal en don Massimo, él daba libertad de movimiento a Luciano y se encargaba de sus casinos, con renuencia veía los negocios de Halcón porque se sentía mal por la memoria de su esposa quien le suplicó salirse de la mafia, sin embargo, con estos muchachos lo disfrutaba, y día con día iba confiando más en ellos. Una
Milán, Italia. En el hotel Larsson Milán el anterior gerente Justin Scott, se había hecho cargo de la gerencia de nuevo, como un favor a los Larsson que no tenían cabeza para escoger a alguien más, él los recibió a todos en la sala familiar y le hizo un guiño a Rebeka. —Te estoy calentado la silla —le dijo y ella sonrió. —Y tendrás que hacerlo un poco más tesoro —indicó Verónica Santiani, publicista de los Larsson—, aún a Rebeka le hace falta un tiempo de superación de su secuestro antes de retomar su vida. Rebeka puso los ojos en blanco. —Lo siento muñeca —se lamentó Verónica—, se que es un fastidio, pero todo está resultando perfecto, necesitas que te vean con tu guapo prometido, algunas fotos en varios lugares antes de tu fiesta de cumpleaños. —Ahí va mi primer compromiso roto ¿estás segura que esa estrategia funciona? —¿La estrategia del compromiso? —Verónica se echó a reír—, claro que funciona mi amor, los clichés, siempre funcionan, mientras más dramática se
Las peleas en el galpón habían terminado y Diego se sentía complacido, pudo pasear entre la gente sin problema, muchos bromeaban con él porque vestía de marca, no les dio explicaciones a ninguno, pues Diego era respetado, quien figuraba como el encargado de Halcón era Odín y los negocios de Halcón eran atendidos sin que los peleadores y público supieran que era él, igual cada quien estaba pendiente de lo suyo y Diego estaba tranquilo. Era medianoche en New York, mientras en Milán las 6am, Michael estaba en el área privada de Halcón cuando Diego entró.—La noche fue un éxito, Odin sí que sabe, ese viejo es tremendo, don Massimo no querrá que se vaya —Diego conversaba ajeno al ánimo de Michael. —¿Qué te pasa Mickey? —Tenemos que ir a Milán ¿cierto? —preguntó Michael y su semblante era muy serio, apretaba la mandíbula y ahora Diego se daba cuenta que trataba de mantenerse imperturbable. —No a Milán, debemos ir a Sicilia, se supone que es para mí una especie de acto de graduació
Mientras tanto en Milán, Rebeka llegó a la oficina de gerencia general. Mientras estuvo con Richard pensó en dar una excusa a Justin para no almorzar con él, pero Justin vio cuando Richard se iba, después de haberse dado un baño en la piscina y tomado fotografías para sus redes sociales, la secretaria de gerencia Fiorela no estaba y dentro de la oficina del gerente se escuchaban una discusión entre Justin y una mujer, Rebeka dio media vuelta para irse y la puerta fue abierta bruscamente. —Bien, pero te arrepentirás de esto —gritó la mujer indignada a Justin que no era otra sino Rossana, la gerente del gimnasio después de Diego. —Princesa, regresaste a tu reino acaparando a todos los hombres nuevamente —espetó Rossana de forma irónica. —Callate Rossana si no quieres ser despedida —acusó Justin. —Pues renuncio, no esperaré a que se den el gusto de echarme. —Pues bueno, pasa ya mismo por recursos humanos a retirar tu cheque. Rossana miró a Justin con ira y después a