Capítulo 31 Rebeka está a salvo

Rebeka despertó sintiendo un terrible dolor de cabeza y con una fotofobia espantosa, las luces de la habitación le lastimaban los ojos, jamás sintió un malestar más terrible, su madre que no se había despegado de su lado de inmediato la atendió.

—Rebeka, mi niña hermosa, estás bien, estás a salvo.

—¿Mamá? —A Rebeka le parecía estar soñando, pero la realidad era la que se le hacía pesadilla cuando poco a poco fue tomando conciencia, recordando como Luciano le pegaba y estaba a punto de matarla a ella y a Diego —¿Diego?, Luciano lo matará…

Rebeka se sentó, no enfocaba bien, era como estar viendo todo a través del sol, mucha luz y nada claro.

—Ya mi amor, no pasa nada, mamá está contigo —respondió Mercedes angustiada y abrazandola queriendo hacerla sentir segura entre sus brazos.

—¡Diego!, ¡Diego!... —lo llamaba, pero él no venía, llorando desesperada se dejó caer en los brazos de su madre que la mecía y le susurraba arrullos ¿dónde estás?, Diego, Diego…

Así pasó mucho
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