Flashback
Gea estaba ida, se habían recuperado de una batalla y ella estaba ayudando a los guerreros a tapar los cuerpos de los que cayeron, sentía un dolor en su pecho también, había muerto en batalla uno de los ancianos más sabios que había en la manada y todos junto a ella estaba de luto.
—Gea... —La voz de Clarisse la sacó de su mundo haciendo que volviese a su triste realidad.
—¿Que sucede? —Su pregunta salió suave junto a su voz, ambas eran mejores amigas y eran el apoyo la una para la otra en esos momentos.
—Mi hermano está en su habitación, no quiere salir, se está culpando y no sé qué hacer —Su preocupación era muy notoria, Gea no sabía lo que él sentía pero sí lo podía imaginar, en momentos como estos él podría estar deseando tener el apoyo de su mate.
—¿Y el alfa y la luna? —Su pregunta logró que los ojos de Clarisse fuesen dónde ella completamente.
—Mis padres decidieron retirarse y entregarle la manada a Eros, eso fué ayer y hoy ya h**o una batalla —La sorpresa de Gea en ese momento podía haber sido enmarcada, parecía una obra de arte, tan única.
—Yo... No lo sabía, perdóname.
—En efecto.
Gea se acercó y frotó una de sus manos en el brazo izquierdo de Risse: —Vé habla con él.
—Lo haré.
Risse caminó hasta la mansión principal de la manada entrando por ella, se sentía tan triste y abandonada también. Ahora eran ella y su hermano contra las razas. Caminó hasta la habitación de su hermano, tocando antes de entrar y no tener respuesta.
—Eros —Susurró pero no h**o respuesta. Volvió a llamar.
—¿Qué? —Respondió tajante desde su cama.
—Todo va a estar bi... —La cortó.
—¿Bien? ¿¡Todo va a estar bien!? —Ambos cuerpos se tensaron.
—No es momento para discutir entre nosotros, tenemos batallas más fuertes que enfrentar —Y era cierto, ella tenía razón, ser la hermana mayor le estaba saliendo bien en ese momento aunque la diferencia de su edad fuesen pocos años.
—Mis padres, mis jodidos padres me entregaron esta manada ayer, sin ningún ritual, sin ninguna celebración y ya h**o una batalla en la cual murieron amigos, murió familia, murió George, ¡Él murió! —Gritó dolido, roto, estaba abatido.
El cuerpo de ella caminó hasta el de él tomando sus manos levantando su cuerpo, su rostro se levantó tratando de encontrar sus ojitos los cuales en esos momentos estaban rojos, tan llenos de dolor como estaba su corazón.
—Yo estoy aquí para ti, ¿Ok? Y luego de que yo no esté estará tu mate, tus hijos, encontrarás a la mujer la cual será tu apoyo en estos momentos. Escúchame bien, no nos vamos a rendir siempre hay muertes, siempre hay batallas y habrán peores que esta, ¿Pero sabes qué? Nosotros somos la manada del Alfa Eros y ante eso, nadie puede.
—Yo no puedo hacer esto, no soy lo suficientemente fuerte, no soy lo suficientemente grande, no puedo hacer esto Ri, esto me supera —Los ojos de la chica se cristalizaron, sentía su dolor, quería llorar junto a él pero no era momento para ello.
—Sí puedes, tienes a Darwin, tienes a Gray y me tienes a mi. —Sus ojos se volvieron a encontrar.
—No sabes cuánto amo que estés aquí, eres mi hermana favorita —Ambos cuerpos se unieron en un abrazo cálido de esos que te hacen sentir en casa.
—Soy la única que tienes pulgoso —Una sonrisa se deslizó por los labios del futuro ahora alfa —¿Quienes somos, Eros?
—Somos la manada Fores.
°°°Fin del flashback°°°
—¿Quitarme de mi puesto? —Soltó furioso, no podía creer lo que estaba escuchando, ¿Que no era fuerte por no tener a su mate a su lado? ¡Era una estupidez!—Sí, Alfa —Él se carcajeó levantándose, el mensajero retrocedió asustado por la altura del alfa, bajó su cabeza, no le quedaba de otra.
—Esta manada salió adelante sola, sin ningúna mujer dándome apoyo a excepción de mi hermana, ¿Y me están diciendo que me quieren destituir? —El mensajero asintió continuamente con un nerviosismo notorio —¿Quién lo pide?
—La reina Luna.—Jodida zorra —Soltó enojado.
—¡Alfa! —Gritó en reprensión el hombre que había ido a dar el mensaje.
—¿¡Qué!? —Gritó de igual modo con su voz de alfa.
—No puede hablar de esa manera de aquella mujer, sé que puede estar enojado. Yo también lo estoy mi alfa pero, en estos casos lo mejor es tratar de mantener la calma y despojarle a tus enemigos lo que usan para hacerte daño. —Eros soltó una carcajada.
—Pues quisiera despojarla de su respiración. —Dijo claro y sin ningún miedo a ser escuchado, él era Eros.
—Quieren quitarle el reinado a los actuales reyes, el mayor porciento de alfas no están contentos con sus actitudes y ellos quieren de alguna u otra forma quitarle su poder y poner a alguien mejor.
—¿Cuáles son esos alfas? —Iría directo a la raíz, si por el poder que tenía quería quitarle su manada, eso no pasaría.
—¡Gea! —La voz de su padre la espantó, se encontraba en su habitación la cual estaba situada en la segunda planta de la casa, su familia sabía lo mucho que le molestaba que le gritaran de esa forma pero que esta vez lo hiciesen le parecía extraño. Bajó las escaleras llegando a la sala.
—¿Que sucede pa? —Sus ojos se pusieron como los de perritos, tan tiernos, como si no fuese capaz de quemar una casa sí se lo proponía.
—Ponte donde pueda verte —Su corazón de aceleró, sabía que su padre lo escuchaba y que trataría de minimizar cualquier cosa que estuviese pasando. Caminó hasta el sillón en el que estaba sentado su padre tirándose ella sobre el suelo.
—¿Que sucede, pa? —Preguntó.
—Hoy vienen los muchachos, el beta Darwin y el delta Gray, harán una bienvenida en la mansión del alfa, debes ir a ayudar. Mañana tienes entrenamiento a primera hora con ellos dos, tratarán de seguir tu ritmo mientras tú agarres el suyo. Eres mi hija, eres fuerte. No me vas a decepcionar pequeña —Ella asintió en dirección a su padre. Lo amaba, él era simplemente perfecto, quería que cuando saliese al mundo humano pudiese encontrar a un hombre así, que la amara con los lobos amaban a sus hembras. Cómo Eros podría amarla a ella.
Su padre sabía, su padre sabía que ella había entrado a la habitación del alfa pero este no le había dicho nada, lo quiso pero no lo hizo. El padre de Gea pensaba que tal vez el anillo sobre su dedo ayudaría a que el alfa no se diese cuenta que ella era su mate, había algo más allá, su padre lo presentía pero temía enterarse el qué.Cuando encontraron a Gea era tan pequeña, algo tan pequeño que logró robar el amor de dos lobos, aquella niña llegó como una bendición hacia ellos, la vida te premia cuando la llevas bien.Tuvieron a Jake con mucha dificultad, ambos intentaron tener a otro bebé y les fué imposible hasta que apareció ella, como una aguja en un pajar.—¿Que sucede? —Preguntó su esposa a su lado.—Nada, Alice —Respondi&oacu
La mirada de Eros estaba depositada en Gea, aquella chica humana que llegó a la manada teniendo él alrededor de cuatro años, recordaba pocas cosas entre ellos, cosa que lo confundía porque según sus padres solo quería estar con la pequeña bebé.—Alfa, muévase por favor —Escuchó su vocecita, aquella chica lo volvía loco de mil maneras, la había visto como una mujer al su cuerpo empezar a formarse, al ver que ella tenía miedo de acercarse a él.Ella era su único deseo.—¿Por qué no puedo sentir olor en ti, Gea? —La punta de su nariz pasaba por su cuello tratando de sentir algo en ella pero no podía sentir nada. Su puño chocó contra la pared —¿Que carajos hiciste con tu olor, Gea?Los ojos de ella se abrieron, impresionada, ¿Que se suponía que debía responde
Sus ojos estaban fijos en la figura a través del espejo, ¿Qué estaba pensando al decir eso? El impulso no es bueno. Sus pensamientos se disiparon al escuchar un toque en la puerta.—Adelante —Respondió ante el llamado. Era su hermano Jake. Esta sonrió al verlo estar ahí de pie, este entró complemente a la habitación dirigiéndose directo a la cama ella lanzándose.—¿Me vas a contar lo que pasó? —Este fue directo al punto fijando su vista en ella.—No quiero hablar de ello, ¿No irás a la fiesta? —Le cambió el tema de inmediato, ignoró su pregunta a la cual le tenía muy buena respuesta.
No, no y no —Repitió Risse, ¿Acaso era una broma? ¿La diosa Luna le estaba jugando una maldita broma?—Ya está decidido, tengo cosas que hacer. Sal —La voz del alfa salió dura. Fuerte.—A mi no me eleves el tono Eros, yo soy tu hermana ante todo y todos. —La mirada de este se ensonbreció.—Mi manada, mis decisiones. —El comportamiento de su hermano hizo que esta deseara tirarse de un puente, su actitud grosera la molestaba. También era su culpa. Debió haber mantenido la calma cuando ella le confesó el ser pareja de su hermano, ¿Por qué no mejor la convenció de que lo aceptara?—Eres un malagradecido &mdas
Había salido de su casa a las seis de la mañana, hacia muchísimo frío, sentía congelarse. Su aliento también era frío y la niebla hacia que pudiese ver muy poco su frente. Su corazón dolía.Gea era una chica cerrada, extro e introvertida dependiendo el momento. Sufría confusión de vez en cuando respecto a cómo vivía. Quería ser un lobo, no le gustaba ser tan diferente al resto, algunos la minimizaban con algunas cosas y no le gustaba. Parecía una omega humana.Ella era de las personas que explotaba cuando sentía que no tenía salida, cuando se enojaba también explotaba, cuando estaba triste también explota pero curiosamente cuando está feliz no lo dice, se lo guarda, solo para ella. Aquella chica suf
Su cuerpo se movía al ritmo de la música, sus audífonos sonaban a todo volumen en sus oídos y su cuerpo la seguía. Aquella forma era la mejor para salir del bucle de estrés al que estaba amarrada.Aquél teléfono lo tenía por regalo de sus padres, era con lo único a lo que tenía familiaridad del mundo humano. Hacia unos cuantos años lo había recibido y junto a su hermano Jake aprendió a usarlo. Tenía solo música en el.Luego de que tuvo aquella pequeña disputa con Xel había vuelto al territorio de la manada con Gray detrás, quiso pedirle ayuda pero si ella no lo logró mucho menos él."Tú eres más que ella Gea, eres l
—Tú no te puedes ir con ella Xel, tú debes...—La voz de Clarisse salió desesperada y se acercó mucho mas a ellos. Gea aún seguía en el suelo tendida, se había aferrado al abrigo que su hermano tenía. Su cabeza la estaba matando y la sangre no paraba.—Yo no te debo nada a ti Clarisse, no sigo las órdenes de nadie —La voz de él salió enojada, tenía suficiente con el hecho de tener que contenerse a aferrarse a su amiga y beberle hasta la última gota de sangre.—¿Estás contenta verdad? —La pregunta fue dirigida a la chica que estaba tendida en el suelo, esta negó de inmediato forzando su cuerpo a sentarse, lo hizo a pesares quedando recostada en el pecho de Jake, se sentía cálido
Su mirada estaba puesta en la laguna de sus ojos, estaba fijada en él. En momentos como esos no sabía que era lo mejor que podías hacer, vivir el momento o simplemente seguir el camino que sabe que debía ser tuyo.—Suéltala ya, Eros— Habló enojado Gray, su voz salió enojada. Tenía ganas de arrancarle la cabeza.—¿Por qué estás tan molesto? —Lo miró con burla Eros, había malicia en su tono, en su mirada, en la manera en la que tocó a Gea en ese momento, ella lo sintió, sintió que él la estaba usando en ese momento. Se había percatado de sus ojos, ¿En serio ese era Eros?—Suéltame, no quiero nada contigo&mdas