Su cuerpo se movía al ritmo de la música, sus audífonos sonaban a todo volumen en sus oídos y su cuerpo la seguía. Aquella forma era la mejor para salir del bucle de estrés al que estaba amarrada.
Aquél teléfono lo tenía por regalo de sus padres, era con lo único a lo que tenía familiaridad del mundo humano. Hacia unos cuantos años lo había recibido y junto a su hermano Jake aprendió a usarlo. Tenía solo música en el.
Luego de que tuvo aquella pequeña disputa con Xel había vuelto al territorio de la manada con Gray detrás, quiso pedirle ayuda pero si ella no lo logró mucho menos él.
"Tú eres más que ella Gea, eres l
—Tú no te puedes ir con ella Xel, tú debes...—La voz de Clarisse salió desesperada y se acercó mucho mas a ellos. Gea aún seguía en el suelo tendida, se había aferrado al abrigo que su hermano tenía. Su cabeza la estaba matando y la sangre no paraba.—Yo no te debo nada a ti Clarisse, no sigo las órdenes de nadie —La voz de él salió enojada, tenía suficiente con el hecho de tener que contenerse a aferrarse a su amiga y beberle hasta la última gota de sangre.—¿Estás contenta verdad? —La pregunta fue dirigida a la chica que estaba tendida en el suelo, esta negó de inmediato forzando su cuerpo a sentarse, lo hizo a pesares quedando recostada en el pecho de Jake, se sentía cálido
Su mirada estaba puesta en la laguna de sus ojos, estaba fijada en él. En momentos como esos no sabía que era lo mejor que podías hacer, vivir el momento o simplemente seguir el camino que sabe que debía ser tuyo.—Suéltala ya, Eros— Habló enojado Gray, su voz salió enojada. Tenía ganas de arrancarle la cabeza.—¿Por qué estás tan molesto? —Lo miró con burla Eros, había malicia en su tono, en su mirada, en la manera en la que tocó a Gea en ese momento, ella lo sintió, sintió que él la estaba usando en ese momento. Se había percatado de sus ojos, ¿En serio ese era Eros?—Suéltame, no quiero nada contigo&mdas
—Solo fue un beso —Dijo Xel haciendo rabieta cerca de Gea. Esta sonrió poniendo los ojos en blanco.—Fue mi primer beso Xel, bueno... uno de ellos —Respondió esta, se recriminó por aceptarlo a él habiendo estado sobre los brazos de Eros unos segundos antes. Pero eso, evidentemente fue hace varias horas ya que actualmente estaban en el departamento de ella.—¿Quieres que sea tu uno mas? —La mirada de ella se perdió en los ojos de Xel, ¿Acaso le gustaba? No, era obvio que no pero... Sus ojos, su forma de mirarla la provocaban. Él por su parte se acercó suavemente a ella y esta se quedó quieta.—¡Maldita sea, Xel! —Soltó en reproche Gray entrando a la habitaci
Su sangre se helo en aquel momento, la amenaza estaba tomando peso en aquel momento. Los planes que había hecho se iban uno por uno a la basura, su corazón en ese momento latía tan rápido y sus labios se habían secado.—Yo no me iré contigo. No tengo porqué irme contigo. —Su voz salió temblorosa, sus pies se movieron a la salida del bar, los chicos fueron tras ella y Darwin por su parte maldijo bajo.—Piensa bien las decisiones que estas tomando, humana —Las palabras de él habían salido ya estando ellos fuera del bar. Una risa amarga salió de parte de Gea.—¿Humana? —Pronunció con incredulidad la chica—Ya no es... ¿Gea me dejas abrazarte? Eres un patético.Darwin por su parte apretó su mandíbula mirando al suelo. —Deseaba tener esa cercanía como la tenían todos contigo, no me voy disculpar por eso.—Me parecen una falta de respeto tus palabras por la estupidez que cargan
La noche anterior secuestro a alguien, no era la primera vez, pero se sentía nervioso en ese momento, temía a su reacción y a como pudiese enfrentarse con su edad a aquella particular situación. El primero en encontrar a su mate fue Gray y el que le siguió fue Xel encontrando a su alma, Jake no sentía ningún tipo de incomodidad ya que no deseaba si quiera encontrarla. Se imprimaría de Gea por decisión propia. –Algo prácticamente imposible–Sabía que había una alta posibilidad de que ella lo rechazara, pero no dejaría que llegara hasta Eros, no lo haría.—¿No dijiste que dudabas sobre que alguien te amara? —Pregunto en un susurro Gea, viendo ambos el cuerpo de la chica. Esta reposaba sobre la cama de Xel. Hacía pocos días que se habían mudado y las diferencias entre el hombre lobo y el vampiro empezaron a surgir.—Ella es perfecta...—La voz de el salió tan empalagosa que sorprendió a su amiga a su lado, la manera en la que el hablo fue diferente a
Gea miro extraña a su hermano, movió su cuerpo nervioso mientras el aún seguía así de cerca, no le molestaba, pero las personas que pasaban cerca de ellos los miraban con extrañeza. -¿Ya terminaste Jaki? Me abrumas-Aquello último había salido en broma, pero su hermano no lo había tomado así, este la miro mal y sus grandes orbes se verían negros. Se sentía furioso.—Tenemos que irnos, muévete —Ella lo miro extrañado —No es momento para esto, muévete ya. —Esta se soltó de su agarre, sus manos se cruzaron sobre su pecho enojada.—No sé qué te está pasando de repente Jake, ¿me dirás lo que está pasando? —El simplemente la miro fijo y ahora con ner
Isa miraba su reflejo en el espejo. El día anterior había estado con aquel vampiro, si sabía que era Xel, pero se hizo la estúpida como lo hacía cada vez que se encontraba con un ser sobrenatural. No los reconocía por don, pero algunas veces su conocimiento la ayudaba con varias cosas. La dueña del lugar donde trabajaba su hermana era una vieja loba, las veces en las que Isa recibía suspensión de medio día o día completo allí iba, creía todo lo que la mujer le hablaba, había pruebas.Horas después de haber sido prácticamente raptada por aquel vampiro habían llamado a su hermana, le habían dicho que su madre había fallecido Isa sabía que tarde o temprano eso pasaría y se había preparado para ello hacía mucho tiempo, pero al parece
Todos los ojos estaban puestos en ella, joder que la tragara la tierra en ese momento. —Debes estar loca. —Su madre soltó aquella palabras y Gea simplemente bajo la mirada. Ella no debía porque bajar el rostro y su madre tampoco debió soltar esas palabras, ella era una chica la cual tenía el derecho de poder ceder ante su mate. La mirada de Eros fue hasta ella, la miro intensamente de forma tal que ella solo pudo suspirar volviéndolo loco, ese olor tan delicioso y exquisito que lo podía sentir en su lengua, tan suave, tan rico, tan Gea. Su mano fue hasta su cintura jalándola hacia él, reclamándola como si fuese la primera vez que la veía. —Hueles tan bien...—Su voz resonó en aquel espacio, las personas miraban con respeto y anhelación a la pareja, después de todo lo que quería era un líder. —Suéltame Eros, hay mucha gente —Su voz salió nerviosa y temblorosa mientras que el solo se frotaba contra ella. Eros coloco su cabeza en el hueco de su cu