Gea miro extraña a su hermano, movió su cuerpo nervioso mientras el aún seguía así de cerca, no le molestaba, pero las personas que pasaban cerca de ellos los miraban con extrañeza. -¿Ya terminaste Jaki? Me abrumas-Aquello último había salido en broma, pero su hermano no lo había tomado así, este la miro mal y sus grandes orbes se verían negros. Se sentía furioso.
—Tenemos que irnos, muévete —Ella lo miro extrañado —No es momento para esto, muévete ya. —Esta se soltó de su agarre, sus manos se cruzaron sobre su pecho enojada.
—No sé qué te está pasando de repente Jake, ¿me dirás lo que está pasando? —El simplemente la miro fijo y ahora con ner
Isa miraba su reflejo en el espejo. El día anterior había estado con aquel vampiro, si sabía que era Xel, pero se hizo la estúpida como lo hacía cada vez que se encontraba con un ser sobrenatural. No los reconocía por don, pero algunas veces su conocimiento la ayudaba con varias cosas. La dueña del lugar donde trabajaba su hermana era una vieja loba, las veces en las que Isa recibía suspensión de medio día o día completo allí iba, creía todo lo que la mujer le hablaba, había pruebas.Horas después de haber sido prácticamente raptada por aquel vampiro habían llamado a su hermana, le habían dicho que su madre había fallecido Isa sabía que tarde o temprano eso pasaría y se había preparado para ello hacía mucho tiempo, pero al parece
Todos los ojos estaban puestos en ella, joder que la tragara la tierra en ese momento. —Debes estar loca. —Su madre soltó aquella palabras y Gea simplemente bajo la mirada. Ella no debía porque bajar el rostro y su madre tampoco debió soltar esas palabras, ella era una chica la cual tenía el derecho de poder ceder ante su mate. La mirada de Eros fue hasta ella, la miro intensamente de forma tal que ella solo pudo suspirar volviéndolo loco, ese olor tan delicioso y exquisito que lo podía sentir en su lengua, tan suave, tan rico, tan Gea. Su mano fue hasta su cintura jalándola hacia él, reclamándola como si fuese la primera vez que la veía. —Hueles tan bien...—Su voz resonó en aquel espacio, las personas miraban con respeto y anhelación a la pareja, después de todo lo que quería era un líder. —Suéltame Eros, hay mucha gente —Su voz salió nerviosa y temblorosa mientras que el solo se frotaba contra ella. Eros coloco su cabeza en el hueco de su cu
Analí veía a su hermana frente a ella, ambas estaban en su casa tomando su comida. Estaban tomando su desayuno juntas después de tanto tiempo.—¿Cómo te está yendo en los exámenes? —La hermana mayor rompió el silencio viendo a su hermana pequeña a su frente.—Bien. —Respondió borde. Aquella actitud había sido ganada desde el funeral de su madre.—Estoy haciendo el intento, ¿sabes? —Dijo esta, le molestaba el simple hecho de que todo lo estaba pasando sola, su hermana no estaba con ella la mayoría del tiempo. Salía y al parecer se divertía, ya que, volvía al otro día. No podía prohibirle nada, al fin y al cabo, su madre le daba buenas libertades.—Sigue esforzándote —Respondió tajante la menor.—Eres tan inmadura —Dijo enojada dejando de lado su desayuno.—Te felicito, acabas de descubrir algo que todos sabían. —Un aplauso con crueles pausan fueron seguidas por aquellas palabras. Era difícil para ambas sobrellevar aquello y por ello su relación se
El cuerpo de Gea estaba tenso, no sabía cómo responder ante aquel afecto de la chica, era la primera vez que sentía afecto de alguien de la misma raza que ella.La mirada de los hombres en la habitación estaba sobre ellas, con dudas, expectantes ante ello.—Oye, deja de mirar a mi alma— Hablo Xel chocando los hombros con Gray.—Ella se me hace conocida—Expreso el hombre lobo, si, era obvio que le parecería conocida. Ella era Anali pequeña.—Oye, ¿nos conocemos? —La pregunta de Gea hizo que la chica se alejara de su cuerpo, Isa hacia repaso de todo de ella, haciendo que la humana se sintiese pequeña en su lugar.—Dios... eres igual que antes —Había duda en sus miradas, no sabían a qué se refería ella. Isa era una chica que ocultaba muchas cosas, era oyente de una anciana que era dueña de una biblioteca, escuchaba de todo y sabían de todo...Aquella humana sabia más cosas de las que quería, sabía quién era su hermana y Gea en su vida pasada, sabia c
—¿Quién eres tú? —La pregunta salió de los labios de Gea, ¿acaso era una intrusa en busca de algo?—¿Dónde está mi hermana? —La pregunta de la morena confundía a Gea, pero ahora que lo notaba si tenía cierto parecido con la alma de Xel. No tenía ánimos de responder, pero también quería saber porque aquella chica había aparecido frente a casa de Eros, así, de la nada. —He transcurrido un largo camino para llegar hasta aquí, respóndeme. —Gea negó en su dirección, se negaba a darle información a una desconocida. Se parecía a Isa, sí, pero ya había metido la pata lo suficiente.—Vuelve por donde viniste. —Habló borde la l
La mirada de Gea estaba sobre Eros en ese momento, habían pasado casi dos horas en las que ellos se veían fijamente sin ni siquiera decir una palabra, ella lo extrañaba y al parecer él lo hacía también, pero la imagen que se le fue regalada al llegar no fue de su agrado. Ver a su hembra en los brazos de un vampiro diciéndole que lo amaba, era doloroso.—Dime lo que piensas, estoy dispuesta a escucharte. Insúltame si así lo quieres. —Los ojos de él fueron hasta ella, había agotamiento en ellos.—Nunca lo haría. —Sus palabras la hicieron sentir culpables.—Somos adultos, ¿ok? Eros, estoy contigo y con Xel solo somos amigos. Tiene su alma en casa y yo estoy aquí contigo. —Su voz salió bajita, pero audible.—¿Somos adultos? ¿estoy contigo? —Él se puso de pie exhibiendo su 1.88 metros. Ella se ace
La voz de Isa salía sin freno. Había empezado a decir muchas cosas que para algunos sonaban incoherentes.—Silencio —La voz de su hermana salió de sus labios. La miraba con atención queriendo en ese momento desaparecer y no ser parte de su familia.—Eres mi familia. Debes creerme.—Porque soy tu familia es que te pido que te calles. Pareces loca. —La voz de Analí salió cansada. Se acercó hacia ella tomando su brazo, pero Xel azotó este apartándola.—Si la consideras loca no deberías tocarla —Sus miradas se encontraron, retadoras. Solo en ese momento la hermana de Isa se sintió lo suficientemente fuerte como para ataca
Los ojos de Eros se posaron sobre el cuerpo de su mate, de su Gea. Se había preguntado el porqué Xel salió de la habitación tan de prisa. Parecía enojado. Cuando los encontró a ambos abrazados en su corazón se había hecho un hueco, ella y él tenían algo que él nunca pudo tener con Gea, pero que aspiraba a tener. La quería solo para él aunque eso implicaba tener que aguantar sus reproches. Vio en la habitación a dos extrañas y a Gray quien antes era su delta. Gray Hawking era una de las mejores personas que había conocido, muy avivado, pero que solía mantenerse siempre en silencio. Su cabeza, corazón y alma cargaban muchas cosas, no era necesario ser cercano a él para saber que era una persona leal. Lo demostraba. —Gray, explícame qué le pasó a mi luna. —El mencionado miró con atenci