Analí veía a su hermana frente a ella, ambas estaban en su casa tomando su comida. Estaban tomando su desayuno juntas después de tanto tiempo.
—¿Cómo te está yendo en los exámenes? —La hermana mayor rompió el silencio viendo a su hermana pequeña a su frente.
—Bien. —Respondió borde. Aquella actitud había sido ganada desde el funeral de su madre.
—Estoy haciendo el intento, ¿sabes? —Dijo esta, le molestaba el simple hecho de que todo lo estaba pasando sola, su hermana no estaba con ella la mayoría del tiempo. Salía y al parecer se divertía, ya que, volvía al otro día. No podía prohibirle nada, al fin y al cabo, su madre le daba buenas libertades.
—Sigue esforzándote —Respondió tajante la menor.
—Eres tan inmadura —Dijo enojada dejando de lado su desayuno.
—Te felicito, acabas de descubrir algo que todos sabían. —Un aplauso con crueles pausan fueron seguidas por aquellas palabras. Era difícil para ambas sobrellevar aquello y por ello su relación se
El cuerpo de Gea estaba tenso, no sabía cómo responder ante aquel afecto de la chica, era la primera vez que sentía afecto de alguien de la misma raza que ella.La mirada de los hombres en la habitación estaba sobre ellas, con dudas, expectantes ante ello.—Oye, deja de mirar a mi alma— Hablo Xel chocando los hombros con Gray.—Ella se me hace conocida—Expreso el hombre lobo, si, era obvio que le parecería conocida. Ella era Anali pequeña.—Oye, ¿nos conocemos? —La pregunta de Gea hizo que la chica se alejara de su cuerpo, Isa hacia repaso de todo de ella, haciendo que la humana se sintiese pequeña en su lugar.—Dios... eres igual que antes —Había duda en sus miradas, no sabían a qué se refería ella. Isa era una chica que ocultaba muchas cosas, era oyente de una anciana que era dueña de una biblioteca, escuchaba de todo y sabían de todo...Aquella humana sabia más cosas de las que quería, sabía quién era su hermana y Gea en su vida pasada, sabia c
—¿Quién eres tú? —La pregunta salió de los labios de Gea, ¿acaso era una intrusa en busca de algo?—¿Dónde está mi hermana? —La pregunta de la morena confundía a Gea, pero ahora que lo notaba si tenía cierto parecido con la alma de Xel. No tenía ánimos de responder, pero también quería saber porque aquella chica había aparecido frente a casa de Eros, así, de la nada. —He transcurrido un largo camino para llegar hasta aquí, respóndeme. —Gea negó en su dirección, se negaba a darle información a una desconocida. Se parecía a Isa, sí, pero ya había metido la pata lo suficiente.—Vuelve por donde viniste. —Habló borde la l
La mirada de Gea estaba sobre Eros en ese momento, habían pasado casi dos horas en las que ellos se veían fijamente sin ni siquiera decir una palabra, ella lo extrañaba y al parecer él lo hacía también, pero la imagen que se le fue regalada al llegar no fue de su agrado. Ver a su hembra en los brazos de un vampiro diciéndole que lo amaba, era doloroso.—Dime lo que piensas, estoy dispuesta a escucharte. Insúltame si así lo quieres. —Los ojos de él fueron hasta ella, había agotamiento en ellos.—Nunca lo haría. —Sus palabras la hicieron sentir culpables.—Somos adultos, ¿ok? Eros, estoy contigo y con Xel solo somos amigos. Tiene su alma en casa y yo estoy aquí contigo. —Su voz salió bajita, pero audible.—¿Somos adultos? ¿estoy contigo? —Él se puso de pie exhibiendo su 1.88 metros. Ella se ace
La voz de Isa salía sin freno. Había empezado a decir muchas cosas que para algunos sonaban incoherentes.—Silencio —La voz de su hermana salió de sus labios. La miraba con atención queriendo en ese momento desaparecer y no ser parte de su familia.—Eres mi familia. Debes creerme.—Porque soy tu familia es que te pido que te calles. Pareces loca. —La voz de Analí salió cansada. Se acercó hacia ella tomando su brazo, pero Xel azotó este apartándola.—Si la consideras loca no deberías tocarla —Sus miradas se encontraron, retadoras. Solo en ese momento la hermana de Isa se sintió lo suficientemente fuerte como para ataca
Los ojos de Eros se posaron sobre el cuerpo de su mate, de su Gea. Se había preguntado el porqué Xel salió de la habitación tan de prisa. Parecía enojado. Cuando los encontró a ambos abrazados en su corazón se había hecho un hueco, ella y él tenían algo que él nunca pudo tener con Gea, pero que aspiraba a tener. La quería solo para él aunque eso implicaba tener que aguantar sus reproches. Vio en la habitación a dos extrañas y a Gray quien antes era su delta. Gray Hawking era una de las mejores personas que había conocido, muy avivado, pero que solía mantenerse siempre en silencio. Su cabeza, corazón y alma cargaban muchas cosas, no era necesario ser cercano a él para saber que era una persona leal. Lo demostraba. —Gray, explícame qué le pasó a mi luna. —El mencionado miró con atenci
El cuerpo de Isa era reflejado por el espejo, tras ella estaba Gea. La humana que había sido causante de muchos problemas en el pasado.—Joder —Murmuró viéndose. Aquella adolescente iba en su vida diez. Sabía que su hermana se podía sorprender por el hecho de haberse desecho de sus sentimientos tan rápido.Su madre en aquella vida había muerto, pero había pasado por eso tantas veces que ya no tenía lágrimas para enfrentarlo.La primera vez que reencarnó en el mundo humano se volvió loca por una semana, hasta que una bruja llegó ella, diciéndole que no la volvería a ver y que ella estaba ahí porque era la primera vez y así fue.La segunda vez había desparecido de la faz de la tierra. Pero todas esas veces conoció su n
Los ojos de Gea miraron el vacío, no quería mirar a los ojos de nadie en aquella habitación. Sentía la mirada pesada de todos encima de ella.—Basta. Dejen de mirarla así —Escuchó decir a Analí. Y Gea levantó su mirada, vió a Eros que la miraba con un poco de lastima.—Ella no tiene la culpa, ¿Bien? —Gray fué a su rescate. Lo agradeció internamente mientras que aun miraba a Eros.—Claro que la tiene, ella siempre ha sido el problema —El dedo de Isa la señaló. Juzgandola como si ella fuese alguien inmaculada, como si en su vida no hubiese ningúna pizca de errores.—¡Basta ya! De tu boca solo salen estupideces —Gray gritó.—¡
Su respiración era agitada, sentía las manos de él recorrer su abdomen mientras que su boca hacia un gran trabajo en su zona intimida. Su cuerpo se estremeció ante su climax y su respiración se calmó al momento.Miró hacia abajo y vió los ojos de él puestos en los suyos, sonriendo coqueto. Ella sonrió para él.—Deja que te marque —La voz de Eros salió ronca. Cómo una súplica, ella se sonrojó levemente.—No soy tu luna de manera oficial, Eros. Tampoco me has pedido ser tu novia, ni tu esposa, ni... —Se calló al momento, una carcajada salió de él.—Me gusta ver qué aunque yo d