Grace estaba en el podio, que en ese momento estaba instalado en el centro del templete que habían instalado en el patio principal del antiguo internado que había seleccionado como locación del torneo de ese año, lista para anunciar los resultados de la primera ronda y luego proceder con las ejecuciones correspondientes.
Algunos de los vampiros que habían presenciado a través de las cámaras lo sucedido en los salones habían tenido el mal gusto de cuestionar el juego que eligió para abrir el torneo “¿Estás segura de que es una buena idea deshacerte de tantos en la primera noche?”… “Voy a serte sincero, esperaba algo más… vistoso” Era lamentable que hubiera inmortales incapaces de apreciar la sutileza de lo que había hecho y cómo eso decidiría el tono de los juegos a partir de ese momento.
Ella al menos ya tenía claro quienes eran sus favoritos y estaba segura de que si tiraba de los hilos correctos este torneo sería más entretenido que cualquiera que el Consejo hubiera visto nunca.
Ambos grupos estaban formados en filas perfectamente ordenadas frente a ella, uno en cada lado del patio, y a sus costados se encontraban las gradas instaladas para los vampiros que prefirieran presenciar las ejecuciones en vivo en vez de hacerlo a través de las pantallas en la lujosa sala del ultimo piso del edificio que solía albergar a los educadores cuando ese lugar aún era una escuela.
— ¡Bienvenidos! Están por concluir los eventos planeados para la primera noche de este torneo tan especial. Sin más dilación anunciaré los resultados para ejecutar a los perdedores y que los ganadores de hoy puedan pasar al comedor a disfrutar del banquete que les tenemos preparado para celebrar…
Hablaba con una pequeña sonrisa de lado que apenas podía disimular.
Era innegable que estaba complacida por como habían arrancado las cosas, pero había otro pequeño detalle que prometía ser entretenido más tarde y tenía que admitir que se estaba emocionando.
Había alcanzado a ver de reojo a un vampiro convertido recientemente, cuyo rostro de fastidio cambió a uno de terror y luego de rabia en una fracción de segundo apenas vio a los jugadores llegar al patio a formarse.
Casi inmediatamente había adoptado un gesto completamente inexpresivo, un talento que estaba por encima de las habilidades de los mortales, pero poco podía hacer para disimular su postura ridículamente rígida y sus manos apretadas en puños.
Los vampiros nuevos eran tan entretenidos… una vez que toda la gente que conociste siendo mortal dejaba este mundo, las cosas no volvían a ser las mismas.
— Ambos equipos respondieron “Sí” ¡Nos agrada haber empezado el torneo con el espíritu competitivo en todo lo alto! Pero como dije cuando expliqué las reglas, para ser justos vamos a tomar en cuenta la respuesta del equipo que respondió primero y ese fue…¡El equipo que está a mi izquierda! ¡Felicidades, mis queridos mortales! Acaban de pasar a la siguiente ronda.
En ese momento, la tensión se rompió por un segundo y los jugadores se permitieron reaccionar como lo que aún eran después de todo: humanos.
Con su agudo oído pudo escuchar incluso a los que dejaron de contener el aliento, por no hablar de los murmullos y suspiros; el lado derecho, sin embargo, era mucho más ruidoso: Hubo llanto, gritos, suplicas… todo inútil, desde luego.
Mientras se retiraba del podio, sin perder la sonrisa, para ocupar su lugar en la primera fila de las gradas y ceder el espacio a la máquina para la ejecución no pudo evitar arrugar un poco su diminuta nariz respingada tan pronto como el aroma a sudor y lágrimas se intensificó.
Se sentó junto al espacio que estaría vació hasta que tuvieran un ganador o ganadora que lo ocupara para presenciar la ultima ejecución y de esa forma despedirse de manera definitiva de su mortalidad y la guillotina quedó lista en cuestión de segundos.
Los guardias arrastraron uno a uno a los condenados para cumplir su sentencia y el verdugo hizo caer la cuchilla quince veces, con lo que pronto el resto de los olores desagradables fue remplazado por el apetecible aroma de la sangre.
Por su puesto no iban a permitir que un liquido tan vital se desperdiciara, por lo que había adaptado una especie de rampa que dirigía toda la sangre de los cuerpos decapitados a un contador y pronto empezaron a ofrecerla en copas a los miembros de mayor rango entre la audiencia, que preferían consumirla tan fresca como fuera posible.
Con una copa en la mano, dividió su atención entre la ejecución de una chica que ingenuamente creyó que podría escapar de su destino gritando y pataleando y el joven vampiro ganador del año pasado, que a pesar de insistir en mantener su cara de poker parecía estar interesado en algo más que en el lamentable espectáculo.
Intentó seguir la dirección de su mirada para averiguar que lo había alterado tanto y le pareció ver que una de las jugadoras, una mujer de cabello pintado de rubio y con permanente, de ojos verdes y un adorable rostro en forma de corazón veía directamente hacía las gradas en vez me contemplar aterrada las ejecuciones como hacían sus compañeros.
Se llevó la copa a los labios para disimular una sonrisa. ¡Eso sin duda era más interesante de lo que se había esperado!
Era una chica realmente atractiva, para ser una mortal cuando menos, pero ella no era una romántica y no creía en el amor a primera vista, así que desde su perspectiva había dos posibilidades: O Bruno se había encaprichado con la chica, tal vez por su apariencia o por alguna peculiaridad en el aroma de su sangre al que ella era menos sensible o bien, esos dos se conocían desde antes.
Cualquiera que fuera el caso, tenía potencial de volver el juego más interesante para todos y ella ahora sostenía un hilo más en sus manos.
La ultima cabeza rodó, y una vez que los encargados de limpiar el desastre terminaron con su labor, volvió a subir al podio para despedirse de los ganadores de esta ronda e indicarles pasaran al comedor a disfrutar del bufete. Había echado la casa por la ventana por tratarse de la primera noche y no permitiría que se desperdiciara.
— ¡Oh, queridos! Quiten esas caras largas, coman y beban con gusto esta noche, que no tienen tiempo para lamentar la muerte de alguien más cuando es posible que sea su cabeza la que termine en una bandeja mañana.
Les invitó.
Incluso los que más efusivos se habían mostrado en sus muestras de alivio y alegría recién anunció los resultados estaban pálidos y con cara de pocos amigos tras presenciar la ejecución.
¡Insensatos! La vida de un humano era de por sí un bien finito, invaluable, en especial la de ellos que probablemente tenían sus días contados ¡Y la desperdiciaban sintiendo pena por alguien que ya no podía experimentar ningún sufrimiento y que en todo caso no se beneficiaría en nada de que se reusaran a disfrutar de la que podría ser su ultima cena.
Los vio ser conducidos como mansos corderitos al comedor del primer piso y tras intercambiar algunas frases de cortesía con los miembros más importantes de la audiencia se retiró a la antigua oficina del director, que había restaurado para usarla como despacho mientras se llevaba a cabo el torneo.
Tenía que ajustar los últimos preparativos para la siguiente ronda y sobre todo revisar toda la información que tenía sobre la agraciada jugadora que había causado tal reacción en unos de los convertidos más recientes.
Había pasado prácticamente toda la noche dando ordenes y leyendo expedientes, el sol estaba ya a punto de salir y estaba lista para retirarse a su dormitorio complacida de tener todo bajo su control, cuando recibió la visita del vampiro cuyos antecedentes acababa de repasar.
Mentiría si dijera que esa interrupción había sido una sorpresa, sospechaba que Bruno actuaría tarde o temprano, pero no pensaba que hiciera algo que podría delatarlo tan pronto. Tal vez no era tan astuto y cauto como había supuesto.
— Si no es algo urgente, preferiría dejarlo para mañana. Ya es tarde y estoy agotada.
Anunció.
— La chica rubia…
— De cabello decolorado, quedrás decir. Va a volver a ser castaña si es que llega a transformarse.
— Me importa un carajo su color de cabello, lo importante es que sabes de quién hablo.
— Podría apostar que sí. ¿Que pasa con ella?
— ¿Qué m****a hace aquí?
— Bueno, no es una de las jugadoras que yo seleccioné, pero según su expediente esa chica tuvo un breve encuentro un vampiro hace unos meses y tuvo la mala suerte de hacer las búsquedas correctas en internet, si me preguntas por la cualidad que la puso aquí yo diría que fue su belleza, es linda ¿No te parece? Si tiene algo de cerebro podría llegar a ser una vampiresa de cuidado si es que logra ganar.
— Por favor, incluso si no la seleccionaste tú misma eres quien tuvo la ultima palabra para decidir a quién traer ¿vas a decirme que es una coincidencia? ¿Qué te traes entre manos?
— En un principio me pareció que sí, note que eran alumnos de la misma escuela, nada más, la relación que empiezo a creer que tenían no aparece en los expedientes. No le había dado mucha importancia a ese detalle hasta esta noche y eso, querido, fue culpa tuya.
— Si ella muere…
— Habrá sido su culpa y sólo suya ¿No es así? Bueno, tal vez el vampiro que apareció frente a ella tendría parte de la responsabilidad, pero en cualquier caso nadie la obligó a indagar y nadie la obligó a venir tampoco, ahora depende de sus habilidades llegar a la final y ganar.
— Vamos a dejarnos de juegos Grace, te conozco. Dime qué quieres.
— Irme a descansar si no te importa, mañana también será una noche muy ajetreada.
— ¡Deja de jugar! ¿Qué quieres para borrar sus recuerdos y mandarla de regreso a casa?
— ¡Oh no! Eso sería tan deshonesto, ella tuvo la oportunidad de renunciar a sus recuerdos para tener una vida en paz o participar en el torneo. Las reglas son muy claras, una vez que aceptan ser uno de los jugadores sólo tienen dos opciones: mueren o ganan y se convierten en uno de nosotros. No puedo hacer una excepción para ella.
— Tú me enseñaste que todas las reglas pueden doblarse por el precio correcto ¿Cuál es el precio para mandarla a casa, Grace?
Insistió.
— Sí, te dí ese pequeño consejo porque eras mi favorito, pero aún así nunca hice excepciones contigo para sacarte de un torneo en el que tú mismo decidiste participar ¿Por qué habría de hacerlas para esa señorita? No insistas más y, para que sepas que sigo favoreciéndote a pesar de la llegada de los niños nuevos voy a darte otra recomendación: No dejes que tu interés en ella sea tan obvio, hay miembros del consejo que no verían con buenos ojos la posibilidad de que alguien que no sean ellos mismos interfieran en el resultado del torneo, y tras un año viviendo en las tinieblas supongo que ya te habrás hecho de más de un enemigo al que le encantaría usar la oportunidad para fastidiarte. Dulces sueños, querido.
Dijo tras bostezar cubriendo grácilmente su boca con una mano para evitar exponer sus colmillos y tras eso, abandonó su despacho temporal.
Una vez más Alana no había podido conciliar el sueño en todo el día y cuando anunciaron que tendrían que salir en diez minutos para volver a jugarse la vida y probablemente ser responsable de más muertes estaba agotada y además hambrienta, pues apenas tuvo el estomago para comer algo de toda la maravillosa comida que pusieron a su disposición después de haberla obligado a ver como quince personas eran degolladas.No debió de haber reaccionado así, no era ninguna novedad que tendría que ver gente morir para poder conseguir lo que quería, pero la primera ronda fue brutal, había tenido que tomar la responsabilidad directa de la muerte de quince personas apenas empezar el torneo. No sabía como podrían ponerse más tétricas las cosas, pero sospechaba que lo averiguaría pronto.Se obligó a apartar la mirada de las camas vacía
Sonó como si alguien entrara al cuarto dando tropezones mientras gimoteaba.Se sintió confundida por un segundo y su mente empujó el terror a un rincón para poder concentrarse y tratar de entender lo que estaba pasando.Los sollozos claramente eran femeninos ¿Se trataba de la chica que estaba buscando? ¿Por qué estaría llorando? Bueno, seguramente ella no estaría muy feliz si le pusieran un arma en las manos y la mandaran a cazar personas.Arrastraron algo pesado por el suelo de madera a medio pudrir, se dejaron de escuchar los pasos y el llanto sonaba amortiguado, como si se hubieran tapado la boca para acallarlo.Tras unos segundos de silencio comprendió que no la estaban buscando por el momento, tal vez otra de las jugadoras no había podido esconderse todavía cuando empezaron los disparos y entró en pánico, por eso estaba llorando.Por desgrac
La más agraciada entre todas las jugadoras no podía creer que realmente le hubieran dado armas a tres personas para que buscaran a sus compañeros para matarlos.Les habían dicho que el principal objetivo del torneo era entretener a los vampiros de la elite, en particular a los más longevos, pues al parecer incluso el lujo y los placeres pueden cansarte cuando tienes una cantidad virtualmente infinita de tiempo libre en tus manos, pero ella podría apostar a que había algo mucho más profundo de fondo.Los juegos no eran elegidos al azar, estaba segura de eso. La primer ronda parecía querer enseñarles que la clave para llegar a la final era lanzar el primer golpe, matar sin dudar a tu oponente antes de ser tu quién acabara en la guillotina. No era difícil suponer que esa era también la razón por la que los obligaban a presenciar las ejecuciones y que justo despu&e
Al estar abrazadas de esa forma Alana podía sentir el temblor en el cuerpo de esa chica. La pobre,que probablemente tuviera menos de veinte años, estaba muerta de miedo y, en el fondo de su corazón, que había resultado más ruin y egoísta de lo que había creído, se alegraba de que fuera así y de que estuvieran juntas, por que el instinto de mantener la calma para poder ofrecer algún consuelo a alguien que parecía más vulnerable que ella le había obligado a encontrar, o aparentar al menos, una entereza que en realidad no creía tener.Acarició el cabello largo y lacio de la chiquilla en un intento de calmarla, hasta que volvió a sonar el timbre de escuela.La vez pasada lo habían usado para indicar el termino del plazo que les habían dado para decidir si morían o se convertían en asesinos, por lo que cabía suponer q
Trató lo mejor posible de controlar las arcadas para que no la odiaran por arruinarle la cena a todos, pero todavía estaba casi tan pálida como sus propios anfitriones.Se sintió un poco mejor tan pronto como llegaron al comedor y tanto la sangre como quienes la derramaron quedaron fuera de su vista, aunque el aroma a comida no ayuda mucho cuando tienes nauseas y la apariencia del comedor le resultaba inquietante.Podía describirlo con una sola frase: Era una cafetería de escuela común y corriente. Tenía las mesas largas que en ocasiones más de un grupo de estudiantes se veían obligados a compartir, la barra en la que tenías que formarte, charola en mano, para recoger tu comida, incluso la pizarra en la que se colgaban carteles y anuncios.La única diferencia era probablemente el menú, mucho más amplio y atractivo del que ofrecían cuando ella iba a la escuela
Cuando escuchó el aviso de que tenía diez minutos para salir de la cama y alistarse fue inevitable recordar todas las mañanas en la que tuvo que recurrir a una fuerza de voluntad sobrehumana para no ignorar la alarma de su celular y seguir durmiendo en vez de abandonar la bendita calidez de su cama para dirigirse a un trabajo que la hacía miserable.Claro que no tenía la opción de “posponer” en esta ocasión y lo que estaba en juego era mucho más importante que el salario del día, así que, aunque no podría decir que salir a tomar parte en un juego perverso de matar o morir le agradara más que ir a trabajar, suspiró con fuerza y se levantó de un salto, tirando las sabanas al piso.Sabía por lo años de experiencia que si no salía de la cama de una sola vez, simplemente no lo haría, pero ese movimiento brusco no fue una buena idea.
De modo que el misterioso mecanismo de la plataforma consistía en dos taladros, cada uno apuntando a uno de los campeones, directamente a sus ojos, y se acercaban a ellos deslizándose por un riel.El ruido, parecido al de la fresa de los dentistas, le hacía rechinar los dientes y además no le era grato teniendo en cuenta que todavía tenía dolor de cabeza.La punta metálica del taladro cada vez más cerca de dejarla parcialmente ciega era una autentica imagen de pesadilla, aunque por suerte no era peor de lo que había imaginado, al menos no era una prueba para ver quién soportaba más dolor físico, todavía.Aún así, ¿Estaría dispuesta a sacrificar uno de sus ojos para salvar la vida de tres desconocidos?No, esa no era una pregunta que debería hacerse en ese momento. Tenía que tratar de pensar en otra cosa y c
Despertó a mitad del día a causa de una pesadilla. El día anterior, gracias al alcohol y el cansancio, se había quedado profundamente dormida y ni siquiera recordaba si había soñado algo, pero esa mañana le había costado mucho conciliar el sueño y cuando finalmente lo logró su mente decidió reproducir las terribles imágenes de las ultimas noches y el ruido del taladro que bien pudo haberla dejado tuerta. Cuando abrió los ojos se encontró en una habitación muy distinta a la que había ocupado toda su vida en casa de sus padres y las camas vacías hacían tanto escandalo al gritarle que estaba completamente sola a mitad de la nada que no fue capaz de volver a quedarse dormida. Tenía los ojos bien abiertos cuando les dieron el anuncio de los diez minutos, así que sólo suspiró resignada y se arrastró a lavarse la cara y ordenar su cabello. Salió en el tiempo estipulado. Le sorprendió que Darío la saludara con un gesto cuando se encontraron el pasillo