Mis ojos lo están estudiando de manera minuciosa. Tiene una altura que puede perfectamente llegar al metro noventa de un cuerpo tonificado e imponente que él parece usar para aplicar una postura autoritaria, seria y amenazante en su máximo esplendor. Su cabello negro haciendo contraste con su tez blanca, sus ojos verdes que podrían asemejarse a dos esmeraldas increíblemente hermosas, sus rasgos fuertes hechos con tanta perfección en su rostro que podrían mantenerme despierta toda una noche sólo para encontrar una razón a su creación.
Es fuerte, masculino, y su presencia grita "¡peligro!" por todas partes. Pero no puedo dejar de mirarlo. La dureza de su rostro lo vuelve increíblemente atrayente para mis ojos.Tanta belleza es demasiado para mi sistema y también para mis hormonas tan alteradas que casi puedo sentirlas correr como todas unas locas en mi interior. Tengo a éste hombre tan impresionante frente a mí y simplemente no sé cómo reaccionar. «Di algo idiota» grita la voz en mi cabeza, pero me resulta difícil salir de mi estupor.Cuando una sonrisa engreída comienza a tirar de sus labios sé que, si he hecho algo al quedarme callada, es alimentar su estúpido ego y su jodida imaginación.—Pareces inmersa en tu mente, ¿los pensamientos pecaminosos han empezado a atacarte?Veo como sus manos van a los bolsillos delanteros de sus jeans oscuros mientras se posiciona frente a mí sin importarle la gente que nos rodea.Cuando Fred solo asiente en su dirección reconociendo su presencia, sé que yo me estoy perdiendo de mucho, que ignoro por completo quien es éste hombre, y porqué toda esta gente parece respetarlo de la misma forma que lo hacen conmigo. Y eso me hace sentir fuera de lugar, porque al parecer todos saben algo que yo no.Las alarmas en mi cabeza se disparan cuando se hace presente la idea de que él está involucrado en los negocios de Jack. Si mis conjeturas son ciertas tengo que alejarme de él lo más pronto posible.Aunque analizándolo bien, él no tiene la apariencia de un distribuidor. El encanto y la sonrisa sencilla de quienes venden droga es fácil de reconocer porque a partir de aquellos factores la venta se vuelve más rápida. El hombre frente a mí no es encantador, ni amable y tampoco sonríe por cortesía.Éste hombre es determinado, amenazante y sonríe como sólo los depredadores saben hacerlo. Sabe que tiene el mundo a sus pies y lo disfruta, porque para el jefe de una banda nada es más sencillo que hacer y deshacer a su antojo.—Lo siento —respondo en cuanto siento que mi voz vuelve a estar bajo mi control, aunque las palabras salieron un poco atropelladas—. No estaba lista para toparme con un imbécil engreído.Paso por su lado con toda la intención de poner cuánta distancia me fuese posible entre él y yo; en cuanto doy un paso en dirección a las escaleras que dan a la zona exclusiva siento que mis piernas me pueden fallar en cualquier momento si sus ojos siguen vagando por todo mi cuerpo de forma tan descarada. Me obligo a acelerar mis pasos, pero su presencia detrás de mí parece afectarme.No me está gustando lo que él está provocando en mí, no soy fanática de la anormalidad que invade mis venas y estoy dispuesta a ignorarla todo el tiempo que me fuese posible, por lo que no permitiré que él arruine mis planes.—No estaba entre mis planes domar fieras esta noche, pero puedo hacer una excepción. —lo escucho hablar detrás de mí—. ¿Cómo te llamas, preciosa?Okay, eso es suficiente. ¿En serio ese es su método para llevarme a la cama?Me detengo de golpe y me giro para encararlo. Está a sólo unos cuantos pasos de mí lo que hace que mis mejillas ardan y mi garganta se seque, pero su presencia no puede afectarme de esa forma.—Mira, te facilitaré esto. —digo mirándolo fijamente a los ojos con determinación—. Vine a distraerme, y esas distracciones no incluyen tener que ahuyentarte toda la noche. No quiero tu presencia coqueta alrededor de mí; si lo que pretendes es llevarme a la cama, ya puedes marcharte porque no lo conseguirás.Cuando una risa escapa de sus labios, siento la frustración escalando por mi torrente sanguíneo. Me toma por sorpresa cuando acorta los pocos pasos que nos separan y acto seguido su mano fría se apodera de mi cintura y me acerca a su cuerpo sin rodeos.Jodido descarado que es.—¿Tienes idea de con quién estas tratando, preciosa? —su dedo coloca un mechón de cabello detrás de mi oreja y dejo de respirar, no puedo pronunciar palabra alguna, su cercanía me afecta. Mis ojos batallan para no desviarse hacia cualquier lado que no sea su increíble rostro y esos labios de ensueño—. No necesité llevarte a la cama para hacerte temblar, así que deberías tener más cuidado del terreno en el que te mueves.Apoyo mis manos sobre su pecho con la intención de apartarlo y siento como sus músculos se contraen bajo mi tacto y los latidos de su corazón golpean sin descanso. Siento una atracción inaudita hacia él, tan inexplicable, y no es solamente porque tiene un jodido rostro de infarto.Es algo más fuerte, más profundo.Tengo que apartarme. Y abofetearme por haber pensado tantas estupideces.—No tengo ni quiero tener idea de quién eres, así que te agradeceré que mantengas tus distancias. —empujo su pecho y doy un paso hacia atrás—. Fue un placer conocerte.—¿Siempre eres tan altanera? —cuando pienso en responderle siento un brazo enroscarse en mi cintura y no necesito voltear para saber que se trata de Jack y eso sólo hace que mis terminaciones nerviosas acaben por colapsar. Miro cómo la mandíbula del ojos verdes se tensa al momento en el que el moreno me pega a su cuerpo y yo no puedo sentirme más incómoda en éste momento.Santísima m****a. Estoy segura de que me dará un jodido infarto en cualquier momento.—Hey, Zack —saluda el recién llegado con tono serio. «Así que, ese es el nombre del descarado»—. No sabía que estabas en la ciudad.—Bueno, decidí pasarme unos días por aquí. —responde optando un aire despreocupado pero la tensión es totalmente palpable—. De todas formas no sabía que tenía que informar sobre mis decisiones.Siento cómo Jack se tensa ante la respuesta del descarado. Si las miradas matarán, definitivamente estos dos ya se hubiesen aniquilado. Así que, ante tal situación no me queda más que aclararme la garganta antes de intervenir en su duelo de miradas.—Lamento interrumpir su charla —digo para luego mirar a Jack por primera vez desde que hizo acto de presencia—. Pero tenemos asuntos que tratar, ¿recuerdas?—Oh, sí. Lo lamento hermosa —se disculpa—. Me gustaría seguir charlando contigo Zack, pero tengo que atender a esta belleza.—No te preocupes —dice el aludido haciendo un ademán, restándole importancia al asunto—. De cualquier forma, yo ya tengo que irme, ahora será mejor que no la hagas esperar.Al final le dedica un asentimiento a Jack en forma de despedida y antes de marcharse me da una última mirada con esos impresionantes ojos verdes que hacen que mis piernas tiemblen y una sonrisa ladina que provoca que mi pulso se acelere.La voz de Jack me hace volver al aquí y al ahora.—¿Desde cuándo lo conoces?—¿Desde cuándo te debo explicaciones? —replico—. Vine para tratar asuntos de negocios, no para contarte mi vida privada Jack.Miro cómo aprieta la mandíbula en un claro gesto de que ya está enojado y se está conteniendo porque sabe que tengo razón. En este mundo no puedes ir por ahí contando todo lo que pasa a diario en tu vida, y mucho menos puedes darte el lujo de exponer a las personas cercanas a ti, sea familia o tus nuevas amistades, porque claramente si en algún momento te consigues un enemigo es más que obvio que empezará por hacerle daño a las personas que son importantes para ti. Aunque tampoco es que me guste mucho ir por ahí desperdigando información sobre lo que pasa en mi vida.No digo que Jack sea mi enemigo, pero ya saben lo que dicen, más vale prevenir que lamentar.—Tienes razón, no sé porque pierdo mi tiempo contigo. —dice con voz fría, pero con un claro tinte de veneno.—Lo mismo me pregunto yo, querido. —digo despreocupada.Soy consciente de que lo que él quiere es herirme, pero quiero dejarle en claro que me importa una m****a lo que él diga.Se hace a un lado y me hace una seña con su mano para que avance hacia las escaleras para ir a la zona exclusiva, así que obedezco y me dirijo a ellas. Cuando termino de subir el último escalón me permito examinar el lugar, la luz de esta zona del club es más tenue, hay una barra exclusiva para los que se encuentran aquí arriba y las grandes mesas de cristal oscuro se encuentra alrededor de todo el lugar con las butacas del mismo color, cada mesa es separada por un enorme cristal –también oscuro– formando así grandes cubículos para tener mayor privacidad en cada mesa.Empiezo a caminar hacia una de las mesas más apartadas sintiendo a Jack pisándome los talones así que me apresuro a llegar y sentarme un una de las butacas. Él toma asiento frente a mí y le hace señas a uno de sus hombres de seguridad, quién se aleja un poco de nosotros intentando pasar desapercibido entre la masa de jóvenes que se encuentran en el lugar. Es ahí donde me doy cuenta que si Jack quisiera hacerme daño ya bien lo hubiese hecho pues a cada encuentro en el que he ido siempre ha sido sola, sé que estando en este juego yo también debería de tener hombres de seguridad a mi alrededor, pero creo que estoy confiando demasiado en el moreno de ojos azules. Debo admitir que Jack es muy atractivo, pero en este momento no puedo evitar compararlo con el pelinegro de ojos color esmeralda. Santo cielo, tengo que sacarme a ese hombre de la cabeza o estaré en serios problemas.—Bien, Alexa Smith —escucho a Jack llamarme, haciendo que salga de mis cavilaciones—. Sé que dirás que no es algo que me incumba, pero en este preciso momento me importa una m****a lo que digas, así que quiero saber ¿Por qué cojones no has traído a tus hombres de seguridad para esta reunión?Es curioso que esté preguntándome por algo que yo misma me cuestionaba segundos atrás. Y la respuesta sigue siendo la misma.—Supongo que estoy confiando en ti más de lo debido.Lo miro mientras me encojo de hombros restándole importancia. Él sonríe y puedo ver un brillo en sus ojos. Y no soy estúpida, desde hace tiempo me he dado cuenta de que Jack se siente atraído por mí, pero simplemente lo he tratado de repeler porque sé que no es buena idea que yo mantenga algún tipo de relación con él fuera de los negocios, claro está.—Me siento halagado ante su confesión señorita Smith —responde mirándome fijamente a los ojos aún con la sonrisa en sus labios—. Pero quiero informarle que no es de mí de quien se debe cuidar, sino de los tipos como Zack Sellers.La sola mención de ese nombre hace que mi cuerpo se estremezca, es increíble lo que ese hombre puede causar en mí aún sin estar presente.—Bien, en ese caso... —digo—. No te preocupes que no volveré a salir sin seguridad.Sé que esta no es la conversación que debería de estar teniendo con un matón, pero ¡por el amor de Dios! Es Jack de quien estamos hablando. Soy consciente de que no es una blanca palomita, pero desde el instante en el que nos conocimos él no ha hecho otra cosa más que protegerme y ayudarme. Y yo no he sido más que una perra con él que he hecho todo lo posible por alejarlo de mí, he sido muy dura con él. Siempre alejándolo, rechazando sus invitaciones, ignorando sus halagos y esquivando sus insinuaciones de querer entablar una relación conmigo. Creo que es momento de ser un poco más amable con él después de sus tantas atenciones.—Excelente, eso me mantendrá un poco más tranquilo. —sonríe de tal forma que me deja ver su perfecta dentadura.—Bien. —le devuelvo una pequeña sonrisa.—Okay, ahora sí. Pasemos a los negocios... —dice recargando sus codos sobre la mesa—. Sólo quiero informarte que las ventas aquí en Vancouver han subido en un 25% este mes, en Toronto han subido un 23%, en Ottawa un 31%; y viajé a L.A., las ventas subieron un 45% al igual que en New York, lo que significa unos cuantos millones más para nosotros. El club también está aumentando las ganancias y lo mejor de todo es que ha salido limpio de todas las investigaciones a las que lo han sometido la RCMP debido algunas sospechas que han tenido pero que no han podido comprobar, yo me he encargado de todo así que no tienes nada de qué preocuparte. —informa—. Oh, y la parte que te corresponde ya está en tu cuenta.—Vaya, me sorprende la forma en la que las ventas han aumentado en los últimos meses —confieso—. Pero bueno, no pienso cuestionar absolutamente nada más que lo necesario.—Debes saber que el no cuestionar nada no te debe hacer sentir menos culpable, porque a final de cuentas ninguno de nosotros lo somos.—No cuestiono nada porque sé que tu estas a cargo de todo Jack y tengo la seguridad de que eres justo a la hora de la repartición —lo miro con una sonrisa ladina en mis labios—. No quiero que pienses que lo hago con la intención de dejarte con todo el paquete por si algo llega a salir mal.—Yo nunca dije eso —señala—. Me refería a que no haciendo preguntas te hace sentir menos culpable. Sé que te atormenta el hecho de saber que cientos de jóvenes consumen esa m****a, pero al final son ellos quienes deciden hacerlo Alexa, ellos toman sus propias decisiones. —recompone—. De lo único que nosotros somos culpables, es de habernos metido en este mundo del que muy difícilmente podremos salir algún día, o al menos con vida.Lo miro por unos segundos un poco aturdida. Cuando conocí a Jack, jamás imaginé que me sentaría en una mesa con él a hablar de "negocios", o que se convertiría en mi amigo y consejero. Debo admitir que con lo rudo y frío que se ve, esta actitud no es nada propia de él.—Quién diría que con esa fachada de chico malo eres tan buen consejero, Jack —me burlo.Él suelta una risa reclinándose aún más sobre la mesa y me hace una seña con su mano instándome a que yo lo imite, y así lo hago. Cuando ya me he reclinado, él acerca sus labios a mi oído cómo si no quisiera que nadie escuche lo que tiene que decirme.—Nadie más conoce esta sexy cara de la moneda, así que sé discreta. —susurra contra mi oído y su aliento cálido me eriza la piel, lo que provoca que yo suelte una risita nerviosa. Nunca había estado de esta manera con él, quizá es la razón por la que me hace sentir un poco rara.Cuando se aleja me guiña un ojo y me regala una sonrisa resplandeciente así que no puedo evitar devolverle el gesto.—Bien, guardaré tu secreto —prometo divertida—. Ahora, no entiendo porque me hiciste venir si bien podías informarme eso en una llamada.—¿Y perderme la oportunidad de verte? No lo creo Smith.Me reí ante su comentario, Jack es un buen chico. Al menos conmigo siempre lo ha sido, a pesar de que yo he sido una completa perra con él. Sé que su trabajo no es el más honesto del mundo pero lamentablemente las circunstancias lo orillaron a caer en ese mundo de oscuridad al que ahora yo también pertenezco.Salimos al estacionamiento y empezamos a caminar hacia donde están nuestros autos. Al llegar me recuesto sobre el Audi y Jack se posiciona frente a mí, y es en ese momento en el que me permito observarlo a detalle. ¿Ya he dicho que es realmente atractivo? Porque en serio lo es, esos jeans oscuros y camisa blanca que deja al descubierto esos tatuajes en su brazo lo hacen lucir más peligroso, su cabello castaño ligeramente ondulado que cubre una pequeña parte de su frente y esos ojos azules tan peculiares, no todos los días miras unos ojos en los cuales parece desatarse una tormenta y que hace que los tonos azules se entremezclen con un grisáceo totalmente hipnotizante.Cuando termino de inspeccionarlo me doy cuenta de que nuestros cuerpos están demasiado cerca. Él me mira con anhelo y el deseo está claramente impreso en sus ojos. Eleva su mano izquierda y caricia mi mejilla con gentileza para después colocar un mechón de cabello detrás de mi oreja.Con su pulgar traza el contorno de mi labio inferior y siento que mi respiración se atasca cuando empieza a inclinarse más a mi rostro.—Jack... —lo llamo en baja voz posicionando mis manos sobre su pecho.Pero si soy sincera, a estas alturas ya ni siquiera sé si quiero detenerlo. Él es atractivo, y ninguna mujer que se encuentre bien de sus facultades mentales rechazaría un beso de este hombre, y menos cuando sientes la necesidad de querer experimentar algo nuevo, de probar lo prohibido.—No tienes idea de lo hermosa que te ves con ese vestido y lo tentadores que lucen tus labios en éste momento —susurra contra mis labios dejándome sentir su aliento mentolado.«Tú también quieres besarlo», esto no está bien... «sólo es un beso, no pasa nada». Demonios, mi subconsciente es una mala influencia.Sé que no es correcto y que quizá me arrepentiré más tarde, pero... ¡A la m****a!Con la valentía momentánea que me embarga acorto los pocos centímetros que separan nuestras bocas e impacto mis labios contra los suyos, él me responde al instante en un beso desesperado, cargado de deseo. Sus labios se mueven bruscamente sobre los míos y yo no hago más que seguirle el ritmo y hacer en puños la tela de su camiseta. Debo admitir que sus labios carnosos se sienten muy bien sobre los míos. Siento sus manos tomarme de las caderas y pegarme más a él mientras su lengua se introduce en mi boca acariciando a la mía pidiendo de manera silenciosa que dance junto a la suya, y decido corresponder a su caricia, lo que provoca un gruñido de su parte y m*****a sea que ese sonido me ha excitado. Subo mis manos lentamente acariciando su pecho firme y sintiendo cómo cada músculo se contrae ante mi tacto, continuo hasta enroscar mis brazos en su cuello para atraerlo más a mí y profundizar más el beso. Él por su parte termina recostándome sobre el Audi y cerniéndose sobre mí, aprisioná
Lunes, 8 de octubre de 2018. Siento algo calentando mi cara, así que me remuevo un poco incómoda y trato de continuar con mi sueño, pero la luz que me golpea es muy molesta y se filtra a través de mis párpados. Me cubro el rostro con la sábana, pero la tranquilidad sólo dura unos minutos porque el calor empieza a envolverme y entonces me doy cuenta que será imposible continuar durmiendo. Suelto un bufido y tiro de las sábanas nuevamente, esta vez para apartarlas de mi cuerpo. Abro los ojos y la luz termina por encandilarme así que los cierro de golpe y después de unos segundos intento abrirlos de nuevo poco a poco, esta vez tengo éxito. Volteo mi rostro hacia la ventana y miro que el sol está en su máximo esplendor. Anoche olvidé por completo correr las cortinas por esa razón la luz del día ha interrumpido mi sueño. Me levanto de la cama de un salto y estiro mis brazos por encima de mi cabeza para desperezar mis músculos y empiezo a caminar en dirección al baño. Después de haber va
Se posiciona frente a mí y sin pudor alguno, sus ojos barren todo mi cuerpo de manera lenta y tortuosa. De modo que me es imposible no apretar un poco mis piernas, y sé que él se dio cuenta de esa reacción, su sonrisa pícara lo confirma. En este momento, sonrojarme es inevitable. Maldición. Después de unos segundos que en realidad parecen siglos, sus ojos buscan los míos y yo trato con todas mis fuerzas de no demostrarle que su cercanía y su mirada fiera me afectan. Su sonrisa ladina se hace presente de nuevo en sus labios y señala las bolsas que se encuentran dentro del carrito de compras y yo inmediatamente me obligo a recomponerme y a no echarle un vistazo a su atuendo. —¿Necesitas ayuda con eso, dulzura? Su voz ronca y la manera en la que me ha llamado, hace que me estremezca. Realmente estoy haciendo un esfuerzo monumental para no demostrar ninguna de mis emociones, Zack no es un tipo del que pueda fiarme. Aunque mi cuerpo grite todo lo contrario, mi razonamiento me dice que
Me aclaro la garganta y doy unos pasos hacia mi costado para alejarme de él. Ahora el ambiente se ha tornado incómodo para mí, tanto, que me dan ganas de salir corriendo de aquí, pero Zack parece no notarlo. Me aclaro la garganta una vez más y trato de evitar mirarlo a los ojos cuando por fin hablo. —Está bien —digo después de unos segundos—. Te dejaré ayudarme solo por esta vez. Miro por el rabillo del ojo como sonríe. Se acerca para tomar las bolsas del carrito y empieza a caminar de nueva cuenta hacia su auto. Yo me limito a seguirlo a una distancia prudente. Cuando termina de acomodar las bolsas en el maletero se da la vuelta para encararme y me regala una sonrisa torcida. —Con lo distraída que eres estoy seguro que necesitarás de mi ayuda muy seguido. Ruedo los ojos al momento que me giro sobre mis pies para caminar en dirección a la moto que se encuentra a poco más de un metro de distancia de donde se encuentra el auto de Zack. Cuando retiro el casco sobre el asiento de la D
Una voz masculina y poco familiar grita mi nombre y me hace salir de mi ensimismamiento. Vuelco la mirada hacia donde proviene la voz y encuentro a un Zack enojado que viene trotando hacia mí. Su expresión me hace rodar los ojos con fastidio, pero después mi expresión cambia, llega a mí y yo sólo lo observo con el ceño fruncido y con gesto extrañado, porque a pesar del dolor y la confusión que me dejó el golpe estoy claramente consiente de que yo no le he mencionado mi nombre en ningún momento. —¿Te encuentras bien? —cuestiona con un deje de preocupación—. Jodido susto que me has dado. —¿Cómo demonios sabes mi nombre? —reviro. Rueda los ojos y después me mira como si la pregunta que acabo de hacer fuese la más estúpida del mundo. Lo miro con cara de póker. Él suelta un bufido y se pasa una mano por su melena oscura en clara señal de que está perdiendo la paciencia, pero yo no me inmuto. Pasan unos segundos y en vista de que él no responderá a mi pregunta intento caminar, pero sólo
Domingo, 7 de octubre de 2018. ZACK SELLERS. Muevo mis caderas aún más rápido mientras siento alcanzar el clímax. Keira, se remueve bajo mi cuerpo y gime mi nombre cuando el orgasmo empieza a hacer estragos en ella. Después de que ella viniera a mi casa con el pretexto de invitarme a conocer uno de los clubes nocturnos más sofisticados de Vancouver, terminó seduciéndome y por consiguiente yo terminé llevándola a una de las doce habitaciones que tiene esta enorme mansión que adquirí apenas regresé de España. Estuve fuera de éste lugar por varios años, aunque eso no impide que sea un hombre reconocido en esta ciudad. Pero hubo muy buenos motivos para volver, así que aquí estoy, follándome a la pelinegra que conocí cuando apenas éramos unos críos pero que ahora esa chica, tiene un cuerpo tremendamente seductor. Sus largas piernas muy bien contorneadas, sus enormes senos redondos y ese trasero capaz de llamar la atención de cualquier hombre. Definitivamente no podía perder una oportuni
Después de haber logrado cerrar uno de los tratos más importantes de mi vida, y por el que llevaba mucho tiempo cazando, olfateando como un jodido sabueso, por fin logré cerrarlo. La persistencia tiene sus beneficios, y haber cerrado éste trato, es uno de ellos.Estoy frente al apartamento de Keira, son exactamente las 7:55 de la noche. Llevo aproximadamente unos cinco minutos esperando a que baje y ya me estoy impacientando. La puntualidad es algo que caracteriza a cualquier hombre que se haga respetar. Con un trabajo como el mío no puedes darte el lujo de llegar tarde a las reuniones que se realizan para firmar un contrato, ya que eso te garantiza un trato perdido o una bala en la frente.Miro una vez más el reloj que tengo en la muñeca izquierda. Ya han pasado siete minutos más. Suelto un bufido seguido de un golpe dirigido al volante antes de encender el auto y empezar mi camino hacia el club al que iría con ella. No pienso tolerar su impuntualidad, así apr
Después de unos minutos que parecen horas, la chica se aclara la garganta antes de hablar.—Lo siento —las palabras salen atropelladas de su boca—. No estaba lista para toparme con un imbécil engreído.En cuanto dice aquello pasa por mi lado haciendo su camino en dirección a las escaleras que parecen dar a la zona VIP.Vaya mierda.Empiezo a seguirla y es inevitable que mis ojos se paseen por todo su cuerpo, es imposible no mirar esa figura tan espectacular.—No estaba entre mis planes domar fieras esta noche, pero puedo hacer una excepción. —hablo caminando detrás de ella—. ¿Cómo te llamas, preciosa?Cómo si no lo supiera.Se detiene abruptamente y se gira para encararme.—Mira, te facilitaré esto. —dice mirándome fijamente con clara determinación en los ojos—. Vine a distraerme, y esas distracciones no incluyen tener que ahuyentarte toda la noche. No quiero tu presencia coqueta alrededor