Dos corazones separados por un pasado sangriento que involucra a sus familias. Valentina es una apasionada de su pueblo y su cultura gitana, estimada por todo su clan... tras la muerte de sus padres se convierte en líder. Su corta edad y el hecho de ser mujer hacen que muchos se sientan infelices por ser gobernados por ella. Desde niña, fue prometida en matrimonio a Salazar, pero será Benicio quien se gane su corazón. Es fuerte y seductor, en el pasado, él y su familia fueron expulsados luego de que su padre asesinara a la madre de Valentina y permanecieron presos hasta el día de hoy. De niño, juró venganza, que tomaría el liderazgo de su pueblo y su familia regresaría al grupo, dónde todos se venían obligados a aceptarlos nuevamente. Entre el odio y el deseo, nacerá el amor para Valentina y Benicio.
Leer másEscuchó una dulce voz llamándola y cuando se dio la vuelta, era su madre a la que solo había visto en fotos tantas veces. Lloró y los dos se abrazaron y pudo sentir lo que siempre había soñado… el calor de su madre.— ¡Necesito mostrarte muchas cosas, hija!— Mi abuela ha estado tratando de hablar contigo, pero no puede.— ¡No tuve fuerzas suficientes para entrar en sus sueños, pero ahora que estás aquí quiero que lo sepas todo! — dice Eulalia, tomando ambas manos de Valentina, llevándola a hace más de veinte años, donde vio todo lo que pasaba.— Madre, sabes que quiero a Donato, pero él insiste en quedarse con esa maldita Eulalia. Tienes que ayudarme a separarlos. — le dijo Sara a su madre Josélia.— Pero parece que se llevan bien, precisamente por ese bebé y la maldita cosa ni siquiera sabe si es de Kayon o de Donato.— Alguna brujería tiene que servir para eso, me alié con ese débil Kayon, pero parece haber desistido de quedarse con su amante y dejar a Doménica. Si me amas, harás l
Pasaron unos días y Benicio, cada vez que podía, veía de lejos a su amada a través de la cerca. Él y Kayon todavía estaban pensando en cómo sacarla de allí de manera segura, los trabajadores del clan que fueron contratados para trabajar en la granja, nunca vieron quiénes eran los nuevos dueños y quién les dio las instrucciones, fue un capataz contratado.Benicio y Kayon se mantuvieron en total confidencialidad, ya que no querían que Salazar se llevara a Valentina cuando supiera que estaban cerca.Adriana estaba por dar a luz, esa mañana sintió mucho dolor y la llevaron a un buen hospital.— ¡Siento que me voy a morir Benicio! — Dice contrayéndose de dolor, dentro del auto.— ¡Tranquila, Adriana, que ya llegamos!Llegaron al hospital y la llevaron adentro. Benício, Karen y Doménica estaban preocupados en la sala de espera y tiempo después aparece el médico.— Doctor, ¿cómo está mi nuera? ¿Y el bebé? — pregunta Doménica consumiéndose de ansiedad.— Me disculpará, señora, pero necesito q
Se realizaron los trámites legales para que Benicio y Karen recibieran una herencia, el ambiente entre Doménica y la joven no era nada amistoso, ella estaba llena de remordimientos por lo que su madre había hecho con su vida en el pasado al llevársela de su verdadera familia.En el clan, Sandra y Carmem todavía estaban tratando de encontrar respuestas para conectar esos cabos sueltos de la historia, lo que sabían para entonces era que Kayon había sido utilizado para quitarle la vida a Eulalia, pero la razón y quién realmente habría encargado ese trabajo para Josélia aún era un gran misterio.Carmem estaba acostada boca arriba, todo estaba claro y escuchó que alguien la llamaba muy bajo como si fuera un susurro en su oído.“Mamá, ven conmigo…”Era su hija Eulalia, vestía un largo vestido blanco y parecía estar en paz. La siguió y fueron hasta el río donde la hija de Carmem le señaló con el dedo que mirara en esa dirección… Carmem vio la silueta de otra mujer, morena como Eulalia, pero
Carmem se fue y todavía estaba tratando de entender la dinámica de esos crímenes y misterios, si fuera realmente cierto habría odiado a Kayon por haber eliminado injustamente a su hija. Sí, no lo habría hecho solo y mucho menos de buena gana.Valentina hacía todo lo posible por encontrar una salida para escapar de allí, pero Salazar nunca la dejaba sola, ordenaba que la vigilaran día y noche. Hasta que un día, un hombre muy elegante llega al campamento y todos lo miran intrigados por el motivo que lo podría llevar allí.— Hola señora, mi nombre es Antenor Sales y soy abogado, ¿me puede decir dónde puedo encontrar a Benício y su hermana Karen Aguirre Coimbra? — pregunta saludándola con un apretón de manos.— Lamentablemente, no puedo ayudarte, porque ya se fueron hace rato. — respondió ella, había una inmensa curiosidad creciendo dentro de ella y de todos en ese lugar, ¿qué haría un hombre tan elegante allí buscándolos?— ¡Dios! ¡Llevo muchos meses buscándolos y ahora pensaba que por f
Finalmente, Benicio se convence de ir tras pensar y confiar en las palabras de su padre, Karen lloraba como una niña por alejarse de Salazar. Aunque sabía que las posibilidades de algo con él eran nulas.Empacaron todo de la noche a la mañana y se fueron… Amanece y las especulaciones sobre la partida repentina de la familia, ya estaban esparcidas.ValentinaKayon se los llevó, gracias a Dios… ahora necesito encontrar la forma de escaparme con mi abuela. Dejar este clan y correr como un cobarde nunca fue una opción para mí, pero no puedo condenar al niño que tengo a llevar una vida miserable como la que estoy teniendo.Salazar se enteró de su partida, estaba feliz ya la vez con más miedo. — Mamá, de ahora en adelante quiero que te quedes cerca de Valentina, saldré y la recogeré todos los días en la universidad. — ¿Por qué esto ahora, hijo? — Sabes que Kayon se llevó a la familia de aquí. — ¿Crees que ella pueda ir tras ellos?— Tal vez mamá, ya no sale sola de esta casa y mucho me
Dos meses después…Valentina siguió viviendo con Salazar aun sin amor, pero había aprendido a tratar con él. No hacían el amor con tanta frecuencia como a él le hubiera gustado, pero ella trató de mantenerlo tranquilo y nunca volvió a amenazar su vida ni la de Carmem.Kayon estaba de regreso en el clan y eso había causado malos sentimientos entre él y Carmem, quien aún se mostraba reacia a aceptar su presencia entre ellos. Benício seguía sufriendo por Valentina como ella por él, Kayon se sentía sofocada por tantos secretos y culpas, mientras Doménica estaba llena, porque tenía a su esposo de vuelta y su hijo estaba lejos de Valentina, como siempre quiso.Adriana ya tenía un bulto después de 4 meses de embarazo y siempre usaba ese embarazo para que Benicio se sintiera atado al compromiso de estar con ella, había logrado volver a acostarse con él, porque a pesar de que Valentina estaba con Salazar de alguna manera lo hacía querer tomar venganza.Era domingo y Valentina estaba jugando co
Salazar salió de la ducha con el pelo mojado, se puso un perfume ligero y Valentina estaba leyendo uno de sus libros universitarios sin prestarle atención a él ni a lo que estaba haciendo. Salazar se quita la toalla y se pone ropa interior y shorts, pues esa noche hacía mucho calor, y se sienta en la cama masajeando uno de los pies de Valentina.— Seguimos de luna de miel, puedes dejar tus estudios para después, ¡mañana es domingo mi amor!— Tu habilidad para disimular es admirable, ¿has olvidado lo que me hiciste ayer?— ¡Perdóname reina, pero me retaste y no olvides que fuiste tú quien me apuntó con un puñal!— Para mostrarte de lo que soy capaz. — Ella dijo.— ¡Yo también te mostré ayer de lo que soy capaz Valentina!— ¡Entonces veremos cuál de las fieras devora primero! — lo retó Valentina y él no pudo admitirlo, la jaló del talón haciéndola acostarse en la cama y saltó encima de ella con todo.— ¡Ay idiota! Lastímame.Me dolerá más cada vez que me desafíes.— Sé inteligente Salaz
ValentinaNecesitaba pensar bien qué hacer, si me iba con mi abuela Carmem, Salazar se lo cargaba todo con Benicio y hasta con su familia. Necesito ganar tiempo para alejarme de aquí, pero cuando Benicio y su familia también estén a salvo.Todavía estaba sentada en la cama cuando Kesia llamó a la puerta.— Valentina, ¿puedo pasar?— Usted puede, señora.— ¿Todo bien?— Sí. — respondió Valentina con frialdad.— Aquí tienes una muda de ropa. — Kesia supo que por su expresión abatida algo andaba mal.Valentina se duchó, se vistió y se fue a su casa.— Valentina hija, pasé una noche sin dormir, pensando en ti y en lo que podría estar pasando.— ¡No te preocupes por mí, abuela, necesito que confíes en mí, como yo confié en ti antes!— Confío, pero dime ¿qué quieres?— Me voy a vivir con Késia y Salazar. — Dolía dejar a Carmem que era una verdadera madre para ella, pero necesitaba ganar tiempo para que los dos pudieran escapar a salvo de ese lugar.— ¡Si esta es la solución que encontraste,
Los cuatro fueron a su casa.— Mamá trae el vino que compré y la cena que pedimos. — le preguntó Salazar a su madre, visiblemente feliz a pesar de todo.Todos cenan en esa hermosa mesa, pero la tristeza reinaba en los ojos de Valentina, y solo podía pensar en Benicio.— ¿Me acompañas un momento? — Salazar tomó la mano de Valentina y la llevó a su habitación, se agachó y recogió un joyero.— ¡Esto es para usted!— Gracias, pero no puedo aceptar tu regalo. — dijo ella, devolviéndole.— ¡De ninguna manera, aceptarás que sí y abres!Suspiró y abrió esa caja y observó los dos gruesos anillos de oro.— No deberías haber comprado esto.— ¿No te gustó? — preguntó tocándole la barbilla, Valentina miró hacia otro lado.— Sabes que nuestro matrimonio no es como los demás.— Lo sé, ¡pero una alianza te hará entender que ahora es mío!— ¡No soy tu Salazar, no me hables como si fuera una cosa!Salazar tiró de su mano con fuerza, puso el anillo en su dedo y luego puso el suyo en su dedo, con la mism