Alguien interrumpió un sueño profundo, uno de esos sueños felices, tranquilos, llenos de recuerdos. La claridad en las imágenes y los hermosos colores intensos resaltaban por doquier y daban paz y tranquilidad. El césped verde, al parecer recién cortado y la pequeña Mía corriendo descalza, sintiendo la humedad en sus pequeños pies. - Mi amor ¡a comer! - gritaba la madre de Mia desde dentro de una pequeña casa de madera. - Ya voy mamá - respondía ella, sintiendo el aroma suave de una lanzaña recién horneada, se le hizo agua la boca pero la felicidad absoluta la sintió cuando al fin tomó el tenedor, viendo como se esparcia el queso para luego dirijirla hacia su boca.. . - MIA, DESPIERTA, MALDICIÓN! REACCIONA!! - Sentía que le apretaba el pecho una y otra vez. No quería despertar, pero la insistencia era molesta, cada vez dejaba de divisar ese lugar, se desvanecia, poco a poco se alejaba de su madre, su comida..El aroma.. - ¡¡Basta!! - Grito Mia de pronto tratando de sentarse,
Dos días después Mia ya no resistía aquel nivel de angustia, su rostro estaba en todos los noticieros y en redes sociales, en dos días ya era un contenido viral. "Mujer cómplice del secuestro y desaparición de mujeres es buscada por las autoridades" era uno de los titulares, con una imagen que evidentemente habían tomado de sus redes sociales, donde Mia aparecía con bastantes años menos y una cerveza en la mano. - ¿en serio? ¡Maldición! ¡Maldito Esteban!- Bufó- y de todas mis fotos eligieron esa, mujer borracha y secuestradora, bien hecho Mia ¿querías fama? - murmuraba y caminaba en círculo. - Mia, Mia, ¡MIA! ¡ESCUCHA! - dijo Franco mostrándole un noticiero en vivo, donde aparecía el rostro del Zamir y todo el equipo y se confimaba que estaban tras las rejas - Por eso, por eso el no llegó - dijo con sus ojos humedecidos. - Caballeros, señoras, solicito no divulgar información falsa, la mujer es buscada como testigo, sin la existencia de evidencias tangibles de lo que se le acu
Zamir tenía resignación en la mirada y un dolor profundo de pensar que Mia podría estar muerta sabiendo detalles de aquel trágico accidente, esa era la única respuesta que hallaba ante su ausencia. Observar como le ponían las esposas, el uniforme naranja y lo preparaban para ser trasladado a una prisión de alta seguridad era sin duda, una escena desgarradora, después qué se efectuará el juicio, iria camino a aquel lugar donde al parecer, no saldría por muchos años. No había nadie quien pudiese ayudarle y todo parecía estar en su contra, lo que se hizo más real al estar frente al tribunal y ver al abogado de Esteban solicitar 20 años de cárcel. Todo parecía un trámite sabido y aceptado, todos sabían que lo hallarian culpable, por lo que no era de extrañarse que su abogado no estuviese presente y quisiera ahorrarse el daño a su imagen frente a una derrota tan evidente. - Bueno, sr Zamir, la evidencia habla por si misma, póngase de pie para dictar resolución - ordenó el juez y
El juicio estaba cerca y existían evidencias suficientes contra Esteban respecto a lavado de dinero. Habian comprobantes de pago del avión privado en el que se trasladaron las esposas del zamir, lo que descartada lo que Esteban decía o lo obligaba a inventarse otra versión sobre aquello. Solo faltaba el comprobante de propiedad de la vivienda en que estén a había tenido a Mia, pues en sus argumentos señalaba qué habían ido a atacarlo a su propiedad, sin embargo esa viviendo no era una propiedad de Esteban, sino que era un lugar abandonado de hace varios años. Lo tenían, la realidad era que lo tenían, solo faltaba un día para el juicio y el panorama para el Zamir era bastante alentador. Durante la tarde, Elías tendría ese último documento, ya había realizado una exhaustiva investigación y efectivamente la casa no pertenecía a Esteban y tenía como probarlo. Lo unico que no se esperaba, era ingresar a su auto y ser apuntado con un arma justo en la cabeza. - El jefe dice que tu
Mía y Zamir aun eran libres, pero debían resolver qué pasaría entre ellos, lo que era claro era que no deseaban separarse, en la mirada de ambos lo único qué deseaban era estar solos, se necesitaban el uno al otro y una vida lejos no era una opción para ninguno de ellos. - ¡Hey! ¡Más respeto! Mira que aun estas en la mira! - Le dijo Mia luego de haber sido nalgeada en plena vereda, camino a la heladería de don pancho, cuyos helados artesanales eran los más deliciosos de la ciudad. Zamir la observaba de manera risueña, caminar con ella de la mano, en una cita tranquila, normal era lo más maravilloso, Mia siempre tuvo razón, un amor libre y respetuoso era la manera correcta para estar juntos y las 10 citas propuestas por Mia antes de decidir donde vivir, había sido una idea bastante encantadora. La plaza, restorantes caseros y otros de lujo habían sido algunas de las citas de ambos, pero la verdad era que no importaba el lugar, estando juntos el momento era inigualable, justamen
- ¡¡SUELTENME!! M*****A SEA DÉJENME EN PAZ!! gritó Mia con todas sus fuerzas, pero a su alrrededor nadie parecía escuchar ni hacer contacto visual, era como si los mismos estraterrestres la estuvieran secuestrando y la habían puesto en una especie de modo invisible. Un hombre robusto la puso sobre sus hombros mientras Mia protestaba y pataleaba con fuerza. Segundos después estaba sentada en una limusina blindada, amarrada de pies y manos y completamente sola además del chófer, qué suponía estaba después de una cortina plegable de color gris justo en la parte delantera dme vehículo. Viajó horas en esa limusina hasta que se detuvieron unos minutos en un lugar desconocido. De pronto, abrieron la puerta para nada más y nada menos que subir a otra mujer, rubia con maquillaje de sobra y una vestimenta bastante sensual. La ayudaron a subir y se sentó al frente de Mia. La mujer la miró con desprecio y se río de manera burlezca, mientras revisaba una carpeta con documentos. - ¿Quien diab
Las palabras de aquel hombre eran órdenes cumplidas de inmediato, por lo que tres mujeres de edad media entraron a la sala de estar y se llevaron a Mia tal y como estaba, amarrada de pies y manos, claramente porque el Zamir habia informado que ella sería la primera. Caminaron varios pasillos qué se hicieron eternos con la soga en los tobillos, hasta al fin entrar en una sala apartada, llena de tinas independientes de agua termal. El ambiente era como un sauna con velas encendidas y un aroma esquisito a menta con un toque de vainilla. La desvistieron cortando sus ropas, sin ningún miramiento y así, desnuda y amarrada, la entraron a la tinaja para luego llenarla de flores aromáticas. Mia no podía negar que sentía excepcional, después de ese día, estar en una tina termal era algo inpensado, simplemente era como estar en las nubes, asique decidió disfrutar sabiendo que los días podrían venir de mal en peor. Pasada una hora, las mismas mujeres de edad media llegaron a sacarla de l
Los minutos pasaron a ser horas y las horas días y Mia seguía allí, con la misma ropa, que por cierto apretaba más que la que usaba con normalidad y un hambre incontrolable qué hacía rechinar su vacío estómago. - ¿También hiciste enojar al mismisimo Rey de la india? - dijo una voz masculina al fondo en otra celda. Mia se sorprendió de no encontrarse sola, pero luego respondió - Eso creo - mientras se preguntaba porque en todo ese tiempo encerrada no había visto ni oído a nadie - mm ¿y quien eres tu, que le hiciste a ese repugnante animal que llamas Rey? - Consultó intrigada - Me enamoré de una de sus esposas y la ayude a escapar - respondió sin tapujos-eso fue al menos hace 7 años según las cuentas que puedo tener en este horrible lugar. A Mia se le apretó el pecho, cuanto tiempo estaría allí era un misterio, pero seguramente sería años y años después de lo ocurrido con zamir. - y qué hizo usted - le dijo aquel hombre - por cierto, soy kerem- Añadió. - Mia es mi nombre, d