NOAH
(Esa misma noche más tarde)
La pareja compuesta por la beta y el omega de Montigraus ya habían despedido a Donovan y a Megan, quienes iban a dar un paseo nocturno, y por fin se encontraban a solas en la casa de alquiler. Nina acababa de darse una ducha rápida y en esos instantes se estaba poniendo el pijama. Lo que ella no sabía, y ni tan siquiera sospechaba, es que la prenda de ropa iba a durarle muy, muy poco tiempo.
«¿Ya?», pregunta su salvaje lobo con impaciencia por llevar su estudiado plan a cabo.
«Sí, camarada», le confirma Noah disimulando una traviesa sonrisa.
Lentamente, su querida única, aún ajena a todo lo que tenía planeado para esa velada, se tumba a su lado, le abraza y apoya la cabeza sobre su pecho desnudo mientras Noah besa y acaricia su pelo. Casi todas las noches su compañera de vida hacía justo eso, tumbarse sobre él para beber de su aroma cosa que el lobo adoraba pues le permitía compartir unos calmados instantes en
NOAH Su compañera de vida estaba tan preciosa atada, temblando y jadeando gracias a sus atenciones que el omega no podía evitar sentirse orgulloso por conducirla a ese viaje de placer carnal que tanto estaba gozando. Pero aún así, había algo que Noah y el lobo deseaban con fervor, más incluso que todo el juego de sabores que acababan de realizar, sin embargo, primero necesitaban el permiso de su única antes de pasar a mayores. —Nina… —la llama suavemente mientras vuelve a prestar toda su atención en su hinchado y sensible clítoris—. Hay algo que lleva un tiempo rondando por nuestra mente pero no sé si te gustará… —empieza a decir el atractivo lobo mientras besa despacio su húmedo y más que dispuesto sexo a la vez se masturba en un intento de calmar a su dolorida erección. La loba no cesaba de revolverse en la cama retorciendo también las ataduras de sus manos que la mantenían indefensa a sus deseos. Sabía que a Nina le estaba costando como el mismísimo infier
RECORDATORIOEste relato pertenece a la cuarta y última entrega de la saga Fábulas Licantrópicas. Sigue a las novelas ya publicas Nigra Lupus, Ámica Lupus y Rapax Lupus aunque como siempre, puede leerse por separado. Sin embargo, quizás aparezcan situaciones que hagan referencia a sucesos previos ocurridos en las novelas anteriores, y éstas, puedan despistar al lector.Quisiera recordar nuevamente que esta historia no pretende seguir ninguno de los cánones que ya se conocen sobre los licántropos para discernir entre clases sociales y tampoco está basado en un universo omegaverse.Aparecerán palabras como alfa, beta y omega con el siguiente significado:—Alfa: primero al mando, líder, se encarga de la manada
NINA(Dos noches atrás)Nina se estira y bosteza con disimulo ya que la patrulla rutinaria de esa noche, no podía ser más aburrida.Su única labor en esa ocasión era multar a un grupo de jovencitos de su manada que se habían saltado las normas, pues los menores de edad, no tenía permitido acudir de noche a otra localidad. Aún así, un total de quince lobeznos de Montigraus se había desplazado a espaldas de sus padres y de los cargos a Terios, el pueblo de al lado, pare celebrar una fiesta de cumpleaños clandestina.Pobres ilusos, ¿de verdad creían que no iban a enterarse? ¡Cuando los pillara les iba a echar una bronca que los dejaría temblando!Con lo bien y a gusto que estaría en casa en esos momentos…—Ya queda poco… —murmura Noah en voz baja quien estaba con los brazos cruzados cómodamente sobre su
NINA(En la actualidad. Tres semanas más tarde)Nina mira el techo de su nueva habitación y suspira suavemente. Llevaba numerosos minutos sospesando cual iba a ser su siguiente movimiento, si una ducha rápida y un cena ligera, o leer un poco primero y después cenar. Acababa de mudarse al piso esa misma mañana y aunque todavía no se había acostumbrado y quedaban algunas cosas por ordenar, como era obvio, estaba muy contenta con su decisión.Su hermano Donovan y Megan necesitaban intimidad ahora mismo pues apenas acaban de empezar su relación y no mentía cuando les dijo que ella estaba entrometiéndose sin querer. Que la beta se mudara a otro sitio era lo mejor para todos, así los tortolitos podían hacer de las suyas sin preocuparse, y ella ya podía dejar de ir por la casa en modo ninja y alerta a cualquier rudito subidito de tono.«Así ahora tambi&
NINA La loba se encontraba tumbada sobre una fría superficie de madera pero ese hecho no le importaba lo más mínimo pues su piel desnuda ardía en esos instantes y el gélido contacto hasta resultaba un contraste agradable para su cuerpo febril. Nina tenía una tela que la ataba de pies y manos, y éstas últimas, se encontraban por encima de su cabeza inmovilizándola por completo. Para rematar la presentación, una gruesa y oscura venda cubría sus ojos obstaculizando su visión. La respetada loba de Montigraus esperaba a su amante con ansia y con el pulso acelerado. En verdad, no le gustaba ni un ápice estar fuera de control, pero en esta ocasión, y sobre todo con la persona que iba a torturarla, no le preocupaba dejarse llevar. Tenía plena confianza en él y también sabía a ciencia cierta que no iba a humillarla ni a reírse, únicamente la estaba llevando fuera de su zona de confort para que así gozara de una nueva experiencia. Y mientras la beta aguardaba p
NINA Su mirada ansiosa se posa sobre el reflejo que el espejo de su habitación ofrecía y la beta de la manada de Montigraus inspecciona una última vez su aspecto físico con detenimiento asegurándose de que todo el conjunto encajase. Al final, Nina había optado por un vestido negro corto y ajustado que marcaba su figura, unas botas altas también negras que le llegaban casi hasta las rodillas, un toque de maquillaje muy sutil que resaltaba sus ojos oscuros, como los del alfa, y el pelo suelto y liso que le llegaba un poco más abajo de los hombros. Casi siempre lo llevaba recogido en una cola para que no estorbase, y verse así, era toda una novedad. Ella no era ni por asomo tan alta como su hermano, ¡por suerte!, pero sí lo suficientemente alta como para intimidar a unos cuantos lobos con baja autoestima. No obstante, el omega también era un tipo bastante grande, el segundo por detrás del alfa, y por eso no debía preocuparse mucho por llevar talones en esa ocasi
NINA Al entrar en la sala principal, el picante olor a sexo impacta contra sus rostros y ambos licántropos se paran un segundo repasando la escena que transcurrían enfrente de sus ojos. El club en verdad no era nada del otro mundo, varias mesas con pequeños sofás para dos o tres personas se esparcían por los laterales formando un círculo inexacto, y en el centro, una especie de escenario con una enorme cama baja ocupaba todo la superficie. Por lo que podían entender, parecía que una pareja ya había acabado con su espectáculo y otra estaba por empezar. Los dos altos cargos de Montigraus localizan a su objetivo sentado en la barra y caminando muy despacio para que los vean bien, se dirigen hacia la mesa número quince, aquella que les habían asignado. En esta ocasión, todos los ojos de la sala se posan en ellos pues tal como les mandaba su rol, tenían que soltar su aura de poder cosa que hacían de maravilla pues la costumbre era difícil de suprimir.
NOAH Por fin, ya con Nina entre sus brazos, el omega de Montigraus respira con tranquilidad y se impregna de ese embriagador y delicioso aroma que desprendía la beta mientras el alivio recorre todo su cuerpo. La estrecha todo lo fuerte que puede contra él queriendo fundir su ser contra el de ella para así empezar a memorizar todos sus encantos. Lo había deseado tanto, ¡tantísimo! Tenerla a su lado era lo único que ocupaba su mente y creía volverse un chiflado sin remedio cada vez que la encontraba y ella le negaba su atención. A su compañera de vida le había costado mucho más tiempo de lo esperado pero al fin, ¡al fin había despertado! Noah quería gritar de alegría pero ese, quizás, no fuera el mejor momento. —Amara… —le llama la loba de Nina con sus ojos ámbar soltando destellos dorados, signo inequívoco de su pureza de sangre y mirada que llevaba anhelando sentir sobre él como agua de mayo—. Más besos… más… —le pide con deseo apretándose y restregán