Rayan había visto muchas cosas con sus parejas sexuales anteriores, desde sus cuerpos desnudos hasta las cosas más vergonzosas que pudiera imaginarse, pero encontrar el cuerpo de su actual pareja acostado en su cama, envuelto entre sus sábanas, abrazando su almohada y portando una camisa de él… fue más de lo que pudo soportar. La bandeja en sus manos se tambaleó y solo fue que reaccionó rápido antes de que esta se cayera al suelo derramando todo. No era que le importara mucho, era lo que estaba delante de él lo más interesante.
Así que se acercó a la mesita de noche y dejó el desayuno antes de que terminara en el suelo y se arrodilló sobre la cama.
Lentamente se inclinó y besó la parte interna de la rodilla de Leticia. La chica se removió boca abajo, pero siguió durmiendo plácidamente. Sus mejillas se veían mullidas contra s
-¿Me anudaste?- ante la afirmación del alfa una mueca de pánico recorrió su rostro- Pero te pedí que no lo hicieras- se soltó del agarre del alfa y de forma inestable se sentó en la cama. Su cadera no estaba en el mejor estado.-Baby, creo que hay que dejar la cosas claras- Rayan la copió- La que no dejó que me pusiera el condón nuevamente y me montó fuiste tú. Así es casi imposible que no te anudara. No me pongas como el malo de la historia-El labio inferior de Leticia tembló. No recordaba esa parte, o tal vez si, después del primer orgasmo todo era demasiado confuso, como si hubiera estado emborrachada pero no por alcohol, sino por las feromonas del alfa.-¿Qué voy a hacer? ¿Qué voy a hacer?- se llevó la uña a la boca y la mordió.Ante su estado Rayan la agarró de los hombros y la hizo mirarlo.
Leticia se imaginó que Rayan debía estar realmente feliz ese día porque no hacía nada para evitar soltar feromonas por todas partes. Incluso allí en la piscina, donde ella estaba acostada encima del cuerpo grande del alfa y ambos sobre una balsa inflable, simplemente flotando tranquilamente. Había feromonas por todas partes y muchas de ellas la envolvían posesivamente como para ella supiera con quién estaba.Si ella fuera otra loba alfa estaría asquead a hasta la médula dada la naturaleza que poseían, en cambio, se estaba deleitando con el dulce y potente olor del alfa, y si no fuera por el supresor estaba segura que estaría chorreando nuevamente, excitada y sin poder controlar sus sentimientos que en ese momento la invadían. Porque era una loba omega, y cuando su alfa estaba feliz, la omega también lo sería.Su alfa.La idea pasó por la cabeza d
Años atrás.Nadia Knigt, hija del multimillonario inmobiliario más rico de Irlanda en esos momentos. Con edad 19 años, estado civil soltera pero comprometido, género femenino, género secundario omega. Situación. Desaparecida.Un joven alfa Sheldon de 24 años dejó caer el documento delante de él sobre la mesa y revisó su celular. Aun nada. Ni un solo mensaje había recibido.En esos momentos se encontraba en Turquía. Como investigador secreto del gobierno no era como si pudiera quejarse de trabajar estando de viaje constantemente fuera de su país de residencia. Recibía buen dinero, aunque estaba reuniéndolo porque quería levantar, más adelante, su propio imperio que le diera la vida que siempre había querido. No quería estar debajo del ala del dinero de sus padres o bajo un jefe explotador.Pero ahora tenía que e
Sheldon esperaba sentado en la cama en la espaciosa habitación. Ya entendía donde metían al menos una parte de lo que se pagaba allí para follar. En aquella cama realmente suave y cómoda de dosel podían caber fácil de cuatro a cinco personas. Los pisos cubiertos de lujosas alfombras, las paredes tenían un exótico dolor crema que era bastante extraño. Había luces en toda la habitación, pero en ese momento estaban tenues, como queriendo mantener la atmósfera de intimidad.Había revisado el lugar en busca de cámaras, pero solo encontró que la única ventaba que había en el piso más alto de las cinco plantas, estaba cubierta por cortinas y daba a la calle. Del otro lado había una puerta que daba a un lujoso baño con jacuzzi. Y en una esquina de la habitación donde también había un juego de muebles y una cómod
Desde el día que fue secuestrada Nadia no había sabido que era sentir de nuevo felicidad. La habían tenido encerrada en un cuarto oscuro y pequeño por tantos días y sin un rayo de sol que nunca supo cuantos días habían sido. Después la habían llevado a un recinto donde la habían desnudado y presentado desnuda delante de muchos extraños. No conoció sus rostros pues sus ojos habían sido vendados.Esa noche había terminado amordazada en una cama, sus manos esposadas, su piel ardiendo y su interior roto con su virginidad. Los recuerdos de ese día siempre habían sido tan vividos que se prometió que nunca le harían eso de nuevo.Había luchado con uñas y dientes para liberarse, pero esa escena se repitió noche tras noche, solo que estas veces solo podía saber el estado de su cuerpo una vez despertaba en la mañana desp
Sheldon estaba ansioso. No pudo sacarse de la cabeza a Nadia, incluso después de llegar a donde se hospedada y daba el reporte de la misión a la base central. Por suerte ya se están moviendo, pero dado la magnitud del problema, la cantidad de dinero que se movía, y además, las personas que estaban involucradas, no podían simplemente acceder. Entonces Sheldon tenía otro punto más a la misión. Descubrir el papel de Mark en todo aquello. Esperaba que el tipo estuviera empapado hasta las orejas con toda esa mierda porque lo metería a la cárcel de una buena vez por todas. Odiaba cuando las personas se le iban de las manos. Pero ya no sería así.Pero volviendo a lo más importante. Nadia. Dios, era más hermosa de lo que se había imaginado. Y tenerla a su lado toda la noche casi lo había vuelto completamente loco. Solo faltó muy poco para que se convirtiera en
Sheldon caminó por el pasillo escuchado los gemidos que salían por debajo de la puerta a cada lado del pasillo delante de él. Sus puños estaban tan apretados que sus uñas se enterraban en sus palmas de forma dolorosa. Mas la idea de ir a buscar a Nadia y llevársela consigo para ponerla a salvo y hacerla suyo inundaba su mente.Ya sabía cómo estaba construido y distribuido el edificio, en la semana se había dedicado a estudiar tanto el plano como las instalaciones de vista. Ahora disfrazado podría moverse libremente pero no tenía idea de a donde pudieron haber llevado a su omega por lo que por el momento tendría que ir a ese lugar. La sala de cámaras. Los malditos se seguro se estaban masturbando con las miles de escenas sexuales que ocurrían en las habitaciones.Así que se encaminó hacia allá bajando la cabeza cuando otro trabajador salía de un
Había un ruido constante que taladraba su cerebro. Su cabeza se quería rasgar en dos y salir corriendo por cuenta propia. Su cuerpo dolía acostado sobre una superficie dura, pero a la vez cómoda. Y la clásica pegunta que le vino a la mente… era dónde estaba.Sus ojos se fueron abriendo ligeramente. La luz blanca y cegadora los obligaron a cerrarse otra vez hasta que pudo abrirlos e irlos acostumbrando. Aun así, sus párpados estaban pesados.-¿Estás despierto?- una voz para nada familiar sonó a su lado y Sheldon, con mucho esfuerzo, giró la cabeza viendo a una mujer desconocida. Juró que pudo sentir cada hueso de su cuello tronar. ¿Cuánto tiempo llevaba sin moverse para estar en ese estado?Por la vestimenta, que tardó tiempo en enfocarla supo que era una enfermera, por lo que aquel lugar era un hospital. Entonces…Inten