Gavel le dio tiempo a Cassandra a solas para que pudiera bañarse y vestirse. Había pasado la mano por su cuello que latía bastante desde que despertó, encontrando que había heridas de dientes allí. El imbécil de Gavel la había mordido realmente fuerte, como si quisiera marcarla, y de alguna forma lo había hecho.
Los recuerdos de lo que habían hecho en su laboratorio eran muy vigentes a pesar de que en ese momento estaba sumamente cansada. Gavel no había dejado pasar la oportunidad y de qué forma. A pesar de no haber tenido sexo estaba... satisfecha.
Cuando salió de la habitación notó que olía igual al alfa, al menos en cuanto a productos se refería. No era de otras jerarquías para saber a qué realmente olía Gavel. Tendría que preguntarle a su prima.
Y referente a su prima, esta no le había mandado ningún
Pánico. Cassandra había entrado literal en pánico ante las palabras Estoy enamorado de ti, de Gavel.Que mierda. Era la primera vez que las oía y no eran mentiras. Un hombre que dijera eso con los ojos que tenía Gavel en esos momentos definitivamente no mentía.Había salido pitando de la casa corriendo como una liebre asustada. Qué vergüenza para ser una mujer como ella. Había corrido con el rabo entre las patas, hasta que la respiración le dolió los pulmones. Ahora, en la seguridad de las paredes de su casa se sentía mal. Muy mal.¿Por qué?Como respondería a palabras como esas. Como miraría de nuevo al alfa cuando este volviera a acercársele. Como bajaba el inmenso sonrojo de sus mejillas, como detenía los frenéticos latidos de su corazón.Se mordió el labio inferior hasta que sangró. Se de
El auto que manejaba Sheldon se detuvo en la luz roja del semáforo. Ese día había decido manejar el mismo. Hacerlo lo relajaba aunque era un secreto que solo su esposa sabía. Miró a su hijo sentado a su lado y que parecía tener su mente ida. -¿Tanto te gusta la chica?- le soltó de pronto haciendo que Rayan a su lado lo mirara alzando una ceja. -¿A qué viene esa pregunta?- -No, por nada, solo que me preocupa que te enganches con alguien y después puedas terminar con el corazón por el suelo. Todavía recuerdo cuando aq
Cassandra fue despertada por el sonido de su alarma al lado de la almohada. Estiró la mano para sentir un peso sobre esta y abrió los ojos. Su mente se aclaró de momento y recordó que esa noche se había quedado a dormir con Leticia que estaba junto a ella, o más bien, abrazado a ella.Con cuidado se movió y apagó la alarma pero ya era demasiado tarde, su prima se había despertado.-¿Prima?- su voz salió pastosa y soñolienta.-Buenos días chiquilla- Cassandra sacudió el cabello de su cabeza- Es temprano, tengo que volver a mi casa a preparar algunas cosas-Leticia asintió con la cabeza y se sentó perezosamente restregándose los ojos. Dormir con Cassandra había ayudado a que no hubiera soñado nada y por consiguiente hubiera descansado bastante. Lo necesitaba y al parecer su prima también.La beta fue la primera e
Rayan estaba molesto.Leticia, aun sobre sus muslos se tensó y se preparó para salir corriendo solo porque su instinto le decía que era mejor enfrentarlo solo y no rodeado de sus colegas. Rayan nunca la había mirado así, de esa forma tan… tan… se levantó de golpe, bajo la mirada fija y lobuna del alfa.-Rayan- Gavel dejó el palo de billar y comenzó a acercarse con cautela. El rostro de su amigo era de aquel de que le habían quitado el pedazo de carne de la boca y Rayan era de naturaleza dominante por lo tanto…-Antes de que enredes las cosas déjame hablar- Leticia intentó mostrarse tranquila, pero retrocedió un paso cuando el alfa se levantó en todos sus centímetros y además dejó que sus feromonas fueran disparadas de su cuerpo sofocándola. Ese fue el momento en que Leticia valoró realmente que Rayan era un alfa despu
Una de las razones por las que Leticia odiaba su cuerpo omega era la poca resistencia que tenía. Aun si había entrenado desde muy joven, después de su primer celo y la explosión de feromonas dentro de ella, los músculos que tenía había sido la tarea más difícil de mantener. Y aun si todavía tenía algunos no eran ni tan prominentes ni tan fuertes si se comparaban con los de alguien con genética alfa.A quien engañaba. Hasta sus caderas habían aumentado la circunferencia, su trasero aumentado razón por la que la fastidiaban y resaltaba, y por suerte la grasa que debía acumularse en su pecho la había quemado con fuertes tandas de ejercicio por lo que no se había desarrollado tanto. Las feromonas que transformaban su cuerpo a uno casi delicado de una omega no se habían detenido con los supresores. Solo el ejercicio duro había podido disimular
Leticia no comprendía a Rayan. A pesar de que este pudiera parece infantil, violento, impulsivo, que pensara poco lo que fuera a hacer,había un rasgo que sobrepasaba a los demás… era alguien impredecible.Podía estar molesto y al minuto siguiente comerle la boca como estaba haciendo ahora.No era un beso salvaje como acostumbraba a darle. Era más posesivo, mordiendo, lamiendo el interior de la cavidad hasta enrollar la lengua y chupándola, tirando de sus labios hasta dejar sus labios marcados ocasionando que la herida de su boca se abriera nuevamente y el sabor metálico tocara
Leticia mordía el hombro de Rayan por encima del cuero de la chaqueta sabiendo que eso no sería un inconveniente para que sus dientes quedaran marcados en la piel. Pero esa era la única forma de contener sus audibles gemidos.Sus manos se perdían entre los vientres de ambos mientras sus dedos apretaban el miembro de Rayan en un delicioso masaje de arriba abajo.-Un poco más fuerte baby- el alfa lamió su oído después de hablar contra él mientras sus manos se habían colado en la parte trasera del pantalón de la loba y dos de sus dedos se enterraban en el agujero húmedo y palpitante con el que llevaba meses soñando. Si solo Leticia le dijera si, estaba seguro que la dejaría inconsciente del tremendo orgasmo que le provocaría ¿Por qué tenía que ser tan terca?Leticia soltó la tela atrapado en sus dientes, enterrando su nariz en la curv
A pesar de la situación desfavorable y de haber sido descubierta Leticia mantuvo la calma. Entrar en pánico y mostrarlo era algo de lo que estaba segura se aprovecharía aquel delta para chantajearla aún más. -¿Qué quieres?- le preguntó sin girarse, el olor que desprendía el delta le causaba náuseas como siempre ocurría, sobre todo porque era una omega y se veía más afectada. La risa de Syan retumbó por los pasillos a pesar de ser muy entrada en la mañana. -Nunca pensé que encontraría a una ratica escalando por la parte trasera de la mansión. ¿Qué pensaría Mark si se enterar de que esta hermosa ratica es su hija?- Leticia lo miró por encima de su hombro y sonrió confiada. -Díselo, acaso me mataría. No, solo me golpearía la cara, pero como vez ya estoy adaptada, así que sé más creativo- Giró su rostro ausente ahora de sonrisa y se dispuso a ir a su habitación, pero su hombro fue agarrado. En respuesta Leticia agarró la muñeca y se contor