Alfa. Para unos era la palabra que definía la perfección. Eso incluía riqueza, poder, éxito y todo lo que quisieran en la vida. Eso incluía tener muchas parejas, para aliviar el alto lívido sexual. Pero pocos sabían que en el fondo los alfas eran monógamos.
Una vez que encontraban a una pareja que decretaban como digna para estar a su lado se dedicaban en cuerpo y alma a ella. Y gracias, precisamente a esto era que Gavel llevaba seis meses sin sexo y con una frustración que le haría comerse a Cassandra, fuera incluso en contra de su voluntad.
En qué momento una sencilla loba BETA se había vuelto su obsesión. No sabía, pero lo más seguro que desde la primera vez, en donde le abrió la puerta después de salir del baño. O sea, en su primer encuentro. ¿Desde cuando él era tan fácil?
-Gavel, demonios, más suave- esa misma beta gimió contra su cuello. Sus uñas se enterraban en su camisa arrugándola.
-Pero amor- gimió el alfa besando la curva desnuda de su hombro- Tú
Rayan gruñó contra la cabeza de Leticia escuchando como algo casi tumbaba la puerta de su apartamento, así como el timbre. ¿Quién demonios tocaba así su puerta? Como alfa sus sentidos desarrollados se vieron afectados.Leticia por su parte ni siquiera se enteró. Estaba totalmente dormida contra su pecho. Su rostro era realmente tierno.El alfa pretendió ignorarlo, pero los golpes continuaron por más de tres minutos. Se sentó en la cama con los colmillos visibles. Mataría al imbécil que estaba perturbando su tiempo con su esposa. Era un hecho.A pesar de estar sumamente molesto se levantó con cuidado de no despertar a la menor y salió en dirección a la puerta central. Traspasó la terraza y se detuvo agarrando con fuerza la manigueta, casi al punto de romperla y abrió.Lo menos que se esperó era que tres chicos de su manada, un lobo alfa y dos betas, estuvieran en su entrada cargados de bolsas llenas de cerveza y un enorme Monopoly debajo del brazo de uno de el
Ante tantas miradas intrigadas sobre él, el rostro de Leticia se contorsionó en una mueca. Su humor estaba realmente volátil ese día. Primero, deprimida, y ahora, se había levantado de muy mal humor como ocurría generalmente, aunque no se aplicaba a esta. La razón real… tenía hambre.Pero con ese pensamiento de querer llevar algo a su boca lo que sintió fue una lengua pasando por su pierna. Se estremeció y bajó la cabeza.-Que piernas tienes, esposa de Rayan, no tiene ni un vello y son suavecitas- el tipo debajo de ella le sonrió a modo de broma lo que hizo que la vena de la sien le palpitara a más de uno.A esa altura, el mismo Rayan no lo pudo aguantar más. Como que ya no necesitaba saber cómo era tener vinagre corriendo por la garganta. Desde el momento que la imagen sumamente sexy de Leticia se había hecho presente con su ropa y que el resto de los chicos había puesto sus ojos en ella, su lobo interior había perdido el control. La próxima vez le pondría seguro
Leticia atravesó la calle prácticamente sin mirar. Ni siquiera le dio tiempo a agradecer por no ser arrollada.-¿Qué demonios pasó?- cayó de rodillas delante de su compañero sacudiéndolo por el hombro. Podía ver como los agresores ya doblaban el final del callejón sumiéndose en la oscuridad- Mierda-Si les perdía el rastro a saber tú que le ocurriría al que se habían llevado. Se levantó, pero su mano fue tomada.-Sálvalo- el lobo jadeó de dolor, al menos debía tener alguna costilla astillada- O lo matarán-Leticia abrió los ojos más grandes.-¿Sabes quiénes son?- preguntó tan rápido que su pregunta casi no se entendió- ¿A dónde se dirigen?-El beta negó. Estaba aturdido debido a la bebida y habían sido atacados de improvisto. Nunca se imaginaron que serían agredidos aun cuando no era de noche. Leticia apretó los dientes.-Pero tampoco puedo dejarte aquí- la omega se mostró preocupada.El agarre del lobo sobre su mano se hizo más fuerte
Pues sí, Leticia lo había atacado, por lo Rayan retrocedió dos pasos solo por si acaso. No deseaba terminar en un hospital ese día.-Ah, eres tú Rayan- la voz lenta, apagada y con un deje sádico llegó a sus oídos y eso hizo que el lobo la mirara directo a su rostro.-Cachorra, soy yo, suelta lo que tienes en la mano- le dijo Rayan con calma. Leticia parecía que atacaría a cualquiera.Acto seguido de lo que había dicho se escuchó el sonido metál
Gavel le dio tiempo a Cassandra a solas para que pudiera bañarse y vestirse. Había pasado la mano por su cuello que latía bastante desde que despertó, encontrando que había heridas de dientes allí. El imbécil de Gavel la había mordido realmente fuerte, como si quisiera marcarla, y de alguna forma lo había hecho.Los recuerdos de lo que habían hecho en su laboratorio eran muy vigentes a pesar de que en ese momento estaba sumamente cansada. Gavel no había dejado pasar la oportunidad y de qué forma. A pesar de no haber tenido sexo estaba... satisfecha.Cuando salió de la habitación notó que olía igual al alfa, al menos en cuanto a productos se refería. No era de otras jerarquías para saber a qué realmente olía Gavel. Tendría que preguntarle a su prima.Y referente a su prima, esta no le había mandado ningún
Pánico. Cassandra había entrado literal en pánico ante las palabras Estoy enamorado de ti, de Gavel.Que mierda. Era la primera vez que las oía y no eran mentiras. Un hombre que dijera eso con los ojos que tenía Gavel en esos momentos definitivamente no mentía.Había salido pitando de la casa corriendo como una liebre asustada. Qué vergüenza para ser una mujer como ella. Había corrido con el rabo entre las patas, hasta que la respiración le dolió los pulmones. Ahora, en la seguridad de las paredes de su casa se sentía mal. Muy mal.¿Por qué?Como respondería a palabras como esas. Como miraría de nuevo al alfa cuando este volviera a acercársele. Como bajaba el inmenso sonrojo de sus mejillas, como detenía los frenéticos latidos de su corazón.Se mordió el labio inferior hasta que sangró. Se de
El auto que manejaba Sheldon se detuvo en la luz roja del semáforo. Ese día había decido manejar el mismo. Hacerlo lo relajaba aunque era un secreto que solo su esposa sabía. Miró a su hijo sentado a su lado y que parecía tener su mente ida. -¿Tanto te gusta la chica?- le soltó de pronto haciendo que Rayan a su lado lo mirara alzando una ceja. -¿A qué viene esa pregunta?- -No, por nada, solo que me preocupa que te enganches con alguien y después puedas terminar con el corazón por el suelo. Todavía recuerdo cuando aq
Cassandra fue despertada por el sonido de su alarma al lado de la almohada. Estiró la mano para sentir un peso sobre esta y abrió los ojos. Su mente se aclaró de momento y recordó que esa noche se había quedado a dormir con Leticia que estaba junto a ella, o más bien, abrazado a ella.Con cuidado se movió y apagó la alarma pero ya era demasiado tarde, su prima se había despertado.-¿Prima?- su voz salió pastosa y soñolienta.-Buenos días chiquilla- Cassandra sacudió el cabello de su cabeza- Es temprano, tengo que volver a mi casa a preparar algunas cosas-Leticia asintió con la cabeza y se sentó perezosamente restregándose los ojos. Dormir con Cassandra había ayudado a que no hubiera soñado nada y por consiguiente hubiera descansado bastante. Lo necesitaba y al parecer su prima también.La beta fue la primera e