Desperté por el sonido de la alarma que me indicaba que ya era hora de levantarme para ir a trabajar. Di vueltas sobre la cama como todas las mañanas y de pronto recordé lo que había sucedido horas antes, por eso estiré mis manos buscando su cuerpo, pero solo encontré las sábanas vacías.
Destapé mi cabeza que estaba cubierta por las mantas y di una mirada alrededor con la esperanza de verlo en alguna parte de la habitación, pero él ya no estaba aquí.Lo primero que hice al levantarme fue darme una larga ducha de agua caliente y después me dispuse a preparar el desayuno.Estaba tan ensimismada en mis pensamientos mientras sostenía la taza de café en mis manos que cuando el teléfono sonó me llevé un gran susto derramando la bebida caliente sobre mi mano.—¡Carajo! —exclamé al quemarme.De inmediato abrí el grifo y metí la mano bajo el agua fría mientras que con la otra atendía el teléfono.—Diga.—Buen día, Rocio. Soy Carina, la secretaria de Fernando. Acabo de enviarte a tu correo los últimos reportes de ventas. Él pidió que tú los revisaras y luego me pasaras el informe a mí. Después de que termines, puedes tomarte el resto del día libre. No hace falta que vengas a la oficina hoy.—¿Él no va a necesitarme para nada más?—No. Me dijo que tiene varías reuniones fuera de la empresa y que estará todo el día ocupado.—De acuerdo.—Nos vemos mañana.—Hasta mañana, Carina.No entendía porque me había dado libre el primer día que trabajaría como su asistente personal, pero supuse que se debía a lo que había ocurrido entré nosotros horas antes. Tal vez estaba arrepentido de haberse acostado conmigo y no quería verme la cara, ya que no es la primera vez que lo hace.Lo que hicimos anoche fue uno de los tantos errores que venimos cometiendo desde que nos conocimos, pero lo peor de todo, es que ninguno de los dos puede parar con esto, ambos estamos demasiado involucrados.Estaba muy molesta conmigo misma por ser tan débil, por no poder resistirme y por continuar haciendo lo que él quiere.Salí de casa tratando de despejar un poco la mente de tantos problemas y me dirigí hacia la cafetería donde solía ir cuando estaba en la universidad porque siempre me ha gustado el ambiente y el café que sirven en ese lugar.Pedí un descafeinado y luego me senté en una de las mesas que daban hacia las ventanas de la calle.Mientras bebía aquel café, me distraje leyendo uno de las documentos que me envió Carina y entonces fuí sorprendida por un rostro familiar.—¡No lo puedo creer! ¿Cuando regresaste? —Daniel, mi ex novio de la universidad estaba parado frente a mí.—Hace un par de meses...—¿Y porque no me avisaste? —puso sus brazos como asas mientras me miraba con el ceño fruncido.—Lo que sucede es que no he tenido mucho tiempo libre.El corrió la silla de enfrente en donde se sentó mientras me observaba detenidamente.—¿Como te ha ido todo esté tiempo? Me imagino que si estás aquí, es porque finalmente pudiste olvidarlo.—Bueno, con respecto a eso... —estaba acorralada, no sabía que responderle.—Supongo que no has vuelto a verlo, ¿verdad?—¿Que dices? Claro que no —era obvio que estaba mintiendo, pero por mucho que intente ocultarlo, el sabe muy bien cuál es la verdad.—A mí no me engañas —me miró a los ojos y no pude sostenerle la mirada —. ¡Lo sabía! Sabía que no podrías alejarte de él. Ay, Rocío. ¿Hasta cuándo vas seguir con esa absurda relación? —alcanzó mi mano mientras me miraba con pena.—Sé que no lo entiendes pero no es fácil para mí dejarlo, no después de todo lo que hemos vivido juntos.Ambos nos quedamos en silencio mientras mirábamos por la ventana hacia afuera, ninguno sabía que decirle al otro para tratar de comprenderlo.Cuando ingresé en la universidad conocí a Daniel, era el muchacho más encantador que había visto y me sentí atraída de inmediato hacía el. Al poco tiempo comenzamos a salir y yo realmente creí que de esa manera podría olvidar a Fernando, pero cuando estaba en segundo año de la carrera de administración, él sorpresivamente se transfirió a la misma universidad en que yo estudiaba y entonces todo comenzó de nuevo.No tardó mucho tiempo hasta que Daniel se dió cuenta de mis sentimientos hacia él y por eso tuve que confesarle toda la verdad. Lo bueno de eso fue que el lo entendió y hasta terminamos siendo muy buenos amigos.Antes de que terminara de cursar el tercer año de la carrera, Fernando se comprometió con Susana por petición de su padre y entonces me di cuenta que debía alejarme de él cuánto antes.Después de abandonar los estudios, me fui a la ciudad dónde vivían mis padres, allí conseguí un trabajo mediocre ya que no tenía experiencia y tampoco tenía un título universitario.Pasé casi dos años alejada de fernando, dos largos años en donde no supe nada de él y todo parecía volver a la normalidad hasta que las cosas se complicaron cuándo las deudas de la hipoteca sobre la casa familiar comenzaron a acumularse y ya no podíamos pagarlas, entonces decidí regresar a la capital en busca de un préstamo para poder liquidar la deuda.Fuí a todas las entidades bancarias e incluso visité algunos prestamistas pero ninguno quiso darme un préstamo.Ese mismo día recibí una llamada de mis padres diciéndome que el banco los había intimado a pagar la deuda en 48 horas o de lo contrario los iban a desalojar.Después de oír la desesperación y la angustia en la voz de mi madre me sentí como una completa inútil, una buena para nada que ni siquiera podía ayudar a su propia familia.Totalmente derrotada, fuí a beber a un bar en donde gasté los últimos dólares que me quedaban. Bebí hasta embriagarme y cuando ya no tuve dinero para seguir consumiendo, terminé peleando con el cantinero y por consiguiente me echaron a patadas de aquel lugar.Estaba sentada junto a un contenedor de basura, en el obscuro callejón que había detrás de aquella taberna, en donde me tragué mi orgullo y al final terminé llamando a la única persona que podría ayudarme en esa situación.Con las manos temblorosas y un nudo en la garganta marqué uno por uno los números de su teléfono y luego esperé hasta que contestara.—Diga —mis lágrimas comenzaron a caer en cuanto oí su voz.—Fernando, estoy desesperada. Necesito tu ayuda —le supliqué con la voz temblorosa.Un silencio absoluto se oyó del otro lado, un silencio que oprimía mi pecho y me demostraba que él no siempre estaría dispuesto a ayudarme, pero aunque me doliera, era de esperarse después de haber desaparecido durante dos años sin siquiera enviarle un mensaje. Entonces cuando estaba a punto de colgar, oí que soltó un suspiro.—¿Dónde estás?—Llevo varios días aquí en la capital.—Eso ya lo sé —para ser sinceros no me sorprendía que ya supiera que había vuelto, porque él siempre sabe cada movimiento que hago, solo espera pacientemente a que yo vuelva a buscarlo —. Dime, dónde te encuentras ahora.—Estoy afuera de un bar en la quinta avenida, detrás del gran estadio nacional.—Quédate ahí, no tardaré.Luego de un par de minutos, él fue a recogerme como había prometido, me llevó a un hotel y después de acostarse conmigo me dió el dinero que necesitaba para saldar la deuda de la hipoteca. A cambio me pidió que volviera a estar cerca suyo y fue por eso mismo que me ofreció trabajo en la compañía de su familia.Volviendo al presente...El gran inconveniente que se me había presentado ahora era tratar de explicarle a Daniel que no solo había vuelto a ver a Fernando, si no que además, trabajaba para él siendo su asistente personal.—Rocio, escucha. No sé cuál es tu situación o que tipo de relación tienes con Fernando pero quiero ayudarte —apoyó su mano sobre la mía —. Eres mi amiga y solo deseo que estés bien.Sabía perfectamente que las intenciones de Daniel eran buenas, también era consciente de que debía alejarme de Fernando, porque lo que tenemos no es algo sano y tarde o temprano terminaremos haciéndole daño a personas que no se lo merecen.Pero el problema es que no quiero hacerlo, simplemente no puedo...Los días que siguieron, Fernando mantuvo una relación estrictamente laboral conmigo, solo se limitó a dirigirme la palabra por temas de trabajo, incluso delegó parte de mis tareas como asistente a Carina y debido a eso no tuvimos mucho contacto dentro de la oficina.Por un lado me sentía aliviada al saber que él estaba manteniendo la distancia dentro del ámbito laboral pero por otro lado extrañaba esa confianza que teníamos antes.Luego de aquel encuentro con Daniel, quedamos en salir a cenar el viernes por la noche, por eso ese mismo día terminé lo más rápido que pude todas mis tareas en el oficina, y por último me dirigí a mi departamento para cambiarme de ropa.Iba de camino al restaurante donde el me había citado cuando inesperadamente recibí una llamada de Fernando.—¿Qué ocurre? —le pregunté mientras me orillaba a un costado de la carretera.—En una hora te espero en el hotel al que fuimos aquella vez. ¿Aún recuerdas la dirección?.—Si lo recuerdo, pero no iré. Ya tengo planes p
A mitad de la noche desperté agitada debido a un mal sueño que tuve.No sabía cuántas horas había dormido pero por alguna razón me sentía incómoda y no pude volver a conciliar el sueño.Me levanté en medio de la oscuridad y me dirigí hacia la cocina en busca de un vaso con agua pero cuando pasé por la sala, no resistí la tentación de ver cómo estaba Fernando.Me acerqué silenciosamente y entonces pude constatar que dormía profundamente mientras su cabello cubría parte de sus ojos.Luego me senté a su lado mientras acariciaba su rostro con delicadeza para no despertarlo. Poco a poco fui deslizando mis manos por su cuerpo hasta bajar a su abdomen en donde delinee sus músculos con la punta de mis dedos.Fernando se ha vuelto un hombre muy apuesto y contrario a los demás, él se ve cada vez mejor con el transcurso de los años.Parte de su camiseta estaba levantada dejando ver sus marcados abdominales y entonces sin darme cuenta mordí mis labios al ver su piel bronceada bajo la tenue luz de
En cuanto abrí los ojos, noté un fuerte olor a quemado y entonces me asusté pensando que algo podría estar incendiándose ya que este edificio es tan viejo que las instalaciones eléctricas continuamente están fallando.Me di vuelta sobre la cama y al enredarme en las sábanas termine de espaldas sobre el piso pero me levanté de inmediato y me dirigí hacia la sala buscando la fuente de ese olor.Fernando no estaba en el baño, ni tampoco en la sala, por lo que supuse que se había marchado mientras yo dormía como lo hizo la última vez que estuvo aquí y justamente por eso no le dí demasiada importancia, solo seguí mí camino hacia la cocina de dónde al parecer provenía el humo.Abrí despacio la puerta debido a que escuché el sonido de un cubierto cayendo al piso y en ese momento ví a Fernando de espaldas, con sus manos apoyadas sobre la encimera de la cocina mientras negaba y maldecía por lo bajo.—¿Qué estás haciendo? —pregunté en voz alta logrando asustarlo.—¡Rocio! Yo de verdad, lo sient
Quizás estaba tomando una decisión precipitada al marcharme repentinamente, y soy consciente de que con ello puedo ocasionarle un gran daño a Fernando, pero también sé que es lo mejor para él.Cuando decidí llenar el vacío que sus padres habían dejado al marcharse, nunca imaginé que con el tiempo él se volvería tan dependiente de mi, como yo de él. Lo que tenemos no es sano y ya que él no está dispuesto a terminar con esta absurda relación, seré yo quien lo haga.Para la hora del almuerzo le pedí a Daniel que nos encontráramos en un restaurante cercano a la compañía.El no tardó en llegar al lugar es como si estaba esperando mí llamada, espero que esto no termine en confucion y luego de pedir el menú, ambos conversamos seriamente._ ¿Porque decidiste irte de repente? Ayer estabas reacia a la idea de abandonar a Fernando. ¿Que fue lo que ocurrió para que cambiarás de idea?_Me quedé en silencio por un momento pero después me di cuenta que no puedo tener secretos con el ya que es el úni
Después de intentar persuadirlo con distintas excusas al final no pude lograr hacerlo cambiar de parecer, incluso se quedó a dormir en mi departamento como si sospechara de mis verdaderas intenciones.Lo bueno es que entendió que estaba cansada y por eso no intento nada, solo dormimos abrazados al igual que lo hacíamos en los viejos tiempos.Sentir la calidez de su abrazo mientras duermo es una de las cosas más gratificantes que he experimentado en mi vida y sé que va a ser una de las tantas cosas que extrañe de él cuándo finalmente me vaya.A la mañana siguiente salimos temprano con destino a la ciudad donde viven mis padres, él condujo por la carretera durante horas, mientras yo iba en silencio tratando de pensar en algo para que no se diera cuenta que había mentido con respecto a la enfermedad de mi padre._ ¿Que pasa? ¿Estás preocupada por tu padre?_ Yo asenti levemente miéntras míraba hacia afuera._ Todo va a estar bien, ya lo verás._ Inesperadamente sujetó mi mano que reposaba s
Aproveché a que Fernando estaba tomando una ducha, y me acosté de espaldas a la puerta antes de que regresara a la habitación.Pasé gran parte del día planeando mi viaje y ayudando a papá con las tareas de la casa, que mis energías se habían agotado y por eso no tardé en quedarme dormida.No sé cuántos minutos pasaron desde que me dormí, hasta que desperté de golpe al sentir sus manos recorriendo mi abdomen.—¿Qué mierda estás haciendo? Estamos en la casa de mis padres —le susurré mientras intentaba quitar sus manos de mi cuerpo —. Vuelve al futón.—Antes no te preocupabas por eso. Te recuerdo que eras tú, quien se metía en mi cama a mitad de la noche —me susurró al oído.—En ese tiempo era una idiota a la que no le importaba nada, pero ahora es diferente.Intenté luchar para sacarlo de mi cama, pero todo lo que hacía era en vano ya que Fernando se apegaba más a mí, logrando que mi cuerpo comenzara a reaccionar involuntariamente.—Deja de moverte. No ves que estás empeorando la situac
Caminé en medio de la oscuridad las tres calles que separan la casa de mi familia del lugar en dónde Fernando me estaba esperando.Mi cuerpo temblaba producto del frío y un vapor blanquecino escapaba de mi boca cada vez que exhalaba el aire de mis pulmones.Unos metros antes de llegar, divisé su vehículo a un costado de la calle, este tenía las luces apagadas y la brasa de su cigarrillo podía verse desde afuera.Me acerqué cuidadosamente hacia la ventanilla del acompañante, dando un pequeño golpecito sobre el vidrio logrando llamar su atención.No hizo más que ver mi rostro e inmediatamente una sonrisa se dibujo en el suyo como si yo fuera la causa de su alegría.Le indiqué con mi mano que bajara el cristal para poder hablarle pero él me ignoró volviendo la vista al frente, por eso no me quedo otra opción más que abrir la puerta.—Devuélveme el pasaporte.—Primero sube al auto —me respondió sin mirarme.—¡Déjate de idioteces y dame lo que vine a buscar!—Dije que subieras al auto —volv
—¡Rocio… Rocio, despierta! —Candela me zamarrea intentando despertarme —. La clase de historia terminó. Otra vez te quedaste dormida. Si sigues así vas a reprobar el año.Abrí los ojos de a poco encontrándome de frente con el rostro cubierto de pecas de mí compañera de asiento.—No me molestes, ya te pareces a mí madre —bostecé mientras me estiraba.—Es en serio. La profesora estaba furiosa, incluso roncaste un par de veces —guardó los cuadernos dentro de su mochila.—Como sea... ¿Nos vamos juntos?—Hoy no. Otros chicos y yo nos reuniremos en la biblioteca para terminar el trabajo de ciencias y tú deberías hacer lo mismo.—Nah... Paso. Tengo cosas más importantes que hacer. Luego me pasas la tarea.—No te la daré, ya me cansaste, siempre lo mismo yo no vengo a estudiar por ti —tomó sus cosas y salió furiosa del salón.Carajo, si esta idiota no me pasa la tarea tendré que volver a coquetear con el feo del salón.Ni modo, todo sea por obtener una buena nota.Mientras guardaba mis libros