Aproveché a que Fernando estaba tomando una ducha, y me acosté de espaldas a la puerta antes de que regresara a la habitación.Pasé gran parte del día planeando mi viaje y ayudando a papá con las tareas de la casa, que mis energías se habían agotado y por eso no tardé en quedarme dormida.No sé cuántos minutos pasaron desde que me dormí, hasta que desperté de golpe al sentir sus manos recorriendo mi abdomen.—¿Qué mierda estás haciendo? Estamos en la casa de mis padres —le susurré mientras intentaba quitar sus manos de mi cuerpo —. Vuelve al futón.—Antes no te preocupabas por eso. Te recuerdo que eras tú, quien se metía en mi cama a mitad de la noche —me susurró al oído.—En ese tiempo era una idiota a la que no le importaba nada, pero ahora es diferente.Intenté luchar para sacarlo de mi cama, pero todo lo que hacía era en vano ya que Fernando se apegaba más a mí, logrando que mi cuerpo comenzara a reaccionar involuntariamente.—Deja de moverte. No ves que estás empeorando la situac
Caminé en medio de la oscuridad las tres calles que separan la casa de mi familia del lugar en dónde Fernando me estaba esperando.Mi cuerpo temblaba producto del frío y un vapor blanquecino escapaba de mi boca cada vez que exhalaba el aire de mis pulmones.Unos metros antes de llegar, divisé su vehículo a un costado de la calle, este tenía las luces apagadas y la brasa de su cigarrillo podía verse desde afuera.Me acerqué cuidadosamente hacia la ventanilla del acompañante, dando un pequeño golpecito sobre el vidrio logrando llamar su atención.No hizo más que ver mi rostro e inmediatamente una sonrisa se dibujo en el suyo como si yo fuera la causa de su alegría.Le indiqué con mi mano que bajara el cristal para poder hablarle pero él me ignoró volviendo la vista al frente, por eso no me quedo otra opción más que abrir la puerta.—Devuélveme el pasaporte.—Primero sube al auto —me respondió sin mirarme.—¡Déjate de idioteces y dame lo que vine a buscar!—Dije que subieras al auto —volv
—¡Rocio… Rocio, despierta! —Candela me zamarrea intentando despertarme —. La clase de historia terminó. Otra vez te quedaste dormida. Si sigues así vas a reprobar el año.Abrí los ojos de a poco encontrándome de frente con el rostro cubierto de pecas de mí compañera de asiento.—No me molestes, ya te pareces a mí madre —bostecé mientras me estiraba.—Es en serio. La profesora estaba furiosa, incluso roncaste un par de veces —guardó los cuadernos dentro de su mochila.—Como sea... ¿Nos vamos juntos?—Hoy no. Otros chicos y yo nos reuniremos en la biblioteca para terminar el trabajo de ciencias y tú deberías hacer lo mismo.—Nah... Paso. Tengo cosas más importantes que hacer. Luego me pasas la tarea.—No te la daré, ya me cansaste, siempre lo mismo yo no vengo a estudiar por ti —tomó sus cosas y salió furiosa del salón.Carajo, si esta idiota no me pasa la tarea tendré que volver a coquetear con el feo del salón.Ni modo, todo sea por obtener una buena nota.Mientras guardaba mis libros
El tiempo que estuve inconsciente después del accidente, tuve sueños vívidos sobre mi pasado, como si mi mente me indicara que aún me quedan cuentas pendientes de esa época.Quizás se deba a que en ese tiempo fue cuando conocí a Fernando y nos hicimos muy buenos amigos . Puede que mi subconsciente quiera mostrarme algo que pasé por alto.Mientras pensaba en aquella época de mi vida, mamá entró a la habitación con un vaso de café en sus manos, ella había pasado toda la noche cuidándome y el haber estado tantas horas sin dormir, se le había empezado a notar en su rostro.—¿Mamá por qué no te vas a descansar? Yo estaré bien.—Me quedaré unas horas más hasta que el doctor venga a verte —me respondió entre bostezos.—Ya que no voy a convencerte de lo contrario, necesito que hagas algo por mi.—Claro, dime que quieres.—Quiero que vayas a cuidados intensivos y preguntes por Fernando, necesito saber cómo está.—Cariño, no creo que quieran darme información, ya que no soy su familiar.—Por fa
Fueron dos largos y extenuantes meses en los que tuve que pasar por distintas etapas durante mi recuperación. Soporté el cansancio y el dolor, tuve que aprender a movilizarme en silla de ruedas mientras realizaba ejercicios tediosos y sumamente dolorosos, fue un largo proceso, pero después de tanto esfuerzo el día en que me retiraron los clavos finalmente llegó y pude regresar a casa.A pesar de haberme recuperado bastante rápido, aún debía caminar ayudándome de un bastón porque mi pierna todavía me dolía cada vez que pisaba, pero eso era lo que menos me preocupaba porque mi mente estaba ocupada exclusivamente en buscar la manera de ver a Fernando.Dos días después de haber salido del hospital, no aguante más la espera y decidí volver a la capital, para poder estar cerca de él.Y aunque sé que era yo la que deseaba alejarse desde un principio, jamás quise que las cosas terminaran de este modo, por eso necesitaba estar a su lado y cuidar de él hasta que logré traerlo de vuelta.Al lleg
Una semana después de haber visitado a Fernando en el hospital, supe por su secretaria que ya lo habían trasladado a su casa.Los últimos días estuve investigando por cuenta propia sobre su condición, también consulté a un especialista y leí el testimonio de muchas personas que despertaron después de haber estado en coma, los cuáles aseguraban haber oído todo lo que ocurría a su alrededor mientras estaban inconscientes.Para poder cuidar de él tuve que renunciar a mi trabajo en la compañía debido a que necesitaba tiempo libre, pero por suerte conseguí un empleo de medio día en una cafetería que me permitía cubrir los gastos básicos de vivienda y alimentación.Esa tarde después de salir del trabajo me dirigí hacía la casa de Fernando para ayudar con sus cuidados, Susana no estaba como de costumbre y solo había una enfermera dentro de la habitación la cual se dirigió a la puerta en cuanto me vió entrar.—Estaré en la cocina por si necesitas algo —yo asentí y de inmediato ella se fue dej
ROCIOMe costó un poco entender lo que acababa de escuchar, incluso pensé que había oído mal, pero cuando esa muchacha asintió confirmándome lo que había dicho, sentí una emoción tan grande que no pude contener mis lágrimas.Que Fernando haya despertado era todo lo que necesitaba para sentirme en paz.Volví a mirar en dirección a la casa, más precisamente hacia la ventana de su habitación mientras una gran sonrisa de dibujaba en mi rostro.Deseaba saltar esa cerca que nos separaba y así poder abrazarlo muy fuerte, decirle cuánto lo amo y arrepentirme por todo lo que le hice, pero también sabía perfectamente que Susana no me permitiría acercarme a él, no después del trato que habíamos hecho. Despues de agradecerle a la enfermera por darme la noticia,me marché lentamente por la acera sin hacer ningún tipo de escándalo, ya que no sabía en qué condiciones estaba la salud de Fernando, y por eso no quise causarle más problemas.Regresé a mi departamento y en cuánto cerré la puerta me dejé
FERNANDO El doctor dijo que como estuve casi tres meses postrado en una cama, a causa de eso mí cuerpo se ha debilitado bastante. Aún no puedo moverme con normalidad, ni hacer las cosas que hacía a diario, pero tengo que ser paciente o si no mis músculos pueden atrofiarse.Mientras estuve inconsciente hubo momentos en los parecía estar dentro de un interminable sueño en el cuál ví recuerdos de mí vida como también mis deseos más profundos. Pero también hubieron momentos en los que podía oír las voces de las personas que estaban a mí alrededor, escuché sus conversaciones y las cosas que me decían pensado que yo no podía oírlos.Lo que más me dolió fue escuchar a Rocio sentirse culpable por lo que había pasado, oí todo lo que me dijo y como cuidó de mí este último tiempo.La noche que desperté deseaba verla a mí lado, tenerla entre mis brazos y así poder decirle cuánto la amo pero sé que eso sería imposible con Susana a mí alrededor.Necesitaba volver a ser el mismo de antes para poder