ROCIOOnce meses habían pasado desde aquel accidente, once meses en los que mí vida cambio completamente. No solo quedé con una movilidad limitada de la pierna, también había perdido a la persona más importante para mí. Fue un proceso largo y doloroso, tampoco voy a negar que hubieron días en los que quise correr a buscarlo, pero sabía que tenía que dejar que rehiciera su vida sin la sombra de nuestro pasado.A pesar de lo difícil que fue dejar todo atrás, mí nueva vida era bastante tranquila y rutinaria. No había grandes sorpresas como antes, ni tenía que lidiar con los caprichos de nadie.Aunque tengo que reconocer que no hay un día en el que no me pregunte cómo estará, porque a pesar de que fui yo la que decidió alejarse de él, no puedo evitar preocuparme por su bienestar.Traté de hacer todo lo posible para devolverle la vida que siempre debió tener pero si a pesar de todo el sacrificio que hice, Fernando decide regresar a mí, juro que dejaré de escapar de él y me entregaré por co
FERNANDO Entré a su casa en silencio quedándome cerca de la puerta para darle tiempo a qué dijera algo.Rocio se detuvo de espaldas a mí mientras el agua que se escurría de su cuerpo iba formando un charco bajo sus pies. Yo también estaba mojado pero el abrigo que traía puesto había evitado que mí cuerpo se emparara.—Deberíamos secarnos —murmuró mientras tomaba un par de toallas de un pequeño armario y luego extendió una hacia mí.—Gracias —me quité el abrigo y comencé a secar mí cabello mientras la observaba hacer lo mismo.Ella estaba parada frente a mí con la vista fija en un punto, como si su mente estuviera perdida en sus pensamientos.—Rocio, mírame —levantó su mirada hacia mí rostro y en el momento en que nuestros ojos se encontraron hizo una mueca de dolor que me paralizó por completo.No habían palabras que pudieran compensar todo el tiempo que estuvimos separados, ¿Que podía decirle que no le haya dicho ya? o ¿Que podíamos hacer después de habernos lastimado tanto? Nada de
✯ROCIO✯Después de nuestro reencuentro decidímos dejar el pasado atrás y comenzar a escribir una nueva página en nuestras vidas.Al día siguiente renuncié a mí trabajo en la cafetería debido a que le había prometido ayudarle con la compañía, también dejé el humilde lugar donde estaba viviendo y me mudé con él a su nuevo departamento.Poco a poco fuimos encontrando el ritmo adecuado para adaptarnos a esta nueva etapa que decidímos recorrer juntos.Al principio fue bastante difícil sacar la empresa adelante debido a que la familia de Susana nos puso muchas trabas en el camino, pero gracias al buen desempeño de Fernando en los negocios y a mí facilidad para las relaciones públicas pudimos posicionarla dentro de las mejores compañías de la ciudad.Con respecto a nuestra relación, como ya nos conocíamos de hace tanto tiempo no tuvimos que hacer mucho esfuerzo para llevarnos bien, Fernando me conoce a la perfección al igual que yo a él y por eso ni siquiera nos hace falta hablar para saber
¿Cuando comenzó?... En realidad no lo sé.Supongo que las cosas se fueron dando de esta manera y no hubo nada que yo pudiera hacer para evitarlo.Tampoco he podido hacer el esfuerzo de dejarlo, al final termino siendo tan vulnerable a este amor que simplemente no puedo hacerlo.Incluso me he preguntado, ¿a qué se debe está debilidad que tengo hacia él?, el porque vuelvo a caer en sus redes una y otra vez como una obsesión enfermiza de la cuál no puedo escapar, y por más de que intente poner distancia entre nosotros, a él solo le basta sonreírme para obtener lo que quiera de mí, porque aún yo me conformo con estos efímeros momentos que disfruto a su lado.Puedo parecer patética, pero cada vez que pronuncia mi nombre o susurra esas palabras sucias en mi oído mientras hacemos el amor, siento que soy especial para él y aunque sé que no soy la única en su vida; cuando estamos solos dentro de estás cuatro paredes, soy yo a la única que ama. Pero lamentablemente esa hermosa ilusión desaparece
Después de que me asignaran como asistente personal de Fernando, mi mente se nubló por completo, por eso al salir de la oficina del señor Salvatierra no sabía que hacer o adónde debía ir, entonces me limité a regresar a mi antiguo puesto de trabajo.Fui en dirección al ascensor en donde pulse el botón del primer piso pero cuando la puerta estaba a punto de cerrarse, alguien la detuvo._ ¿Estabas escapando de tu nuevo jefe?_ Fernando entró al ascensor con una sonrisa dibujada en sus labios.No podía comprender cuál era el motivo detrás de esa absurda condición que había puesto para aceptar la vicepresidencia. Él mejor que nadie sabe que lo más conveniente para ambos es mantenernos lo más alejados posible, entonces ¿Porque estaba haciendo todo lo contrario?_ Mi padre me pidió que te dijera que te espera a cenar está noche en su casa. Susana y yo también iremos._ Ya sabes que no iré. Inventa alguna escusa por mí._ Respondí sin mirarlo._ Te das cuenta que ahora eres mi asistente y por
Conduje durante una hora sin tener un destino claro, solo me límite a recorrer las calles de la ciudad mientras él estaba en completo silencio observando a través de la ventanilla.Cansada de dar vueltas, me detuve a un costado de la calle y luego me abracé del volante mientras observaba a la gente pasar. Fernando continuaba en silencio mirando hacia un punto fijo como si estuviera perdido en sus pensamientos, y entonces, comencé a reprocharme a mí misma por haber cometido la estupidez de involucrarme en sus asuntos.—¿A dónde vamos? Quieres regresar a tu casa? ¿O quieres que te lleve a un hotel? —le dije entre bostezos.—Llévame a tu casa... —murmuró sin mirarme—¿Por qué quieres ir allí?—No quiero regresar a casa y tampoco quiero ir a un hotel. Solo déjame pasar la noche en tu departamento.—De acuerdo —resongué.Sabía que no era una buena idea llevarlo conmigo, pero ya estaba cansada y no tenía ganas de seguir dando vueltas.Encendí el vehículo una vez más y conduje hasta el compl
Desperté por el sonido de la alarma que me indicaba que ya era hora de levantarme para ir a trabajar. Di vueltas sobre la cama como todas las mañanas y de pronto recordé lo que había sucedido horas antes, por eso estiré mis manos buscando su cuerpo, pero solo encontré las sábanas vacías.Destapé mi cabeza que estaba cubierta por las mantas y di una mirada alrededor con la esperanza de verlo en alguna parte de la habitación, pero él ya no estaba aquí.Lo primero que hice al levantarme fue darme una larga ducha de agua caliente y después me dispuse a preparar el desayuno.Estaba tan ensimismada en mis pensamientos mientras sostenía la taza de café en mis manos que cuando el teléfono sonó me llevé un gran susto derramando la bebida caliente sobre mi mano.—¡Carajo! —exclamé al quemarme.De inmediato abrí el grifo y metí la mano bajo el agua fría mientras que con la otra atendía el teléfono.—Diga.—Buen día, Rocio. Soy Carina, la secretaria de Fernando. Acabo de enviarte a tu correo los
Los días que siguieron, Fernando mantuvo una relación estrictamente laboral conmigo, solo se limitó a dirigirme la palabra por temas de trabajo, incluso delegó parte de mis tareas como asistente a Carina y debido a eso no tuvimos mucho contacto dentro de la oficina.Por un lado me sentía aliviada al saber que él estaba manteniendo la distancia dentro del ámbito laboral pero por otro lado extrañaba esa confianza que teníamos antes.Luego de aquel encuentro con Daniel, quedamos en salir a cenar el viernes por la noche, por eso ese mismo día terminé lo más rápido que pude todas mis tareas en el oficina, y por último me dirigí a mi departamento para cambiarme de ropa.Iba de camino al restaurante donde el me había citado cuando inesperadamente recibí una llamada de Fernando.—¿Qué ocurre? —le pregunté mientras me orillaba a un costado de la carretera.—En una hora te espero en el hotel al que fuimos aquella vez. ¿Aún recuerdas la dirección?.—Si lo recuerdo, pero no iré. Ya tengo planes p