Ruiseñor: Segunda parte.

Áster y Ferus entraron prácticamente corriendo a la casa, y el pequeño prácticamente saltando de la emoción.

Ferus no podía contenerse, sus ojos brillaban con una mezcla de curiosidad y entusiasmo mientras miraba a su madre. Lucía, quien estaba en la cocina preparando la cena, notó de inmediato el estado excitado de su hijo. Antes de que pudiera preguntar, Ferus ya había comenzado a hablar.

—¡Mamá! ¡Áster me contó que puede transformarse! Pero necesita ropa porque... —hizo una pausa, recordando las palabras exactas de Áster—. ¡Porque no tiene ropa de humano!

Lucía sonrió, conteniendo una risa suave. Sabía que este momento llegaría eventualmente. Sabía que Ferus siempre había sido un niño con una mente abierta, dispuesto a aceptar lo que otros podrían considerar extraño o ater

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP