La verdad es que Luis José me había sorprendido por completo, jamás me imaginé que algo así pudiera suceder tan pronto y mucho menos que tuviera el anillo de compromiso guardado durante tanto tiempo sin decirme nada. La pequeña Beatriz que se encontraba en los brazos de su abuelo sonreía y aplaudía con sus manitas como si supiera lo que estaba pasando, sin lugar a dudas fue uno de los momentos más felices que había vivido después del nacimiento de mi hija.Me incliné hacia él y le di mi mano mientras le decía emocionada:—Sí cariño, claro que acepto casarme contigo. Luis José me colocó el anillo y luego me besó tiernamente en los labios, Barradas y Lola gritaron de felicidad mientras nos felicitaban llenos de mucha alegría. —Bueno tenemos que brindar por este momento tan especial. — dijo Luis José mientras que Lola enseguida exclamó:—Voy por las copas y una botella de champán. Fue un momento realmente tierno, yo no dejaba de besar y abrazar a Luis José, sentía que por fin habí
Rubén cayó al piso ensangrentado mientras se agarraba con fuerza el cuello, miraba con una expresión de horror a Abril mientras se desvanecía en el piso. No podía hablar, solo mantenía su mano presionando la herida tratando de evitar la hemorragia pero sin embargo, ya no había nada que hacer, la herida era tan profunda que había cortado la vena aorta. Era lamentable que un hombre como Rubén con una profesión brillante como lo es la medicina, se dejara arrastrar por el vicio del juego y del alcohol. Al final sus días terminaron en manos de la persona a la que tanto había extorsionado, aprovechándose de su debilidad y demencia. Abril estaba aterrada después de caer en cuenta del delito que había cometido, aún mantenía el trozo de botella en la mano y cuando lo miró y se vio la mano ensangrentada le dio una especie de ataque de pánico y lanzó el vidrio al piso. Se acercó a Rubén con miedo y lo tocó, quería estar segura de que estuviera muerto, al darse cuenta que ya no tenía
Abril vagaba aquella noche por las calles de una de las zonas más peligrosas de Nueva York, caminaba sin rumbo fijo, y tratando de refugiarse del frío terminó durmiendo cerca de un basurero rodeada de indigentes que le dieron de lo poco que tenían para comer.Había carteles con su foto y la de Rubén por toda la ciudad en donde estaban solicitados por la policía, uno de los indigentes que se encontraba cerca de ella la reconoció al ver la foto que se encontraba pegada en una de las viejas paredes de aquel suburbio y enseguida la señaló diciéndole:—La de la foto eres tú, te están buscando por secuestro y asesinato.Ella temblorosa no solamente por el estado de nervios que tenía sino por el frío de la noche y lo poco abrigada que se encontraba, le respondió molesta:—¡Eso no es verdad! Yo no soy una asesina, todo eso es mentira. —Si no fuera verdad no estarías en ese cartel señalada de ser una criminal, debes valer unos cuantos dólares, si voy a la policía y les digo en dónde te pue
Una semana después…—¿Qué te parece amor? ¿Verdad que la vista es hermosa desde aquí? Se ve todo el océano. —Sí, es bonita. — respondió Luis José un poco cabizbajo y desanimado. No podía superar aún que estuviéramos en la casa de mi padre en Cancún. —Amor, por favor ya quita esa cara, no me gusta que estés así tan deprimido, entiende que aquí lo más importante es que estamos juntos y que muy pronto vamos a casarnos. —Mi amor yo estoy feliz de que estemos juntos, pero lo que pasa es que no me siento cómodo viviendo en esta casa. Mira a tu alrededor, todo está ocupado con pinturas de Guillermo, hasta en la habitación todavía están sus cosas personales. ¿Cómo puedo estar tranquilo viviendo en una casa en la que me siento como un completo intruso? —Entiendo como te sientes, pero esto es solo temporal, hasta que podamos comprar nuestra propia casa, comprende que lo hicimos solo como una manera preventiva de estar lejos de Abril. —Tienes razón mi amor, soy un tonto. Es que te amo
Luis José y yo habíamos comenzado a organizar toda la casa y a recoger las pertenencias de Guillermo, que a decir verdad eran bastantes, ya que había vivido en esa casa muchos años antes de conocerme. Para evitar un conflicto mayor yo me encargué de recoger sus cosas personales que aún estaban en nuestra habitación, y Luis José se fue al que era su estudio en donde tenía todos los materiales de pintura y cuadros que ya había terminado y que en algún momento pensaba exponer en alguna galería de arte. Todo marchaba viento en popa, habíamos decidido casarnos en el registro civil más cercano y luego hacer una pequeña celebración en casa pero por supuesto sin invitados, ya que en Cancún no teníamos a nadie conocido y además no queríamos que la noticia se expandiera por medidas de seguridad, ya que la idea era que Abril no se enterara en dónde estabamos. Él estaba colocando en una caja todos los materiales de pintura de Guillermo, pero le llamó la atención que había un cuadro con medidas
Luis José había tomado una decisión definitiva con respecto a nuestra relación, yo esperaba atenta a que me dijera lo que iba a hacer a partir de ahora en vista de que dudaba de su paternidad con el hijo que estaba esperando. —Ana Paula…creo que la mejor decisión es que yo me vaya a Ciudad de México, no tiene sentido quedarme viviendo aquí a tu lado en medio de toda esta incertidumbre que nos envuelve a ambos.Respiré profundo al escuchar sus palabras, fue inevitable el no ponerme a llorar, sin embargo no permití que me viera hacerlo y enseguida sequé mis lágrimas sin que pudiera darse cuenta, di media vuelta y lo miré con altivez y muy segura de lo que iba a decirle aunque por dentro me estaba muriendo de dolor, sentía como si algo me estuviera quemando lentamente, pero debía ser fuerte porque tenía a alguien porque luchar y esa era mi hija Ana Beatriz.—Sí, entiendo perfectamente tu decisión y la respeto. No pienso retenerte a mi lado a la fuerza cuando dudas de que este hijo sea
Mi padre nos veía a ambos totalmente asombrado y se veía muy afectado ya que la noticia le había impactado fuertemente. Frunció el ceño y se acercó a ambos mientras decía:—Es muy lamentable que después de tantas pruebas por las que han pasado las cosas terminen de esta forma. Y me sorprende de ti Luis José especialmente, porque decías amar a mi hija más que a nadie en el mundo y ahora tomas esta decisión tan radical sin pensar por todo el dolor que ella ha pasado. Y además tampoco estás pensando en mi nieta Ana Beatriz. De cualquier forma Luis José sabía que en el fondo estaba actuando mal, sin embargo, sus celos eran tan grandes que no lo dejaban darse cuenta que después de todo podría terminar arrepintiéndose. —Barradas.. yo.. yo me siento muy mal con todo esto, pero no puedo aceptar el hecho de pensar en la sola idea de que este hijo sea de Guillermo. Amo a Ana Paula con toda mi alma…pero el cuadro con ella desnuda y encima el no saber si ese hijo es de Guillermo o mío, es má
Patricia había llevado a Guillermo a su lujoso apartamento de Manhattan. —Bien hemos llegado, puedes ponerte cómodo y sentirte como en tu casa.—Gracias Patricia, la verdad es que es hermoso tu apartamento y tiene una vista inigualable, aquí se puede ver toda la ciudad. Definitivamente es un lugar muy inspirador. —¿Como para un pintor famoso como tú? —Jajaja bueno no me considero tan famoso. —No seas modesto, sabes perfectamente que eres un pintor muy cotizado sobre todo en Europa. —Sí, sin embargo, después de haber estado en prisión creo que mi reputación se ha ido al suelo por completo. —No digas eso, estoy segura que muy pronto todo esto será solo un mal recuerdo y volverás a retomar tu vida como antes. Guillermo caminaba en la enorme sala mientras admiraba la hermosa decoración, pero sin lugar a dudas lo que más le impresionó fue ver el enorme cuadro pintado por él, el cual había adquirido el padre de Patricia en una exposición que había hecho hace muchos años en