CHASSEMe quedé despierto casi toda la noche, repasando nuestras palabras una y otra vez en mi cabeza. Había algo en su mirada, una chispa que no podía ignorar. Ella estaba herida, sí, y con razón, pero también había visto algo más: una duda, una pequeña grieta en el muro que había construido entre nosotros.Al amanecer, ya había tomado una decisión. No iba a dejar que esto terminara así. Harmony podía negarse a hablar conmigo todo lo que quisiera, pero yo no iba a dar marcha atrás. Tenía que demostrarle que estaba dispuesto a luchar por nosotros, aunque ella no quisiera admitir que aún había un "nosotros".Sabía dónde estaba hospedándose durante el evento, así que me dirigí al hotel con la esperanza de interceptarla antes de que partiera. El vestíbulo estaba lleno de asistentes al evento, y la actividad frenética de las maletas rodando y los saludos de despedida me hizo sentir aún más ansioso.Cuando finalmente la vi salir del ascensor, mi corazón dio un vuelco. Llevaba un abrigo gri
El siguiente día, después de mucho pensarlo, decidí dirigirme a la agencia donde Harmony trabajaba ahora. Había visto el logo en algunos de los materiales del evento, y un rápido vistazo en línea me llevó a la dirección de su oficina. No estaba seguro de qué esperaba encontrar, pero sabía que tenía que intentarlo.El edificio era modesto pero profesional, un lugar donde Harmony parecía encajar perfectamente. Entré y me dirigí al mostrador, intentando parecer tranquilo.—Buenos días, estoy buscando a Harmony Phillips —Salude con mi sonrisa mas falsa y amable. La recepcionista, una mujer joven con gafas grandes, me miró con curiosidad.—¿Tiene una cita con ella?—No, pero es un asunto personal. Me temo que no pude agendar nada con anticipación. —Ella pareció dudar, pero antes de que pudiera responder, una voz infantil llamó la atención desde una esquina de la sala de espera.—¡No, no, epeda! —Me giré automáticamente hacia la voz, y lo que vi me dejó congelado en el lugar. Una pequeña n
CHASSEEl parque estaba casi desierto. Solo quedaban unos cuantos niños jugando en el columpio y un par de corredores que pasaban esporádicamente. Harmony y yo estábamos sentados en la banca, separados por una distancia que parecía tan física como emocional. El aire entre nosotros estaba cargado, lleno de preguntas no dichas y respuestas que sabía que serían dolorosas.Había encontrado la verdad sobre Emma, pero eso era solo el comienzo. Necesitaba entender por qué Harmony había tomado la decisión de ocultármelo. Y, lo más importante, necesitaba que supiera lo que realmente sentía por ella.Harmony jugaba con sus manos, un gesto nervioso que me recordó a cómo solía hacerlo cuando algo la preocupaba. Finalmente, rompió el silencio.—Supongo que tienes muchas preguntas —dijo, sin mirarme.—Sí, las tengo —respondí, intentando mantener la calma—. Pero más que nada, quiero entender por qué. ¿Por qué te fuiste? ¿Por qué nunca me lo dijiste?Ella suspiró profundamente, como si el peso de lo
El aire frío de la noche todavía me rodeaba incluso después de entrar al edificio. Había despedido a Chasse en la entrada, pero la sensación de su presencia seguía adherida a mi piel, como si se hubiera convertido en algo tangible. Subí las escaleras con Emma en brazos, su pequeño cuerpo acurrucado contra el mío mientras su respiración suave me traía de vuelta a la realidad.Sabía que estaba haciendo lo correcto al no darle una respuesta inmediata, pero eso no hacía que la decisión fuera menos difícil. ¿Cómo podía considerar abrir esa puerta otra vez? ¿Y cómo podía cerrarla, sabiendo que Emma tendría preguntas algún día, preguntas que solo Chasse podría responder?Dejé a Emma en su cuna, acomodándola con cuidado bajo la manta que tanto adoraba. Su cabello castaño claro caía en suaves mechones sobre su frente, y no pude evitar acariciarla mientras dormía. Ella era todo para mí. Había sido mi razón para seguir adelante cuando parecía que el mundo se desmoronaba, y ahora su existencia er
La determinación de Harmony resonaba en mi mente como un eco constante desde nuestra última conversación. Su mensaje había sido claro: necesitaba tiempo para pensar, para decidir si podía arriesgarse a confiar en mí otra vez. Por supuesto, no era lo que yo quería escuchar. Pero no podía culparla. Había cometido errores que no solo la habían alejado, sino que también habían creado una barrera que ahora parecía insuperable.Sin embargo, no estaba dispuesto a rendirme. Había pasado dos años lamentando las decisiones que me llevaron a perderla, y ahora, con Emma en la ecuación, tenía aún más razones para demostrarle que estaba comprometido, no solo con ella, sino con nuestra familia.Sabía que Harmony seguía dudando, pero también sabía que mi relación con Emma sería crucial. No podía esperar ganarme el corazón de Harmony si no hacía lo mismo con nuestra hija. No era algo que pudiera forzar; Emma era demasiado pequeña para entender lo que estaba pasando, pero eso no significaba que no pudi
Habían pasado unas semanas desde que comencé a acercarme a Harmony y a Emma. Las cosas seguían siendo tensas entre Harmony y yo, pero había momentos en los que sentía que estábamos haciendo progresos. Pequeños, sí, pero avances al fin. Sin embargo, la vida tenía una manera particular de complicarlo todo, y ese día no fue la excepción.Era una mañana normal en mi oficina. Estaba revisando un informe financiero cuando mi asistente, Danna, apareció en la puerta con una expresión preocupada.—Chasse, tenemos un problema —dijo, sosteniendo un dossier que parecía más pesado de lo habitual.—¿Qué pasa? —pregunté, dejando a un lado los papeles.—Un cliente clave está amenazando con cancelar su contrato. Dicen que nuestros últimos informes no cumplen con sus expectativas y que han detectado fallos en la estrategia de marketing. —Mis cejas se fruncieron. Este cliente era crucial para la estabilidad de nuestra empresa, y cualquier problema con ellos podía tener consecuencias graves.—¿Quién está
Los días que siguieron a nuestra colaboración profesional fueron extraños. Habíamos trabajado juntos como si nunca hubiéramos estado separados, como si la dinámica entre nosotros no estuviera cargada de recuerdos y emociones no resueltas. Sin embargo, no podía negar que algo había cambiado. Por primera vez en mucho tiempo, sentía que podía depender de Chasse, al menos en el ámbito profesional.Estaba en casa, sentada en el sofá con una taza de té, mientras Emma jugaba con sus bloques en la alfombra. La televisión estaba encendida, pero apenas prestaba atención. Mi mente volvía una y otra vez al día que pasamos trabajando juntos. La forma en que me había escuchado, respetado mis ideas y, por primera vez, no intentó tomar el control de todo.Suspiré, dejando la taza en la mesa. No podía ignorar que algo en él era diferente. Chasse estaba intentando, no solo con palabras, sino con acciones, y eso era lo que siempre había querido. Pero confiar en él otra vez… ¿podía permitirme bajar la gu
Desde que Chasse comenzó a pasar más tiempo con Emma, algo había cambiado en la dinámica entre nosotros. Su presencia ya no se sentía como una intrusión, sino como una extensión natural de nuestra rutina. Aunque me costaba admitirlo, verlo interactuar con nuestra hija estaba derritiendo las barreras que había construido cuidadosamente a lo largo de los años. Emma, sin darse cuenta, se estaba convirtiendo en un puente entre nosotros.Era un sábado soleado, uno de esos días en los que el cielo parecía demasiado azul para ser real. Emma no dejaba de insistir en que quería ir al parque, y aunque inicialmente planeaba llevarla sola, no pude ignorar la oferta de Chasse de acompañarnos.—¿Estás segura de que no te molesto? —preguntó mientras caminábamos hacia el parque, Emma saltando emocionada a nuestro lado.—Si eso fuera cierto, no estarías aquí —respondí con una leve sonrisa.Él rió suavemente, pero no dijo nada más. Su silencio era cómodo, algo que había aprendido a apreciar en él recie