CHASSEEl parque estaba casi desierto. Solo quedaban unos cuantos niños jugando en el columpio y un par de corredores que pasaban esporádicamente. Harmony y yo estábamos sentados en la banca, separados por una distancia que parecía tan física como emocional. El aire entre nosotros estaba cargado, lleno de preguntas no dichas y respuestas que sabía que serían dolorosas.Había encontrado la verdad sobre Emma, pero eso era solo el comienzo. Necesitaba entender por qué Harmony había tomado la decisión de ocultármelo. Y, lo más importante, necesitaba que supiera lo que realmente sentía por ella.Harmony jugaba con sus manos, un gesto nervioso que me recordó a cómo solía hacerlo cuando algo la preocupaba. Finalmente, rompió el silencio.—Supongo que tienes muchas preguntas —dijo, sin mirarme.—Sí, las tengo —respondí, intentando mantener la calma—. Pero más que nada, quiero entender por qué. ¿Por qué te fuiste? ¿Por qué nunca me lo dijiste?Ella suspiró profundamente, como si el peso de lo
El aire frío de la noche todavía me rodeaba incluso después de entrar al edificio. Había despedido a Chasse en la entrada, pero la sensación de su presencia seguía adherida a mi piel, como si se hubiera convertido en algo tangible. Subí las escaleras con Emma en brazos, su pequeño cuerpo acurrucado contra el mío mientras su respiración suave me traía de vuelta a la realidad.Sabía que estaba haciendo lo correcto al no darle una respuesta inmediata, pero eso no hacía que la decisión fuera menos difícil. ¿Cómo podía considerar abrir esa puerta otra vez? ¿Y cómo podía cerrarla, sabiendo que Emma tendría preguntas algún día, preguntas que solo Chasse podría responder?Dejé a Emma en su cuna, acomodándola con cuidado bajo la manta que tanto adoraba. Su cabello castaño claro caía en suaves mechones sobre su frente, y no pude evitar acariciarla mientras dormía. Ella era todo para mí. Había sido mi razón para seguir adelante cuando parecía que el mundo se desmoronaba, y ahora su existencia er
La determinación de Harmony resonaba en mi mente como un eco constante desde nuestra última conversación. Su mensaje había sido claro: necesitaba tiempo para pensar, para decidir si podía arriesgarse a confiar en mí otra vez. Por supuesto, no era lo que yo quería escuchar. Pero no podía culparla. Había cometido errores que no solo la habían alejado, sino que también habían creado una barrera que ahora parecía insuperable.Sin embargo, no estaba dispuesto a rendirme. Había pasado dos años lamentando las decisiones que me llevaron a perderla, y ahora, con Emma en la ecuación, tenía aún más razones para demostrarle que estaba comprometido, no solo con ella, sino con nuestra familia.Sabía que Harmony seguía dudando, pero también sabía que mi relación con Emma sería crucial. No podía esperar ganarme el corazón de Harmony si no hacía lo mismo con nuestra hija. No era algo que pudiera forzar; Emma era demasiado pequeña para entender lo que estaba pasando, pero eso no significaba que no pudi
Habían pasado unas semanas desde que comencé a acercarme a Harmony y a Emma. Las cosas seguían siendo tensas entre Harmony y yo, pero había momentos en los que sentía que estábamos haciendo progresos. Pequeños, sí, pero avances al fin. Sin embargo, la vida tenía una manera particular de complicarlo todo, y ese día no fue la excepción.Era una mañana normal en mi oficina. Estaba revisando un informe financiero cuando mi asistente, Danna, apareció en la puerta con una expresión preocupada.—Chasse, tenemos un problema —dijo, sosteniendo un dossier que parecía más pesado de lo habitual.—¿Qué pasa? —pregunté, dejando a un lado los papeles.—Un cliente clave está amenazando con cancelar su contrato. Dicen que nuestros últimos informes no cumplen con sus expectativas y que han detectado fallos en la estrategia de marketing. —Mis cejas se fruncieron. Este cliente era crucial para la estabilidad de nuestra empresa, y cualquier problema con ellos podía tener consecuencias graves.—¿Quién está
Los días que siguieron a nuestra colaboración profesional fueron extraños. Habíamos trabajado juntos como si nunca hubiéramos estado separados, como si la dinámica entre nosotros no estuviera cargada de recuerdos y emociones no resueltas. Sin embargo, no podía negar que algo había cambiado. Por primera vez en mucho tiempo, sentía que podía depender de Chasse, al menos en el ámbito profesional.Estaba en casa, sentada en el sofá con una taza de té, mientras Emma jugaba con sus bloques en la alfombra. La televisión estaba encendida, pero apenas prestaba atención. Mi mente volvía una y otra vez al día que pasamos trabajando juntos. La forma en que me había escuchado, respetado mis ideas y, por primera vez, no intentó tomar el control de todo.Suspiré, dejando la taza en la mesa. No podía ignorar que algo en él era diferente. Chasse estaba intentando, no solo con palabras, sino con acciones, y eso era lo que siempre había querido. Pero confiar en él otra vez… ¿podía permitirme bajar la gu
Desde que Chasse comenzó a pasar más tiempo con Emma, algo había cambiado en la dinámica entre nosotros. Su presencia ya no se sentía como una intrusión, sino como una extensión natural de nuestra rutina. Aunque me costaba admitirlo, verlo interactuar con nuestra hija estaba derritiendo las barreras que había construido cuidadosamente a lo largo de los años. Emma, sin darse cuenta, se estaba convirtiendo en un puente entre nosotros.Era un sábado soleado, uno de esos días en los que el cielo parecía demasiado azul para ser real. Emma no dejaba de insistir en que quería ir al parque, y aunque inicialmente planeaba llevarla sola, no pude ignorar la oferta de Chasse de acompañarnos.—¿Estás segura de que no te molesto? —preguntó mientras caminábamos hacia el parque, Emma saltando emocionada a nuestro lado.—Si eso fuera cierto, no estarías aquí —respondí con una leve sonrisa.Él rió suavemente, pero no dijo nada más. Su silencio era cómodo, algo que había aprendido a apreciar en él recie
El día había sido largo, pero uno de esos días en los que todo parecía fluir con una facilidad inesperada. Desde que Chasse comenzó a involucrarse más en la vida de Emma, las cosas entre nosotros habían cambiado de una manera que no podía ignorar. Ya no sentía que su presencia era una carga o una amenaza. Por el contrario, había momentos en los que su compañía me parecía tan natural como respirar.Aún así, me resistía. Había aprendido a ser cautelosa con mis sentimientos, a mantenerlos bajo control para evitar volver a salir herida. Pero esa noche, todo eso cambió.La tarde había terminado con otra de esas visitas espontáneas de Chasse. Emma había insistido en que se quedara a cenar, y aunque inicialmente dudé, no quise negarle a mi hija algo que parecía hacerla tan feliz.Estábamos en la cocina, preparando algo sencillo: pasta con salsa y una ensalada. Emma revoloteaba entre nosotros, ayudando de forma más simbólica que práctica, pero su risa llenaba el espacio de una manera que hací
Desperté con una sensación de calma completamente inesperada, a pesar de pasar la noche anterior prácticamente en vela, después de que Chasse se fue, apenas había dormido. Mi mente estaba inundada de pensamientos sobre aquel beso, sobre todo lo que significaba y lo que implicaba para nosotros. Había sido un momento real, un reflejo de lo que todavía existía entre nosotros, pero también un recordatorio de todo lo que habíamos perdido.Mientras preparaba el desayuno, escuché a Emma corretear por la sala con su juguete favorito en la mano. Su risa llenaba el espacio, pero mi mente estaba en otra parte. Por primera vez en mucho tiempo, sentí que tenía que tomar una decisión, no solo por mí, sino también por ella.Más tarde, envié un mensaje a Chasse: "Podemos vernos esta tarde. Hay algo de lo que quiero hablar contigo."Su respuesta llegó casi de inmediato: "Dime dónde y estaré allí."Decidí que el parque sería un lugar neutral, un lugar donde pudiera pensar con claridad y sentirme menos