Pov LuccaNo había contado con el hecho de que ella estuviera trabajando aquí todavía. Se supone que el último verano que nos encontramos había mencionado sobre viajar a Londres para buscar un empleo como abogada.Jennifer me mira con una sonrisa en sus labios mientras pasea su dedo índice por mi pecho. Solo la miré por un momento, pensando en cómo habían cambiado las cosas para mí. No podía negar que era bonita, la mujer me había atraído el verano pasado y no cambió demasiado, solo que ahora había un pequeño detalle.—Supuse que vendrías por aquí en algún momento —ella suspira—. ¿Hace cuánto has llegado?—Hace poco. Pensé que estarías en Londres.—No, mis planes cambiaron. Se supone que viajaré a Stanford pronto —la mujer hace una mueca—. ¿Crees que tengas un momento antes de volver a California?—Lo siento, pero mi vida ha cambiado un poco —ella me mira y se ríe—¿Qué tanto? No me digas que ahora hasta te has casado —me cruzo de brazos para que ella deje de tocarme y pongo una dista
Pov SamaraNo me quedó otra opción que aceptar. Él terminó eligiendo cada vestido y zapatos que me gustaron y los llevó a la caja, sin dejar que me quejara por ello. Entrar a la joyería fue otra discusión, pero como siempre, terminó ganando.—En cuanto tenga dinero te lo devolveré —le digo cuando subimos a la camioneta otra vez—Los regalos no se pagan. ¿Qué tal estuvo el postre?—Lo digo en serio, Lucca —él sonríe y pone los ojos en blanco—También yo. ¿Tienes ganas de ir a la playa?—Si —suspiro y entrecierro los ojos cuando lo miro— ¿Todo está bien?—Si, ¿Por qué preguntas?—Porque te he notado un poco tenso. ¿Hay algo que debería saber?Él me mira por un momento, manteniendo la boca cerrada. Solo me hace pensar que algo sucede y que realmente no quiere decirme, pero vuelvo a insistir.—No, solo asuntos de la empresa. No tienes que preocuparte —asegura mientras comienza a conducirEs la primera vez que no lo veo con una sonrisa desde que llegamos, y comienzo a sentirme mal por él.
Pov Samara¿Qué lo hizo por mí? ¿Qué es lo que acaba de decir?—Dijiste que lo necesitabas. ¿Por qué estás diciendo esto? —el hombre niega con su cabeza—Es mejor que dejemos este asunto aquí...—No. Dime porqué supuestamente lo has hecho por mí. ¿Creías que tenías que casarte conmigo porque te daba lástima?—Carajo, no —responde con tranquilidad—. Nunca dije que lo hiciera por lástima. Yo necesitaba casarme para recibir la empresa, pero no me importaba demasiado. Tú misma lo dijiste, tengo dinero y un cargo importante. Me casé contigo porque necesitaba protegerte, a ti y a nuestros bebés. Por supuesto que me traía beneficios, pero nunca mencioné nada sobre lástima.—Así es como suena.—A veces me gustaría que confiaras un poco más en mi —él se sienta y rasca su cabeza—. Yo podría haber hecho las cosas de otra manera y lo sabes. Podría aprovechar que estabas embarazada y extorsionarte, o pedirte que seas mi esposa sin ningún tipo de cláusula. No me interesa tener una esposa trofeo, si
Pov LuccaLa primera vez que vi a Samara en la empresa, podía decir que realmente no me pude fijar en su belleza. Tenía tanta carga encima, con todo el asunto del sorpresivo embarazo y la idea de que ella se negara a mis planes, que todo quedó en segundo plano.Cuando la estuve buscando los tres siguientes meses, pensé en que era una mujer realmente hermosa. Sin embargo, ninguno de mis pensamientos se adecuaba a lo que era. Tenía un cuerpo de escándalo, la mujer ni siquiera tenía que hacer un esfuerzo por ello, podía sonreírte o mirarte de aquella forma cuando se enoja que inmediatamente la quieres.Ahora me siento perdido, porque no quiero que esto vuelva a ocurrir. Me siento atraído físicamente, pero siento que en algún punto su personalidad me seduce. Ella tiene algo que ni siquiera sabe que lo tiene, pero que descubro. Apenas pasaron horas desde que volví a encontrarla y es suficiente para que me mantenga atrapado.En estos momentos puedo fingir que no me asusta. Decir que podríam
Samara agradecía el hecho de haber podido dormir al menos dos horas más después de la pesadilla y todo era gracias al él. Nunca pensó que podría llorar frente a alguien con tanta facilidad, pero la situación la había superado. Estaba sensible como la m****a con el embarazo, ahora tenía antojos de comer cualquier cosa que no le gustaba y el cansancio la abrumaba. La vuelta al complejo fue inevitable cuando la lluvia se detuvo. Los caminos no estaban en la mejor situación, pero al menos podrían regresar. —Oh, querido. Que bueno que estén bien —lo abraza su madre al llegar—. La tormenta fue terrible. —Hawái nos recibió bien —él sonríe—. No te preocupes, nos quedamos en el hotel, todo estuvo perfecto. ¿Dónde están los demás? —Tomando un café. ¿Podrías adelantarte un momento? Quiero hablar con ella, por favor —la mirada de Lucca fue hacia Samara —Bien. Estaré por allí si necesitas alguna cosa. El beso en la frente sorprendió a la mujer, pero no dijo nada. Ella había hecho un suspiro
Si creía que aquel lugar solo se trataba de habitaciones para los invitados estaba totalmente equivocada. Samara comenzó a seguir a Lucca por un largo pasillo, donde terminó preguntándose cuándo terminaría. No fue hasta que una puerta blanca se abre para ellos que descubre lo que realmente era ese lugar.Una gran sala de masajes con un sauna al final, decorado con aquellas luces cálidas que te metían en una sintonía diferente. El lugar estaba vacío, aunque parecía que lo habían usado hace poco tiempo, había aroma a vainilla en el aire.—¿Entonces? —ella entrecierra los ojos y lo mira—Entonces vas a ir al vestidor, quitarte la ropa, ponerte la bata y venir a una de estas camillas —señala a unos pocos metros.—Mhm. ¿No te acuerdas de que tengo una barriga justo ahora? —ella levanta una ceja—Si, y también hay una de esas. Mi madre la compró cuando una de mis primas se embarazó, así que estoy seguro de que va a servirte.—¿Y dónde está mi masajista? —Lucca sonríe en su dirección—Bueno,
Pov SamaraMil veces maldito.De todo lo que podía haber sucedido allí, tenía que pasar algo justamente sexual. Sé que no puedo permitirme todo esto, se supone que es un engaño para el resto de las personas, nuestro casamiento ni siquiera es real, el embarazo fue producto de un maldito tratamiento y tengo que mantenerme tan lejos de cualquier sentimiento como pueda.Ya me pasó con Zyan, fui una estúpida que se dejó llevar por los sentimientos y terminé sola, sin nada más. Esto no es diferente, sé que no tiene que ver con un matrimonio por amor, ni siquiera con un hijo deseado por los dos. La vida nos trajo hasta aquí e intento lidiar con toda la m****a, pero sentir algo por él es lo que tengo que evitar.Simplemente no quiero que todo se vuelva a poner de cabeza en mi vida, pero parece que quiero sabotearme a mí misma con esto y odio eso.Me miro al espejo del baño privado que hay en la habitación y tiro agua sobre mi cara, tratando de calmarme. Quiero llorar, pero no lo hago, sé que t
Ella estaba realmente furiosa con todo esto.Se negaba a sentir cualquier cosa por él, el sexo y el cariño no arreglarían nada, y para ser sincera, estaba harta.Ella nunca había sido el tipo de mujer que necesitara de un hombre, su madre la había criado con otro tipo de valores, donde podía ser autosuficiente. Entonces todo cambió cuando el lazo familiar se rompió y no tuvo otro remedio que irse con Zyan.M*****a sea la hora en la que decidió aquello.De alguna u otra manera la vida siempre le terminaba pegando en el rostro y hacerle saber que necesitaría de un hombre para continuar. Primero había sido su padre, después fue Zyan y ahora él. Todo el mundo parecía querer tener algo a cambio, y ella no estaba segura de poder seguir con todo esto.Apoyando su frente contra las palmas de su mano, sentada en una banca del jardín derecho, la mujer siente unos pasos acercándose. No tenía que ser adivina para saber de quién se trataba, solo que no estaba dispuesta a tener esta conversación.—¿