Las entrañas de Harper se convirtieron en una explosión nuclear mientras luchaba por entenderse a sí misma y por qué sentía una atracción tan poderosa hacia él.Cualquier persona mínimamente racional habría reconocido que Brake Black no tenía el más mínimo interés real en ella. Él solo cumplía con su deber como esposo de conveniencia y, de paso, ayudaba a Hannah, su hija adoptiva. Quizás lo único que buscaba era perturbar a su pequeña familia y captar la atención de Nellie, su cuñada. Y si para lograrlo tenía que aprovecharse de una ingenua como ella, que ya tenía una hija a su cargo, adoptada o no, mejor aún. Brake Black era un depredador que habitaba un mundo de monstruos y abismos, donde mirar demasiado tiempo al abismo también permitía que el abismo te mirara a ti. Para preservar su bienestar físico y mental, Harper necesitaba deshacerse de él lo más rápido posible.Para enmascarar su creciente y repentino pánico, Harper desplegó una sonrisa despectiva y le lanzó una mirada desaf
Padme retomó el tema de la chaqueta con entusiasmo.—Bueno, veamos... ¿Puedo pasar por ahí y olerla también?Harper, con una sonrisa traviesa, se mordió el labio.—Oh, no lo creo. Si te la prestara, estoy segura de que te la llevarías contigo. Aunque, tengo que devolverla mañana, así que todavía tengo al menos doce horas para disfrutar de ella.Padme decidió llevar la conversación a un nivel más profundo.—Creo que la semana que viene deberías hablar de esto con tu terapeuta. ¿Por qué te da tanto miedo avanzar con un hombre atractivo con el que ya has tenido intimidad, limitándote solo a acariciar su chaqueta?De repente, Harper se puso a la defensiva, su espalda se tensó.—Ya te lo he explicado, es un antiguo enemigo de la familia, y yo...Padme no permitió que se escudara en excusas.—No me vengas con eso. Recuerdo perfectamente cómo dejaste a tu familia de lado cuando querías estar con Mark.Harper se sintió acorralada, pero Padme continuó con su argumento.—Tienes todo el derecho
Harper estaba a punto de decirle a Cecilia que el señor Black era el CEO de la empresa más importante de la ciudad en dónde ella había vivido con su ex novio, y que no podía decir algo así, cuando oyó un pitido en el teléfono.—Espera un momento, Harper —le interrumpió Cecilia con voz nerviosa—. Tengo otra llamada. Es del hospital.Harper sintió un escalofrío. Sabía que el padre de Cecilia estaba muy enfermo, y que cualquier noticia podía ser fatal.—Claro, Cecilia, atiende —le dijo con comprensión—. Yo me ocupo del señor Black.—Gracias, Harper, eres un cielo —le agradeció Cecilia antes de colgar.Harper colgó también y se dirigió al ordenador de Cecilia. Estaba imprimiendo el plan de marketing que debía entregarle al señor Black, cuando el intercomunicador sonó.—Cecilia, tienes una visita —anunció el guardia con voz grave—. Es el señor Black.Por un momento le faltó la respiración. Sintió aturdimiento, preocupación y una extraña diversión, todo al mismo tiempo.—Dile al señor Black
—Estás muy equivocada —afirmó Brake con voz firme—. Nellie y yo nunca tuvimos nada serio, solo fue un juego de adolescentes ilusos. Le deseo lo mejor, pero no tengo ningún interés en volver a verla.Dicho esto, dio un paso hacia Harper, acortando la distancia entre ellos. Ella sintió una oleada de calor que le subió por el cuello hasta las mejillas. Su perfume invadió sus sentidos, haciéndola olvidar por un momento dónde estaban.—Así que tendrás que buscar otra excusa para impedirme entrar en este edificio —continuó él con una sonrisa maliciosa—. Si es que realmente quieres alejarme de ti.Harper reaccionó y se alejó de él como si le hubiera quemado. Su corazón latía a mil por hora y su respiración se agitaba.—Usted es el problema —replicó ella con voz temblorosa—. Siempre está metiéndose en líos y arrastrándome a ellos.Brake soltó una carcajada divertida.—Eso era antes, cuando era un niño travieso. Ahora soy todo un hombre responsable.Harper lo miró con incredulidad. A pesar de
—¿Qué hacía exactamente?—repitió él con una sonrisa burlona—Pues trabajaba en lo que podía, querida esposa. No siempre tuve la suerte de tener una empresa exitosa y un apartamento de lujo. Hubo un tiempo en que tuve que luchar por sobrevivir.Harper sintió una punzada decuriosidad y de compasión. No sabíamucho sobre el pasado de Black, soloque había nacido en un barrio pobre yque había tenido una infancia difícil, todos esos datos los sabía sólo gracias a Nellie.Nellie le había contado que su madrehabía muerto cuando él era pequeño,y que su padre era un alcohólico quelo maltrataba. Black había tenido quetrabajar desde muy joven para mantenerse a sí mismo y a su hermana menor.—¿Qué tipo de trabajos hacía usted?—preguntó con voz suave, intentando no sonar indiscreta.Black se encogió de hombros, como si no le importara.—De todo un poco. Repartía periódicos, limpiaba coches, cortaba el césped, ayudaba en una tienda de comestibles... Pero el trabajo más duro que tuve fue el de
Harper se apoyó en la encimera de la cocina, con los brazos cruzados sobre el pecho. Desde fuera, parecía que ella tenía el control de todo. Pero nadie sabía que su pasado había sido una lucha constante por sobrevivir.—El matrimonio es una tontería y lo mismo va por tener pareja —dijo, evitando expresar lo que realmente sentía—. No sé cómo descubriste que mi madre es rica, pero yo no tengo nada. Y por favor, deja de llamarme «cariño».Él se acercó a ella, sin dejar de mirarla con intensidad. Era el CEO de una empresa multimillonaria, y estaba acostumbrado a conseguir lo que quería.—¿Qué te parece el apartamento? —preguntó ella, cambiando de tema e intentando despejar la tensión del ambiente.—Está muy bien —admitió él, mirando a su alrededor.El apartamento era amplio y lujoso, con una decoración moderna y elegante. Tenía unas vistas impresionantes de la ciudad, y estaba situado en el mismo edificio que el suyo.—Es demasiado grande para un hombre solo y sin hijos, ¿no crees? —insin
—Que bueno. Porque, y no te lo tomes como algo personal, no confío demasiado en tu capacidad para elegir un tipo cuerdo y correcto.Harper se indignó.—¿Qué quieres decir con eso? ¿Acaso crees que soy tonta?—No, no es eso. Es sólo que me preocupo por ti. Wendy es mi prima y me pidió que te cuidara cuando te mudaste aquí. Y yo quiero que seas feliz, Harper. Que encuentres a alguien que te quiera y te respete.Harper se ablandó un poco.—Gracias, Chris. Eres muy dulce. Pero no necesito que me cuides ni que me juzgues. Yo sé lo que hago.—Está bien, está bien. No te enfades. Sólo era un comentario.Chris le guiñó un ojo y le dio una palmadita en la mano.—Venga, vamos a tomar un café y me cuentas cómo va todo.Harper asintió y se levantó de su silla. Cogió su bolso y salió del cubículo con Chris. Mientras caminaban hacia la cafetería de la empresa, el móvil de Harper empezó a sonar. Lo sacó del bolso y vio el nombre de Black en la pantalla.Su corazón dio un salto.—¿Quién es? —preguntó
—Asegúrate de que Black se acuerda de ello —masculló Chris, y comenzó a dar pasos sin esperarla.—¿Y el café?Él no se molestó en voltearse a verla.—Otro día será, Harper.(...)—Vale, mira—comenzó Padme—, he lidiado con muchos clientes que tienen gustos horribles para decorar o incluso para elegir un cuadro. Pero lo peor es que nunca lo reconocen. Me contratan, y se pasan horas criticando las ideas que les propongo. Éste es el primer cliente que no tiene problema en aceptar que su gusto es pésimo.—Bueno, más bien diría que se enorgullece de su falta de criterio estético —se mofó Harper.Ambas estaban subiendo en el ascensor, hasta el piso donde habían quedado con Brake para ir al nuevo apartamento vendido.—¿Te he contado lo que me soltó elastic girl cuando le dije que me encargaría del apartamento de Black? —inquirió Padme.Harper se volvió asombrada.—¿Todavía mantienes el contacto con elastic girl?En el instituto, habían tenido una compañera a la que llamaban elastic girl, porq