Lo único que a Harper no le dolía eran las hebras de sus cabellos. Luego, absolutamente todo, comenzó a arder y a atormentar. Oraba para que no le dejara ninguna marca, cardenal o herida que Mark pudiera ver, sino, él la acusaría de infidelidad como habitualmente suele hacer y la molería a golpes, cómo es su costumbre.Mark, no es un mal hombre, o al menos, antes no lo era. Un dulce joven de aspecto nerd pero con la simpatía del más famoso de la universidad, todo un espécimen digno de estudio. Y a pesar, de que ella estaba cursando una carrera de ciencias exactas y naturales, un día, viéndolo pasear por el pasillo, el hombre, le guiño un ojo, haciendo que Harper, estallara en vergüenza.Que él, todos los días que la veía, la saludaba con una sonrisa deslumbrante, convirtió esa extraña esperanza de conocer al nerd pero sociable hombre, en aleteos de mariposa.Fue por eso que se enamoró de Mark, el gran economista, el gran abogado Mark Hisuth.¿Ahora sentía mariposas voladoras en su est
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