Esposa por alquiler
Esposa por alquiler
Por: RZ
Capítulo 1

«Bien, tú puedes hacerlo, eres fuerte, valiente y tienes toda una vida por delante»

Inhalaba por la nariz y exhalaba por la boca. Una y otra vez, mientras Harper miraba el enorme edificio lleno de personas con traje y otras más informales entrando y saliendo.

«Vamos, Harper, has superado cosas peores»

En su imaginación todo era más fácil. Entraba, pedía el empleo, pasaba la entrevista y mañana mismo comenzaba a trabajar. Así de rápido, así de fácil como mostraban en los comerciales de televisión que tanto le gustaba ver a Hannah.

En la vida real, fuera de su cabeza…la facilidad…no era así de simple.

—Bien, es hora de la verdad.

Se ajustó el traje rosado que pertenecía a su madre, los tacones de su prima y el bolso que compró en el mercado de pulgas a 3 dólares. Nadie pensaría que una mujer bonita, alta y con una mirada tan decidida frente al edificio, estaba en quiebra, sin trabajo y sin estabilidad de ningún tipo.

«No juzgues a un libro por su portada» solía decirle su madre.

El cabello castaño, normalmente suelto y largo, lo tenía ahora recogido en una trenza corona, alrededor de su cabeza, dándole un toque de estilo y finura que obviamente no poseía. Lo que sí poseía, gracias al cielo, era habilidad con las manos.

Por eso estaba allí de todos modos, para pedir trabajo de auxiliar. En el letrero fuera del edificio, no ponían auxiliar de qué exactamente estaban necesitando, pero con su desesperación a flote, no importaba si la ponían a lavar pisos o baños. Lo único que le importaba era ganar dinero y rápido.

Traspasó las grandes puertas de cristal oscuro de Pure Wealth Corporation mejor conocidos como PWC y se plantó frente al mostrador, solo para encontrar que ya había gente esperando y haciendo algo de alboroto a pesar de haber fila.

—Miércoles, estoy muy jodida. ¿Y si todos vienen para pedir el puesto de auxiliar?—murmuró para sí misma.

Ya estaba cansada, le dolían los pies de tanto caminar de una manzana a otra pidiendo los trabajos disponibles sin éxito alguno y estaba bastante hambrienta, combinaciones fatales para cualquier persona, sin embargo no se permitió decaer, no podía. Tenía gente que proteger y no podía fallarle.

Todos por algún motivo, estaban ansiosos y hablando a la vez, lo que le dificulta a Harper, entender el tema de discusión.

—Yo puedo…

—¡No! Yo tengo…

—Mi diplomado…

Todos decían cosas muy buenas y casi quiso dar media vuelta para salir de allí. La idea de ser rechazada por estas personas mejores preparadas le enrojecen las mejillas de vergüenza, sin embargo, recular sin siquiera intentarlo, le parece aún más humillante.

—Hay lugar para todas las personas de aquí, Jesús, dejen de empujar—la señorita del mostrador parecía estresada hasta las cejas. Sacó unas cuantas hojas de papel de quién sabe dónde y las colocó encima del mesón—. Por favor, llenen este formulario y pasen a la sala de espera. Allí ya está alguien que les hará la entrevista.

Todos, increíblemente, fueron agarrando cada hoja y yendo hacia el fondo del pasillo sin perder tanto tiempo ni hablar tanto como minutos atrás. Al fin, le llegó el turno.

—Disculpe, soy Harper y vengo por…—la señorita le echó un vistazo y sin dejarla terminar, sacó otro papel y lo puso frente a ella.

—Si si, no tengo porqué saber tu nombre—le pasó un bolígrafo brillante y elegante. Tuvo el pensamiento intrusivo de guardarlo en su bolso y de llevárselo a Hannah, sin embargo se detuvo. Era robar y obviamente no podía joder esa entrevista—. Firma aquí y aquí—señaló una mesa a unos metros—. Puedes firmar todo y llenar el papel allí, no creo que en la sala de espera haya más lugares libres.

La pareció extraño, pero supuso que las personas en la actualidad estaban sufriendo desempleo como ella y necesitaban tanto el trabajo como ella.

Eso significa que cuanto más rápido complete el papel, más rápido podrá tener la entrevista y la oportunidad de quedarse con el empleo.

Así que sin más preámbulos, se puso manos a la obra.

Al leer la primera carilla del documento, sus cejas subieron hasta el nacimiento de su cabello, era la primera vez que veía un trabajo que le pedía sus datos completos, tipo de sangre, antecedentes de enfermedades hereditarias, hobbies y metas de vida. ¿Por qué necesitan saber cuál es su hobby? ¿O una enfermedad de base? ¿Qué tan exigente está siendo ser empleador que el empleado tiene que ser prácticamente indestructible para tener un salario digno?

Bueno, como sea, no le pagarán por leer sino para trabajar y duro. Siguió completando todo lo que pudo y en las demás carillas, habían sólo textos de jergas legales sobre "Si A trabaja para B, blah blah blah" no le importa y sinceramente al leer la primera estrofa ya sabe que no entenderá nada, así que firma todas las hojas como se le pidió y se levanta a los pocos minutos para entregar las hojas completas. Si es un trabajo para auxiliar, no debería haber ningún problema legal, es una empresa respetada de todos modos.

—Ven, abre la boca, necesito una muestra de ADN—le mostró un hisopo—. Rápido, necesito rellenar mucho papeleo y me estás atrasando.

Harper no entendía. ¿Necesitaban una muestra de ADN? ¿Un trabajo de auxiliar necesita una muestra de su saliva?

Casi se negó, pero la impaciencia en la cara de la señorita, hizo a Harper obedecer sin rechistar ante la negativa de tener el puesto. Unos minutos después, ya tenía ese hisopo empaquetado y listo dentro de una caja.

—¿Ya está? ¿Ya puedo…?

—Necesito una foto tuya tipo carnet.

A Harper se le cayó el alma a los pies. No tenía fotos tipo carnet, de hecho no tenía dinero para gastar en eso. ¿No la van a contratar solo por una foto?

—Por favor, por favor señorita, de verdad necesito esto y yo no traje algo así, no sabía…

La recepcionista suspiró mirando al cielo.

—Dios mío, estoy tan cansada—de repente Harper se sintió culpable. Es cierto que tenía que haber previsto que alguna empresa tenía que pedir algo parecido y la recepcionista no tenía la culpa de nada, sin embargo, ella de verdad necesitaba el dinero, más que cualquier cosa.

—En las especificaciones, a un lado de la hoja, puse como es mi tipo de cabello, altura, peso, color de ojos, piel y…

—Como sea—la calló haciendo un gesto vago con la mano—. No me pagan lo suficiente—sacó un celular de última gama y comenzó a teclear un número abogado en una agenda abierta llena de otros números—. Si te seleccionan te llamarán al número de teléfono que anotaste en el formulario.

—¿Hoy?

La recepcionista parpadeó, mientras sostenía el celular en su oreja. Sus ojos parecían decir "todavía sigues aquí?"

—¿Disculpa?

La castaña se aclaró la garganta con algo de vergüenza.

—Si quedo seleccionada, me llamarán ¿Hoy?

La mujer detrás del escritorio la miró como si fuera estúpida. Bueno, probablemente lo era. Acababa de firmar todo un documento sin leer apenas el primer renglón de términos y condiciones.

Por lo que a ella le concierne, podría haber firmado un papel para que vendieran sus córneas, pulmones y corazón al mercado negro.

—Claro que hoy. ¿Cuándo más? Tenemos muchas demandas y pocas personas.

Eso extrañó a Harper. ¿La empresa era lo suficientemente grande como para necesitar a tanto personal para su funcionamiento o mantenimiento? Sutilmente volvió a mirar a su alrededor.

Vale, la empresa no era nada pequeña y jamás había entrado, así que tiene sentido que haya más demandas de servicios de lo que la empresa pueda manejar.

—Pero, los demás pasaron al fondo del pasillo para la entrevista y yo no…

La recepcionista giró los ojos.

—No sé si eres ciega o solo ignorante o quieres sacar ventaja o información, pero no te lo voy a permitir, solo mírate—chasqueó la lengua mirándola de arriba a abajo. Harper se sintió algo incómoda bajo su mirada—. Ni siquiera necesitas una entrevista, prácticamente tienes un puesto asegurado.

—¿De verdad?—a la castaña le brillaron los ojos con emoción. ¡Sí, a Hannah le encantará la noticia!—. Muchas gracias—agradeció con una sonrisa cálida.

Lo único que obtuvo de la recepcionista fue un "shoo shoo" mientras la espantaba como un perro abandonado y se ponía a hablar de negocios a través de la llamada telefónica.

Ni siquiera eso hizo que su sonrisa de felicidad menguara en su rostro. ¡La mujer dijo que prácticamente un puesto era suyo!

¡Si, señor! ¡Al fin una victoria!

Sentirse aliviada era el eufemismo del año, quizás su trabajo no sería nada glamoroso, probablemente solo limpiará baños o pisos o algo por el estilo, pero trabajo es trabajo y así se aseguraría de que Mark ya no hiciera de las suyas.

Estaba tan alegre y concentrada en orar para que la llamen esa tarde cuando de reojo, observó la empresa de citas. Porque eso era PWC una empresa de citas que el gobierno protege con uñas y dientes debido a la falta de nacimientos de niños en las últimas décadas. El país está siendo azotado por un tipo de maldición que evita que los bebés nazcan vivos o sanos, haciendo que la mayoría de la población quede en adultos y ancianos.

Al gobierno le preocupó mucho eso, que el país vaya a la extinción por la falta de habitantes jóvenes y de su descendencia, por ende, cuando surgió la empresa, el gobierno lo protegió y lo sigue haciendo, con el compromiso de repoblar el país.

El sistema era tan sencillo como bajar un formulario a través de la web de PWC, llenarlo, traerlo a recepción, te harían algunas preguntas de seguridad y sobre que estás postulándote de manera voluntaria, te harían algunas pruebas de sangre o saliva para asegurar que la persona se encontrara sana o sin ninguna dolencia y si tienes suerte, al ingresar tus datos al sistema computarizado, te mostrará tu compatibilidad con una persona también dispuesta a tener una relación o simplemente reproducirse.

Sin embargo, ese lado, no es tan sencillo, una vez que se haya fijado la compatibilidad, se supone que deben contraer matrimonio inmediatamente, sino quieren ir a la cárcel por fraude al gobierno, años indefinidos solo por ese retraso y luego de la boda convivir durante cinco años o al menos hasta que consigan tener un retoño.

Muy tétrico para el gusto de Harper. Tétrico y raro.

¿Quién en su sano juicio vendría a postularse para ser esposa por alquiler?

Muchas mujeres lo hacen, porque al finalizar el contrato que firmaron ambas partes, anteriormente, el hombre debe pasar mensualmente una cantidad X de dólares por compensaciones y demás vainas. Prácticamente pueden vivir sin trabajar por el resto de sus vidas, eso, sin contar con que ambas partes deben criar juntos al niño, la manera y como se organizan para hacerlo, depende meramente de los involucrados.

Pero ella no forma parte de ese mínimo porcentaje de mujeres capaces de sacrificar su cuerpo con tal de tener una vida resuelta.

No lo haría ahora porque Mark definitivamente la lastimaría hasta dejarla en silla de ruedas si es que llega a enterarse. Y no puede dejar a Hannah sola, no lo haría jamás y si eso significa aguantar a Mark y a sus mañas, pues que así sea.

Mirando un espejo o una vidriera en la pared, lo suficientemente grande como para que quepa su departamento entero, no se fijó en que estaba desviando su camino hacia una puerta y que de allí, iba saliendo una persona.

Chocó contra un cuerpo blando, abrió los ojos al momento justo de ver, que el estante tan grande como la vidriera, se estaba cayendo y con el estante, el vidrio en sí.

El mueble lleno de cosas que no sabía que eran, iba a caer justo encima del niño que la miraba asustado y con los ojos tan abiertos que parecía un cachorro perdido.

La misma cara que hizo Hannah una sola vez en su vida y que Harper lamentó por el resto de la suya.

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