Grecia despertó con un dolor de cabeza atroz, quiso vomitar en cuanto abrió los ojos, por lo que se alejó de la cama buscando el retrete. Estaba acalorada, más con la ropa que tenía encima. Al menos estaba vestida, se dijo. No había cometido una locura. Busco algo con lo cual lavarse la boca, descubriendo que esa habitación no era en la que se hospedó. Apretó los párpados, encontrando lo que paralizó su cuerpo al solo verlo. Un hombre enorme, boca abajo y con un velo de novia en la mano estaba en la misma cama de la que ella recién se había levantado. Caminó despacio a ese lugar y se revisó. Estaba vestida... demasiado vestida. Mucho era mejor que nada. Esa prenda blanca que tenía encima de su ropa no era algo que usaría ella, y en el espejo se dio cuenta que parecía una loca que se había escapado de un sanatorio mental. No tenía señales de haber tenido sex0, agradeciendo que fuese así. Dormir a lado de alguien desconocido había sido lo peor que hizo la noche anterior. Bajó el c
Grecia pasó saliva cuando el hombre de metro noventa caminó directo a ella, no apartó los ojos de los suyos y entre más cerca estuvo, menos segura se sintió al ver como la escaneó de pies a cabeza, como si buscara en ella algo específico. Robarle su seguridad, tal vez. La colonia masculina invadió su nariz y fue aún más arrasadora la sensación de estar siendo acribillada por una pistola de clavos, que se incrustó con una rapidez que fue imposible no querer huir, sin embargo, Logan no se detuvo cuando llegó a ella y solo la pasó de largo. La puerta se abrió y este la miró una vez más, antes de hablar. __ Angélica ¿donde está mi basura? - le preguntó con voz tosca.__ La saqué esta mañana. - contestó ella, enderezándose al oírlo. __ Necesito algo que cayó ahí. - mencionó. __ Iré enseguida, señor. - dijo y Grecia lo maldijo. ¿Acaso no estaba viendo que estaba con casi nueve meses de embarazo? ¿Que le ocurría a ese desconsiderado? Estuvo a nada de decirlo, pero acababa de consegui
Grecia tenía una teoría de que lo aquello escuchado solo se trataba de un mal sueño. Eso pasaba siempre que la cena le caía mal.Eso era. Definitivamente tuvo que haber sido algo en mal estado para estar teniendo tales alucinaciones. Aunque también podría tratarse de un desmayo, que se golpeó la cabeza o alguien la inyectó con alguna sustancia extraña, aunque podría ser una...__ Sal de ese mundo de fantasía y presta atención a lo que te están explicando. - ordenó Logan después de haberse cansado. de verla con la mirada pegada en la figura de cristal que tenía a un lado del escritorio. - Hey. Chasqueó los dedos frente a su cara, haciéndola espabilar. Grecia sacudió su cabeza y se giró hacia el abogado, luego a Logan y volvió con el abogado.__ Eso no es legal ¿cierto? - se vió ansiosa por obtener una respuesta satisfactoria. __ Para su descontento y la de mi cliente, lo es. - contestó el sujeto. - Vera, el señor Santini tiene costumbre de legalizar todo aquello que firma, así se evit
Grecia durmió cuanto pudo, quería reunir toda la paciencia posible para que el trabajo que acababa de conseguir no la estresara tanto. Pero era imposible pensar en pasar un tiempo de calidad con un jefe como el que conoció.Mientras ella desayunó lo que pudo teniendo tiempo limitado, Logan lo hizo muy tranquilo en la soledad de su casa. Ella cogió un taxi para trasladarse y llegar diez minutos antes que su jefe, como sugerencia de Angélica y Santini ni se esmeró en apresurarse. Dos vidas muy distintas. Dos personas bastante separadas en sus acciones la una de la otra, pero ambas con un mismo destino. __ ¿Tú eres la nueva? - le preguntó un sujeto bien parecido. __ ¿Se me nota mucho? - preguntó al reparar su aspecto. Juraría que se cuidó de no dar esa impresión. __ No, pero no te había visto antes y presionaste el último piso, lo cual a esta hora solo es posible para la asistente personal del jefe. - le explicó y ella exhaló aliviada. En otras empresas al ser la nueva no fue tratada
¿Donde estaba el acta de matrimonio? La pregunta que más rondó por los pensamientos de Logan, si en una ocasión pensó en casarse años atrás, ahora esa opción le parecía desagradable y más cuando ni consciente se encontraba en el momento que todo ocurrió. Enviar a que buscaran por todos lados tampoco trajo los resultados que esperó. Lo que hiciera, siempre lo llevó por camino con menos aciertos que el anterior. Comenzó a desesperarse. El abogado trató de conseguir a alguien que se prestara para agilizar el proceso de anulación, pero los días comenzaron a pasar con la misma estancada respuesta. Cada día el abogado solo tenía una negativa. __ Dos semanas, Linares. Han ocurrido dos jodidas semanas y no has resuelto un carajo. - se enojó cuando esa mañana todo le pareció absurdo. - ¿Para que diablos te estoy pagando si no resuelves nada? El temperamento de alguien como él era una bomba en cuenta regresiva, cuenta que se activó con cada día obteniendo los mismos resultados. __ ¿Crees
Louise Gilbert, un nombre que para Grecia no significaba nada en especial, pero para Logan de alguna manera sí, pues el pasado lo persiguió, pese a querer dejarlo atrás, hasta que lo alcanzó. Solo que pensar que alguien como Logan era capaz de olvidar y sustituir el rencor por el perdón era la idea más absurda que se podía tener. No lo era. La amargura que llegó desde aquel día en que se enteró de todo no disminuyó ni un poco. Para él habían dos maneras de hacer las cosas. De frente y por la espalda. Admirando la primera, despreciando la segunda.__ Me cansé de obtener solo evasivas de tu parte. Cada vez que quiero arreglar esto, no me dejas. - se excusó Louise. - Pero no podemos...__ Señorita Montero, puede retirarse. - le dijo al verla en el mismo lugar. Grecia lo agradeció infinitamente, pues no sabía ni qué hacer, por lo que en menos de dos segundos ya iba hacia la puerta que cerró, tomando una bocanada de aire, yendo a por un café, dándoles la privacidad que seguro necesitaba
El corazón de la pobre pelinegra que puso la agenda cerca de su pecho, bombeó con tal frecuencia que calentó su cara también. Estaba acostumbrada a que la regañaran por cosas que no había hecho en su antiguo trabajo, a pasar por alto su valor como persona para conservar el empleo y diversos errores de los que aprendió una sola cosa. Ella dependía del sistema, siempre fue así. Cuando quedó desamparada se lo hicieron entender. Pero ver a ese hombre que tenía sus ojos puestos en ella, como si estudiara el último de sus cabellos, la hizo tiritar. Quería salir corriendo de esa oficina, no mirar atrás y dejar por sentado que era una cobarde...lo malo de la situación, no lo era.Grecia podía ser muy obstinada, pero no una cobarde. No corría a menos que fuera hacia adelante. Sí daba un paso atrás era para tomar impulso y en ese instante se lo repitió una y otra vez para no cometer una tontería. __ ¿Cuánto por un favor? __ No comprendo. - dudar siempre era el mejor camino para ella y no d
Quizás para alguien como Grecia ver la letalidad del mundo era algo usual, pasaba siempre. Lo vivió con varios incidentes en su vida, la asaltaron dos veces cuando estuvo en el convento en el cual creció. Injusticias en las cuales estaba frente al arma, no atrás, como era el caso. En ese instante, sentir su dedo acariciando el gatillo, con alguien que le propuso desaparecer el cuerpo del hombre que le hizo creer que la amaba solo para que le mantuviera los gastos. Recordar lo tonta que se sintió al llegar a casa y creer que él la recibiría para acobijarla, solo para descubrir que jamás fue así. Nunca la quiso seguramente, solo la utilizó. La rabia no era contra él, sino por ella. Siempre creyendo que el mundo no podía ser tan malo, que aún existía en el un poco de bondad, cuando la realidad para ella era muy distinta. Hudson sintió líquido correr por su pantalones y aún así la vergüenza no lo dejó reaccionar, mientras Grecia finalmente bajó el arma. __ No puedo. - hipó, su pecho