Emma tenía el tiempo justo para continuar con sus tareas específicas en la empresa de su padre, meses antes la había recuperado y ahora la llevaba junto con Max, el cual le había prometido no dejarla sola, algo que cumplió a cabalidad siendo uno de los principales interesados en que su mujer tuviera el éxito que podía lograr por sí misma.Pero no quitó el que se estresara al tener contratos que leer, reuniones que concertar y dirigir. Ahora con un bebé se había vuelto mucho más complicado, pero no tenerlo con ella también la tenía viendo el móvil a cada nada. Que Max se lo haya llevado a una reunión en su propia empresa le hizo pensar en si el bebé la necesitaba y ella no estaba al tanto. Solo que su esposo no se había comunicado, desesperandose más.Además al ser el aniversario de la empresa de Max de seguro lo tenía muy ocupado. Si a ella se le complicaba todo, de seguro sería lo mismo. No lo soportó más, tomó su bolso, su abrigo y salió de su oficina dejando a su asistente con los
Emma veía a su amiga salir de la iglesia casada y entre gritos festejó su boda también, puesto que ambas habían tenido la alegría de haber asistido a las fechas importantes de la otra. Los abrazos no faltaron, al igual que las advertencias hacia Fernando, quien ya las había tomado como algo imposible de cambiar. Una amistad como esa solo era admirable después de años de conocerla, incluso Max ya pensaba de esa misma forma, solo cargando a Masón y viendo a su mujer bailando con su amiga.__ Diremos que nos forzaron a convivir con ellas. - mencionó Fernando y este lo vio de reojo. __ Nadie refutaría. - acordó Max pasando a su hijo a su otro brazo. Charlaron sobre un partido de fútbol al cual podrían asistir, siendo la forma en que ellos se reunían, ese sería luego de que Fernando y Coral regresaran de su viaje, algo que se seguro no iban a rechazar sus mujeres.No importaba el momento o el lugar, ambas chicas amaban pasar tiempo juntas, logrando que ellos dos, de alguna forma también
Grecia siempre perdió en todo lo que obtenía, pero no como el día en que su jefe y su novio culminaron con su carrera y relación. Viajando a las Vegas no tiene ni idea que conocerá a quien la hará cambiar su vida por completo. Sin saberlo se casa. En su nuevo trabajo descubre que su nuevo jefe es su esposo y ahora ese suceso le traerá a su vida más cosas de que arrepentirse, pues un sujeto fácil de llevar no es. Menos aún cuando una propuesta llega de su parte, comenzando la tensión que no se termina entre los dos...o sí, pero cayendo en la tentación. ¿Aceptará o se deshará de dicha tensión desde el inicio?
__ Renuncio. - dijo Grecia desde su cubículo, guardó sus plumones empaquetados dentro de su maletín y lo cerró con actitud tosca e impotente. __ Trabajar bajo presión no es lo suyo, señorita Montero. - exclamó su jefe enojado. Ella lo acribilló con la mirada. - El contrato especifica que en caso de su renuncia, como sucede, usted no tiene derecho...__ A ninguna indemnización. Lo sé y ¿sabe qué? - preguntó iracunda. - Métase su contrato por el cul0. Jamás la habían visto tan furiosa y con justa razón, verla siendo una dulce chica se le terminó en cuanto le hizo una propuesta para nada ética y de ningún modo atractiva para ella. __ Todo al que conozca tendrá muy malas referencias de usted. - la siguió amenazando. __ Pues todo el que lo conoce ha de ser un degenerado asqueroso como usted. - espetó llegando al elevador, donde ingresó del mismo modo. __ Te morirás de hambre. __ Prefiero eso a dejarme tocar por usted, asqueroso. - mostró el dedo medio antes que las puertas se cerrara
Grecia despertó con un dolor de cabeza atroz, quiso vomitar en cuanto abrió los ojos, por lo que se alejó de la cama buscando el retrete. Estaba acalorada, más con la ropa que tenía encima. Al menos estaba vestida, se dijo. No había cometido una locura. Busco algo con lo cual lavarse la boca, descubriendo que esa habitación no era en la que se hospedó. Apretó los párpados, encontrando lo que paralizó su cuerpo al solo verlo. Un hombre enorme, boca abajo y con un velo de novia en la mano estaba en la misma cama de la que ella recién se había levantado. Caminó despacio a ese lugar y se revisó. Estaba vestida... demasiado vestida. Mucho era mejor que nada. Esa prenda blanca que tenía encima de su ropa no era algo que usaría ella, y en el espejo se dio cuenta que parecía una loca que se había escapado de un sanatorio mental. No tenía señales de haber tenido sex0, agradeciendo que fuese así. Dormir a lado de alguien desconocido había sido lo peor que hizo la noche anterior. Bajó el c
Grecia pasó saliva cuando el hombre de metro noventa caminó directo a ella, no apartó los ojos de los suyos y entre más cerca estuvo, menos segura se sintió al ver como la escaneó de pies a cabeza, como si buscara en ella algo específico. Robarle su seguridad, tal vez. La colonia masculina invadió su nariz y fue aún más arrasadora la sensación de estar siendo acribillada por una pistola de clavos, que se incrustó con una rapidez que fue imposible no querer huir, sin embargo, Logan no se detuvo cuando llegó a ella y solo la pasó de largo. La puerta se abrió y este la miró una vez más, antes de hablar. __ Angélica ¿donde está mi basura? - le preguntó con voz tosca.__ La saqué esta mañana. - contestó ella, enderezándose al oírlo. __ Necesito algo que cayó ahí. - mencionó. __ Iré enseguida, señor. - dijo y Grecia lo maldijo. ¿Acaso no estaba viendo que estaba con casi nueve meses de embarazo? ¿Que le ocurría a ese desconsiderado? Estuvo a nada de decirlo, pero acababa de consegui
Grecia tenía una teoría de que lo aquello escuchado solo se trataba de un mal sueño. Eso pasaba siempre que la cena le caía mal.Eso era. Definitivamente tuvo que haber sido algo en mal estado para estar teniendo tales alucinaciones. Aunque también podría tratarse de un desmayo, que se golpeó la cabeza o alguien la inyectó con alguna sustancia extraña, aunque podría ser una...__ Sal de ese mundo de fantasía y presta atención a lo que te están explicando. - ordenó Logan después de haberse cansado. de verla con la mirada pegada en la figura de cristal que tenía a un lado del escritorio. - Hey. Chasqueó los dedos frente a su cara, haciéndola espabilar. Grecia sacudió su cabeza y se giró hacia el abogado, luego a Logan y volvió con el abogado.__ Eso no es legal ¿cierto? - se vió ansiosa por obtener una respuesta satisfactoria. __ Para su descontento y la de mi cliente, lo es. - contestó el sujeto. - Vera, el señor Santini tiene costumbre de legalizar todo aquello que firma, así se evit
Grecia durmió cuanto pudo, quería reunir toda la paciencia posible para que el trabajo que acababa de conseguir no la estresara tanto. Pero era imposible pensar en pasar un tiempo de calidad con un jefe como el que conoció.Mientras ella desayunó lo que pudo teniendo tiempo limitado, Logan lo hizo muy tranquilo en la soledad de su casa. Ella cogió un taxi para trasladarse y llegar diez minutos antes que su jefe, como sugerencia de Angélica y Santini ni se esmeró en apresurarse. Dos vidas muy distintas. Dos personas bastante separadas en sus acciones la una de la otra, pero ambas con un mismo destino. __ ¿Tú eres la nueva? - le preguntó un sujeto bien parecido. __ ¿Se me nota mucho? - preguntó al reparar su aspecto. Juraría que se cuidó de no dar esa impresión. __ No, pero no te había visto antes y presionaste el último piso, lo cual a esta hora solo es posible para la asistente personal del jefe. - le explicó y ella exhaló aliviada. En otras empresas al ser la nueva no fue tratada