Un atardecer siempre había sido la mejor forma en que Max despejó su mente, se sintió aliviado cuando el tormento llegaba, la solución era esa. Pero en ese instante la brisa fresca, esa soledad no sabía a tranquilidad. Algo lo detenía y esa sensación en su pecho no se fue con masajear esa zona. __ Te necesito. - escuchó esa dulce voz pegada a su frente, el aroma que llegó a su nariz lo hizo querer más, pero no había nada a su lado. No quería abandonar ese estado de paz, solo que había algo que le robó la respiración. __ Por favor, solo vuelve conmigo. - volvió a escuchar y la tibieza de un beso en su mejilla lo hizo buscar de donde salió, sin encontrar el origen de ese ser escondido que le siguió diciendo cuánto lo amaba. Esas palabras eran demasiado para él. Jamás las había escuchado con esa intensidad, no las sintió con esa fuerza que le alzó su existencia con solo recibirlas. Emma miró a Max en esa cama, donde le reiteraron su estado. Podía no sobrevivir esa noche, cosa que la
Podían existir demasiadas cosas que a Emma le dolían. Desde pequeña al parecer estaba destinada a pasar de dolor en dolor, cada uno golpeando mucho más fuerte que el anterior.Su madre siempre le dijo que lo que no mataba, fuerzas le iba a dar, pero justo en ese momento no se sentía fuerte. Todo se estaba derrumbando, nada logró calmarla, nada podía darle sosiego. Su mano en su vientre le hizo sollozar mucho más fuerte. Su hijo no podía quedarse sin conocer al hombre tan maravilloso que la hizo volver a sonreír, porque se adueñó de tanto de ella que se llevaría todo si...Los brazos de Iván no le dieron el reconfortante calor que los de Maximiliano sí. Ese vacío no sería llenado con nada. Rafael y Logan solo guardaron silencio, esperando junto a ellos. No había nada que decir en un momento tan tenso como ese. Logan conoció a su amigo desde la secundaria y aún cuando era tan reservado, siempre buscó de su compañía como él la suya, con Rafael aún al perder contacto, estuvo con ellos.
Librar una batalla en la niñez fue el detonante más grande que alguien como Max pudo tener. Ver cosas que nadie a su edad deseó, solo le sumó peso a sus tormentos. Para que años después la misma pesadilla quisiera volver, era suficiente para que esté deseara poner a Emma en una caja con una cúpula de titanio, que nadie la dañara. Sobre todo por la forma en que esta demostraba cuan importante era para ella. La vió esmerarse en él, todas esas horas. No querer dejarlo solo e irse solo cuando esos molestos malestares de su debilidad llegaban.Sí habían muchas cosas para detestar a alguien como ella en su vida, las mismas sostenían su deseo de tenerla consigo. Pero había algo, un no sé qué en su mirada..No sabía descifrar de qué se trataba, solo sintió que era lo suficientemente fuerte como para aue ella se viese mucho más hermosa ante sus ojos. La vió llegando con flores para su habitación como cada mañana y esa sonrisa iluminando su rostro fue aún más difícil de dejar de observar. Su
Emma tuvo muchos escenarios como respuesta a su confesión a Max. Los repasó una y otra vez en su cabeza, pues sabía la decisión de este por no tener hijos, ni en un futuro cercano ni lejano. Se había cerrado a la posibilidad totalmente. Entendía sus razones, comprendía el porqué de haber tomado su decisión, por lo que respetó ese deseo y agradeció que se lo dijera prácticamente desde el inicio, solo que ella no esperó que eso sucediera. De hecho también había decidido no hacerlo. Pues quería a Max como jamás quiso a nadie y le gustaba eso que añadía a su vida, negándose a dejarlo atrás. Sin embargo hizo una promesa de que aceptaría cualquier cosa y ese silencio le dió la respuesta que pensó obtendría. Se tragó el nudo en su garganta, aunque el resquemor molesto que amenazó con no dejarla respirar normalmente, no la dejó hablar. Aclaró su garganta y escondió sus manos temblorosas. __ Entiendo por qué no quieres tener bebés, Max. - comenzó. - Si te lo dije fue porqué el derecho a sa
Para Iván no había un nombre para lo que sintió al ver la tumba de Nataniel. Lo vio como su hijo desde el primer día, para él lo era y le falló a quien en verdad lo era en su intento por hacerle ver que lo amaba también. Ahora ver su nombre en una lápida lo hizo ver fijamente el apellido con el cual su madre eligió fuese acompañado. No era el suyo, reconociendo de ese modo quien era su verdadero padre. Observó la tumba por varios minutos más, dándose la vuelta luego de eso para regresar a su auto, en donde su chófer esperaba por él, mientras el informe de su informante decía en donde Ofelia se encontraba. No saldría de ahí, como tampoco vería a nadie más que no fueran las personas elegidas por él. Su encuentro de días recientes lo hizo saber la historia desde un punto de vista que al escucharlo lo hizo odiarse a sí mismo. Encuentros en los cuales salían verdades que dolían con cada palabra, justo lo que Emma estaba experimentando al escuchar a su padre. Aún no podía creer que jamá
Desde que Logan observó el auto de Maximiliano a lo lejos, dió una clara señal de lo que podía haber escuchado. Los rumores eran grandes sobre el concejo que quiso hacer valer su voluntad. Vicente no se encontraba, por ello querían colocar a un nuevo dirigente, pero estaba el hecho de que los tres hombres que se saludaron con un leve movimiento de cabeza, dejarían muy claro sus reglas. El ambiente tenso no aminoró con ellos siendo tratados como si fuesen la mayor entidad que buscaron agradar, tenían claro que no podrían verse como unos complacientes, ya que se habían cansado de ver cómo pretendían hacerles obedecer como simples empleados. __ La marca es solo un seguro. - dijo uno de ellos. - La tienen aquellos comprometidos con salvaguardar nuestro Clan. Si nosotros cumplimos con una regla básica, que ustedes lo hagan no debería ser un tema de discusión. __ Queremos algo que nos asegure que su unión no va a terminar, un hecho que nos indique lo veraz de su compromiso y no solo la
Emma tenía el tiempo justo para continuar con sus tareas específicas en la empresa de su padre, meses antes la había recuperado y ahora la llevaba junto con Max, el cual le había prometido no dejarla sola, algo que cumplió a cabalidad siendo uno de los principales interesados en que su mujer tuviera el éxito que podía lograr por sí misma.Pero no quitó el que se estresara al tener contratos que leer, reuniones que concertar y dirigir. Ahora con un bebé se había vuelto mucho más complicado, pero no tenerlo con ella también la tenía viendo el móvil a cada nada. Que Max se lo haya llevado a una reunión en su propia empresa le hizo pensar en si el bebé la necesitaba y ella no estaba al tanto. Solo que su esposo no se había comunicado, desesperandose más.Además al ser el aniversario de la empresa de Max de seguro lo tenía muy ocupado. Si a ella se le complicaba todo, de seguro sería lo mismo. No lo soportó más, tomó su bolso, su abrigo y salió de su oficina dejando a su asistente con los
Emma veía a su amiga salir de la iglesia casada y entre gritos festejó su boda también, puesto que ambas habían tenido la alegría de haber asistido a las fechas importantes de la otra. Los abrazos no faltaron, al igual que las advertencias hacia Fernando, quien ya las había tomado como algo imposible de cambiar. Una amistad como esa solo era admirable después de años de conocerla, incluso Max ya pensaba de esa misma forma, solo cargando a Masón y viendo a su mujer bailando con su amiga.__ Diremos que nos forzaron a convivir con ellas. - mencionó Fernando y este lo vio de reojo. __ Nadie refutaría. - acordó Max pasando a su hijo a su otro brazo. Charlaron sobre un partido de fútbol al cual podrían asistir, siendo la forma en que ellos se reunían, ese sería luego de que Fernando y Coral regresaran de su viaje, algo que se seguro no iban a rechazar sus mujeres.No importaba el momento o el lugar, ambas chicas amaban pasar tiempo juntas, logrando que ellos dos, de alguna forma también