Shad Blessing escuchaba las quejas de su subordinada con placer. Daba por sentado que cada palabra que le decían eran ciertas. No dudó de la acusación. Tampoco le importaba si era cierto o no. Una potencial socia comercial creía que el trabajo de ella era pésimo y el trato que dio fue peor. La empleada nunca me cayó bien, su entrada a la empresa había sido precipitada, según él le habían quitado el empleo a alguien más capacitado para el puesto. Con inmediatez, tomó el teléfono y llamó a recursos humanos para que le enviaran el manual de empleados.—¿Hay algún problema, Shad? —preguntó preocupada la persona que respondió.—Sí, pero todavía tengo que recopilar toda la documentación que necesitaré antes de solicitar tu ayuda. Solo te puedo decir que es un despido. Ve preparando la indemnización, que no debe ser mucha.Una hora después, Blessing tenía todo lo necesario para el despido de Camille. Invitó a la misma persona que respondió su llamada a recursos humanos como testigo para que
—Él es fuerte, pero el tumor está en un lugar peligroso. No queremos seguir corriendo riesgos —explicó el galeno.—Buscaré el dinero, la operación será cuanto antes —le aseguró ella.Cuando se quedaron solas, su madre le preguntó por Marcia, si había regresado.—Ella no ha cumplido con su parte del trato —le recordó Evaline.—No ha regresado de su viaje —dijo Camille y se acercó a su hijo para acomodarle la cama en la que estaba acostado.—Tu padre estuvo aquí en la mañana —informó Evaline cuando vio que su hija recorría con la mirada la habitación del hospital—, Darrin quería un globo rojo y se lo trajo.Los ojos de Camille se humedecieron. Su familia había sido de gran apoyo con la llegada de su hijo. Sin ellos, no hubiera podido llegar hasta allí. Los primeros días, había sido una locura total, la primera ropa que uso Darrin se la habían comprado sus padres.—Estoy segura de que le encantó y lo disfrutó mientras estuvo despierto —dijo después de aclararse la garganta.—Fue un éxito
Camille esperó por Marcia en el recibidor custodiada por uno de los matones de la familia. Al parecer, habían ordenado que no la dejaran sola mientras esperaba.«¿Esperan que me robe la vajilla antigua de la familia?» Se mofó Camille, mirando al hombre.—¿Marcia demora mucho? —preguntó ella, luego de un tiempo.—La señora Thrasher tiene trabajo que no ha podido eludir, no es su culpa que viniera sin avisar —respondió el hombre dándole una mirada breve de desagrado.—¿Trabajo?, ¿esa mujer? —Ella no creía que esa mujer hubiese trabajo en su vida. Tuvo que reír al imaginarla.El empleado rodó los ojos y no le respondió. Él tampoco lo creía, pero decirle esas palabras fue la orden que recibió.Camille miró la hora, no podía seguir demorando y enojar a Jason. Sin embargo, estaba decidida a irse de aquella casa con el dinero para su hijo. Tenían que operarlo cuanto antes, la promesa que le hizo Marcia tenía que cumplirla.—Tú otra vez por aquí —Marcia entró a la habitación como si acabara d
—Eres Amber Thrasher —dijo Camille sin dejar de mirarla.—La misma —dijo Amber con una sonrisa—, no te tomó tanto tiempo adivinarlo, te felicito.Camille se regañó, no había hecho la relación entre Amber Thrasher y la mujer que quería hacer un trato en un lugar nada profesional para uno.—¿Te divertiste mientras me engañabas?—Mucho, es que era muy ingenua. —se burló Amber—, fea e ingenua, nada bueno se puede rescatar de ti.—Al menos no soy una víbora como tú y como tu madre —el insulto salió de los labios de Camille sin pensarlo, esas mujeres la tenían harta.Amber siguió con las burlas, quería humillar tanto a Camille, que lograría que se fuera y no seguiría molestando en su casa.Las burlas para Camille no eran nada. No sabía por qué lo hacía, pero imaginaba que lo hacía simplemente porque era mala, igual que la madre. Se cuadró y miró a Marcia, la mujer se reía de las cosas que su hija le decía. Se reía con deleite, celebrando cada burla.—No me importa lo que ella diga, no me ir
Camille inclinó la cabeza mientras se mordía los labios. Seguía sin entender el motivo de aquel divorcio.—¿Por qué quieres divorciarte?—No tengo que darte explicaciones. Cumple con lo que acabo de pedirte, y tendrás tu dinero —respondió Amber.—Es ridículo lo que me pides. Se casaron por algo. Me contrataron porque este matrimonio era inevitable, ¿por qué te quieres divorciar?Amber se encogió de hombros y le respondió que no le importaba por qué quería hacerlo. Camille solo tenía que pedirle el divorcio a Jason en su nombre.—Es fácil, le dice: Jason, yo, Amber Thrasher, no quiero seguir casada contigo. Te exijo me des el divorcio.Camille escuchó cada palabra de la idea que le estaba dando Amber. Pero esta no le decía por qué quería terminar el trato de matrimonio que tenía con Jason. Le resultaba sospecho esa decisión tan repentina.—¿Por qué…?—Ya te dije que no tienes que saber el porqué. Alégrate porque estarás libre. —Amber interrumpió su pregunta. La joven solo quería que ac
Jason estaba en una reunión con el sindicato de las Cobras Negras, cuando recibió varias llamadas de Bruce Marston. Sin embargo, tuvo que apagar el teléfono, aquella reunión era muy importante, se hacía cada mes, pero se tomaban importantes decisiones para el Sindicato.—Belanger quiere abrir otro restaurante, cerca del centro de la ciudad —informó uno de los soldados del sindicato.—¿Y el problema? —inquirió Jason—, se le cobra el impuesto como a los demás.—Hace dos días que tenía que traer nuestros honorarios, sin embargo, no lo ha hecho —respondió el mismo hombre.Él solo culpó a los encargados de recordarle el pago. Belanger recibía protección de Las Cobras, solo por el pago que les daba cada mes. Que no lo hiciera era una falta grave al Sindicato. Si iba a abrir otro restaurante, era porque tenía dinero, o eso pensaban ellos.—¿Qué hacemos con él?, ¿matarlo? —preguntó el soldado.—Una visita a su casa o su nuevo negocio, le preguntan los motivos del retraso y recuérdenle porque
Durante todo el camino hacia la casa de Jason, Camille reflexionó sobre lo ocurrido en la casa de la familia Thrasher, el pedido sin sentido de Amber y la relación que tenía con Jason. Pero no llegaba a ninguna conclusión. Si pedía el divorcio, con su bajo perfil, sería fácil alejarse de aquella locura en la que vivían las personas que tenía alrededor. Sin embargo, eso la alejaría de Jason, no llegaría a saber si su relación podría funcionar. Entrando por la verja de entrada, se le ocurrió una hacer una cena que fuera solo para ellos dos. Quizás en ese momento, se atrevería a preguntarle que sentía por ella. Nada más llegar dentro de la casa, fue a la cocina para informar sus intenciones a la empleada que se encargaba de cocinar para ellos cada día.—Si usted quiere, puedo decirle los platos favoritos del señor Norwood. Puedo ayudar si lo desea —propuso Isela.—Excelente, Isela, sería de mucha ayuda. —exclamó ella—, prepararé un platillo de los favoritos de él y el resto mi especiali
En el trabajo, Camille lo pasó mal, no solo estaba herida por ver a Jason con otra mujer, el supervisor no la dejó descansar ni un instante. El hombre era odioso y ese día lo estuvo al doble. Cuando el horario de trabajo terminó, casi salió corriendo de la empresa. El autobús estaba llegando a la parada cuando recibió una llamada de su madre.—Mamá, ya voy de camino al hospital —le informó para que no se preocupara y colgó el dispositivo.No obstante, la que se preocupó fue ella cuando al bajar del ómnibus tenía unas cuantas llamadas perdidas de su progenitora. Salió corriendo, lo que estuviera sucediendo, quería saberlo estando frente a ella, no quería recibir ninguna noticia por teléfono. El nerviosismo que sentía le provocaron náuseas, temía que algo estuviera sucedido con su hijo.Cuando Evaline se acercó a ella casi llorando, pensó lo peor.—Darrin, ¿qué pasa con él?—Los médicos lo sacaron para hacerle unos estudios, pero pasó más de una hora y no lo traen de vuelta. Pregunto y