—Eres Amber Thrasher —dijo Camille sin dejar de mirarla.—La misma —dijo Amber con una sonrisa—, no te tomó tanto tiempo adivinarlo, te felicito.Camille se regañó, no había hecho la relación entre Amber Thrasher y la mujer que quería hacer un trato en un lugar nada profesional para uno.—¿Te divertiste mientras me engañabas?—Mucho, es que era muy ingenua. —se burló Amber—, fea e ingenua, nada bueno se puede rescatar de ti.—Al menos no soy una víbora como tú y como tu madre —el insulto salió de los labios de Camille sin pensarlo, esas mujeres la tenían harta.Amber siguió con las burlas, quería humillar tanto a Camille, que lograría que se fuera y no seguiría molestando en su casa.Las burlas para Camille no eran nada. No sabía por qué lo hacía, pero imaginaba que lo hacía simplemente porque era mala, igual que la madre. Se cuadró y miró a Marcia, la mujer se reía de las cosas que su hija le decía. Se reía con deleite, celebrando cada burla.—No me importa lo que ella diga, no me ir
Camille inclinó la cabeza mientras se mordía los labios. Seguía sin entender el motivo de aquel divorcio.—¿Por qué quieres divorciarte?—No tengo que darte explicaciones. Cumple con lo que acabo de pedirte, y tendrás tu dinero —respondió Amber.—Es ridículo lo que me pides. Se casaron por algo. Me contrataron porque este matrimonio era inevitable, ¿por qué te quieres divorciar?Amber se encogió de hombros y le respondió que no le importaba por qué quería hacerlo. Camille solo tenía que pedirle el divorcio a Jason en su nombre.—Es fácil, le dice: Jason, yo, Amber Thrasher, no quiero seguir casada contigo. Te exijo me des el divorcio.Camille escuchó cada palabra de la idea que le estaba dando Amber. Pero esta no le decía por qué quería terminar el trato de matrimonio que tenía con Jason. Le resultaba sospecho esa decisión tan repentina.—¿Por qué…?—Ya te dije que no tienes que saber el porqué. Alégrate porque estarás libre. —Amber interrumpió su pregunta. La joven solo quería que ac
Jason estaba en una reunión con el sindicato de las Cobras Negras, cuando recibió varias llamadas de Bruce Marston. Sin embargo, tuvo que apagar el teléfono, aquella reunión era muy importante, se hacía cada mes, pero se tomaban importantes decisiones para el Sindicato.—Belanger quiere abrir otro restaurante, cerca del centro de la ciudad —informó uno de los soldados del sindicato.—¿Y el problema? —inquirió Jason—, se le cobra el impuesto como a los demás.—Hace dos días que tenía que traer nuestros honorarios, sin embargo, no lo ha hecho —respondió el mismo hombre.Él solo culpó a los encargados de recordarle el pago. Belanger recibía protección de Las Cobras, solo por el pago que les daba cada mes. Que no lo hiciera era una falta grave al Sindicato. Si iba a abrir otro restaurante, era porque tenía dinero, o eso pensaban ellos.—¿Qué hacemos con él?, ¿matarlo? —preguntó el soldado.—Una visita a su casa o su nuevo negocio, le preguntan los motivos del retraso y recuérdenle porque
Durante todo el camino hacia la casa de Jason, Camille reflexionó sobre lo ocurrido en la casa de la familia Thrasher, el pedido sin sentido de Amber y la relación que tenía con Jason. Pero no llegaba a ninguna conclusión. Si pedía el divorcio, con su bajo perfil, sería fácil alejarse de aquella locura en la que vivían las personas que tenía alrededor. Sin embargo, eso la alejaría de Jason, no llegaría a saber si su relación podría funcionar. Entrando por la verja de entrada, se le ocurrió una hacer una cena que fuera solo para ellos dos. Quizás en ese momento, se atrevería a preguntarle que sentía por ella. Nada más llegar dentro de la casa, fue a la cocina para informar sus intenciones a la empleada que se encargaba de cocinar para ellos cada día.—Si usted quiere, puedo decirle los platos favoritos del señor Norwood. Puedo ayudar si lo desea —propuso Isela.—Excelente, Isela, sería de mucha ayuda. —exclamó ella—, prepararé un platillo de los favoritos de él y el resto mi especiali
En el trabajo, Camille lo pasó mal, no solo estaba herida por ver a Jason con otra mujer, el supervisor no la dejó descansar ni un instante. El hombre era odioso y ese día lo estuvo al doble. Cuando el horario de trabajo terminó, casi salió corriendo de la empresa. El autobús estaba llegando a la parada cuando recibió una llamada de su madre.—Mamá, ya voy de camino al hospital —le informó para que no se preocupara y colgó el dispositivo.No obstante, la que se preocupó fue ella cuando al bajar del ómnibus tenía unas cuantas llamadas perdidas de su progenitora. Salió corriendo, lo que estuviera sucediendo, quería saberlo estando frente a ella, no quería recibir ninguna noticia por teléfono. El nerviosismo que sentía le provocaron náuseas, temía que algo estuviera sucedido con su hijo.Cuando Evaline se acercó a ella casi llorando, pensó lo peor.—Darrin, ¿qué pasa con él?—Los médicos lo sacaron para hacerle unos estudios, pero pasó más de una hora y no lo traen de vuelta. Pregunto y
Mientras Camille exigía conocer el paradero de su hijo. Evaline llegó a su casa como un alma en pena. No sabía si llamar a su hija, llamar a la policía o contarle todo a su esposo e hijos. Quería hacer cualquier cosa por ella, pero a la vez tenía miedo de perjudicarla con sus acciones. Ya había metido la pata al aconsejarle que aceptara la propuesta de matrimonio.—¿Cami se quedó con Darrin? —la pregunta de su esposo la hizo saltar en el lugar, no esperaba que estuviera en la casa.—¿Qué sucede, Evie? —preguntó Logan cuando no obtuvo respuesta de su esposa.Evaline no encontraba las palabras para explicarle la situación. No le había dicho las circunstancias de las ausencias prolongadas de su hija. La versión que Logan tenía, era que Camille estaba trabajando fuera de la ciudad, y las veces que iba al hospital, era porque su jefe era un buen samaritano que estaba conmovido por la enfermedad del niño. Logan seguía ahorrando para la operación de Darrin, preocupado por las horas que su hi
Evaline se puso de pie, no se quedaría en casa esperando.Sin embargo, cuando llegaron al centro de la ciudad, no sabían hacia dónde dirigirse. Tenían nombres, pero si eran poderosos como imaginaban, nadie les diría una palabra.—Algo tenemos que averiguar. ¿Quizás en el hospital? —preguntó Logan con esperanza.—¿Qué dijo el médico que atiende a Darrin?—Que ya no es su paciente. Él no sabe nada —respondió Evaline.Una llamada de uno de los hijos de la pareja, interrumpió la conversación. Y aunque no sabían si era bueno o no seguir involucrando miembros de la familia, le contaron lo que estaba sucediendo.—No puedes ir solo a su casa, papá —dijo Trevor cuando escuchó el nombre de la persona con la cual su hermana estaba viviendo.—¿Quieres que deje a tu hermana sola con ese tipo? —inquirió Logan indignado.—No saldrás vivo de allí. Quizás Cami tampoco —respondió Trevor—, regresen a la casa. Allí nos encontraremos y haremos plan mejor.—¿Cómo sabes lo peligroso que es? Solo te he dicho
En otras circunstancias, Camille hubiese estado encantada de devolver el beso que él le daba con tanta furia. Sin embargo, no era así como lo imaginó. Él imponiéndose sobre ella, la estaba superando. Intentó mover los brazos para empujarlo con sus manos, pero cuando estaba casi libre, Jason la tomó con sus manos y le puso los brazos por encima de la cabeza, la retuvo con una mano mientras con la otra le apretaba la barbilla para que no siguiera moviendo la cabeza de un lado al otro.—Abre la boca para mí —ordenó él cuando ella apretó los labios.—No —respondió ella, pero fue un error, Jason aprovechó e introdujo la lengua entre sus labios.—No quiero tus besos —dijo ella de forma ininteligible por tener la boca ocupada.Él seguía enojado, quería darle una lección, pero parecía que ella no la captaba.Ella comenzó a mover el cuerpo queriendo salir de debajo de él. Sin embargo, ese acto solo hizo que ella se frotara contra el cuerpo de Jason, que, excitado por el roce, comenzó a dejarl