Sebastián ha dejado a alguien a cargo en el mostrador y ahora está sentado frente a mí, en una mesa apartada. Mantiene las manos unidas sobre la mesa mientras me observa con evidente nerviosismo. Yo, por mi parte, intento disimular el mío. Tratar con personas del mismo círculo familiar ha sido más fácil gracias a Iris, pero esta vez ella no está aquí para darme pistas sobre él.—Es una pena que no te acuerdes de mí —dice de pronto—. He cambiado mucho, ¿verdad?Se ríe con timidez mientras se frota la nuca.—Sí, bastante —respondo con una sonrisa, intentando manejar bien la situación—. Hace mucho que no nos veíamos.Trago saliva, pero él no parece sospechar nada ni me mira raro. Es un alivio.—Oye, me apena pedirte esto, pero... —finalmente me mira a los ojos—. ¿Podrías darme un autógrafo?Casi me atraganto con mi latte. Me limpio los labios con una servilleta mientras él se pone rojo.—Es que mi hermana pequeña es tu fan —aclara enseguida—. Nunca me creyó cuando le dije que estuvimos e
Cuando termina de hablar, contándome todo, me quedo mirándolo sin saber qué decir ni cómo reaccionar. Conocer más sobre la vida de Cole y Zara solo aumenta mi culpa, aunque, en realidad, no tenga nada que ver con ello. Estoy atrapada en una vida que no es mía, deseando a alguien a quien Zara jamás habría amado.—¿Estás bien? —Sebastián mueve una mano frente a mis ojos, sacándome de mi ensimismamiento—. Lamento hablarte de esto ahora. Debes estar desconcertada.—No, está bien —murmuro con incomodidad—. Simplemente… no lo entiendo.Claro que lo entiendo, pero no quiero saber más. La situación me abruma. Quisiera salir de todo esto, contar mi verdad y que alguien me creyera. Quisiera que Cole y los demás despertaran de ese control mental. Quisiera ser libre, vivir mi propia vida sin remordimientos. ¿Por qué es tan difícil?Saber cuánto amaba Cole a Zara me hace sentir egoísta y mezquina, porque sé que él no actúa por voluntad propia. Pero también me ha herido con sus palabras y acciones,
POV: Cole HarringtonApenas salgo del baño, noto su ausencia. ¿Se ha ido? Su armario está entreabierto, y la ropa que llevaba antes yace sobre la cama, dejando claro que se ha marchado. Es evidente que no soporta mi presencia. Al principio pensé que solo fingía para llamar mi atención, pero con el tiempo entendí que algo en Zara había cambiado. Nadie se transforma de la noche a la mañana sin razón, y menos cuando, antes de la boda, parecía empeñada en mantenerme atrapado a su lado con tanto fervor.Sí, todo cambió desde ese día. El día de nuestra boda. ¿Pero por qué? ¿Viene, pone mi vida de cabeza y luego me desecha? ¿Así es como juega esa mald¡ta mujer?No debería importarme, pero lo hace. Por culpa de su capricho, he enfrentado más dificultades de las que puedo contar. No solo mi reputación está por los suelos, también la de mi familia. Y ahora, como si no fuera suficiente, han querido arrastrar a Felicity en el proceso. Todo esto es su culpa.Me termino de cambiar para volver con
De camino a esa dichosa clínica, no puedo evitar sentirme realmente mal. Aprieto el volante con fuerza, conteniendo la rabia y el remordimiento. No sé qué me pasó en ese momento. ¿Por qué lo hice? No quería pegarle, pero me salí de control. Ahora la culpa no deja de atormentarme. Me arrepiento tanto de haberlo hecho.Unos minutos después, me bajo del auto y entro en la clínica donde, supuestamente, Zara hizo los análisis. Vi en sus ojos dolor y determinación al mismo tiempo, lo que me hizo pensar que no estaba mintiendo. Pero estoy aquí para comprobarlo. No puedo confiar en ella a ciegas, ni siquiera debería permitirme dudar. Sin embargo, una parte de mí quiere creer que está diciendo la verdad.—Necesito ver al doctor Lemarchand —le digo a la recepcionista, sin saludos ni rodeos—. ¿Dónde puedo encontrarlo?—¿Tiene una cita con él? —pregunta, observándome con una expresión tranquila.—No, estoy aquí por una consulta urgente y privada —respondo tajante—. Es importante, por favor.Ella
POV: Zara Caldwell El pinchazo de dolor me sacude y aprieto los dientes. Me reviso la boca y noto que la mejilla interna tiene una abertura; cualquier cosa que toque la zona hace que arda horriblemente.La hinchazón apenas ha bajado, pero el enrojecimiento de la piel sigue viéndose mal. No puedo salir así, es demasiado notorio. Y no es solo el moretón rojo, sino el morado que aparecerá mañana.No me he levantado de la cama desde que Cole se fue. Lloré mucho, por rabia e impotencia. No quiero seguir con esto. No es mi responsabilidad lo que pase con esta gente, con Cole o con Felicity. ¿Por qué debería importarme? Zara está muerta, y yo simplemente podría largarme.La última gota que derramó el vaso fue que Cole me golpeara. Eso nunca se lo voy a perdonar, y me da igual si está bajo ese maldito embrujo. La lástima y la empatía que sentía se esfumaron por completo.Un mensaje ilumina la pantalla de mi celular. No quiero hablar con nadie. Todo ahora está ardiendo por el escándalo con Fe
~Narrador omnisciente~ —¿Qué pasó? —pregunta aquella voz suave y serena, aunque bajo su calma se esconde una amenaza evidente—. ¿Cómo fue que cometiste un error?Nora permanece detrás de ella, observándola de espaldas. La mujer mira por el ventanal de su lujosa residencia, con una mano descansando sobre su vientre. Envuelta en un vestido crema, parece un ángel caído del cielo… pero Nora, más que nadie, conoce al demonio que se oculta tras esa fachada.—Fue culpa de esa sirvienta torpe —responde Nora con fastidio—. Todo marchaba a la perfección, mi actuación era impecable… hasta que ese descuido lo arruinó todo. Nos descubrieron.—¿Y cómo terminó Cole involucrado en esto?—Fue esa mujer —masculla Nora, con los ojos enturbiados de rencor—. Vió a la sirvienta echarle la sustancia al té y mandó a hacerle pruebas. Luego se las mostró al señor Cole. No tuvo más opción que intervenir. Pero tranquila, no te mencioné. Asumí toda la responsabilidad.—Como debe ser. Y lo sabes —Felicity se gira
POV: Zara Caldwell Nora y la sirvienta ya han sido despedidas y se han largado, pero por alguna razón no me siento satisfecha. Fue un castigo demasiado leve para quienes me envenenaron durante tanto tiempo con esa sustancia, quién sabe desde cuándo. Sin embargo, sé que Cole no moverá un dedo más. Para él, nada importa más que Felicity. Esa ridícula muestra de justicia hacia mí no significa absolutamente nada.Intentó hablar conmigo después de echarlas, pero no se lo permití. Estaba segura de que sólo recibiría una disculpa vacía, palabras huecas nacidas de una culpa momentánea. ¿Y para qué? Si sigue siendo el mismo, sigue bajo el embrujo de esa mujer. Después de sentirse en paz por haber hecho “lo correcto”, volverá a tratarme como basura… incluso me golpeará, presa de otro de sus estallidos. No, nunca esperé nada de Cole Harrington. Y mucho menos ahora.Termino de cambiarme frente al espejo. Llevo un vestido elegante, negro como la noche. Me pongo un abrigo por el frío, unos tacones
POV: Evander BlackwoodDejo un beso suave en su hombro desnudo antes de atraerla hacia mi pecho. Zara sigue en silencio desde hace un buen rato, desde que terminamos la primera ronda. Es extraño en ella. Me da la espalda, y no puedo ver su rostro. ¿Se arrepiente de estar conmigo? ¿Recuperó sus recuerdos? Mil pensamientos cruzan por mi cabeza, cada uno peor que el anterior.—Zara —entierro el rostro en su cabello, temeroso de que esto que apenas empieza termine antes siquiera de tomar forma—. ¿Estás bien?Ahora que lo pienso, cuando hablamos por teléfono sonaba distinta. Sabía que algo no andaba bien. Pero cuando apareció en mi puerta, cuando la tuve frente a mí de nuevo, como si la vida misma confirmara que esto era real, no pude contenerme y le di rienda suelta a todo lo que sentía.Zara se remueve bajo las sábanas de algodón. Gira en mis brazos hasta quedar frente a mí. Sus ojos están apagados, sin brillo, y luce agotada. Hay algo en su rostro que no encaja, pero no logro descifrar