Me he pasado todo el día en mi habitación sin hacer nada. No puedo salir con esta cojera ni caminar libremente por la casa sin quejarme cada vez que apoyo el pie en el suelo.Espero con ansias la noticia sobre Felicity. Iris debe de estar esforzándose por dejarla en la peor posición posible frente a los medios.Me levanto de la cama después de haber visto algunos videos sobre pasarelas. Aunque no puedo practicar debido a mi condición, al menos puedo observar cómo se hace. Si tan solo tuviera la memoria de Zara... Pero no gracias, seguro había demasiadas cosas horribles en su cabeza antes de desaparecer.Bajo las escaleras con cuidado, sosteniéndome del barandal y saltando en un pie. Al llegar abajo, la inmensidad de esta casa me envuelve con una sensación de soledad. Alguna vez soñé con esto: lujo, riqueza, tenerlo todo. Pero nunca imaginé que se sentiría tan opresivo y melancólico.Cojeo hasta la puerta de la cocina y me detengo al ver a una sirvienta sacar un frasco del interior de
Cuando llego a la mansión ya es de noche, y todo es un caos. Mi suegra grita por teléfono, Nadia también, y mi suegro no se queda atrás. Están alterados, hablando todos al mismo tiempo, y no entiendo nada. Tampoco tengo ganas de lidiar con ellos, mucho menos después de descubrir lo que están tramando para impedir que le dé un hijo a Cole.—¡Tú! —apenas cruzo la puerta, todos giran hacia mí como si hubieran estado esperando mi llegada—. ¡Esto es culpa tuya, ¿verdad?! ¡Nadie más podría haber hecho algo así!—¿De qué me acusan ahora? —pregunto agotada, apoyándome en las muletas mientras entro. —¿No se cansan de arruinarme la vida?—¡Estás detrás de este escándalo, deja de hacerte la inocente! —me espeta mi suegra, con el rostro encendido de furia mientras cuelga la llamada—. ¿Cómo demonios se enteraron los medios de la salida de Felicity de esta casa? ¡Era un asunto privado!Ah, claro. Ahora lo entiendo. Iris ya debió de haber actuado. He pasado el día fuera, tratando de procesar lo mise
Es demasiado fuerte para resistirme. Su cuerpo pesado me aplasta, y sus manos sujetan mis muñecas con tanta fuerza que el dolor comienza a punzar. Cole no parece razonar. Sus ojos oscuros, dilatados, me observan como si no me reconociera.Su respiración agitada choca contra mi rostro, impregnada del olor acre a alcohol que me marea.—Cole —lo llamo, intentando captar su atención—. Bájate de encima. Pesas mucho.—¿Tienes algo que ver con ese artículo? —su voz suena rasposa y cargada de desconfianza.—No —miento, manteniendo la calma a pesar del temblor en mi interior—. Tus padres y tu hermana me culpan, pero yo no hice nada. Lo juro.Entrecierra los ojos, dudando, pero no veo rabia en ellos. Es como si no estuviera realmente presente, como si su cuerpo actuara por instinto, sin emociones que lo guíen.De repente, su rostro se acerca peligrosamente al mío. El pánico me sacude. Está a punto de besarme, pero giro la cara, esquivándolo.—No hagas esto —mi voz tiembla, pero suena firme—. No
°°°Hoy es el día de la fiesta, y los nervios me están devorando. Me encontraré con Evander en su mansión. Desde que vi aquella noticia sobre él y su prometida en las redes, me prometí a mí misma que dejaría de jugar con fuego. Comprendí que era una batalla perdida. Hay razones por las que va a casarse y por las que se muestra cariñoso con ella en público.Aun así, mis piernas no dejan de temblar al pensar que nos veremos cara a cara tras aquel beso en su oficina. Ese recuerdo sigue grabado en mi mente. He decidido guardar ese momento como algo valioso, aunque duela.—Pase —ordeno al escuchar los golpes en la puerta. Ya sé quién es.Nora entra con el mismo té de siempre. Estos días ni siquiera se ha molestado en disimular. Me trae la misma bebida una y otra vez, convencida de que la consumo, pero en realidad la vierto en el lavabo del baño. No ha hecho nada sospechoso aparte de eso. Actúa amable y servicial, siempre atenta a lo que necesito. Pero sé que lo hace para mantenerse cerca e
POV: Cole Harrington Esta noche no está saliendo como esperaba. Los invitados siguen llegando, trayendo saludos, regalos y buenos deseos. Felicity parece radiante, disfrutando de la atención como una niña con un juguete nuevo. Debería sentirme satisfecho al verla feliz, pero no puedo ignorar los susurros a sus espaldas. Esos mismos rostros sonrientes que la felicitan ahora, murmuran apenas se dan la vuelta.Mis padres y Nadia están ocupados recibiendo a las personas importantes que ellos mismos se encargaron de invitar. No es por Felicity, y lo sé bien. No les importa ella ni la celebración. Solo quieren asegurarse de que nuestra familia siga siendo el centro de conversación en los círculos sociales. Me siento ridículo. Nuestra presencia aquí solo alimenta los chismes.Pensé en no venir después de que aquel artículo salió a la luz, pero mis padres no dejaron de insistir. Al final, no tuve opción.—Cariño, vamos a tomarnos unas fotos —me pide Felicity con entusiasmo. Su vestido rosa,
POV: Zara CaldwellNo puedo respirar. Evander no me deja. Tiene sus labios anclados a los míos, como si fueran parte de mí misma. Su lengua exigente está enredada con la mía, allanando el interior de mi boca, acariciando esas paredes carnosas. Su respiración caliente contra mi piel es fuego viviente. Me siento mareada por esta pasión tan desmedida, pero cuando siento que esto está mal, y que estamos en un lugar lleno de gente donde cualquiera podría vernos, lo aparto con las débiles fuerzas que tengo. Nuestros labios se separan con un chasquido húmedo.—¿Qué fue eso? —pregunto con las mejillas ardientes y la respiración hecha un desastre.Evander sigue cerca de mí, respirando con la misma dificultad. Ambos tenemos los labios ligeramente hinchados por la intensidad del beso.—Lo que no pudimos concretar la última vez —responde sereno, sus ojos mirándome con hambre.—Sabes que esto no puede ser —murmuro, apartando mis ojos de él y observando nuestro alrededor—. Alguien puede vernos. Eso
Siento que me mareo, como si viera estrellas. Quiero apartar a Evander y decirle que esto está mal, pero no encuentro la fuerza para hacerlo. Sus labios recorren mi cuello y sus manos exploran mi cintura, dejándome sin aliento. Me aferro a la poca cordura que me queda, pero es inútil.Vuelve a besarme, hambriento, y su cuerpo firme se presiona contra el mío. Mis brazos rodean su cuello por inercia y me dejo llevar, aunque sea solo por un instante. Lo deseo tanto que me asusta. Soy una mujer casada, pero ¿qué más da? Si Cole se acuesta con su amante y ahora van a tener una hija, ¿por qué yo no puedo estar con alguien que de verdad me hace sentir viva?«Porque no es mío», me grita la conciencia.Ese pensamiento enfría mi deseo y deja en su lugar una culpa pesada, sofocante. Evander no está siendo sincero conmigo, porque está loco por Zara. Cuando descubra la verdad, que no soy ella, ¿cómo me verá? ¿Se sentirá engañado? ¿Me odiará?De repente, él se detiene. Su peso se aligera y el cuart
Escucho pasos y voces. El resplandor del sol me golpea la cara, y me remuevo con fastidio. Me doy la vuelta, queriendo dormir un poco más, pero entonces siento la piel suave y desnuda de alguien más a mi lado.Abro los ojos de golpe y me encuentro con el rostro relajado de Evander sobre la almohada. Tiene los ojos cerrados y duerme plácidamente mientras me abraza.El sueño se me esfuma como si me hubieran dado una bofetada. Los recuerdos de anoche regresan uno tras otro: fue intenso, salvaje, lleno de besos voraces, caricias, gemidos y sudor. Solo de recordarlo, la cara se me pone roja como un tomate pasado.Pero también recuerdo la fiesta. A Iris. Y el hecho de que desperté en una cama que no es la mía, con un hombre que no es mi esposo. ¿Qué demonios?Intento levantarme y buscar mi ropa. Necesito regresar. Iris seguramente me estará buscando, y Dios... no dormí en casa. Ya deben de estar inventando chismes sobre mí.—¿A dónde vas? —Evander me rodea la cintura cuando intento escapar—