POV: Cole Harrington Cuando despierto, lo primero que veo es el techo de mi habitación y los rostros preocupados de mis padres. Frunzo el ceño y me incorporo en la cama, aturdido, mientras miro a mi alrededor.—¿Estás bien, hijo? —pregunta papá, apoyando una mano en mi hombro—. Te has desmayado.—¿Te has excedido con el trabajo? Te ves pálido y agotado —comenta mamá, acariciando mi mejilla—. ¿Has estado muy estresado? Nos preocupamos mucho.—¿Dónde me desmayé? —pregunto, desorientado. Mi cabeza da vueltas y aún me duele—. No recuerdo mucho.—Después de la cena, cuando tu abuelo se fue —explica papá—. Zara, Natalia y su amiga ya habían subido, y de repente quisiste ir tras ellas, pero… te desplomaste.Me froto la cara y revuelvo mi cabello, intentando aclarar mi mente. Sí, recuerdo la cena… Mi abuelo me estaba regañando sobre Zara. Habló de…—¡Hermano! —la voz chillona de Nadia irrumpe en la habitación—. ¿Estás bien? ¿Qué te pasó de repente?—No fue nada, creo que solo estaba muy cans
POV: Zara Caldwell La somnolencia se disipa de golpe cuando la notificación de un mensaje ilumina la pantalla de mi teléfono. Abro los ojos de par en par y me incorporo de un salto, solo para soltar un quejido al apoyar el pie en el suelo. El dolor en mi tobillo me recuerda que aún no está del todo bien.«Evander (jefe)» aparece en el contacto.Me llevo una mano a la boca para ahogar un chillido nervioso. Había logrado apartar de mi mente el beso en su oficina, y ahora él se encarga de traerlo de vuelta. No es justo para mi pobre corazón.Respiro hondo antes de atreverme a leer el mensaje.«Hola, ¿cómo va tu tobillo?»Un escalofrío me recorre hasta la médula. Pataleo en el aire y me dejo caer de espaldas en la cama, presionando el teléfono contra mi pecho. Esto no es normal. Que mi corazón se desboque de esta manera solo puede ser síntoma de algún problema cardíaco.Tomo aire, cierro y abro los ojos varias veces antes de escribir una respuesta.«Buenos días, jefe. Mucho mejor.»Lo en
Todos en la mesa tienen cara de trueno. Nadie me dice nada ni me insulta, pero en sus rostros se refleja el odio absoluto que ahora sienten hacia mí por lo que hizo el abuelo.Lo que más me desconcierta es Cole. Está desayunando frente a mí con total normalidad, usando su habitual máscara de frialdad. Distante, imperturbable. Cuando me mira, es lo mismo. Su expresión es la de alguien que me odia por todo lo que está ocurriendo. ¿No se había desmayado dos veces ayer? ¿Qué le hizo Felicity para volver a tenerlo en su mano?Ella, en cambio, pese a que hoy debería largarse de aquí, está tranquila. ¿Por qué? No siento la satisfacción que imaginé si se iba.Natalia y yo, las únicas cuerdas en la mesa, intercambiamos miradas discretas. Aún no sabe lo que le pasó a su primo anoche, ya que estaba con nosotras cuando ocurrió, pero debe sospechar que esta gente, que actúa como si estuviera en trance, vuelve a estar manipulada.—Oh, chicas —Felicity nos habla de pronto, con una sonrisa angelical—
Me he pasado todo el día en mi habitación sin hacer nada. No puedo salir con esta cojera ni caminar libremente por la casa sin quejarme cada vez que apoyo el pie en el suelo.Espero con ansias la noticia sobre Felicity. Iris debe de estar esforzándose por dejarla en la peor posición posible frente a los medios.Me levanto de la cama después de haber visto algunos videos sobre pasarelas. Aunque no puedo practicar debido a mi condición, al menos puedo observar cómo se hace. Si tan solo tuviera la memoria de Zara... Pero no gracias, seguro había demasiadas cosas horribles en su cabeza antes de desaparecer.Bajo las escaleras con cuidado, sosteniéndome del barandal y saltando en un pie. Al llegar abajo, la inmensidad de esta casa me envuelve con una sensación de soledad. Alguna vez soñé con esto: lujo, riqueza, tenerlo todo. Pero nunca imaginé que se sentiría tan opresivo y melancólico.Cojeo hasta la puerta de la cocina y me detengo al ver a una sirvienta sacar un frasco del interior de
Cuando llego a la mansión ya es de noche, y todo es un caos. Mi suegra grita por teléfono, Nadia también, y mi suegro no se queda atrás. Están alterados, hablando todos al mismo tiempo, y no entiendo nada. Tampoco tengo ganas de lidiar con ellos, mucho menos después de descubrir lo que están tramando para impedir que le dé un hijo a Cole.—¡Tú! —apenas cruzo la puerta, todos giran hacia mí como si hubieran estado esperando mi llegada—. ¡Esto es culpa tuya, ¿verdad?! ¡Nadie más podría haber hecho algo así!—¿De qué me acusan ahora? —pregunto agotada, apoyándome en las muletas mientras entro. —¿No se cansan de arruinarme la vida?—¡Estás detrás de este escándalo, deja de hacerte la inocente! —me espeta mi suegra, con el rostro encendido de furia mientras cuelga la llamada—. ¿Cómo demonios se enteraron los medios de la salida de Felicity de esta casa? ¡Era un asunto privado!Ah, claro. Ahora lo entiendo. Iris ya debió de haber actuado. He pasado el día fuera, tratando de procesar lo mise
Es demasiado fuerte para resistirme. Su cuerpo pesado me aplasta, y sus manos sujetan mis muñecas con tanta fuerza que el dolor comienza a punzar. Cole no parece razonar. Sus ojos oscuros, dilatados, me observan como si no me reconociera.Su respiración agitada choca contra mi rostro, impregnada del olor acre a alcohol que me marea.—Cole —lo llamo, intentando captar su atención—. Bájate de encima. Pesas mucho.—¿Tienes algo que ver con ese artículo? —su voz suena rasposa y cargada de desconfianza.—No —miento, manteniendo la calma a pesar del temblor en mi interior—. Tus padres y tu hermana me culpan, pero yo no hice nada. Lo juro.Entrecierra los ojos, dudando, pero no veo rabia en ellos. Es como si no estuviera realmente presente, como si su cuerpo actuara por instinto, sin emociones que lo guíen.De repente, su rostro se acerca peligrosamente al mío. El pánico me sacude. Está a punto de besarme, pero giro la cara, esquivándolo.—No hagas esto —mi voz tiembla, pero suena firme—. No
°°°Hoy es el día de la fiesta, y los nervios me están devorando. Me encontraré con Evander en su mansión. Desde que vi aquella noticia sobre él y su prometida en las redes, me prometí a mí misma que dejaría de jugar con fuego. Comprendí que era una batalla perdida. Hay razones por las que va a casarse y por las que se muestra cariñoso con ella en público.Aun así, mis piernas no dejan de temblar al pensar que nos veremos cara a cara tras aquel beso en su oficina. Ese recuerdo sigue grabado en mi mente. He decidido guardar ese momento como algo valioso, aunque duela.—Pase —ordeno al escuchar los golpes en la puerta. Ya sé quién es.Nora entra con el mismo té de siempre. Estos días ni siquiera se ha molestado en disimular. Me trae la misma bebida una y otra vez, convencida de que la consumo, pero en realidad la vierto en el lavabo del baño. No ha hecho nada sospechoso aparte de eso. Actúa amable y servicial, siempre atenta a lo que necesito. Pero sé que lo hace para mantenerse cerca e
POV: Cole Harrington Esta noche no está saliendo como esperaba. Los invitados siguen llegando, trayendo saludos, regalos y buenos deseos. Felicity parece radiante, disfrutando de la atención como una niña con un juguete nuevo. Debería sentirme satisfecho al verla feliz, pero no puedo ignorar los susurros a sus espaldas. Esos mismos rostros sonrientes que la felicitan ahora, murmuran apenas se dan la vuelta.Mis padres y Nadia están ocupados recibiendo a las personas importantes que ellos mismos se encargaron de invitar. No es por Felicity, y lo sé bien. No les importa ella ni la celebración. Solo quieren asegurarse de que nuestra familia siga siendo el centro de conversación en los círculos sociales. Me siento ridículo. Nuestra presencia aquí solo alimenta los chismes.Pensé en no venir después de que aquel artículo salió a la luz, pero mis padres no dejaron de insistir. Al final, no tuve opción.—Cariño, vamos a tomarnos unas fotos —me pide Felicity con entusiasmo. Su vestido rosa,