—Bueno textualmente dijo “Dile que el destino de sus padres está en sus manos… que si ella no viene… será la culpable de que Molly y Leonard estén como vegetales de por vida…” —La rubia se tapó los oídos y no quiso oír más. Esa frase había caído en su mente como un hachazo y le había destrozado el cerebro. Se levantó rápidamente y se metió en su cuarto.— Por eso no quería que Eleanor estuviera aquí y se enterara de las cosas… — siguió Emerson — Es mejor dejarlo como está. Ella nunca irá, y no quiero exponerla a la furia de Carlisle.—¿Tan cambiado está?—Si no supiera que él es Carlisle, no lo habría reconocido…si hubieras visto sus ojos Farrah… te congelaban los huesos… no tiene sentimientos… está vacío por dentro.—No lo creo… sólo está dolido… Si Eleanor fuera…—¿Crees que odiándolo como lo odia irá? ¿Y Crees por alguna razón que Carlisle la tratará como antes? — río amargamente Emerson.Su novia no contesto. Ella sabía perfectamente de los sentimientos que Carlisle tenía por su
Tres horas estuvo sentada en la sala de espera…miraba el gran reloj que colgaba de la pared insistentemente. El no daba señales de atenderla. Ya varias veces había molestado a la secretaria, para preguntarle cuando iba a poder verlo. La mujer sólo se limitaba a decir que Carlisle estaba muy ocupado y que esperara. Se había leído todas las revistas que había en una mesita… Tomó al menos tres cafés. Ya estaba cansada de estar sentada y para peor tenía hambre. Miró el reloj otra vez… ya era mediodía… cuatro horas esperando, y él ni señales. “Sólo media hora más y luego te vas" Era la tercera vez que lo decía… pero se negaba a cumplirlo. Tenía que hablar con él, y quitarse ese problema lo más rápido posible.—¿Eleanor? — alguien la había conocido — ¿Eleanor Rose? — ella miró a quien le hablaba y sonrió realmente sorprendida.—¡Profesor Beckett! — dijo, y de un salto se acercó y abrazó a su antiguo profesor.—¡Te veo y no lo creo! — rió David. — ¡Estás hermosa!—No exagere profesor… — dijo
El la miraba de arriba a abajo. — ¿Qué haces Rose? ¿Sabe tu novio que estás aquí?—El no… no metas a Kalem en esto — lo miró a los ojos. — Y como si no supieras a qué vengo.—Bien… vas directo al punto… eso me gusta. — encendió un cigarrillo — ¿quieres uno?—No tengo esos vicios.—Mala suerte — el humo salió de su boca. Eleanor hizo una mueca de fastidio. — ¿No te gusta el humo? — ella negó. — te aguantas entonces… estás en mis dominios… aquí se hace lo que quiero.—Bien… dime qué quieres…—¡Wow, Rose¿Tanto te molesta mi presencia?—¿Para qué negarlo? — lo miró. — me enfermas… aún sigo pensando lo mismo de ti… así que…—¿Tienes el descaro de llegarte hasta aquí y decirme eso? ¡Mal chiquita, empezaste muy mal tu discursito!—¿Por qué no? El hecho de que me vea obligada a venir…—¡Nadie te obligó! — dijo cortante.—¡No seas tan cínico! Sabías muy bien que vendría… que haría cualquier cosa por ver a mis padres como antes…—¿Cualquier cosa? — ella se tensó. — ¿Qué tal si te pido un fin de
Eleanor Molly Rose era la típica chica inglesa. No muy alta, de cabello lacio, color rubio dorado y una piel muy blanca adornada por graciosas pecas alrededor de su pequeña nariz. Era demasiado delgada, pero, aun así, tenía una belleza especial. No era como las grandes beldades Evana Brown o su hermana Gabrielle, capaces de hacer desnucar un tipo, por sólo voltear a verlas, pero se defendía. No en vano hizo suspirar a varios chicos en la escuela. Tenía 23 años y una nada despreciable profesión, que, si bien no le daba grandes satisfacciones económicas, al menos la ayudaba para sobrevivir y ayudar en el mantenimiento de su casa. Porque, a pesar de ser una mujer independiente, todavía vivía en la casa de sus padres. Era algo más fuerte que su misma independencia, necesitaba estar ahí y recordar todas las cosas felices del pasado. Tenía un novio, desde la escuela. Quizás esto era lo más paradójico en ella. Desde los 16 años, se descubrió terriblemente enamorada del “tipo más odioso de la
Una vez mas, esa mañana escuchaba a su mentor y consejero dándole un sermón sobre porque razón era bueno para el conseguirse una esposa. Una mujer buena y dedicada que lo sacara de la miseria mental en que la que había estado sumergido durante tantos años. David en ocasiones, era demasiado molesto.—Si sólo le dieras una oportunidad. Mírate, el soltero más codiciado — él torció los ojos. — Si no quieres a Sara, dedícate a buscar una muchacha con la que puedas ser feliz — Él lo miró y luego giró su vista hacia la ventana. El día estaba espectacularmente soleado…“ser feliz… sólo ella podría hacerme feliz…” Carlisle meditaba sobre eso, realmente no le interesaba estar con nadie más, realmente nunca quiso a nadie más…solo a ella.—De todas maneras – volvió a la realidad. – no harás nada referente a la empresa — David asintió resignado. Todo lo dicho, estaba seguro que había caído en saco roto. — Te dedicarás a averiguar quién soltó el dato de mis cámaras…—Por qué estás empecinado en ave
—¿Si, pero él tardara mucho? Verás…—Eleanor – la miró – la paciencia es una virtud… sé que tus padres han estado así, por pocos años… entiendo que estés desesperada por tenerlos de vuelta. Pero si no te calmas, tendremos que ir a visitarte a ti al hospital. Terminaras volviéndote loca.—Tienes razón… – bajó la cabeza.—Mira a Neville, años tratando de hacerlo, despacio, paso a paso… y ahora ve sus frutos y se siente tan bien…—Me imagino… a él le dolía estar sin sus padres. – De pronto la puerta de calle se abrió. Todos se dieron vuelta para ver quién llegaba, pero eran varias personas. Emerson reconoció enseguida a la abuela de su amigo…. Todavía tenía ese viejo sombrero oscuro con el que se la había visto siempre, y el bolso rancio del mismo color. Ella venía tomada del brazo de un hombre algo calvo, y demacrado, el señor Frank Moore. Detrás de ellos, una mujer de cabellos blancos, Alice, abrazada a su hijo. Aquí todos abrieron los ojos. Neville no se parecía en nada al joven que c
Los Rose estaban devastados cuando llegaron a la cocina de aquella casa que una vez fue la más alegre, luego de su visita a los Moore. Eleanor era la más afectada. Parecía que un desalmado le hubiera dado con un palo en la cabeza. Estaba aturdida y no escuchaba a sus hermanos. Como un animal de costumbres, puso la tetera al fuego para tomar un té. Perdida en su mundo interior, trataba de buscar la forma de encontrar tanta cantidad de dinero, pero no podía encontrarla, no había una manera posible de reunir ese dinero en poco tiempo…ni siquiera en un año entero trabajando todos.Una mano femenina pasó por delante de su cara y la hizo volver a la realidad. Farrah, la miraba preocupada. Había visto una esperanzada Eleanor, ir a la casa de su amigo, y ahora la rubia estaba como dos metros bajo tierra, de lo decaída que se mostraba. Farrah le apoyó una mano en el hombro y le sonrió. Ella sólo la miró, no entendiendo el gesto de su amiga. Farrah, hizo una mueca parecida a una sonrisa y fue h
Sabía que no se encontraría en su casa, así que se fue directamente a su oficina. Kalem trabajaba en una empresa de bienes raíces, que tenía algunos negocios con el mundo empresarial. Cuando llegó a la recepción, una bonita secretaria, la miró y con una sonrisa en los labios, le explicó a qué piso debía ir. Era la primera vez que lo visitaba en su trabajo. No le gustaba molestarlo… Pero esa ocasión lo ameritaba. Sus hermanos se habían complotado para pedirle ayuda a ese infeliz, sin tener en cuenta el dolor y el odio que Carlisle Stone causaba en su hermana. Subió al ascensor y a los pocos minutos llegó al noveno piso. La estancia era bastante acogedora. Se acercó a una de las tantas secretarias.—Buenos días señorita — dijo Eleanor. — podría decirme cuál es la oficina del señor Kalem Green? ——Es la última de la derecha — Eleanor le agradeció y se encaminó hacia el lugar. Al llegar, otra secretaria un tanto más bonita, la miró expectante. Ella se había quedado bloqueada… Kalem le hab