—Ah… — dijo la secretaria. — el señor… Creo que dijo Emerson Rose, ha estado esperándolo más de una hora. Dice que necesita hablar con usted…
—Bien…— se acercó lentamente. Emerson distraído, no supo de la presencia de su amigo, hasta que no estuvo a más de tres metros y escuchó la voz de la secretaria. El pelirrojo se levantó de golpe y puso sus manos al costado del cuerpo. Hacía cuatro años que no se veían, y no tenía idea de cómo reaccionar ante él. ¿Qué debía hacer?… darle la mano ¿Abrazarlo? Afortunadamente para él, Carlisle fue el que habló primero.
— ¡Vaya, Vaya! ¡Si no lo veo no lo creo! — río malignamente. — ¿qué te trae por aquí… Rose? — Emerson lo miró. Ni un hola, ni un cómo estás… ese no parecía su amigo. — Me perdonarás que no te salude efusivamente… — lo miró con rabia. — Si mal no recuerdo, ustedes no me despidieron afectuosamente…
—Carlisle…
—¿A qué has venido? — dijo en una voz gélida.
—Necesito hablar contigo… es algo importante.
—Importante… ¿tu, Emerson Rose hablando de algo importante? — sonrió burlón. — ¿es algo sobre Futbol? — siguió su camino hacia la oficina. Emerson se había quedado sorprendido de ver la actitud del otro joven. Él se detuvo en la puerta y lo miró. — ¿quieres que te levante y te traiga en mis brazos? Vamos, sólo te daré diez minutos de mi tiempo. A diferencia de otros, yo tengo el día bastante ocupado —
“Bien, pensó Emerson, esto no será para nada fácil”. Y sin ninguna gana, comenzó a caminar hacia lo que imaginaba sería su tortura.
—Carlisle… — dijo una vez adentro de la amplia y confortable oficina — Sé que no nos hemos portado contigo como se merece…
—Ah… el arrepentimiento — dijo sarcásticamente. — no sé por qué me parece que no vienes precisamente a pedir perdón, ni estás arrepentido de culparme por lo que, según ustedes, les hice a sus padres — Dijo sentándose en su sillón. — Siéntate… ¿quieres algo de beber? — Emerson se negó. — ¿A qué has venido? No creo que hayas llegado hasta aquí, sólo para decirme esas tonterías… y mucho menos pensaras que voy a creérmelas. —lo miró. — ¿te casaste? —
—No… — lo miró. — Farrah y yo vivimos juntos, en la casa de mis padres.
—Los demás…
—Ferdinand y Evana tendrán un bebé. Emmanuel sigue soltero y los gemelos… no les ha ido bien en la tienda… después del accidente de papá y mamá… — Carlisle se movió incómodo.
—Y ella… ¿se casó? — Temía preguntarlo.
—No — él lo miró — Está de novia con Green… aún.
—¿Vive con él? — No podía. Era más fuerte que él, tenía que saber que era de la vida de esa rubia.
—¡Claro que no! — sonrió. — Eso tiene a Green de cabeza…
—¿A qué viniste Rose?
—Creí que para ti era Emerson…
—Creí que para ti era un amigo — le espetó con rabia. — hasta que me separaste de tu vida… tu y tus hermanos…
—Es que, no teníamos otra opción…
—¡Tu, y todos tus hermanos me acusaron sin darme la oportunidad de defenderme de algo que no tuve la culpa! — gritó. — ¡No me vengas con esa infantil excusa de la opción! ¡Déjasela para un imbécil que se la crea, yo no lo soy!
—¡Es verdad, no una excusa! Nosotros nunca creímos que tú fueras culpable de nada…
—Pero le hicieron caso a tu hermana ¿no? Es casi lo mismo…
—Tú no entiendes, tuvimos que hacerlo… Eleanor…
—Esa… — respiró entrecortado — ¡ni la nombres!
—Carlisle… entiende que mis padres estaban heridos, ella no pensó…
—¿Está arrepentida de lo que dijo? — Emerson lo negó. Se levantó de golpe. — ¿Qué quieres ¿A qué viniste? ¿Por qué me molestas ahora? — Lo miró.
—Es por mamá y papá — él se tensó. — si has leído el periódico, Neville ¿te acuerdas de él? — Carlisle asintió. — Bien, él descubrió una medicina que hará que mis padres… bueno que todo sea como antes…
—Me alegro por tus padres… — dijo indiferente, acomodando unos papeles.
—El problema es que… según Neville eso cuesta — Carlisle lo miró, y entendió. El por qué su ex amigo se estaba humillando, obligado a hacer algo que nunca quería hacer… mendigar dinero. Pero eso no esfumó las ganas que tenía de desquitarse.
—Así que tu visita es sólo por dinero… — sonrió. — Es por lo único que vendrían… ¿verdad? Sólo por el asqueroso dinero…
—Carlisle, no es eso…
—¿No es eso? — río. — Apuesto mi vida, si no es sólo por eso que estás aquí.
—Bueno en parte es verdad… Mira, yo sé que te hemos tratado mal…
—¿Cuánto dinero necesitas de mí? ¿Eso es lo que represento para ti y tu familia? ¿Unos números en oro ¡Vaya que has caído bajo “amigo”!
—Sé que estás dolido…
—¿Dolido? Ja, ja — dijo burlón. — ¡No me hagas reír! Hasta me imagino la escena: Farrah dando la idea… “Ey vamos, tenemos al idiota de Stone forrado en billetes. ¡Hagámonos los arrepentidos y caerá como un chorlito!
—No es así…
—Y todos diciendo: “¡Si! Hagámosle creer que lo aceptamos nuevamente en la familia. ¡Sólo tendremos que sacrificarnos hasta que nuestros padres dejen de ser vegetales! — Emerson lo miró, Carlisle se había convertido en un hombre cruel. — y todos diciendo bien! Y ella, tu hermana, la más cínica… — cerró los puños. — diciendo “ve tu Emerson… ¡Tu podrás ablandar a ese asesino! — lo miró. — ¿me equivoco en algo?
—En todo — se levantó. — mi hermana no quiere que esté aquí.
—Sigue culpándome de todo…
—Entiéndelo Carlisle, ¡yo debía elegir! Si te elegía a ti… ¡hubiera perdido a mi hermana! Mis padres… yo les prometí cuidarla. No sabes lo que me ha costado todo… estar sin mi amigo.
—¡No trates de ablandarme con palabras Rose! Viniste por negocios ¿no?
—No te entiendo.
—Quieres dinero… ¿qué tienes para ofrecerme?
—Yo, no sé… — lo miró. — Carlisle, sabes que no tenemos dinero. Dejar en el hospital a nuestros padres se lleva la mayoría de nuestros sueldos… yo tengo un empleo de m****a en el congreso.
—No me interesa tus desventuras económicas — dijo serio. — guárdatelas para dar lástima en otro lado, a mí no me harás cambiar de opinión. — se iba hacia la puerta, y la abría — ahora si no tienes nada más que decir, tengo un día ocupado hoy… mejor vete.
—Carlisle, por favor, por los viejos tiempos.
—¡Vete antes de que me acuerde la forma en que me corrieron de tu casa y haga lo mismo contigo! Ya no soy el Carlisle de los viejos tiempos. Pregúntale a Eleanor… ella hace una descripción excelente de la horrorosa persona que soy.
—¿Ni siquiera lo harías por nuestros padres? — él bajó la mirada. — es que no… olvídalo. Venir aquí fue una pérdida de tiempo. — salió de la oficina y comenzó a caminar por el piso rumbo a los ascensores.
Carlisle se había quedado en la puerta, con una rabia que no podía contener. Necesitaba descargarse, gritar, vengarse… y no supo cómo, ella invadió sus pensamientos. Y una sonrisa siniestra se dibujó en su rostro. Corrió hacia el elevador. Emerson que ya había llegado, se metía en él. Cuando la puerta estaba a punto de cerrarse, Carlisle metió la mano, haciendo que ésta se abra. Emerson miró a su antiguo compañero de travesuras. Pero la mirada que vio en vez de darle esperanzas, le hizo temer.
—¿Qué tanto estarían dispuestos a hacer?
—No te entiendo. Vine aquí a pedirte un préstamo, no quisiste escucharme… no te quito más tiempo — trató de sacarle la mano del elevador y seguir su camino. Él lo impedía.
—Quiero que ella venga y me lo pida…— Emerson no entendía. — Tu hermana… — sonrió. — Si tanto quiere que tus padres estén bien, dile que quiero que ella venga y me pida el dinero… veremos qué tanto es capaz de hacer.
—No puedes ser tan…—Déjame a mí, decidir lo que soy — dijo serio. — ¿Te interesa mi oferta? Al menos no te vas con las manos vacías. Tienes una oportunidad.—Carlisle…—A decir verdad… tu hermana la tiene. Solo quiero ver… — sonrió. — Qué tiene que decirme ahora…—No creo que venga — él soltó la puerta.—Dile que el destino de sus padres está en sus manos… que si ella no viene… será la culpable de que Molly y Leonard estén como vegetales de por vida… — la puerta se cerró dejando a Emerson totalmente desconcertado.Eleanor caminaba de un lado al otro de su habitación… hacía rato que Emerson había ido a entrevistarse con Carlisle Stone y todavía no llegaba. Trataba de pensar cómo reaccionaría si Carlisle aceptaba y les otorgaba el préstamo… ¿Cómo reaccionar ante eso? De seguro no podía dar marcha atrás a lo que pensaba… y si Carlisle aceptaba, se convenció que sería sólo por el gran cargo de conciencia que tendría… “Después de todo, mis padres están en esta situación por su culpa” “¡Ka
—Bueno textualmente dijo “Dile que el destino de sus padres está en sus manos… que si ella no viene… será la culpable de que Molly y Leonard estén como vegetales de por vida…” —La rubia se tapó los oídos y no quiso oír más. Esa frase había caído en su mente como un hachazo y le había destrozado el cerebro. Se levantó rápidamente y se metió en su cuarto.— Por eso no quería que Eleanor estuviera aquí y se enterara de las cosas… — siguió Emerson — Es mejor dejarlo como está. Ella nunca irá, y no quiero exponerla a la furia de Carlisle.—¿Tan cambiado está?—Si no supiera que él es Carlisle, no lo habría reconocido…si hubieras visto sus ojos Farrah… te congelaban los huesos… no tiene sentimientos… está vacío por dentro.—No lo creo… sólo está dolido… Si Eleanor fuera…—¿Crees que odiándolo como lo odia irá? ¿Y Crees por alguna razón que Carlisle la tratará como antes? — río amargamente Emerson.Su novia no contesto. Ella sabía perfectamente de los sentimientos que Carlisle tenía por su
Tres horas estuvo sentada en la sala de espera…miraba el gran reloj que colgaba de la pared insistentemente. El no daba señales de atenderla. Ya varias veces había molestado a la secretaria, para preguntarle cuando iba a poder verlo. La mujer sólo se limitaba a decir que Carlisle estaba muy ocupado y que esperara. Se había leído todas las revistas que había en una mesita… Tomó al menos tres cafés. Ya estaba cansada de estar sentada y para peor tenía hambre. Miró el reloj otra vez… ya era mediodía… cuatro horas esperando, y él ni señales. “Sólo media hora más y luego te vas" Era la tercera vez que lo decía… pero se negaba a cumplirlo. Tenía que hablar con él, y quitarse ese problema lo más rápido posible.—¿Eleanor? — alguien la había conocido — ¿Eleanor Rose? — ella miró a quien le hablaba y sonrió realmente sorprendida.—¡Profesor Beckett! — dijo, y de un salto se acercó y abrazó a su antiguo profesor.—¡Te veo y no lo creo! — rió David. — ¡Estás hermosa!—No exagere profesor… — dijo
El la miraba de arriba a abajo. — ¿Qué haces Rose? ¿Sabe tu novio que estás aquí?—El no… no metas a Kalem en esto — lo miró a los ojos. — Y como si no supieras a qué vengo.—Bien… vas directo al punto… eso me gusta. — encendió un cigarrillo — ¿quieres uno?—No tengo esos vicios.—Mala suerte — el humo salió de su boca. Eleanor hizo una mueca de fastidio. — ¿No te gusta el humo? — ella negó. — te aguantas entonces… estás en mis dominios… aquí se hace lo que quiero.—Bien… dime qué quieres…—¡Wow, Rose¿Tanto te molesta mi presencia?—¿Para qué negarlo? — lo miró. — me enfermas… aún sigo pensando lo mismo de ti… así que…—¿Tienes el descaro de llegarte hasta aquí y decirme eso? ¡Mal chiquita, empezaste muy mal tu discursito!—¿Por qué no? El hecho de que me vea obligada a venir…—¡Nadie te obligó! — dijo cortante.—¡No seas tan cínico! Sabías muy bien que vendría… que haría cualquier cosa por ver a mis padres como antes…—¿Cualquier cosa? — ella se tensó. — ¿Qué tal si te pido un fin de
Eleanor Molly Rose era la típica chica inglesa. No muy alta, de cabello lacio, color rubio dorado y una piel muy blanca adornada por graciosas pecas alrededor de su pequeña nariz. Era demasiado delgada, pero, aun así, tenía una belleza especial. No era como las grandes beldades Evana Brown o su hermana Gabrielle, capaces de hacer desnucar un tipo, por sólo voltear a verlas, pero se defendía. No en vano hizo suspirar a varios chicos en la escuela. Tenía 23 años y una nada despreciable profesión, que, si bien no le daba grandes satisfacciones económicas, al menos la ayudaba para sobrevivir y ayudar en el mantenimiento de su casa. Porque, a pesar de ser una mujer independiente, todavía vivía en la casa de sus padres. Era algo más fuerte que su misma independencia, necesitaba estar ahí y recordar todas las cosas felices del pasado. Tenía un novio, desde la escuela. Quizás esto era lo más paradójico en ella. Desde los 16 años, se descubrió terriblemente enamorada del “tipo más odioso de la
Una vez mas, esa mañana escuchaba a su mentor y consejero dándole un sermón sobre porque razón era bueno para el conseguirse una esposa. Una mujer buena y dedicada que lo sacara de la miseria mental en que la que había estado sumergido durante tantos años. David en ocasiones, era demasiado molesto.—Si sólo le dieras una oportunidad. Mírate, el soltero más codiciado — él torció los ojos. — Si no quieres a Sara, dedícate a buscar una muchacha con la que puedas ser feliz — Él lo miró y luego giró su vista hacia la ventana. El día estaba espectacularmente soleado…“ser feliz… sólo ella podría hacerme feliz…” Carlisle meditaba sobre eso, realmente no le interesaba estar con nadie más, realmente nunca quiso a nadie más…solo a ella.—De todas maneras – volvió a la realidad. – no harás nada referente a la empresa — David asintió resignado. Todo lo dicho, estaba seguro que había caído en saco roto. — Te dedicarás a averiguar quién soltó el dato de mis cámaras…—Por qué estás empecinado en ave
—¿Si, pero él tardara mucho? Verás…—Eleanor – la miró – la paciencia es una virtud… sé que tus padres han estado así, por pocos años… entiendo que estés desesperada por tenerlos de vuelta. Pero si no te calmas, tendremos que ir a visitarte a ti al hospital. Terminaras volviéndote loca.—Tienes razón… – bajó la cabeza.—Mira a Neville, años tratando de hacerlo, despacio, paso a paso… y ahora ve sus frutos y se siente tan bien…—Me imagino… a él le dolía estar sin sus padres. – De pronto la puerta de calle se abrió. Todos se dieron vuelta para ver quién llegaba, pero eran varias personas. Emerson reconoció enseguida a la abuela de su amigo…. Todavía tenía ese viejo sombrero oscuro con el que se la había visto siempre, y el bolso rancio del mismo color. Ella venía tomada del brazo de un hombre algo calvo, y demacrado, el señor Frank Moore. Detrás de ellos, una mujer de cabellos blancos, Alice, abrazada a su hijo. Aquí todos abrieron los ojos. Neville no se parecía en nada al joven que c
Los Rose estaban devastados cuando llegaron a la cocina de aquella casa que una vez fue la más alegre, luego de su visita a los Moore. Eleanor era la más afectada. Parecía que un desalmado le hubiera dado con un palo en la cabeza. Estaba aturdida y no escuchaba a sus hermanos. Como un animal de costumbres, puso la tetera al fuego para tomar un té. Perdida en su mundo interior, trataba de buscar la forma de encontrar tanta cantidad de dinero, pero no podía encontrarla, no había una manera posible de reunir ese dinero en poco tiempo…ni siquiera en un año entero trabajando todos.Una mano femenina pasó por delante de su cara y la hizo volver a la realidad. Farrah, la miraba preocupada. Había visto una esperanzada Eleanor, ir a la casa de su amigo, y ahora la rubia estaba como dos metros bajo tierra, de lo decaída que se mostraba. Farrah le apoyó una mano en el hombro y le sonrió. Ella sólo la miró, no entendiendo el gesto de su amiga. Farrah, hizo una mueca parecida a una sonrisa y fue h